martes, 24 de septiembre de 2019

Familia es familia


Por esas cosas de la vida, este su servidor tiene y debe visitar varios puntos de la región. Esto de viajar de manera constante tiene sus cosillas interesantes; ya saben, esto madrugar para llegar a tiempo al lugar de destino, o renegar un poco porque no hay pasajeros (cuando eres uno de ellos) y entonces, porque la situación lo amerita, debes pagar el resto de pasajes; dormir en el carro cuando sabes que quien maneja la movilidad es una persona seria y responsable, o terminar gritando al chofer porque se quiere pasar un tráiler en plena curva y con la pista mojada por la lluvia; hacer paradas para estirar las piernas o sacarse un par de fotos o hacer otras cosas, propias del organismo; pero también hacemos paradas para recargar nuestras energías con un buen caldo de gallina o con unos panes recién horneados o con un poco de queso casero o con unos dulcecitos regionales o con un poquito de agüita de coco o con lo que sea.

Pues bien, la semana pasada, entre tantos lugares visitados, llegué a una comunidad (a la cual volvía después de 8 años, casi) para participar de una actividad que me pareció súper interesante, se trataba de una Jornada de Integración Padres e Hijos, organizado por la Institución Educativa Integrada, de la localidad; y, digo que me pareció súper interesante pues he visto a niños y niñas de inicial y primaria; e incluso adolescentes de secundaria jugar con sus padres y madres a la cuchara y el huevo, los encostalados, la comidita y otros, y mientras ellos pasaba las risas no pararon; todo estaba bien hasta que, el animador, que también es profesor allí, les decía a las parejas perdedoras que el castigo, para los padres y madres, era el de abrazar y besar a sus hijos e hijas e indicarles que los aman, que los quieren y que están orgullosos de que sean sus hijos(as); en el caso de las parejas ganadoras, nunca recibieron premio alguno pero, también tenían que hacer lo mismo.

Hasta ahora no logro entender ¿cómo es posible, que el abrazar, besar y decir que quieres a tu hijo o hija, puede ser considerado un castigo? ¿Bajo qué pretexto? ¿En qué contexto? ¿Por qué amerita un castigo? ¿Será que esto del amor filial, no existe en estas familias? ¿Será que los hijos y las hijas están en completo abandono y entonces, necesitan que alguien los “castigue” para que den un poco de amor a sus hijos e hijas? Lo curioso de la jornada es que mientras el animador daba la orden, los demás profesores y profesoras, junto al director, secundaban aquello y motivaban a hacerlo, casi casi obligatoriamente; y, los padres y madres que lo hacían terminaban, en algunos casos, con risas fingidas y en otros con abrazos fríos; pero, los niños, niñas y adolescentes, terminaban muy alegres.  

Durante esta semana, mi mamá cumplió un año más de vida; no revelaré ¿cuántos? Aunque, sepan ustedes, que el año que viene y si Dios lo permite, tendremos un reventón de una semana, tipo fiesta patronal; con castillo, orquesta y tortas de por lo menos 10 metros (esto, según lo que mis hermanos han ofrecido). El chiste está en que este año la celebración la hicimos en el primer restaurante y mercado gastronómico de Moyobamba de nombre QATU (no vayan a creer que es cherry pero, si quieren visitarlo, está entre el Jr. Puno y Libertad, en el barrio de Zaragoza). Luego de esta modesta celebración, decidimos, sin haberlo planificado antes, tomarnos la foto de rigor; el resultado, una foto con mis padres en medio y, nosotros 4 tras de ellos, parados en estilo militar (sí, como en la foto que acompaña la nota).


