lunes, 31 de diciembre de 2018

Hoy tienes recuerdos con…


Querida audiencia…

¿Cómo les va? ¿Cómo les ha tratado el 2018? ¿Qué cosas están quedando pendientes? ¿Qué planes no resultaron como se esperaba? ¿Qué planes tienen para éste 2019? ¿Qué nuevos retos los esperan? ¿Cuáles son las nuevas promesas que se están haciendo? ¿Cuáles son las cábalas para la medianoche del 31 de diciembre? ¿Comerás tus 12 uvas? ¿Te vestirás todo de amarillo? ¿Darás la vuelta a la manzana jalando tu maleta?... en fin, creo que hay un sinnúmero de preguntas, muchas de ellas sin ningún tipo de respuesta, a raíz de una fecha tan trascendental; no es para menos, este es nuestro último día del año y, pues hay que vivirlo al máximo; cerramos una etapa, para poder abrir otra.

En mi caso, muy al margen de mis altos y bajos, y con algunos kilos de más (por culpa de los recalentados de noche buena) éste es, para mí, el último artículo del año. Mi anhelo para el 2019, respecto de ésta columna, es que las intenciones de seguir brindándome el espacio correspondiente, se mantengan; mi compromiso, en la misma línea, es que sea cual sea la circunstancia mis ganas por escribir sigan intactas, al tiempo en que me esfuerce por profesionalizar mi estilo día a día, y que ya no existan excusas para no escribir.

La popular red social Facebook, sí esa de la cual dependemos casi a diario, entre muchas de sus habituales “servicios” tiene uno que es bastante curioso, se trata de una notificación que inicia con la rutinaria frase “Hoy tienes recuerdos con…”, cuando el usuario da clic a ésta notificación, curiosamente es dirigido a una pantalla, en la cual se despliega todos los movimientos que hiciste ese día en diferentes años(algo así como una “efemérides personal”); y claro, te enseña de todo: si ese día te hiciste amigo de alguien, los pensamientos que has posteado, las fotos o videos que has publicado, los links que has posteado…(por poco y no te recuerda si ese día le echaste o no “sal” al guiso), pero así de literal es este servicio, obviamente lo que te muestra, son las publicaciones que hiciste ese día, en diferentes años, desde el momento en que te suscribiste a la red, en otras palabras puedes ver, en una sola pantalla que, en el 2013 te hiciste amigo de “Juanito Alimaña” y, en el 2015 ya le estabas dedicando la canción de Héctor Lavoe (quienes usan Facebook, pueden dar fe de ello)

Este servicio puede ser bastante simpático, ya que te refresca la memoria; entonces puedes ver, la evolución de tus publicaciones, pensamientos, material audiovisual…, puede que te recuerde lo mal que te sentías ese día, porque acabaste de matar a un zancudo; quizás te recuerde un chiste o un momento embarazoso; puedes incluso ver la foto de tu “ex”, sí del que decías que nunca lo dejarías; o las fotos con tus “pinkys”, aunque ahora están distanciados…

Ahora bien, estando ad portas de un nuevo año, pero también de una nueva gestión con nuevas autoridades, se me ocurre preguntarme, si en las instituciones de gobierno (municipio, gobierno regional) existiría una especie de “hoy tienes recuerdos con…” ¿Qué tendría que recordarse nuestras autoridades salientes? Podría pensar en que hubo un alcalde, que nos ofreció una “Planta Asfaltadora” y, a cambio nos trajo una mini asfaltadora, que más era un juguete usado y viejo; no contento con ello, nos ofreció que ésta máquina, trabajaría todos los días y, que al fin de su gestión tendríamos todas las calles de Moyobamba, totalmente asfaltadas ¿Se cumplió? A nivel regional, podría pensar en ese gobernador que nos dijo que si lo dejábamos ser gobierno, nos construiría las tribunas del estadio moyobambino pero, ya ustedes saben la historia y la realidad.

Menciono sólo estos dos ejemplos, porque creo que son más que suficientes con la lógica de lo escrito; cuando uno ve “sus recuerdos” en Facebook, podríamos muy bien hacer una especie a autoanálisis sobre la publicación, en algún momento nos podemos preguntar ¿Cómo es posible que haya publicado eso? Éste autoanálisis nos puede ayudar a mejorar (si lo estábamos haciendo bien) o a cambiar (si lo estábamos haciendo mal). Ahora ¿qué pasa con esas autoridades que ahora se van y nos cumplieron con su plan de gobierno ofrecido? ¿Qué pasa con esos proyectos, por los cuales apostamos y les dimos el sillón?

Si hay algo en lo que voy a insistir es que nuestra labor como ciudadanos, no sólo es respirar; que el ejercicio de nuestra ciudadanía, no sólo se refleja en las ánforas; que somos igual de responsables, en menor grado por supuesto, pero igual somos responsables en el desarrollo de nuestra localidad; de manera que, cada vez que “recordemos” esas promesas, obras o proyectos no cumplidos por nuestras autoridades, recordemos también ¿Qué hicimos, desde nuestros lugares, para exigir que ello se cumpla? Se nos avecina un nuevo año, una nueva gestión, nuevas autoridades y creo, que junto con todo ello, se nos avecina la renovación de nuestro compromiso para con nuestra localidad ¿Qué tan comprometidos estamos?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 25 de diciembre de 2018

Feliz Navidad


<<…vamos pastores vamos, vamos a Belén, a ver en ese niño, la gloria del Edén…>>

Es parte de la letra de uno de esos tan famosos y trillados villancicos, que año a año cantamos justo en estas fechas. Fechas en las que supuestamente todo es dicha y felicidad, todo es armonía, la gente se anda “perdonando” sus ofensas, se hacen “buenas acciones”, se entrega “regalos” por doquier; en fin se hacen un sinnúmero de actos, para así poder estar probos y darse el “abrazo protocolar” de la medianoche del 24 de diciembre.

