viernes, 21 de octubre de 2022

¿Cómo estás?



En estos últimos días (11 y 12 de octubre, para ser exactos), estuve con un grupo de docentes en un evento que pretendía darles soporte/contención emocional y que buscaba, de alguna u otra forma, no sólo enseñarles a cómo hacerlo con sus estudiantes, sino que, por sobre ello, hacer hincapié en que este tipo de actividades contribuye en gran manera a tener una buena salud mental.

Sí, una buena salud mental, algo de lo cual se ha hablado mucho desde que inició esto de la COVID y sus restricciones; y del cual, por mucho tiempo, hemos tenido abandonado. Pero ¿qué implica ello?, ¿salud mental?, ¿de qué hablas?, podrán preguntar varios de ustedes y créanme, yo también me he preguntado lo mismo en más de una ocasión. Y sí, reconozco que hasta ahora mantengo ciertas resistencias al tema, pero, aun así, asumo en mi conciencia de que, gozar de una buena salud mental es, tal vez, lo más importante para el desarrollo integral del ser humano.

Según algunas definiciones, Salud Mental, implica un estado de equilibrio que debe existir en la persona y su entorno sociocultural. Lo que en otras palabras podemos decir que se refiere a el bienestar emocional, psicológico y social de la persona, lo que obviamente va a determinar cómo es que maneja situaciones de estrés, su interrelación con otros y la toma de decisiones.

Aparentemente esto es como que muy fácil ¿no?, es decir, si estás bien, todo a tu alrededor estará bien y, si estás mal, todo a tu alrededor estará mal; pero, no es tan sencillo como parece ¿qué tanto nos cuesta “estar bien” ?, ¿qué implicancias tiene ello?, ¿cómo puedo saber cuándo estoy bien y cuando no?, ¿qué situaciones hacen que yo esté bien, y, qué situaciones me ponen a tope?; y claro, mientras las preguntas se van profundizando, seguiremos dándonos cuenta de que no, que no están fácil.

En estos talleres que les mencioné, la expositora principal nos decía algo interesante, “a ver, decía ella, les pregunto: ¿cómo están?” y claro, todo el auditorio (60 voces al unisonó) respondían “bien”; y luego decía “¿de verdad están bien?”; y desde allí empezaba la reflexión.

Su postura era clara, nosotros (en especial los peruanos) solemos responder así, “estoy bien”, todo, con el fin de evitar se nos haga más cuestionamientos; todo, con el fin de no dejar ahonden más en nuestros interiores, tal vez, porque el expresar lo que sentimos, no siempre será bueno (al menos eso nos enseñaron).

A diario, tenemos un número de situaciones/hechos, que nos pueden poner a tope; la rutina en el trabajo, los problemas en casa, las discusiones con la novia, la prepotencia de mi profesor de curso, el acoso de mi compañero de clases, la cuota vencida en el banco, insultos, gritos, golpes o la simple indiferencia… por mencionar algunas. El abandono emocional, es un hecho recurrente que hace que nuestra salud mental, no ande bien y, enfrentarse a ello, es decir, equilibrar nuestras emociones, cuesta.

No siempre debemos tener la cara sonriente de oreja a oreja. No siempre debemos andar riendo sin freno frente a cualquier situación. No siempre podemos andar escapando de nuestros miedos, de nuestras penas, de nuestras frustraciones. No siempre podemos estar “bien”.

Tenemos la opción y el derecho de estar mal, de renegar, de llorar, de gritar, de enojarnos, de frustrarnos, de caer… pues, toda esta negatividad, debe ser visto como una oportunidad, que nos va a ayudar a salir. A cambiar el rumbo, el foco. A tomar decisiones, las mejores tal vez. Eso es lo que algunos llaman resiliencia, que es la capacidad de respuesta frente a situaciones adversas.

En este espacio del que les hablaba, la expositora nos compartía las 4A del autocuidado, y ahora las quiero compartir contigo; por que sí, debemos aprender a cuidarnos, si no somos nosotros mismos, entonces ¿quién?