Mi familia, como cualquier otra, es muy peculiar; tenemos a mi madre que es una experta en la cocina, que su sazón es envidiable y que, gracias al cielo, me la ha heredado, que también hace música, sí, ha integrado el coro de la iglesia y los dirige con el bombo; mi padre, por su lado, no sólo es un constructor de edificios importantes, sino que también es un ex dirigente deportivo, muy conocido en ese mundo, y además, el que solía contar los chistes en los velorios del barrio; Joel, poco a poco se ha ido especializando en la fotografía, en el video y la edición gráfica; Pedro, con la nobleza intacta que tiene, se ha convertido en músico y cantor dentro de la iglesia y viene haciendo carrera como servidor público; Gabriel, el huinsho, ahora que anda en la secundaria, ha empezado a hacer sus pininos en este mundo de las ciencias de la comunicación y, le han proyectado (según los test vocacionales) que puede ser un buen reportero o locutor de radio o comunicador; y, les quien escribe y les molesta, semana tras semana, a diario viene descubriendo lo que significa ser padre, ha empezado a amar la lectura (porque el escribir me lo exige) y, ha empezado a amar a las plantas (que ahora soy jardinero).

Como familia, hemos tenido nuestros altos y bajos, hemos tenido nuestras crisis existenciales, nuestras broncas, encuentros y desencuentros; algunas veces nos hemos distanciado, aunque siempre hemos terminado unidos. He visto el sacrificio de mi padre, modesto en sus cosas, humilde para cuando nos corregía y hasta ahora lo hace y recto en las responsabilidades que asumía; también he visto las lágrimas de mi madre, cuando de rodillas se ponía a orar (y sé que hasta ahora lo hace) por cada uno de nosotros, sus manganzones digo, sus hijos; he visto, la rebeldía de mis hermanos y he protagonizado las mías, pero también nos hemos esforzados por darles alegrías (a mis padres) con cada cosa que podamos hacer. Creo que si como familia, hubiésemos ido a éste pueblo y, hubiésemos participado de aquella jornada de integración, esto de los “castigos” con los abrazos, jamás lo hubiésemos visto como ello, sino como algo que es parte de la razón de ser de nuestra familia.

Rubén Blades, en su single (canción) Amor y Control, habla de dos tipos de familia; una con una madre enferma y otra con un hijo rebelde; pero, ambas familias con un fin común, una situación que los podía desgraciar como familia pero que también los podía unir; todo dependía del camino que ellos, como familia, decidieran seguir. Una canción que nos dice que el deber de un padre nunca acaba, que su amor nunca se deja de entregar; que nuestros padres, siempre van a estar preocupados por sus hijos e hijas; y que esa preocupación, que se traduce en control, no debe ser un simple hecho de cosas banales, sino que la preocupación debe ser profunda, desde saber dónde están tus hijos e hijas, hasta saber con quienes habla por el Facebook. Pero, también es una canción que habla de amor, un amor que debe ser sencillo, tan sencillo como abrazarlos, besarlos, premiarlos, hacerles sentir que esa es su familia, que es lo más importante. Realmente les recomiendo escuchar esa canción; recuerda:

<<…a pesar de los problemas; familia, es familia y cariño es cariño…>>

Simplemente KAJOVEPI

domingo, 22 de septiembre de 2019

Mensajes ocultos


Hace algunas semanas, cuando en mi whatsapp publiqué el siguiente estado: <>; uno de mis contactos sugirió: <>. El reto sí que fue bastante interesante, entonces, luego de un par de bromas que le jugué, me atreví a ofrecerle que escribiría sobre ello, luego de hacer algunas lecturas.

No sé si ustedes recuerdan pero hace algunos años, y probablemente ahora también pero con menos intensidad, se hablaba de esto de los mensajes subliminales en la música, mensajes que venían en las canciones de moda y, que de alguna u otra forma, estaban llevando a la humanidad a una total perdición.

Conozco a gente que aborrece la música, pero también conozco a gente que no puede vivir sin ella; y es que siento que la música, como tal, es un acompañante nuestro, desde nuestra fecundación hasta el momento en que partimos a la eternidad. De pronto, cuando hemos estado súper concentrados en algo, o caminando por allí, o en un bar, o en un restaurante, o en casa y, de un momento a otro escuchamos ciertas melodías o bien la tarareamos o bien empezamos a mover nuestros pies, e incluso algunos a dar algunos pasitos de baile.