Haremos pues, un intento de itinerario de lo que suele pasar en estos días; iniciamos con nuestras tardes de cine, ¿Quién de ustedes, no se ha cansado de ver las famosas pelis navideñas? Es probable que las más recordadas y vistas, en estos días, sean los clásicos: “Mi pobre Angelito 1 y 2” (la 3 y 4 ya no son tan interesantes); carambas, cómo poder imaginarnos que Kevin no sólo tenía la capacidad de armar todo un “plan de ataque” sino que adicional a ello, contaba con todas las herramientas necesarias para ejecutarlo; y es más, las pelis contaban con dos ladrones sopencos, que siempre caían en las trampas; y, aunque al final de las tramas pareciera que iban a ganar, pero, de no ser por el vecino misterioso o de la indigente amante de las palomas, probablemente “Kevin” no hubiese tenido un final feliz. Un dato, si deja su casa sola y al retorno la encuentra inundada o con rastros pegajosos, es más que seguro que “Marv y Harry” estuvieron por allí.

Otra de las actividades bastantes comunes para estas fechas, son las famosas “chocolatadas”, ¿Quién nunca se ha ido a una chocolatada?; es más, hay quienes iban armando su agenda con horarios, rutas y todo, para poder estar presentes en todas. Valgan verdades, esta actividad en particular, es parte fundamental de nuestra infancia; vas, disfrutas del show, haces tu colita para recibir tu pedazo de panetón y tu taza de chocolate caliente (en tremendo sol), reclamas tu regalo, lloras porque el regalo que te dieron no te gusta, intentas hacer cola nuevamente para que repitas plato (chocolate, panetón y juguete); tanto es así, que cuando llega el 24 de diciembre, ya no quieres saber nada de chocolate, ni de panetón. Aquí obviamente, lo más beneficiados son los niños y las niñas y, los figuretis son aquellos que disque se “desprenden” de lo suyo para darles esa alegría; lo curioso de este año, es que ningún candidato político, sobre todo los que perdieron, se han animado a realizar una “chocolatada” en favor de aquellos por quienes juraban que estaban candidateando.

“vamos jugando al amigo secreto”, es un famoso juego, ideal para esta fecha; la cosa no es tan complicada, básicamente, se trata de que un grupo de personas (compañeros de clase, colegas de trabajo, miembros de una iglesia, familiares…) deciden jugar y, pues se escribe sus nombres en pequeñas balotas que son colocadas en una caja y allí cada uno va retirando una balota al azar (la única regla es que si te toca tu mismo nombre, devuelvas la balota y saques una nueva); en teoría, el juego debe durar un par de semanas, tiempo suficiente para que tu “amigo(a) secreto(a)” te envíe una notita, te deje un presente o una sorpresita, te de algunas pistas como y para que vayas adivinando quién puede ser. Ahora, si sacaste la balota con el nombre de tu “crush” bien puedes aprovechar la situación y mandarte de una vez por todas, total no pierdes nada, se entenderá que era parte del juego; pero, si quien te toco como “amigo(a) secreto(a)” está en modo Chihuan, lo siento mucho pero, a veces no siempre tenemos buena suerte.

Recuerdo que hace unos 13 años, por estos días, estaba trabajando en una panadería local, el negocio era nuevo y pues tanto al dueño como al maestro panadero, no se les ocurrió mejor idea que poner al servicio de la comunidad, el servicio de “horneado” de carnes; ambos habían visto que, en definitiva, ese sería el negocio redondo del mes. Mi persona se encargó de hacer el anuncio a través de una emisora local y, pues en lo que acababa mi turno, vi llegar una larga fila de fuentes, había pollos, pavos, piernas de chancho e incluso cuyes; yo dejé mi turno y me fui a casa pero, luego me contaron que hubo un momento en que se tuvo que decir “alto” a la recepción de fuentes pues la capacidad del horno no daba para más. Yo no sé a quién se le ocurrió la famosa idea de establecer como “tradición” el tener que esperar las 12 de la noche (tanto del 24 como del 31 de diciembre) para recién poder cenar, vaya necesidad de hambrear hasta esa hora; y, por muy humilde que sea la mesa, siempre vas a tener algo que comer; a eso se le pega otra tradición instantánea, los famosos recalentados que, pueden durar hasta un mes.

Bueno, he intentado armar un pequeño resumen de lo que se hace en estas fechas, creo que me estoy olvidando (adrede) de los fuegos artificiales (cuetones, cuetecillos, bombardas y otros) sinceramente, “el olvido” ha sido intencional pues, considero que no es necesario que nuestra calles se llenen con restos de pólvora y un humo asfixiante para decir que estamos celebrando.

Finalmente, en teoría, lo que se celebra es (para los creyentes) el nacimiento del niño Dios; aunque en la práctica, nuestros modos de celebración no lo demuestren; espero y deseo, que este año podamos meditar no sólo en su nacimiento, sino en el nivel de importancia del mismo ¿Por qué es que quiso venir a la tierra? ¿Para qué vino?; recordemos que su nacimiento se dio en medio de una migración obligatoria, entonces ¿Cómo estamos tratando a los migrante hoy en día? ¿Seremos capaces de decirles “feliz navidad”, al tiempo en que exigimos al Estado los expulse del país? Creo que nuestras celebraciones, deben dejar de ser banales y, ser más humanas.

