Para
quienes aún no me conocen, mi nombre es Karol Josep Vela Pizarro, de ahí a que
suelo firmar con el seudónimo de “KAJOVEPI”; moyobambino de nacimiento, corazón
y entrega, tengo 26 años, casado y con una nena. Ustedes se preguntaran ¿es necesario
que Karol, nos haga leer su autobiografía? ¿Qué hay en medio o detrás de todas
estas líneas? ¿Será que ya se despide, por fin, de este blog? En definitiva son
muchas las preguntas, es más yo mismo me las he replanteado una y otra vez
mientras escribía este pequeño texto. En más de una ocasión me desanimé en
hacerlo, tenía planeado publicarlo exactamente el 15 de octubre, pero, como verán
el temor fue mayor, y, es ahora en que lo publico, con cierto nivel de timidez,
esa timidez que muy pocos(as) creen que tengo, pero que sin embargo me invade y
embarga mi ser, en determinadas ocasiones, como ésta.
El
título de este pequeño escrito, responde a un ideal personal, nunca antes había
pensado escribir sobre ello, pero ahora simplemente me animé, y como repito, con
cierto nivel de timidez, pues no tengo ni la más mínima idea de ¿cómo
reaccionaran aquellos(as) que lo lean?, pero lo que más me aterra es el no
saber ¿Cómo reaccionaran los(as) involucrados luego de leerlo?, tal vez una de
esas reacciones sea positiva y cumplan con uno de esos deseos que luego leerán,
o tal vez me digan ¿era necesario que me menciones?, algunos(as) calificaran
este escrito como un acto de chambonería o soberbia, y algunos(as) finalmente
no me dirán ni media palabra.
En
esta ocasión hablaré sobre mi cumpleaños, no sobre ¿Cómo lo celebraré?, si
acaso pienso hacerlo, sino sobre ¿Cuáles
son los deseos que tengo para el mismo? Se dice que cuando uno cumple años,
al momento de soplar la vela de la torta (grande o chica), debes hacerlo pensando
en un deseo y con los ojos cerrados para que éste se cumpla; la verdad es que
nunca he creído en ello, de manera que nunca lo he practicado, simplemente se
sopló la vela y punto; y después si se quiere se reparte la torta y si no, pues
me la como sólo (como varias veces lo hice). También se dice, que después de
soplar la vela, es necesario dar “la mordidita a la torta”, o que para
celebrarlo es necesario te “rompan huevos en la cabeza” o que te “echen la
mayor cantidad de harina”; actos que considero ridículos y poco conscientes,
porque es un desperdicio de comida, comida que muchos niños(as) de la calle
darían lo que fuera por tenerla entre sus manos y darle el mejor de los usos,
antes que andar botándola.
Gracias
a esas actitudes, es que en alguna ocasión, alguien me ha tildado que soy un “aguado”
que no sabe divertirse, un “cascarrabias” que todo lo califico de malo, un “viejo
renegón” condenado a morir joven, porque un buen día hasta mi corazón se
cansará de mi mal genio y entonces simplemente ya no me servirá más; y, no hace
mucho, una muy especial amiga, se ha atrevido a recordarme que soy un “chapado
a la antigua”. Sí pues, tienen razón, soy un tipo “chapado a la antigua”, un “renegón”,
“cascarrabias”, incluso un “aguado”; pero de buen corazón, sensible; serio al
principio, pero de carcajadas pegajosas luego; que me gusta caminar, pensar,
escribir, manejar bicicleta, disfrutar del mar, a veces leer, a veces cantar, a
veces silbar; pero siempre bailar.
Durante
los últimos años, había tomado la firme decisión de pasar mi cumpleaños, que
por cierto celebro en 09 días, lejos de mi amada Moyobamba; y entonces tomaba
maletas y me enrumbaba a un pueblecito llamado Santa Rosa, ubicado en la
carretera de camino al Puerto Cherrepe, a 30 minutos del distrito de Guadalupe,
región Libertad; pueblecito en dónde nació mi mamá, en dónde actualmente vive
gran parte de mi familia materna y también paterna; pueblecito dueño de la mejor
“Galleta de Leche”, en donde el pato o el borrego (oveja), preparado en
cualquier forma, siempre es buenísimo y en dónde por las mañanas tienes pescado
fresco de Cherrepe, al medio día te ofrecen un frito y a la tarde siempre es
bueno un lonchecito con sus tamalitos de “El Alto”. En donde la señal de
telefonía móvil, sea cual sea la compañía, siempre es débil; en donde el
internet es pésimo, incluso el wifi, en dónde el tráfico no es tan pesado, en
donde tienes agua por horas (ello te invita a reflexionar sobre cómo la usas),
en dónde usas un alto parlante, para los últimos comunicados, y en dónde el
mercado sólo abre los sábado y domingos y en dónde si no madrugas no encuentras
pan para el desayuno (literalmente); y aunque todo ello puede parecer aburrido,
es paradójicamente relajante, y pues te desconectas de todo, y disfrutas, al
menos por un par de días, de una ligera tranquilidad.