Acabo de ver la película El Maestro Luchador (se las recomiendo) y, en una de sus escenas un maestro de música dice lo siguiente: <<…la música llega, donde las palabras no pueden…>>; entonces, tomando en cuenta ello, que bien puede ser parte de un libreto bien armado, pero que no deja de ser cierto; vuelvo a las preguntas que me hiciera uno de mis contactos ¿qué es esto de los mensajes subliminales? ¿existen?

Recuerdo que cuando todavía estaba en la secundaria, hubo una canción que se puso muy de moda: Aserejé de Las Ketchu; esta canción como tal, tenía un ritmo peculiar y, al mismo tiempo una letra medio incoherente (en particular el coro) pero pegajoso; en paralelo a ello, hubo una iglesia evangélica que empezó a vociferar en contra de dicha canción, argumentando que la misma era, por demás, satánica pues tenía una alta carga de mensajes subliminales; y se habló de esa canción y de otro shunto, concluyendo que todas ellas, nos estaban llevando al mismo infierno. Varios de mis compañeros y compañeras, aprovechando las circunstancias y los concursos de oratoria, nos dieron verdaderas cátedras sobre ello; indicando que un mensaje subliminal es aquel mensaje que va directo al subconsciente y, que la conciencia no puede descifrar, existiendo como método más común, en la música, el colocarlos al revés y ello se puede comprobar, dando vuelta al disco.

Aunque en lo personal, soy muy incrédulo de esa teoría, es muy probable que en aquella época (algo de 15 años atrás) sí existían canciones con ese tipo de mensajes (ojo, dicen que también están presentes en otros como pinturas, videos, textos…) pero, creo que hoy por hoy, ya no existen ese tipo de mensajes. Y esto porque las canciones que ahora escuchamos son mucho más implícitas, más directas y sin tantos tapujos, en particular los famosos reggaetones o perreos.

Es increíble ver cómo la canción, cuya letra dice, <<…perrea mani, perrea…>> se ha vuelto tan famosa y es aceptada por todas las edades, o aquella que dice <<…vamo a ser feliz, vamo a ser feliz, felices los cuatro…>>, o como esa otra que dice <<…a las cuatro les encanta en cuatro…>>; incluso ahora aceptamos que nuestros hijos e hijas, canten un bailen el totó, o el <<…si no me acuerdo, no me acuerdo…>>, o el <<…sin pijama, sin pijama…>>, o la tan graciosa <<…mi cama suena y suena…>>

Como lo dije líneas arriba <<…la música llega, donde las palabras no pueden…>> y, entonces, cuando en algún momento escuchemos alguna música, probablemente su cuerpo se mueva un poco o la tararee o la cante en la mente, lo cual no está mal; pero, si me atrevería a sugerirle que medite sobre ella, que analice la letra, que exija música y canciones de calidad; no vaya a ser que por andar descuidado y por no prestar la atención debida, en un karaoke cualquiera le dediquen Rata de dos patas y usted, en medio de su distracción y ganas de juerguear por juerguear, termine cantando el coro, a todo pulmón.

Simplemente KAJOVEPI

martes, 10 de septiembre de 2019

Visita ¿No grata? O ¿Inesperada?


No sé si ustedes, pero al menos en mi caso, mi abuelita Juana y mi papá e incluso a veces también mi mamá, me han dicho que cuando tenemos esas visitas ango (creo que así se escribe), la manera más efectiva de hacer que se vayan rápido es colocando una escoba detrás de la puerta. Una visita ango es aquella que cuando llega, se instala y después ya no hay cuando se vaya; es una de esas visitas que al principio puede ser sorpresiva, esperanzadora, o nada agradable; pero que después se vuelve, por demás, molestosa e irritable.