Frente a situaciones adversas primero hay que Autocalmarnos, medir nuestras emociones, ¿qué hago para poder calmarme cuando estoy enojado? Luego, debemos buscar Actividades que puedo hacer para relajarme. Posterior a ello, debo Autoobservarme, es decir, evaluarme, reflexionar sobre mis emociones, tomar conciencia del porqué de mi comportamiento. Finalmente, hay que buscar Ayuda, ya sea de un profesional o de un amigo, pero, no dejes de hacerlo.

Simplemente KAJOVEPI

miércoles, 12 de octubre de 2022

Bodas de hueso


La Iglesia Evangélica Presbiteriana de Moyobamba acaba de cumplir 100 años de vida congregacional, 100 años “predicando” el evangelio de múltiples formas, sembrando la semilla de la fe, esa que cuando fecunda en tu ser, te hace entender que necesitas ser transformado y que mereces una vida nueva.

Como ya lo han recordado propios y extraños, la historia de la iglesia se remonta a 1922 cuando dos misioneras, Annie Soper y Roda Gould, enfermeras ambas, aceptaron la invitación de venir a servir al Señor por estos lares. Más de una publicación nos indica que su viaje no fue el todo agradable, sus vidas ha corrido peligro en más de una ocasión; aún así, y con toda la estigmatización que existía de por medio, ellas siguieron adelante.

Ya instaladas en Moyobamba, empezaron a predicar el evangelio, pero, de una forma distinta a la que tradicionalmente conocemos; su predicación se basaba en hechos más que en discursos, identificaron la necesidad de la comunidad y, sobre esa necesidad y en función de sus dotes, empezaron a trabajar.

Sanaron enfermos, construyeron un hospital, tenían una escuela, establecieron un orfelinato; sus acciones te decían que un nuevo estilo de vida era posible, y que el amor de Dios no debe encerrarse en cuatro paredes, sino que debe transcender de ella. Que la preocupación no solo debe ser por las almas, sino que somos seres íntegros, en el sentido de que tenemos cuerpo, y por lo tanto la preocupación debe enfocarse en lo social, salud, educación… en pocas palabras, en el completo desarrollo del ser humano.

Hace como un mes, estuve participando de un conversatorio con diversos pastores, líderes y lideresas de algunas iglesias evangélicas de aquí de Moyobamba; frente a la pregunta de ¿qué pensamos sobre tener un estado laico? Escuché una reflexión que me pareció súper interesante, el pastor decía (parafraseando) <<…para ganarnos a las personas, tenemos que hacer labor social y eso hemos perdido de vista (…) la iglesia debe servir a los demás y de paso predicamos el evangelio…>>

¿Saben? Lo que decía este pastor es totalmente cierto; durante mucho tiempo he visto a predicadores, pastores, misioneros, iglesias enteras que, creen que evangelizar implica tomar un micrófono, subir lo más que se pueda el volumen y gritar tontería y media; o creen que porque “hablan en lenguas” (a veces no son más que inventos) ya están sembrando la semilla; o creen que el salir casa por casa, repartiendo biblias, folletos reflexivos y recitando de memorias convenidas citas bíblicas, ya es acercar el reino de Dios. Y no, la predicación del evangelio es más que eso.

La Iglesia Evangélica Presbiteriana de Moyobamba, acaba de cumplir sus “Bodas de hueso”, que significa que es duradero, que es fuerte, que se mantiene vigente pese a todo, que tiene historia. Y esa historia ha tenido sus épocas de primavera y de invierno, sus altibajos, como decimos, y así como hemos tenido administraciones rescatables y respetables, también hemos tenido administraciones desastrosas que espero, no se repitan.

Sobre mi paso por la iglesia, le diré, y no lo voy a negar, que en varias ocasiones, he sentido, como lo decía este pastor, que hemos perdido la mirada social; en otras ocasiones he sentido que el interés era sólo y únicamente monetario pues primaba ver estrategias para aumentar las arcas; o que de pronto, sólo interesaba el número de “convertidos” y bautizados por año; y en los peores casos, he visto un máximo interés por querer tener poder, al punto tal que planificaban estrategias para aferrarse a ello. Pero, también he visto pequeñas luces de esperanza en medio de tanto caos, también he visto acción social, desprendimiento, atención al necesitado, humildad.