Simplemente KAJOVEPI



jueves, 20 de diciembre de 2018

¡Que siga la fiesta!


Querida audiencia, ya casi se nos acaba el año y, pues se viene un shuntal de fiestas; hoy en día, cualquier “culminación” se debe festejar; que sus tres meses en la cuna, que su inicial, que su primaria, que su secundaria, que el instituto, que la universidad, que el fin de curso de cocina, de chocolatería, de corte y confección, de estética unisex, que el final con su pareja…, cualquier motivo es bueno para festejar. Este post, hablará de ello, de fiestas y, quiero advertirles que, si por a o b motivos, usted considera que el seguir leyendo la presente columna, puede significar que va a recibir una invitación a un tono o algo así; quizás, el hablar de fiestas, que son actos “culturales”, puede ofender su doctrina; entonces lo invito a dejar la lectura y, seguir con las noticias. Le advierto, que si sigue con su lectura, es bajo su responsabilidad, ojo, no lo estoy influenciando ni manipulando.

Hace algunos años estábamos en todos los preparativos para celebrar los dos años de mi hija, ya contábamos con el local, los bocaditos, el vestido, ya se habían repartido las invitaciones; es decir, ya casi todo estaba listo pero, nos faltaba alguien que “anime” la fiesta y, encontrarla era súper urgente pues de lo contrario, era mi persona quien amenazaba hacerlo, en definitiva, ello no podía ser la mejor de las decisiones, ni para los/las invitados/as ni para mí. Para la felicidad de todas las partes, la encontramos, como caída del cielo; coincidimos en que para la fecha pactada, no tenía otro contrato y pues sí, nos podía atender.

Las condiciones nuestras no eran “tan exigentes”, de hecho, lo único que buscábamos era que, por un espacio de hora y media pueda divertir a los/las invitados/as de mi hija, la cosa era simple, unas cuantas coreografías, un par de juegos, música para baile y, listo; todo estaba bien hasta que pusimos como condición que “las canciones a escuchar durante el show, incluida las coreografías, deberían ser netamente infantiles”. Hubiesen querido ver la cara de la animadora, no podía salir de su asombro; pero, inmediatamente reaccionó y nos dijo:

-no se preocupe señores, sé entender y respeto la “religión” de algunos que no quieren otro tipo de músicas en sus fiestas…
La mire y le dije: -no se trata de religión, de hecho, de ser así ni siquiera le haríamos fiesta a mi hija; se trata del contenido de las canciones, son niños de apenas 3 años y pues, no voy a permitir que estén bailando el “Candy, Candy” en la fiesta-

Luego de poner esa “condición”, se nos vino una gran tarea: ayudar a buscar esas canciones de corte infantil que tanto exigíamos; fue una larga y complicada semana, por un lado tenía a mi hija ensayando una de las canciones de “Frozzen” para su presentación y, por el otro lado estábamos nosotros, recurriendo al YouTube y tratando de encontrar la mayor cantidad posible de canciones infantiles. Al final de la historia, todo nos salió bien; la animadora y sus dalinas hicieron un excelente trabajo, mi hija hizo su presentación especial, los/las invitados/as disfrutaron de toda la fiesta, no se escuchó ni media pieza de un “perreo chacalonero” y yo, me salvé de animar el show.

En las últimas semanas he visto con un “buen ojo” una pequeña campaña que algunos de mis amigos, amigas, animadores de fiestas infantiles y otros han estado haciendo viral; se trata de la foto en donde un payaso o animador infantil tiene un cartel que dice algo como “que en las fiestas infantiles, no se escuche reggaetón”; el anuncio, tal cual se presenta, busca sensibilizar a los padres, madres, payasos, animadores infantiles y demás a que, entendamos de una vez por todas, de que las fiestas infantiles son eso, INFANTILES; que no es posible que en la celebración del primer año de tu wawa, sus invitados/as, de edades similares, estén bailando canciones cuyas letras no dicen nada, salvo <<…dale más duro mami, dale más duro…>> o <<…te espero en la cama y sin pijama, sin pijama…>> o <<…si no me acuerdo, no pasó, eso no pasó…>> (vaya nivel de creatividad)

No se trata de decir “lo que importa es el ritmo y no la letra” o “no te enojes, total son niños y no entienden la letra” (créeme que si maneja el celular mejor que tú, de hecho que al escuchar la letra de esas canciones, las va a captar más rápido que tú), tampoco se trata de decir “esto es una fiesta”.

No podemos, bajo la premisa de “es una fiesta” seguir permitiendo que nuestros/as hijos/as sigan escuchando cada porquería. Toda esta ola reggatonera de los últimos tiempos, ha traído consigo canciones ridículas y sin sentido que, curiosamente son pegajosas; canciones que lejos de enamorarnos incitan más a actos contra el pudor, violaciones, reacciones machistas y cosas por el estilo; alguien me puede explicar ¿en qué estaba pensando la autora del <<…mi cama suena y suena pan, pan…>> cuando escribió ello? o, alguien le puede decir al tal Ozuna que no nos importa nada si es “feliz con cuatro” o con cinco o con dos, total, esa es su vida; y ¿Quién le dijo a Maluma, que sus “4 babys”, puede llamarse canción?

Creo que es tiempo de darnos cuenta que en definitiva, la música de nuestros tiempos, no es la misma a la que ahora se escucha; como que tampoco será lo mismo en comparación con lo que escucharemos en unos 20 años más adelante; sin embargo, considero que cada tipo o ritmo tiene su propio espacio. De manera que, la próxima vez que vaya a una fiesta infantil, antes de pedir “mueve el toto”, mejor disfrute bailando <<…la vaca lola, tienen cabeza y no tiene cola…>> eso sí que es un gran tema.