Sin
embargo, este año, y pese a que la tentación por viajar es grande, decidí
pasarlo aquí, en mí, siempre amada, Moyobamba; y me atrevo a publicar una lista
de deseos, no sé si serán 27 exactamente, pero son las cosas o momentos que sí
desearía recibir durante este mes, muchos de estos están sueltos para que quien
desee la coja como una propuesta de regalo, y otros sí tienen nombre propio;
puede que alguno de ellos parezca demasiado costoso, pero otros son bastante
módicos; y finalmente si no pueden o no desean hacer ninguna de esas cosas, no
se preocupen, que con un abrazo sincero, es más que suficiente. Definitivamente
en mi lista no aparecerá que deseo pasarlo al lado de mi familia, amigos o algo
similar; no porque no quiera hacerlo, sino porque ello es algo que va a pasar
sí o sí, de manera que si lo coloco en la lista, es como hacerme trampa. Entonces
sin más vueltas al asunto aquí mi lista:
1. Sé que para muchos(as) no es de su
agrado, pero al menos para mí sí lo es, y ese es Ricardo Arjona, quien por
cierto estará en Lima el 14 de noviembre, de manera que no estaría mal que alguien
se atreva a regalarme no sólo la entrada a su concierto (lo más cerca posible),
sino también los pasajes (ojo es necesario que el 15 esté en Moyobamba, a
primera hora).
Digamos
que mi gusto por la comida (cocinar y comer) es más que obvio, así que aquí
unas cuantas sugerencias en ese rubro.
2. Empezaría con el desayuno,
recordar esos desayunos dominicales (coincidentemente este año mi cumple cae un
domingo), de la familia Vela Pizarro; estos consisten en: pan y rosquitas
caseras, juane de yuca, café de olla, motecito frito, pancita o salchicha o
relleno o mejor los tres, lechecita, unos cuantos “japoneses”; sentarnos todos
a la mesa, dejar el celular a un costado y no atenderlo hasta después de
desayunar, y charlar, de lo que sea pero charlar.
3. Para el almuerzo, y como quien
recordar a Santa Rosa, desearía que alguien pueda preparar pato o borrego; si
no saben cómo hacerlo, no se preocupen tráiganlo a mi casa, junto con los demás
ingredientes y mi mamá se encargará del resto.
4. Otra de las cosas que me gustaría
recordar de Santa Rosa, cosa que así no me siento tan lejos, es disfrutar sus “galletas
de leche”, así que si alguien puede enviarme, aunque sea unita, sería bacán.
5. Deseo que para acompañar a ese
suculento plato, alguien me traiga un vino “Gran Rose Afrutado”, pero del
original y no el que venden en una “sacha” licorería en Moyobamba.
6. Soy adicto al café, de ese café
expreso y sin azúcar, de ese café pasado en cafeteras manuales, con un
toquecito de anís, de ese café producido en casa; de manera que una bolsita, no
estaría mal; pero sería mucho mejor si no sólo traes esa bolsita, sino que también
te quedas a tomar al menos una tacita.
7. Pero también gusto mucho del mate,
de hecho aún tengo reservas para un par de sorbadas, todo es cuestión de que
alguien se anime a acompañarme, salir a la plaza y disfrutar de la tarde.
8. Otra de las cosas, de las que soy
amante, es del panetón; es por eso que la navidad me agrada, porque comes
panetón hasta el cansancio. Pero para estos, mis 27 años, desearía que mi
entrañable amiga Marleny Flores, me envié un “chocotón”, similar al que me
regaló en el año 2011; pero ojo, si alguien más se apunta con cualquiera de las
dos cosas, bienvenido, pero eso sí no olviden del “chocolatito”.
9. Y hablando de chocolates, desearía
recibir un paquete de chocolates de diferentes sabores y tamaños, todos con una
concentración superior al 45% de cacao.
10. Estoy súper interesado en que mis
amigas Roxana Gómez e Yvett Celis, me entreguen otra torta, torta que este año
prometo compartir, jajajajaja.