Hoy por hoy, una nueva administración ha tomado posesión de la iglesia, esto a raíz de una crisis gubernamental, llena de una serie de cuestionamientos que, esperamos puedan absolverse en el más breve plazo, por el bien no sólo de la iglesia, sino de la comunidad en general. Que sea Dios, el Dios en quien confiamos y quien no ha abandonado a su iglesia en todo este tiempo, la principal guía, en su diario caminar.

Simplemente KAJOVEPI

sábado, 30 de julio de 2022

Huachafos

 

Según algunos entendidos, estos días deben ser de reflexión pues, el “descubrimiento” y la posterior “fundación española” de Moyobamba, por don Juan Pérez de Guevara, allá por el año de 1540, lejos de significar un hecho sin precedentes e históricos que nos deba llenar de orgullo, significaba, para los residentes de ese entonces, años llenos de dolor, persecuciones, invasiones y violaciones de cuantos derechos existían, en tal sentido, el 25 de julio de cada año, no debe ser un día de celebración sino de memoria.

Sin embargo, existe en el pensamiento popular esta manía, tradición, costumbre (o la etiqueta que quieras darle), de que el 25 de julio debe ser una fecha jubilar, fecha en la que debemos “tirar” la casa por la ventana, gastar todo el presupuesto posible y celebrar a lo grande pues, el hecho de haber sido “fundados” por los españoles hace 482 años, no sólo exalta nuestro estatus quo, sino que, además, es algo por el cual debemos sentirnos orgullosos.

Durante estos últimos días, en el marco de la “celebración” de estos 482 años de fundación, la Municipalidad Provincial de Moyobamba ha promovido una serie de actividades, algunas un tanto comunes y otras un poco fuera de serie, nunca antes vista, quizás, con el fin de “reactivar la economía”, quizás con el fin de “ejecutar presupuestos retrasados de los años 2020 y 2021, en donde no era posible desarrollar actividades similares”, tal vez con la intención, al menos de parte del alcalde, Gastelo Huamán Chinchay, de poder darse un “baño de popularidad” para así poder despedirse de su triste gobierno, pero, de que han levantado polémica y hasta manifestaciones burdas, las ha levantado.

Por ejemplo, se ha criticado hasta el cansancio la intención de querer desarrollar un campeonato de fútbol de eliminación simple, “Mundialito Moyocho 2022”; primero, se observó el monto destinado para premiar al primer puesto, ocho mil soles, monto superior a los destinado a los ganadores de los concursos de pandilla; y claro el reclamo iba en ese lado “esto es una cachetada a nuestra pandilla, nuestro patrimonio cultural, eso es no respetar nuestras tradiciones” decían ciertas voces.

Luego, la crítica ha ido por la sede del evento, pues inicialmente se pensaba desarrollarlo en la Plaza de Armas, “están profanando nuestra plaza, nuestro centro histórico, un lugar cargado de cultura, de historia, centro de ejecuciones memorables, como el de don Pedro Pascasio Noriega”, decían otros cuantos, en tanto convocaban a un plantón en las afueras del municipio para, de esa forma, evitar tal atropello. Obvio, el municipio “sintió” la presión y optó por cambiar, a última hora, la sede e ir al estadio del IPD.

“¿Dónde están los castillos?”, preguntaba la gente cuando el 24 de julio, asistió a la plaza y no encontró los famosos y “tradicionales” juegos artificiales; esa fue, una serenata con son, pero sin ton. “¿Cómo es posible que no se haya contratado baños portátiles, sino que se hayan hecho letrinas acordonadas con mantas negras y de puerta un trozo de plástico, en la principal fiesta popular de Moyobamba?”, eran las críticas de quienes vieron las fotos de los horrorosos baños, si acaso se le puede llamar así, y cómo es que estos quedaron, luego de la fiesta de Armonía 10.