Simplemente KAJOVEPI

lunes, 10 de diciembre de 2018

#nomásplástico


El pasado miércoles 05 de diciembre, el Congreso de la República aprobó la “Ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables en el Perú”; cuyas principales reformas o puntos son:
  • En un plazo máximo de 36 meses de entrada en vigencia de la Ley, los supermercados, autoservicios, almacenes y comercios en general, deben reemplazar de forma progresiva la entrega de bolsas de plástico no reutilizables por bolsas reutilizables y/o biodegradables. (en pocas palabras cho, debes cargar con tu talega cada vez que salgas al mercado, a la ferretería, al súper, a la bodega de la esquina, a la tía veneno o a cualquier otro lado; lleva siempre tu bolsa a la mano).
  • A partir del 01 de agosto de 2019, se cobrará un pequeño impuesto por cada bolsa de plástico que el consumidor final requiera para el traslado de sus bienes; éste impuesto será de 0.10 céntimos por bolsa, durante el 2019; y seguirá en aumento hasta el 2023, en adelante, en que costará 0.50 céntimos por bolsa (vale decir masha, que cada vez que te vas al súper y, que por chambón, no lleves bolsa para tus compras, ya no va a ser gratis cho)
  • A los 120 días de entrada en vigencia de la ley, estará totalmente prohibido el uso, ingreso o comercialización de bolsas de un solo uso, sorbetes de plásticos y envases de tecnopor en áreas naturales protegidas, áreas declaradas patrimonio natural de la humanidad, museos, así como entidades estatales (en pocas palabras, ahora lo “chick” es que tu café lo cargues en tu tomatodo preferido; ya no necesitas “cañita” porque no sirve pero hace mucho daño; la norma aplica para áreas que están bajo la administración del Estado pero, ello no exime a los establecimientos privados).
  • Dentro de un año, luego de que la norma entre en vigencia, queda prohibido la fabricación para el consumo interno, importación, distribución, entrega, comercialización y uso de envases de bolsas mayores a 900 cm2, sorbetes (salvo para uso médico) y bolsas que generan contaminación por microplásticos, no biodegradables. (oe huambra, eso significa que ya no te darán bolsitas cada vez que te vas a comprar una grajea de paracetamol; al parecer vamos a volver a como era antes, es decir a que cuando ibas a la botica las medicinas te las daban en sobre artesanales, hechos con hojas de los catálogos de cosméticos).
Ahora bien, es cierto que la norma aprobada, tal como está, es una norma atractiva y, que de alguna u otra forma, va a poner un ligero “alto” a la comercialización y uso excesivo de bolsas plásticas y sorbetes. Faltaría ver la reglamentación de la misma, ojalá pues no se demoren un shunto en ello.

Sin embargo, creo que no es necesario esperar a tener una “norma” para recién darnos cuenta del alto daño que el plástico nos ha generado. Espero que ésta no sea una de esas leyes en que los grandes dicen “hecha la ley, hecha la trampa”.

No sé ustedes, pero al menos yo, recuerdo mucho cuando compraba mi pollo a la brasa para llevar (lo que ahora llaman “delivery”) nos lo entregaban envuelto en papel de cocina y ¿sabes qué? el pollo llegaba calientito y era mucho más delicioso que el que ahora comes; ¿recuerdas cuando comprabas tus gaseosas? Te las daban en envases de vidrio y, si por a o b motivos no tenías botellas retornables, entonces ibas con tu jarra a la bodega, para que la doña te eche allí hasta la última gota; y cuando ibas a comprar menú o a recoger una parrillada ¿acaso no llevabas tus propios envases?; ¿te has olvidado, acaso, de que para ir al mercado llevabas tu bolsa de tela o tu canasto?; ¿qué necesidad hay de pedir “cañita” para tomar tu agua de coco, si crecimos tomando agua directo de la manguera?

La norma ya se ha promulgado, ya hay plazos establecidos para ver los “cambios” respecto del uso del plástico, el menor tiempo es de 12 meses; sin embargo, considero que no es necesario esperar ese tiempo para que, por nuestra propia cuenta, empecemos a tomar conciencia y, hagamos cosas que poco a poco aporten a preservar y conservar el poco “medio ambiente” que nos queda.

Simplemente KAJOVEPI

lunes, 3 de diciembre de 2018

Disculpe, ¿Hay vacante?

Hola querida audiencia, disculpen las molestias de no escribir muy seguido, es cierto que a veces me salto la semana y, es cierto que cada vez que lo hago siempre encuentro la excusa “perfecta” para poder justificar mi falta; ahora, mi “excusa”, es que mi encierro en un encuentro de líderes estudiantiles, no me ha permitido hacerles mi entrega en la última semana de noviembre.

Durante la semana pasada, recibí la visita de la monitora externa, del proyecto que tengo a cargo; su itinerario consistía en poder visitar algunas instituciones educativas en las que intervenimos y una UGEL, desde mi punto de vista puedo estar confiado en que la visita en si, no sólo fue agradable sino que, al mismo tiempo, fue satisfactoria. Una de esas noches, mientras nos dirigíamos a un paraíso culinario en Tarapoto, pasábamos por los exteriores de una institución educativa pública inicial; había un sinnúmero de chiquitines dando rienda sueltas a su imaginación, correteando por todo lado, en un principio pensé que había una reunión de AMAPAFA (Asociación de Madres y Padres de Familia) o algo por el estilo, pero, luego vi a sus padres y madres sentados/as en “fila india”, escoltando la puerta principal; entonces comprendí que esa fila, era la “tradicional” cola de espera por una vacante en esa institución.