Considero que la mayoría de nosotros, sino todos, tenemos una visita en particular, que no queremos recibir por nada del mundo; es una visita que según el contexto, bien le podemos tener miedo o bien la podemos andar invocando, bien la podemos estar esperando o bien nos agarra desprevenidos; y, no me refiero a personas de carne y hueso, no; sino que quiero referirme a la muerte, esperando que éste escrito no sea tapia.

En la columna de la semana pasada, recordaba parte del discurso de Robin Williams, cuando protagonizó la película sobre Patch Adams, discurso de quiero volver a recordar; <<… ¿qué hay de malo en la muerte?, señor ¿a qué le tenemos tanto miedo? ¿Por qué no tratar la muerte con cierta humanidad, dignidad y decencia y, Dios perdone, hasta con humor?...>>

La muerte es pues, esa visita que tú no la quieres recibir pero que tampoco te pide permiso para entrar a casa e instalarse, hacer lo que tiene que hacer y luego irse con un “hasta pronto”, como si quisiéramos que vuelva. En otra de las columnas, que escribí hace algunos meses, les comentaba como es que una de las hermanas de mi papá; despertó, estuvo haciendo sus cosas y luego, de un momento a otro, pasó a la eternidad. Hace algunas semanas, la muerte volvió a visitar nuestra familia y, esta vez se apoderó de uno de los hermanos de mi mamá; así, de manera sorpresiva y rápida, la muerte ya había decidido llevárselo con ella. En ambos casos, no tuvimos oportunidad de decirnos adiós; y aunque tuvimos oportunidad de compartir una comida o un traguito, jamás pensamos que ese sería el último; sí, nos abrazamos y conversamos pero, de haber sabido que no nos volveríamos a ver más, la conversa hubiese sido más larga y el abrazo más intenso.

Atreverme a hablar acerca de todos los misterios que se encierran tras de ella; esto de descifrar si hay vida después de la muerte; o si existe un cielo, un infierno y un purgatorio; o si nuestros muertos terminan reencarnándose; o si simplemente allí, cuando nos entierran, se acaba todo; son discusiones interesantes, sí, pero que no las podemos abordar en la presente columna, porque, para ser sincero, cada quien tiene un punto de vista distinto y muy bien argumentado; y, el café nos quedaría corto.

Sin embargo, me atrevería, sí, a preguntarles y a preguntarme ¿qué estoy haciendo en mi día a día? ¿Cómo es que estoy llevando la vida? ¿La estoy disfrutando? O ¿ya de plano soy un muerto viviente?; Si quisiera ser más quisquilloso, preguntaría también ¿dónde es que tienes tus esperanzas? ¿Dónde es que tienes tu fortuna?, esa que piensas dejar como herencia, para ti ¿qué significa la palabra “fortuna”?; cerrando este momento de introspección, me atrevería, tal vez, a hacerte esa pregunta que me hicieran años atrás, en una reunión de adolescentes, en la iglesia a la que asisto; si morirías mañana ¿cuál sería la frase que desearías que coloquen en tu epitafio?

Sinceramente, mi intención aquí no es la de darte fórmulas maravillosas de cómo, a lo Susy Díaz, vivir la vida; tampoco pretendo hablarte de libertades, límites o libertinajes; créeme cuando te digo que, al final de la columna, no recibirás invitación alguna para que asistas a una iglesia en particular. Cómo lo dije líneas arriba, cada quien tiene un punto de vista distinto que, podemos sentarnos a conversarlos y debatirlos, de manera respetuosa y alturada, como los demás “civilizados”.

Pero, hay algo que sí me atrevería a decirte, y a decirme también, es que muy al margen de todo, te invito a vivir tu día a día, como si fuera el último de tu vida; sí, vamos, esmérate por dar lo mejor de ti, de tal forma que cuando esa visita llegue (grata o no grata, esperada o inesperada) y quiera llevarte, te dejes llevar, con la satisfacción de que diste siempre lo mejor de lo mejor; que cuando estés en la eternidad, ni tú, ni tus familiares, ni tus amigos, ni tus conocidos, ni nadie, se arrepientan de no haber hecho tal o cual cosa; y que quienes queden, te guarden siempre en el recuerdo (bueno, malo, regular…), que te recuerden, así hasta cuándo te olviden, y, cuando el último ser viviente, cercano a ti (personas, animales o plantas) te hayan olvidado por completo, cómo en la película Coco, entonces es ahí, cuando de verdad partiste.