Y una de las cosas que yo siempre he dicho es ¿qué de todas las cosas o actividades que ha organizado esta gestión, ha salido bien?, pues nada, absolutamente nada; Gastelo nos ha demostrado, por enésima vez, que no sólo no sabe administrar una provincia, sino que, además, no tiene el más mínimo respeto por ella y menos por sus electores; se ha burlado descaradamente en nuestras caras y ha ostentando enormes gastos que, nada provechoso nos ha traído pero, no lo hizo solo, sus regidores, que ahora ya quieren lavarse las manos haciéndose los inocentes, fueron parte de todo esta catástrofe al no hacer una buena labor fiscalizadora, esto sin contar a los gerente que lo han acompañado.

Sin embargo es también necesario hacer un mea culpa como ciudadanía, nosotros mismos, muchas veces, hemos defraudado a nuestra ciudad; hemos criticado el mundialito, al mismo tiempo en que hemos registrado a nuestro equipo; hemos defendido la plaza, para que no sea profanada por un balón pero, la hemos llenado de gente en las dos noches de serenata, dejándola más que sucia; nos hemos asqueado con las fotos de los baños pero, eso no fue impedimento para ir a la fiesta y menos para dejar todo hecho un chiquero.

De nada nos va a servir seguir celebrando, con orgullo, nuestro aniversario de fundación, si no logramos entender, por todos los medios que el cumplir años significa madurar; que el hacernos viejos es sinónimo de crecimiento, de cambio, de progreso, y eso, lamentablemente, no lo vemos; no solo es culpa de la autoridad, es también culpa nuestra.

Mientras nuestro interés por aportar al desarrollo de Moyobamba, no se vea reflejado en nuestros actos; seguiremos siendo esos huachafos que se escandalizan de hechos burdos pero que, frente a necesidades reales y más urgentes, nos hacemos los sordos, los ciegos y los mudos.

Simplemente KAJOVEPI

lunes, 27 de junio de 2022

San Juan, está de vuelta

 

Cafecines, ¿cómo les va? ¿ya tomaron su dosis diaria de café amargo?, espero que sí; en mi caso, no hay café a diario, pero, sí muchas cosas por compartir y escribir, sé que ha pasado un buen tiempo desde mi última entrega, pero, como dicen, de tiempo en tiempo es mejor.

No quiero centrarme ni en política, ni en actos de corrupción, ni en cómo es que nuestra economía se ve afectada, ni nada de esas cosas; son importantes, claro está, pero, hablar siempre de ello, a veces, lejos de hacernos bien, nos hace mal, nos vuelve monótonos, aburridos e incluso desabridos.

Por el contrario, me gustaría centrarme un poquito en las actividades por la 48 semana turística de Moyobamba, o como comúnmente decimos, las “fiestas de San Juan, San Pedro y San Pablo”; y es que siento que el retorno de las celebraciones, a modo presencial, en medio de tantas cosas, nos han dado algo de alegría y sabor a nuestro diario vivir.

He podido ver, con mucha alegría, emoción y pasión, a centenares de propios y extraños abrir el camino para el pase de las delegaciones que participaron en las “pandillas motivacionales”; he visto pañuelos blancos hondeando en medio de las calles así como en las veredas; a gente que no ha dejado de coquetear a su pareja al ritmo del shiquicheo y que con voz en cuello gritaba el “dale vieja, dale viejo”.

Es probable que me hayas visto, es probable que te haya visto, es probable que, entre risas y todo, hayamos hecho el “fierro, fierro”, sin importar si somos desconocidos o no, porque lo que importa, es el derroche de la algarabía.

Si las pandillas motivacionales han llenado la plaza, ya me imagino la cantidad de gente que tendremos el 24 de junio, en el Baño bendito; o en la velación allá en la casa de don Edilberto Góngora; o persiguiendo a la vaca loca desde la Punta de Doñe; o comiendo su arroz baleado, recién pilado y hecho a leña, que los vecinos del jirón El Dorado prepararán, durante su tarde costumbrista.

La respuesta por parte de la ciudadanía nos demuestra una sola cosa: nuestras costumbres aún se mantienen vivas; y que bonito es ver caravanas de pandillas en donde tenemos a gente muy mayor, a abuelitos y abuelitas gozar y pandillear junto a niños y niñas de escuela e incluso de jardín, es lindo porque, una de las razones para mantener viva nuestra cultura, es cuando esta se transmite de generación en generación.