Recordé que hace tres años, mi esposa y yo nos encontrábamos en una situación similar; una de las docentes (madre de un viejo y estimado amigo), nos pasó el dato que en la institución educativa inicial, en donde ahora mi hija está ad portas de cumplir con su primera etapa de estudios, estaban a punto de publicar la lista de vacantes disponibles para dicha institución educativa y, que si queríamos postular a una, debíamos ir con suma urgencia pues la gente ya estaba haciendo cola y las vacantes eran limitadas; y así fue, mi esposa salió cual rayo de la casa y llegó justo a tiempo para alcanzar una vacante, éramos casi los últimos de la fila pero, ya estábamos dentro.

Ahora iniciaba otra “batalla”, la de “resistencia”, pues las inscripciones no estarían dispuestas sino hasta el siguiente día; entonces, quienes habíamos llegado a tiempo y estábamos “dentro” podíamos quedar fuera, si es que en algún momento determinado descuidábamos la cola o si simplemente decidíamos dejarla. Se hizo una “lista oficial” de quienes estaban desde un principio, a fin de evitar vivezas y, se nos tomaba lista cada cierto tiempo; en tanto que mi esposa hacía la cola durante el día, mi hermano y yo veíamos el tema de papeles y otros documentos necesarios a presentar al momento de la inscripción; la noche llegó y, con ella la renovación de guardia, iba a madrugar fuera de casa y, no era ni en un velorio ni en una fiesta y tampoco había café de media noche o caldito de gallina o un traguito calentador, no. Paso de todo durante la noche, anécdotas que quedarán en la memoria de quienes nos acompañamos esa noche; al día siguiente, se hizo el último check de la “lista oficial” a eso las 6.30 de la mañana y, a las 7.30 ya teníamos los tickets en mano para ingresar y hacer las inscripciones correspondientes.

A nosotros sólo nos tomó una noche la espera; sin embargo, en otras instituciones educativas la espera puede tomar dos, tres, cuatro días e incluso una semana entera; durante ese tiempo, quienes están “fuera” del número de vacantes disponibles, pueden tener la oportunidad de subir un nivel, siempre y cuando otro de los postulantes, desista y salga de la cola.

El objetivo es uno sólo, lograr una vacante de estudios, dentro del sistema público de educación; mientras la gente hace cola, tenemos a los directores suplicando a los padres que no lo hagan porque no es lo correcto; por otro lado, tenemos a la prensa que hace cobertura de las molestias y reclamos de los padres postulantes, pues sienten que es un “abuso” hacerles esperar tanto; así mismo, tenemos a las autoridades educativas (UGEL | DRE) haciendo las visitas correspondientes para responder a la pregunta ¿Qué está pasando?; y a la Defensoría del Pueblo que no deja de llamar la atención a los directores por no “acelerar” el proceso.

Todos(as) sin lugar a duda han identificado el principal problema, tenemos pocos espacios (vacantes) para ofrecer dentro del sistema educativo público; puede que en algunas zonas falte la infraestructura (más y mejores aulas) y en otras sobre ello (sólo funcionan en un solo turno); nos falta docentes, nos falta material educativo, nos falta escuelas, nos falta mejorar la calidad educativa que se brinda a la población. Para quienes no lograron una vacante, pueden intentar ir a otra institución educativa pública, y, hacer el mismo proceso; o pueden “solucionarse” la vida y no mandar a su hijo(a) al jardín, total el primer año (3 años) no es “tan importante”, ya cuando esté en 4 puede entrar pero, ¿Qué de los que van a entrar a grados superiores?; o pueden optar por ir, en contra de la voluntad de sus bolsillos, a una privada, en este caso, la solución, no es decirle al padre o madre: “ya no tenemos vacante pero, puede matricularlo en un privado y ya el próximo año regresa, es sólo un añito” NO, esa no es la solución, y ojo, aclaro que no tengo nada en contra del sistema privado, es sólo que no todos(as) tienen la posibilidad de acceder a ello; después de todo, según nuestra constitución (Art. 13 y 17), tenemos derecho a una educación gratuita y de calidad.

Es necesario que el Estado invierta más de lo que ya invierte, en educación; que no se vea como un gasto innecesario o torpe, tengamos en cuenta que, gracias a la educación, vamos formando nuevas sociedades, vamos cambiando el mundo en el que vivimos, entonces ¿Cómo hacerlo si no tenemos recursos? ¿Cómo hacerlo si ya no tenemos “vacantes”?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 20 de noviembre de 2018

Tarde pero, ¿llega?

Estoy seguro que en más de una ocasión hemos escuchado, e incluso la hemos pronunciado, esta famosa frase que nos dice “tarde o temprano la justicia les llegará”; no nos ha sido necesario estar involucrados dentro de un proceso judicial para mencionarla, simplemente hemos visto necesario hacerlo para los momentos que se ha creído conveniente; ya sea que se tratase de una mal proceso de calificaciones en una postulación de trabajo, o por una mal proceso resolutivo dentro de una organización, o por un mal resultado en un concurso en particular; y, cuando me refiero a “malo” no me refiero a que los resultados nos hayan jugado en contra, sino que ello fue así porque, de por medio, hubo una alteración o, en todo caso una “mala jugada”, que terminó favoreciendo a quien no se merecía el resultado y desplazando a quien sí.

En nuestro país, la esperanza sobre la “justicia” o ha sido nula o ha sido escasa; por lo general, se ha sabido de procesos en donde algunos imputados fueron absueltos; sin embargo, no podemos negar que también hubo casos en que éstos han sido condenados. Frente a las absoluciones, que desde nuestra perspectiva era injustas, siempre han generado supuesto, siendo el más frecuente, el supuesto de un acto de corrupción de funcionarios, a través de las famosas coimas.