11. Ya para la cena, bastaría con una “lasaña
clásica” del Eduardos Pizza (la del Jr. Puno), o unas “costillas a la miel” de
Don Quijote; quizás unos anticuchitos con su juane y su tacachito, de ese
rinconcito del Jr. Reyes Guerra cdra. 1. Si estaría en Tarapoto, anhelaría
probar esas “costillas en salsas amazónicas” (creo que así se llama), del Restaurante
La Patarashca; si me encontraría en Lima, pediría me lleven a ese chifa que se
encuentra frente a Plaza Vea de las flores en San Juan de Lurigancho.
Deseos, sobre la
iglesia:
12. Creo, desde mi punto de vista, que
no le he faltado el respeto a la iglesia a la que asisto y a ninguna otra, que
el hecho de que piense distinto sobre un tema en particular no significa en lo
más mínimo que esté en contra de la misma, aunque a veces así parezca, en ese
sentido mi deseo es que, más que creerme, se respete mis opiniones y que no se
insista por tratar de imponerme aquellos ideales con los cuales no estoy de
acuerdo.
13. Deseo una iglesia, nueva,
renovada, reconciliadora; en dónde el púlpito se utilice para predicaciones
frescas, reconfortantes, con un verdadero fundamento bíblico, contextualizado
al momento en que el pasaje se escribió y contextualizado a nuestro momento; y
se deje de una vez por todas, esa maldita costumbre de usarlo para atacar a
quienes piensen distinto, se deje esa maldita costumbre de armar predicas
dirigidas a “x” hermanito(a), se deje esa maldita costumbre de andar usándolos como
ejemplos para “prevenir pecados”; nos olvidamos que ese tipo de predicas lejos
de restaurar, sólo alejan más.
14. Se habla mucho de que debemos ser
firmes en nuestras decisiones, de que nuestro sí sea sí y de que nuestro no sea
no; como le digo a mi amigo Alpino Vásquez –cumpa sí es sí y no es no, el resto
son mariconadas–. Se habla incluso de que, como hijos de Dios, debemos ser lo
más transparentes posibles, que nos dejemos de cuentos y digamos las cosas sin
pelos en la lengua; mi deseo es entonces, que determinados líderes de la
iglesia a la que asisto (no es necesario dar nombres, pues ellos saben quiénes
son) se dejen de cuentos conmigo (no soy tan tonto como parece) y se atrevan a
decirme en mi cara pelada y sin pelos en la lengua, las razones por las cuales
se me trata con pinzas, y de alguna u otra forma se me reprime de ciertas actividades,
e incluso se me excluye del servicio en más de un ministerio.
15. Desearía que la iglesia, así como
hace alarde de sus logros, de sus avances y sus victorias; tenga el mismo carácter
para reconocer sus fallas, sus truncadas y sus cambios de planes. Que no sólo
reconozca a los hermanos(as) que hacen determinadas labores, y que merecen
justo reconocimiento, sino que también se atreva a experimentar que significa “pedir
perdón” a quien hice daño.
16. Y aunque este deseo ya lo escribí
días atrás, bajo otros términos claro, desearía que la iglesia a la que asisto,
le devuelva el púlpito a las mujeres, que no sólo se les reconozca como buenas
evangelizadoras y predicadoras, sino que se les permita servir al Señor, con
esos dones ya reconocidos.
Deseos, con nombres
propios, de hecho ya escribí algunos, pero estos son como que más específicos:
17. Si viajaría a Santa Rosa, repito
la tentación es grande, tendría que pasar obligatoriamente por Chiclayo, y no
sólo pasaría por allí, sino que optaría por quedarme y pasar o medio día o un
día entero, entonces aprovecharía el tiempo e iría, directo y sin escalas, a la
cafetería “Canela y Miel”, y me reencontraría con, la dueña del café, “Mayté”, personaje
a quien no veo hace mucho, pero de la que escribo siempre; y me sentaría a
charlar con ella, viejo, viejo, es fijo que uno de los temas de conversación
sería saber qué es de “Leonardo”, quien sabe y a lo mejor también me tome la
molestia de escribir un nuevo capítulo sobre ellos; me atrevería, incluso, a tomarme más de un selfie con ella, y allí
pasaría todo el tiempo, no aceptaría escusas tales como “tengo que ir a
trabajar”, “me están esperando”, “tengo otros planes” o cosas similares, ya que
siempre que viene a Moyobamba o Nueva Cajamarca, nunca pero nunca se da tiempo para verme, y
eso que, según ella siempre me recuerda.