Sí, es probable que alrededor de esta celebración, sobre todo en su lanzamiento y organización, ha habido un sinnúmero de cuestionamientos por cómo es que lo están desarrollando, cuestionamientos que han sido más que duros para con la Municipalidad Provincial de Moyobamba (responsables de la celebración) y que espero, no hayan ido a parar en un saco sin fondo, sino que, por el contrario, se tomen de la mejor manera a fin de poder ajustar y, valga la redundancia, mejorar las próximas ediciones.

Ahora bien, la celebración no nos debe hacer olvidar que, los estrados de la pandemia de la COVID19, el riesgo de contagio del virus y otros, aún se mantiene; entonces, esta celebración debe ser más que responsable, debemos buscar formas más adecuadas a nuestro contexto; es cuestión de sentarnos, analizarlo, planificarlo, validarlo, aplicarlo, evaluarlo e implementarlo.

Mientras ello ocurra, coja su pañuelo, saque su pareja y baile la pandilla, que bailo yo también.

Simplemente KAJOVEPI

miércoles, 27 de abril de 2022

Tras bambalinas


 

El fin de semana santo, vale decir del 14 al 17 de abril, el teatro del Centro Cultural de Moyobamba acogió a un poco más de 1300 espectadores que se dieron cita para presenciar la puesta en escena del musical Jesucristo Superstar; en esta ocasión dirigida y producida por el psicólogo Raúl Celis Ruiz, quien a su vez es director del grupo de teatro fusión Arte & Tú.

Un total de 50 actores en escena (entre intérpretes y cuerpo de baile), cerca de 10 operadores logísticos, 01 vestuarista, 01 estilista, algo más de 10 auspiciadores (entre oficiales del evento y de las actividades previas); protagonizaron tan magno evento. Un evento que ha dejado huella en quienes fueron parte de este, en quienes lo presenciaron y, por qué no decirlo, en la vida institucional del CUMO.

Este es un sueño que, para muchos, se fue gestando desde agosto del año pasado, para otros, en octubre, noviembre, febrero, o días previos al estreno; un sueño que al inicio parecía casi imposible, por lo ambicioso del asunto (en lo personal, muchas veces dudé de lograr la meta de número de personas y dinero a recaudar). Imagine usted, en lo que refiere a grupo, tener que armar un gran grupo humano de 50 personas, en un contexto en donde el riesgo de contagio y contagio de la COVID19 nos ha rondado todo el tiempo. Durante todo este tiempo tuvimos altas y bajas, gente que venía muy entusiasmada por ser parte de nosotros pero que luego, por temas extras o diversos factores, tuvieron que salir y, con el dolor en ambos corazones (de ellos y de nosotros) abandonar el barco.

Al final, y para esta presentación, nos quedamos 50 integrantes, y la verdad es que somos algo más que un número, sí, pues, y lo afirmo, durante todo este tiempo, nos hemos hermanado, nos hemos podido acercar un poco más, conocernos, compartir diferentes momentos; hemos reído, llorado, renegado, discutido. La chacota nunca faltó pero, cuando teníamos que ver las cosas con seriedad, lo hemos visto; nos hemos preocupado cuando de pronto no conseguíamos los fondos, o cuando parecía que las entradas no se vendían o cuando alguno de nuestros integrantes no llegaba a tiempo para su maquillaje o cuando faltaba a los ensayos o algo similar; hemos saltado de alegría cuando de pronto poco a poco hemos ido conociendo a empresas y emprendimientos que se sumaron al sueño, nuestros corazones se emocionaron cuando los responsables de ventas nos decían que el aforo estaba lleno.

Llegado el día del estreno, me atrevo a contarles que los nervios nos han invadido de diferentes formas, y esos nervios han estado con el grupo no solo en nuestra primera noche, sino durante las 4 noches de presentación; correteos de aquí a allá, a fin de poder hacer retoques en el maquillaje, el cambio de vestuario, la sincronización de las piezas musicales, telón arriba y abajo cuando correspondía, el introducir o quitar utilería, ubicarse a tiempo en el lugar en donde correspondía estar para el inicio de la pieza; full adrenalina. Desde ya le digo que esos 3 minutos de musical (en promedio) que ha podido presenciar, trae consigo, un gran esfuerzo, que hemos visto pagado con sus aplausos. Confirmo que cada noche de nuestra presentación, ha sido única y marcó nuestras vidas.