¿Será posible que quienes tienen que impartir justicia, dejen de hacerlo a cambio de unos cuantos soles, a sabiendas que esa decisión puede afectar a la parte demanda? ¿Será posible que quienes tienen que impartir justicia, dejen de hacerlo a cambio de favores; a sabiendas que ello puede decepcionar a la población? ¿Será posible que se pueden atrever a hacerlo; a sabiendas que ello puede perjudicar el desarrollo de nuestro país? Considero que la respuesta es obvia, sí, si es posible; y básicamente lo es porque quienes cayeron en ello simplemente no tenían bien en claro el tema de “justicia”, basta con recordar los famosos CNMAudios, como y para tener un pequeño ejemplo de ¿qué es lo que estaba pasando en nuestro país?

Ahora bien, como en todo lugar y organización, así como existen malos elementos también existen buenos. Los últimos acontecimientos, alrededor de los casos de corrupción de funcionarios que involucra a ex presidentes, dueños de grandes industrias y a Keiko Fujimori; nos están diciendo que, en efecto “la justicia, aunque tarde, llega”; valdría la preguntarnos ¿de verdad les va a llegar? O ¿les llega altamente lo que ella (justicia) les pueda hacer?

Muy al margen de las decisiones que nuestro Poder Judicial y Ministerio Público puedan tomar en relación a dichos personajes, creo que un nuevo sistema judicial se está gestando; pero, por muchos esfuerzos que se hagan por la gestación del mismo, su nacimiento no será posible si es que todos y todas no somos partes del proceso de parto. 

Simplemente KAJOVEPI

martes, 13 de noviembre de 2018

Vamo a agarrar hormiga




Recuerdo que la primera vez que me fui a agarrar las famosas siquizapas (hormigas) fue hace 20 años, esa fue una experiencia inolvidable; mi prima, Juana Tejada, me embarcó en esta aventura única, tomé mis recipientes, botas, un polo y un pantalón viejo, y listo; salimos en búsqueda del caserón adecuado para atrapar a estas condenadas que, en cuanto salen de sus hormigueros buscan volar con rumbo desconocido, quizás porque saben que, si se dejan agarrar terminaran en nuestros buchis.

Aquel día salimos muy temprano, creo que ni almorzamos (algo raro en mi) y fuimos con dirección a Indañe, por el viejo camino de los Chorros de Azungue, que ahora se está aslfaltando, y, luego de caminar unos cuantos minutos, lo encontramos; allí estaba el caserón, bastante elevado, grande, con varios huecos por doquier, rodeado de pequeños arbustos; las manos nos faltaron, llenamos todos nuestros recipientes, las risas no paraban y, los gritos desesperados, producto de las picaduras de sus curuwinsis, tampoco.

Desde esa fecha hasta ayer, 10 de noviembre, no he vuelto a salir detrás de un caserón (salvo del que se encuentra, por el boulevard moyobambino); por tres simples y sencillas razones: no tenía tiempo, ni con quien ir, ni tampoco sabía a dónde ir. No es tan fácil como parece, no es que dices –oye, va a salir hormiga- y ya te vas a cualquier hueco, no cho, no es así, medio especiales son estas potoncitas, y si simplemente no quieren salir, no salen, aunque pandillees todo el día y te sientes sobre una cama de curiwinsis, a lo mucho agarrarás guachos.


Entre los meses de setiembre a diciembre de cada año, es común ver, luego de una tremenda lluvia con truenos y relámpagos y en medio de un sol abrasador, a un sinnúmero de gente dirigiéndose a las chacras; hombres y mujeres, adultos y niños, todos y todas con sus botas, sus recipientes, sus machete, sus fiambre y sus ganas de agarrar la mayor cantidad posible. Y es que ese manjar que la naturaleza nos regala, es único en su especie (que pena por los que no gustan de él). Se dice que las que salen de madrugada (que por cierto tienen una “estrellita” en la cabecita) saben distintas a las que salen por la tarde; también es sabido que, el 01 de noviembre, salen un shunto en el cementerio y sus alrededores pero esas, esas no se comen, esas se dejan ahí para que los muertitos lo hagan, después de todo, ellos(as) también son moyochos(as). Se dice, que no es lo mismo ir al mercado y comprarlas a precios caprichosos, a que seas tú quien las agarres, los tuestes y las degustes.

Así que, la próxima vez que te digan “vamo a agarrar hormiga”, no lo pienses dos veces; toma tus botas y ve, será una experiencia única; y, si ya agarraste más de una vez, no importa, porque cada agarrada es nueva, es una nueva experiencia y son nuevas hormigas. Disfrute de ese manjar en tanto se pueda, deje de ponerle veneno a la hierba, deje de deforestar, no sea angurriento y agarre costales llenos para ir a vender luego, no sea mezquino con sus caserones, permita que otros entren a su chacra y puedan agarrarlas tranquilos (ahora que si les juegan chueco, entonces mándelos a la Ronda).

Que esa vieja práctica, esa de ir en mancha, viejo, viejo, conversando, riendo, cuidándose el uno del otro, sea una práctica saludable y que fortalezca relaciones; quien sabe y entre hormigueada y hormigueada pensamos en un mejor futuro para Moyobamba.

Simplemente KAJOVEPI

martes, 6 de noviembre de 2018

¿Qué es el “arte”?