18. El tribunal “OL”, me ha
sentenciado a la indiferencia, al distanciamiento, a la cura de silencio, al te
hablo para cosas puntuales; éste tribunal justifica su sentencia en base a un
error que, reconozco públicamente, cometí: mi
insistencia en un proceso en particular; el tribunal sabe que soy un
insistente, pero lo que no sabe son los “motivos de mi insistencia”; entonces
he apelado a su sentencia y le he pedido, de la manera más atenta posible,
revise nuevamente mi expediente y me conceda el beneficioso de la duda, y que,
en una nueva audiencia, me dé la chance de defenderme, pues hasta ahora ha
juzgado en base a sus criterios y me ha sentenciado, sin ni siquiera haberme
escuchado. Espero que el tribunal “OL” acceda a mi petitorio, y me conceda esa
chance; siendo ambos conscientes de que esa nueva audiencia será para
básicamente poner las cartas sobre la mesa, siendo ambos conscientes de que esa
nueva audiencia, traerá consigo una nueva y definitiva sentencia, la misma que
me comprometo a aceptar, por muy dolorosa que ésta sea.
19. Desearía que mi amiga, Derly
Campos, a quien estimo bastante, me entregue por fin aquellos planos que le
pedí; confió mucho en su capacidad profesional y sé que si se está demorando es
porque me va a entregar un buen y excelente trabajo.
20. Desearía que, Ana Reyes, mi amiga,
consejera, un personaje que tiene muchas cosas para admirar; se dé un
tiempecito en su apretadísima agenda, y escriba mi “biografía”, la misma que
pienso colocar (pronto, pronto) en mi libro; digamos sé mi historia, pero no es
lo mismo que yo me lo cuente a que me lo cuente un tercero.
21. Deseo con todo mi corazón que, mi
mejor amigo del alma, Eliezer Peña, se dé una vueltita por Moyobamba, que venga
siquiera por una tarde, que cojamos cada uno su bicicleta y salgamos a pedalear
por todas las calles por las que antes pedaleábamos.
22. Deseo que el gran Alpino Vásquez
(Alpi papi o Alpino pepino –como dijera Abby–), otro de mis amigos, ponga todo
su esfuerzo por diseñar aquel recordatorio que pienso entregar a mi abuelita
Juana; escribir sobre ella siempre es complicado, porque cada vez que lo hago
me vienen las ganas de llorar su recuerdo, quizás porque siento que no la lloré
lo suficiente durante su entierro, o quizás porque siempre me hace falta, o quizás
porque soy demasiado sentimental, pero siempre he de derramar un lágrima cada
vez que la pienso ¿Por qué tuviste que irte tan pronto abuelita?.
Otros
deseos, quizás raros, quizás fuera de contexto, quizás locos, pero, deseos al
fin:
23. Desearía que exista un teléfono
súper especial, sé que estoy pidiendo un imposible, pero que me permita, al
menos por un minuto, escuchar la voz de mi Juanita Sánchez.
24. Como mencioné al inicio de este
escrito, a veces me gusta cantar pero siempre bailar, de manera que ese día
desearía, quizás un día antes, ir un rato al Karaoke y después ir a bailar;
bailar y bailar hasta que me duelan los pies, bailar y bailar.
25. Siempre me ha llamado la atención
los “clown”, creo que éste personaje puede ser de mucha ayuda para muchas personas;
desearía que alguien me invite a ser clown, al menos por media hora.
26. Otra de las cosas que siempre me
ha llamado la atención, son las flores (algunos(as) pensarán que esto ya es
demasiado cursi), pero sí, siempre me han llamado la atención las flores, los
arreglos florales, en fin; de manera que desearía recibir uno, uno que tenga
rosas rojas, un girasol, algunos claves y otra florecilla más.
27. Finalmente, desearía que aquellas
personas, que me consideran su amigo; sean sinceros conmigo, que si quieren
decirme algo o reclamarme de algo me lo digan, que no es necesario ir con
terceros, que no es necesario comentarlo a otros, porque suele pasar que cuando
vamos y se lo decimos a otra persona, éste tercero se lo cuenta a otro y así
sucesivamente, y al final se convierte en un chisme y entonces la relación se
va al tacho de basura, y todo ¿Por qué? Porque simplemente no me lo dijeron en
mi cara, en su tiempo y de la mejor forma.
No
pensé llegar a 27 deseos, supongo que después de publicar esta lista, me vendrá
a la cabeza otras cosas que quisiera publicar, pero ya será demasiado tarde;
dejo esta “Lista de Deseos”, esperando que la mayoría de ellos se cumpla, y, si
bien es cierto que mi cumpleaños es el 15 de noviembre, sin embargo, sus
regalos pueden llegar hasta fin de mes….
KAJOVEPI