En lo personal podría resumirles que, previo a estas 4 noches de presentación, jamás imaginé estar en un musical de este tipo, jamás imaginé que podía interpretar a Herodes ni mucho menos al tipo de Herodes que interpreté; y para serles sincero, me he divertido un montón con él (con el personaje), me he esforzado por darle toda la picardía y mejor caracterización posible; saber que ustedes también se divirtieron me llena de alegría y satisfacción. Sólo un dato, lo que más me impactó fue ver a mi familia puesta de pie con carteles es mano, es allí cuando comprendí que lo estaba haciendo bien.

Por ahora, hemos entrado a un pequeño receso, unas cortas vacaciones para renovar fuerzas; ya Raúl nos ha anticipado que hay nuevos proyectos, otros sueños locos de los cuales en su momento ustedes se enterarán y podrán gozar de ello. En mi caso, les prometo volver, tal vez con una nueva temporada del Superstar, tal vez como la voz en off de cualquier otra obra, o como el protagonista o parte el elenco de baile de otro musical. A partir de ahora, todo es posible.

Cierro mi espacio, agradeciendo a todos y cada uno de ustedes, gracias por apoyar el arte, gracias por sumarse a este tipo de sueños, gracias por darnos la oportunidad de demostrarles que aquí hay talento y del bueno. Raúl, gracias por acoger a este servidor; amigos, amigas (hermanos, hermanas) del grupo “Arte y Tú”, gracias por dejarme interactuar con ustedes, gracias por sumar esfuerzos para brindar lo mejor de lo mejor a nuestro público.

No olviden de gritar “mierda” cada que puedan, y tampoco olviden que mañana tenemos ensayo a las 7.30 de la noche en el CUMO 😉.

Simplemente KAJOVEPI

jueves, 31 de marzo de 2022

Tantas veces Fujimori

 

Hace algunos años, en el marco del día internacional del museo que, en esa ocasión tenía como temática “Museos con memoria”, pues pretendía que dentro de los museos de Latinoamérica se hable sobre los hechos de violencia política acontecido en diversos países, cómo es que se dieron los hechos, cómo es que se hizo frente a este periodo y, además, cómo es que hoy por hoy estamos viendo el tema de memoria y reconciliación. Mi persona fue invitado a ser parte del jurado calificador del concurso de oratoria entre estudiantes del nivel secundario, a nivel regional; a ellos se les pedía hacer una exposición sobre sus posturas alrededor del tema, en un espacio de algo más de tres minutos.

Durante las exposiciones escuché de todo, desde estudiantes que refutaban sus posturas en función de datos estadísticos extraídos de cualquier libro de historia, hasta reflexiones un poco más sinceras y humanas, pues se trataba de hijos, nietos, sobrinos de víctimas directas que vivieron la época de violencia política (en el Perú, entre los años 1980 al 2000). Para serles sinceros, el evento no dejaba de ser académico, pero, al mismo tiempo, era bastante largo (cerca de 50 exposiciones) y aburrido; hasta que, en su momento, hubo dos exposiciones que llamaron mi atención.

La primera, a cargo de un estudiante Awajún que provenía de colegio de la provincia de Rioja y que era natural de una de las comunidades nativas que fueron partícipes del “Baguazo”, este joven esbozaba su reflexión en función de experiencias, un chico que había sufrido discriminación, por el hecho de ser Awajún, que había sentido el olvido y repudio por parte de sus autoridades que se negaban a escucharlos y que, cuando decidieron levantar su voz a través de la protesta, fueron reprimidos; nos decía él (parafraseando) <<…cómo podemos hablar de memoria y reconciliación, si hoy por hoy seguimos tratándonos con esas diferencias entre ciudadanos de primera y segunda clase…>>.