El último jueves y viernes de la semana pasada, muchos de nosotros(as) tuvimos la gran oportunidad de poder ir al coliseo cerrado Ayaymaman de Moyobamba y ver, para algunos(as) quizás por primera vez, un verdadero espectáculo de Ballet. La cita era a partir de las 7.30 p.m. pero, ya había gente haciendo cola desde las 6.00 de la tarde; fue un lleno total, y tengo la sospecha de que hubo más de uno(a) que, lamentablemente, se quedó fuera. Una vez más, la Dirección Desconcertada de Cultura San Martín, nos ha presentado un espectáculo de primera y buena calidad, y sobretodo totalmente gratis; la verdad, es que no se podía esperar más, pues ésta institución ya nos ha acostumbrado a ello, a entregarnos presentaciones (de libros, de arte, de danza o de cualquier otra presentación ligada al arte) de calidad.

Moyobamba ha respondido a la convocatoria y, ha hecho “honor” a uno de los títulos, que como ciudad tenemos, “cuna de la cultura del oriente peruano”; mientras se daba el discurso de apertura, escuché esa frase, entonces me preguntaba ¿Qué significa ser “cuna de la cultura”? ¿Qué es “cultura”? ¿Nos merecemos ese título? Es posible que tengamos una serie de respuestas a estas preguntas, algunas a favor y otros en contra, y la verdad es que no pienso armar un debate sobre ello; no en esta columna, podríamos sí, hacerlo al borde de una café, así cara a cara.

La semana pasada, el viernes para ser exactos, estuve en una ciudad cercana y, en su plaza principal; como todos los viernes, estaba un grupo de “cómicos ambulantes” montando su show; ese es un show tan pero tan trillado que, ya sabemos qué es lo que sigue luego de cada escena; la verdad es que ese tipo de shows callejeros, tienen una especie de guion común: inician haciendo alboroto para llamar a la gente luego, ridiculizan a algunos(as) de los que están allí, se hacen unos cuantos chistes en doble sentido, algunos muy subidos de tono (pese a la presencia de menores de edad), es necesario mencionar que, la mayoría de esos chistes, denigran la imagen de la mujer; otra de las cosas que se hacen, es que se aprovecha el momento para, “invitar” a una dama (de preferencia señorita y, con ciertos atributos) a “colaborar” con ellos, la colaboración no es nada “complicada”, lo único que la chica debe hacer es: pararse en el centro, fingir que es la enamorada de uno de los actores (ello implica tomarle de la mano, a veces ciertas caricias) y, que de pronto salga otro actor, vestido de mujer y que aparentemente es la “esposa” del primer actor, para montar una escena de celos que, incluye insultos para la colaboradora, y el clásico fonomímico de la canción “a esa” del Dúo Pimpinela; otra escena o rutina común, que éste tipo de show presenta es: la normalización de la violencia hacia la mujer, por lo general siempre se muestran escenas de parejas en donde hay una “mujer sufrida” y que es golpeada por su pareja pero, que ese golpe no es otra cosa más que una “muestra de amor”; no podemos dejar de mencionar que, una tercera escena común en estos shows callejeros, es la ridiculización (porque lo que hacen no es sátira) de los homosexuales. En medio de los shows, hacen un alto para pedir una “colaboración” es decir un pago voluntario, que puedas depositar en sus gorritas, como una muestra de agradecimiento o reconocimiento de su trabajo y, agárrate que si no colaboras o, tu colaboración es muy baja, te vuelven a ridiculizar pues, no estas reconociendo su “arte”.

En el mes de enero de éste año, hicimos un viaje de vacaciones a Lima, y en uno de los tantos paseos que hicimos por el famoso jirón de la Unión, pudimos ver un show distinto a los comunes, se trababa de un show de títeres, con un guion bien armado, que resaltaba la cosmovisión cultural de nuestros andes. Ese mismo show culminaba con una presentación de mimo; éste estaba dirigido a todo el público, pero tenía una mayor atención a los niños y niñas; un show familiar, con una dosis de comedia blanca, ideal para el horario y lugar en el que se estaba presentando. Nuevamente, luego del show, los actores solicitaban un pequeño aporte que, “reconozca” su trabajo. ¿Cómo no aportar si lo que estaban mostrando era un show de calidad?

Todos estos espectáculos nos muestran una forma de vida; esta ese que muestra una vida conservadora, por medio de la cual se puede hacer protestas de indignación sí, pero de manera diplomática; está esa que muestra una forma de vida machista, en donde la vida, sobre todo el de la mujer, no tiene sentido ni valor; finalmente está también ese que muestra una vida que revalora nuestros conocimientos ancestrales, una vida que resalta el amor por lo suyo.

En relación a las tres descripciones que hice, sobre esos tres tipos de espectáculo, podría preguntarme ¿Qué es el “arte”? ¿Quién es un artista? Es muy probable que, afirmes que los tres espectáculos tienen algo de arte, uno más que el otro; pero, también es probable que sólo resaltes uno de ellos; sin embargo, me atrevo a hacer un esbozo de la relación entre “arte” y “cultura”, sobre la cultura se dice que ésta es cambiante, que conforme el tiempo pasa ella se va transformando según el contexto, que esa transformación implica un estudio constante de la cultura, sus comportamientos y aportes a la sociedad; sobre el arte se dice que es cualquier actividad o producto, que tiene como finalidad expresar ideas, emociones, visión y otros, de un determinado grupo. Entonces, podemos decir que el arte, como tal, es una muestra de nuestra cultura, de ser así ¿Con cuál de esas tres “culturas” te identificas?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 30 de octubre de 2018

Angelitos Platudos SAC


El pasado 10 de setiembre del 2018, es una fecha nada memorable para la hinchada aliancista; fecha en la que aproximadamente unos 1500 miembros de la “Iglesia Evangélica El Aposento Alto” tomaron por asalto (en horas de la madrugada) parte de las instalaciones del estadio del Club Deportivo Alianza Lima; cabe indicar que los invasores no fueron a la deriva ni desarmados, no, se fueron con todo, llevaron escaleras para subir los paredones e ingresar al local, llevaron pintura blanca para tapar los emblemas del club, llevaron láminas de aluminio y soldadura para tapar todas las entradas, encadenaron cada puerta y, como ésta labor era una labor ardua y cansada, al llegar la mañana les llevaron un rico desayuno para calentar y alentar el alma de los feligreses[i].

¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué de pronto los miembros de una iglesia en particular, pusieron sus ojos en un predio particular? Según versiones extraoficiales, afirman que el “pastor” Alberto Santana, dueño de la iglesia, tuvo un sueño en el que Dios le decía que el estadio de Alianza Lima sería de ellos y, nada ni nadie puede ir contra ese designio; éste mismo pastor ya había tenido otra visión en la que Dios le indicaba que para el 2021 él sería el próximo Presidente del Perú (Dios nos libre de todo mal). Sobre el particular, varias cosas llamaron la atención, como el hecho de tener a tanta gente tan bien organizada; tener toda la logística necesaria para cada paso (todo estaba planeado); afirmar, días después, de que si el club tiene deudas la iglesia la podía pagar en efectivo (45 millones de dólares al cash ¿Ladronde ya?) y, poner a Dios en medio de tanta cosa.

No es la primera vez que una “iglesia evangélica” saca a relucir todos los fondos con los que cuenta; no es la primera vez que, gracias a noticias como ésta, caemos en cuenta los miles de soles que se manejan dentro de ella, producto de las ofrendas y de los diezmos; así como que no es la primera vez en que las iglesias cuestionadas y, las que son del mismo grupo (en este caso evangélicas) no se pronuncian en relación a ello (los diezmos y ofrendas), no hablan sobre cómo se usa o cómo se obtiene o para qué es que se pide. El año pasado, nos enteramos que la iglesia Agua Viva, pagó 6 millones de dólares por el viejo coliseo Amauta; que el Pr. Rodolfo Gonzales recauda cerca de 7 millones de soles al año; que al pastor Vicente Díaz (vinculado a la red Orellana) se le incautaron 13 inmuebles valorizados por cerca de 42 millones de soles (casas llenas de lujo)[ii].

En los últimos meses, hemos visto un sinnúmero de casos de pastores, iglesias o grupo de hermanos que, utilizando nombres celestiales han hecho dinero a causa de los mismos; hemos visto casos de iglesias que, manejan una buena cantidad de fondos, y que son capaces de construir grandes edificios, pagar buenos sueldos a sus pastores, realizar grandiosos conciertos y cosas similares; tendríamos que preguntarnos, ¿Para eso son los diezmos y ofrendas? ¿Es obligatorio diezmar y ofrendar? ¿Qué implicancia tiene ello? pero, también es necesario que sin necesidad de ese tipo de preguntas la iglesia misma por cuenta propia diga algo al respecto. Hace un par de días, escuchaba en una radio cristiana local, una mensaje de John F. MacArthur, quien daba una explicación a los textos bíblicos: “el obrero es digno de su salario” o, el otro texto que dice que “quien predica el evangelio debe vivir del evangelio”; él afirmaba que, estos son mandatos divinos que no podemos negar, vale decir, que es cierto que nuestras remuneraciones tienen que estar en función de nuestro trabajo, vale decir, de las funciones que desempeñamos, de los cargos que ejercemos o las tareas que hacemos. Respecto de que quienes predican el evangelio, deben vivir de él; considero que, en efecto es un hecho que no puede dejarse aislado, porque, aunque no se crea, el trabajo del pastor es sumamente sacrificado, es dedicarse más de 8 horas diarias, a una labor que, muchas veces no es bien vista. Pero, ello no debe significar, que se debe abusar de ello, de hecho la biblia también nos enseña que debemos vivir cómodamente con lo que tenemos.

Por otro lado, no podemos dejar pasar que, así como existen iglesias y pastores que, como dijera el “teólogo” Arjona “se hacen ricos con la fe”; también existen negocios, cuyos dueños (evangélicos o no) piensan que colocándole nombre “divinos” a sus negocios, las bendiciones les caerán del cielo al punto tal que, empezaran a colocar sucursales en cada cuadra, incluso en el cielo. Me he paseado por varias ciudades y siempre he visto, al menos un letrero, con títulos como “Veterinaria Jesús mi Amigo Fiel” o “Urbanización Cristo Redentor SAC” o “Transportes el Evangelio EIRL” y otros más. La verdad es que no estoy muy seguro si, cuando en Éxodo 20:7 (No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.) la Biblia se refiere a éste tipo de acciones; es decir, al de tomar su nombre o un nombre relacionado a la divinidad para promocionar un determinado producto (bien o servicio).

Estamos a cierre de octubre, mes considerado como mes de la reforma, mes que nos recuerda a Lutero, un tipo que (para mí) fue un “rayado” en su época, mira que levantarse en medio de tanta gente para ir contra el clero y denunciar los abusos que algunos de ellos cometían contra sus feligreses y, de esa manera ir cambiando la perspectiva de la salvación. 501 años después de ese hecho trascendental, me pregunto si hoy por hoy, los cristianos de nuestra época estamos dispuestos a denunciar las injusticias de nuestras iglesias (pese a las amenazas), me pregunto ¿Qué pensamos de la salvación? ¿Qué pensamos de la fe? ¿Negociamos con ella? Pero sobre todo me pregunto ¿En dónde está nuestra riqueza?  

Simplemente KAJOVEPI