<<…la muerte no es un enemigo…>>

Simplemente KAJOVEPI

martes, 3 de septiembre de 2019

Su salud NO importa


Hace una semana, quizás un poco más, el Presidente de la República, Sr. Martín Vizcarra Cornejo, tuvo el enorme “privilegio” de inaugurar nuestro tan anhelado, extremadamente esperado y, necesario Hospital de Moyobamba. Como toda fiesta, la inauguración de este singular espacio, ha contado con todos los detalles protocolares indispensables de; seguridad, ubicación del escenario, audio, sonido, salas de conferencias, ruta de recorrido, publicidad previa y otros. Realmente fue un acto y día histórico para Moyobamba, un hospital que inicialmente debió haber sido inaugurado cinco años atrás, ahora ya estaba siendo entregado al pueblo, con unas sobrevaloraciones alarmantes y nada despreciables.

Lo curioso de este día, como suele suceder cuando nuestras máximas autoridades llegan para determinado acto, es que por lo general, siempre se busca presentar lo mejor de sí, a fin de dar la mejor imagen, a fin de dar a conocer que todo marcha de maravilla y, que los servicios ofertados no solo son óptimos y accesibles, sino que son infalibles.

Recuerdo que días previos a la inauguración una periodista local indicaba en su red social, cuenta personal, que no podía creer cómo es posible que el Municipio, la OTASS, el PEAM y los demás estaban cien por ciento enfocados en dicha inauguración, para brindar la mejor imagen. Creo que si Vizcarra viniera de sorpresa en estos días, se daría cuenta que nuestras calles son un desastre y, las que están cerca al hospital están llenas de polvo; vería también que el servicio que nos brinda la OTASS es el peor, que las restricciones de acceso al elemento líquido vital, son más que cuestionables y que lo peor es que llueva o no, igual no tenemos agua en nuestros caños y si la tenemos, la tenemos por horas; tal vez se enteraría de los problemas internos que hay en el PEAM, de cuán obsoletos está los equipos médicos que se compraron, de que no contamos con personal adecuado.

Pero, aquello que se ha mencionado antes, quizás no es tan alarmante en comparación con la otra noticia que otro medio de comunicación local nos brindó, sobre el mismo día de la inauguración. La nota periodística asegura que una mujer gestante perdió a su bebé, dentro de su vientre, el mismo día de la inauguración y, tuvo que esperar cerca de quince horas para que sea sometida a una operación, por medio de la cual aquel bebé fallecido sea retirado de su organismo.

Valdría la pena preguntarse, ¿por qué fue necesario que espere tanto tiempo? ¿Es que acaso no contábamos con el personal adecuado? ¿Acaso no contábamos con los equipos y espacio, necesarios para tal intervención? ¿No se supone que se estaba inaugurando un hospital moderno y de calidad? ¿Qué es lo que más primó, que todo quien esté en frente del Presidente, sin importar la salud de sus propios pacientes? ¿Por qué es que tenemos que ser tan inhumanos?

Hay una escena de la película Patch Adams, que considero es necesario mencionar, ahora que contamos con un nuevo espacio y, bajo la esperanza de que el servicio en nuestro hospital, mejore;

<<…la muerte no es un enemigo, si peleamos contra el mal, peleemos contra el más terrible de todos; la indiferencia… un doctor tiene la misión no sólo prevenir la muerte, sino también de mejorar la calidad de vida; si tratan una enfermedad ganan o pierden; si tratan a una persona, les garantizo que siempre ganaran, sin importar las consecuencias…>>

Simplemente KAJOVEPI