La segunda exposición, estaba a cargo de una estudiante de uno de los colegios de Moyobamba, nos aseguraba que, si bien es cierto tanto ella como su familia no fueron víctimas de este periodo, sin embargo, consideraba que el fin de estos años negros no hubiesen sido posible, sin la intervención de Alberto Fujimori, pues, en su calidad de presidente del Perú, se puso bien los pantalones y terminó con el terrorismo, claro, concediéndole a él, entre otras cosas inexactas, la captura de Abimael Guzmán.

Algo que me sigue generando ruido hasta ahora, en mi cabeza, es preguntarme ¿cómo es posible que una estudiante crea fehacientemente que Fujimori acabó con el terrorismo? Pero, además ¿dónde aprendió ello? ¿cuáles son sus fuentes? si la información que yo tengo dice lo contrario. Es preciso indicar que, no es la primera vez que alguien se atreve a afirmar semejante falacia, lo he escuchado múltiples veces, pero, todas esas veces fue por personas mayores, un poco mayores que yo incluso. Bien dicen que quien no sabe su historia, está condenado a repetirla.

Como bien sabemos, el Tribunal Constitucional ha decidido restituir el indulto concedido a Alberto Fujimori, un fallo del cual no tenemos referencias exactas sobre sus fundamentos, dado que aún no se publica la resolución; al respecto, hay quienes están a favor del fallo, hay quienes lo cuestionan y hay quienes seguirán preocupándose porque el trend del baile de Anita les salga a la perfección en el tiktok; un fallo que ha desempolvado, por enésima vez, la polémica y el revanchismo entre fujimoristas y antifujimoristas, agudizando así nuestra crisis política, que en gran parte se sostiene y origina por ideologías contrarias. 

Fujimori será, para muchos, ese pobre viejecito agonizante, “preso” de un cáncer terminal, que ya sufrió demasiado en la DIROES y que ahora merece, por temas de compasión, pasar sus últimos días al lado de su familia. Para otros, es un zorro viejo que sólo está jugando con su salud a fin de poder obtener una gracia presidencial y una vez logrado esto, tomar sus maletas y fugar a Japón, en donde no sólo disfrutará sus últimos días lejos de la justicia peruana, sino que, además, gozará de esos millones que por años nos robó. Es también, visto desde otra perspectiva, un capo de la política peruana y esto no es más que parte de su estrategia. Es, por otro lado, el responsable directo de los delitos de lesa humanidad que se le imputaron (Barrios Altos y La Cantuta) y, por lo tanto, pese a que la postura sea dura, merece “morir” en la prisión, pues ese es su destino.

Sea cual sea la postura que usted maneje, Fujimori fue, es y seguirá siendo el punto de quiebre en nuestras mesas. ¿Por cuánto tiempo más?, sinceramente, no lo sé, solo espero que acabe pronto.

Simplemente KAJOVEPI

jueves, 17 de febrero de 2022

Cotidiano


A diario nos pasan cosas entre increíbles, indeseables y cotidianas, hechos que muchas veces no pide atención especial pero que, sin embargo, si acaso nos damos unos escasos segundos para ese análisis, innecesario quizás, descubriremos que, en medio de la cotidianidad, hay una que otra cosa simpática.

En el marco de una fecha tan especial, que poco a poco se está convirtiendo en burda y consumista, me arriesgo a compartir con ustedes (como todos los años) unos cuantos versos, de un poema titulado “Hospital”, que espero lo disfruten.   

 

H O S P I T A L

Tu amor es así,
frío como la cama de este hospital obsoleto
al que le falta medicamentos;
capaz de dejar el corazón herido,
así de abierto como las heridas que aquí se suturan. 

Tus besos,
tus besos siempre fueron así,
insípidos como estos 200 gramos de guiso de pollo sin sal;
aquí, una visita médica de rutina
dura más que cualquiera de tus orgasmos fingidos
de medianoche.

La receta médica indica:
un gramo de paracetamol
cada vez que tu voz atormente mis huesos,
dos pufs de salbutamol
para cuando me sienta ahogar en tus recuerdos,
y, media tableta de ramipril, en ayunas,
por si me vuelvo a cruzar contigo. 

Pero, frente a la sobredosis de tus pupilas amarillas
o para cuando me automedique
con el olor de tu ombligo recién bañado,
no han prescrito nada,
tal vez, porque puede que tu amor no sea tan frío,

si no, el diagnóstico de una enfermedad terminal.


