martes, 7 de julio de 2020

Chévere profe

Seguimos celebrando y reflexionando

Día del Maestro: frases con imágenes para dedicar a los profesores y  compartir en redes sociales | dibujos | poesía dibujos | Sticker | FOTOS |  Redes Sociales - La República

Esta pandemia, entre otras cosas, ha trasladado la escuela a nuestras casas; y, sin querer queriendo, ha hecho que los padres y las madres se conviertan en los auxiliares personalizados de cada hijo e hija. Sí, al principio hemos (porque lo hice) renegado sobre el sistema, la forma y la propuesta denominada Aprendo en Casa.

Aprendo en Casa es la estrategia del Ministerio de Educación que busca garantizar el derecho a la educación de más de 6 millones de estudiantes de las escuelas públicas. Propone la educación a distancia en el contexto del estado de aislamiento social decretado por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus (COVID-19), que impide las clases presenciales.[i]

La estrategia es buena e interesante, y se ha implementado a nivel mundial; sin embargo, hubo quienes se atrevieron a cuestionar la estrategia, se hizo carga montón contra los actores (y especial contra una actriz, Stephanie Orue), y, se revelaron (no sé que tan cierto es ello) astronómicas cifras que el Estado ha desembolsado a privados (televisoras, radios, actores, actrices y más) para que las clases sigan su rumbo.

Es cierto que la educación no puede ni debe parar; es cierto que sólo con la educación (de calidad) podemos llegar a cambiar nuestros sistemas, sociedad y vida; pero, ¿qué pasa cuándo el acceso a la misma no está garantizada? ¿qué pasa cuando quienes tienen la obligación de estudiar, no pueden hacerlo porque no tienen ni los medios, ni los recursos para ello?

Según el Decano del Colegio de Profesores, Helí Ocaña, “Solo el 28% de los hogares tienen internet, y no será posible una buena educación sin conectividad. La radio y televisión, siendo unidireccionales, no ayudan al desarrollo educativo sincrónico. Solo el 37.9% de alumnos de primaria y 71% de secundaria acceden al internet. Un 82% de la población de escuelas bilingües solo acceden a las clases por radio”.[ii]

Esa realidad nacional, se vuelve mucho más dura e indignante, conforme la vamos desagregando a nivel de regiones, provincias y distritos. Es, a su vez, una realidad común en los otros países de América Latina.

Frente a situaciones tan complicadas como estas, en la que los y las estudiantes no tienen internet o saldo en sus teléfonos o televisores o radios; hubo, esos héroes sin capa que pese a las prohibiciones de salir de casa y aun siendo conscientes de los riesgos a los que se exponían (y se exponen), decidieron salir de sus casas para, buscando la mejor estrategia alternativa, compartan las clases con sus pequeños y pequeñas.

Y entonces tenemos a un entusiasta Efraín Raymondi, profesor de quinto grado de primaria, que su iniciativa de convertir su sala en un salón de clases, ha logrado que el empresariado privado done una laptop a cada uno de sus alumnos y alumnas.

Tenemos a Gerson Ames, profesor huancavelicano, quien ha implentado su “educación a delivery”, a diario toma su pizarra acrílica, unos plumones, un parante y un parlante para hacer un recorrido diario de 4 horas, tiempo durante el cual, va a cada una de las casas de sus alumnos y alumnas y les dicta sus clases. Oscar Dávila, profesor de la región Cajamarca, hace lo mismo en la localidad de Chugur; a diario monta su caballo y va por sus alumnos y alumnas.

Pero, así como tenemos a buenos guerreros y guerreras; también tenemos a quienes hoy se han convertido en estrellas de luz, allá, en los cielos. A la fecha, según el Decano del Colegio de Profesores del Perú, hay cerca de 240 docentes fallecidos (y la cifra sigue creciendo).

Perder a los y las docentes, nos dolió, nos duele y nos seguirá doliendo; nos genera impotencia y otro tipo de sentimientos encontrados. Esa sensación de saber que un día estuvieron alegres en nuestras aulas, y, de pronto, se van sin darnos la oportunidad de decirles adiós; y sin poder ofrecerles ningún tipo de reconocimiento póstumo (porque el virus no nos permite, siquiera, darle un entierro digno).

Son momentos difíciles, sí, pero sabemos y estamos confiados, que el bullicio de las aulas, pronto volverán a retumbar en nuestros oídos. Feliz día.   

Simplemente KAJOVEPI