Simplemente KAJOVEPI

jueves, 10 de febrero de 2022

Sí, he vuelto

 


¡Cafecines! ¿cómo están? No saben el gusto que me da de volver por estos lares después de un largo, pero muy largo silencio; sí, de un momento a otro me perdí y no di explicaciones de ello.

Y es que a veces, es necesario que hagamos un alto en nuestras actividades, en nuestro diario vivir; que de pronto nos detengamos en nuestro caminar y evaluemos: ¿cómo vamos? ¿qué estamos haciendo? ¿cómo lo estamos haciendo? pero, además, preguntarnos si aquello que estamos haciendo ¿está o no supliendo nuestras expectativas, nuestros deseos, nuestras metas…?, es decir, esto que estamos haciendo ¿realmente lo queríamos hacer? o, como dicen por ahí, “nos hemos convertido en aquello que odiábamos”.  

En mi caso, por ejemplo, me había convertido en un escritor empedernido, alguien que solamente escribía por escribir, que porque tenía un teclado al frente mío había que llenar una hoja en Word y ya, que se publique y punto; cuando mi intención, era y es, claro está, escribir, sí, pero no hacerlo por las puras, sino, hacerlo con pasión, y la pasión implica, al menos para mí: entrega, compromiso, respeto (hacia mi y hacia mis lectores); implica, para este tipo de espacios, un momento de investigación previa, de saber olfatear por dónde va la cosa; también es necesario tener una cuota de creatividad, a fin de poder congeniar las palabras, conectores, la gramática y otros detalles que, al final, contribuyen a un buen producto.

Y para serles sincero, yo no me había dado cuenta de esto y quizás nunca me hubiese dado cuenta, si no fuera por esa matadora entrevista que tuve con un editor, días antes de mi cumpleaños número treinta y tres. Como ustedes bien saben, o bueno, les cuento, desde hace algunos años (unos 10 tal vez) estoy detrás de la publicación de un pequeño libro de poemas, un libro que comparta con ustedes parte de mi inspiración; algo de eso les he contado acá e incluso es probable que hayas leído uno que otro verso por allí.

Pues bien, llevé el esbozo de mi primer libro a un editor muy reconocido aquí en Moyobamba, quien luego de un poco más de un año de tenerlo entre sus manos, me llamó y me dijo -necesito hablar contigo-; con toda la emoción del mundo, fui a esa tan ansiada entrevista y, ¿qué creen?, sí, fue matadora; la verdad es que nunca había recibido ese nivel de críticas, o bueno, con ese calibre. Para resumirles la conversa, aquel editor me dijo (parafraseando) -mira, te quiero ayudar y esa es mi única intención aquí, así que, hay que rehacer esto, es necesario construir imágenes, olvidarse de las frases hechas, hacer a un lado la cursilería, construir imágenes… vamos, tú puedes-.

Esta entrevista fue suficiente como para preguntarme ¿en serio lo estoy haciendo bien? aquello que escribo, ¿tiene el impacto que quiero? ¿estoy llegando al corazón de la gente? ¿estoy siendo cursi? ¿debo ser más osado? y cosas por el estilo. A partir de ese momento, y luego de leer algo de los libros y autores que me recomendó, empecé en este proceso de reestructuración de mi propuesta y espero, poder tenerla lista en estos días (ya solo me falta reestructurar 4 de 25 poemas).

Obviamente este proceso de reestructuración, de reflexión, de pensar y meditar en mis escritos, no sólo se abocaron a mis versos, sino que también invadió este cafecito, mis blogs, mis historias y hasta los informes de oficina. Y luego de todo este tiempo, en donde muchas veces he dejado que el desgano me derrote, me dije a mi mismo -carambas, esto es lo que te gusta, esto lo que quieres, las críticas, son eso, críticas y nada más, no debes tumbarte, por el contrario, debes anotarlas, analizarlas, estudiarlas, tomar viada y volver al ruedo- y nada, aquí estoy otra vez, por una temporada más. Hasta la próxima semana. 

Simplemente KAJOVEPI