Durante esta semana nuestras
redes sociales, en particular Facebook y Whatsapp, se han visto invadidas por
un sinnúmero de fotos y videos, con imágenes desgarradoras de lo que está
ocurriendo en el Amazonas; un voraz incendio, incontrolable hasta el momento,
está consumiendo cerca del 20% (quizás más) de lo que es considerado el “pulmón
de la tierra”. Un incendio que ya lleva más de quince días activo pero, que no
se hizo famoso, sino hasta hace poco.
A raíz de esta trágica noticia,
han salido un sin número de informaciones (entre falsas y reales); hemos vistos
información de la cantidad de especies que están perdiéndose, de las
Comunidades Nativas que están siendo afectas y, de cómo es que el incendio nos
está afectando y nos afectará en lo sucesivo. También se ha difundido
información sobre las malas acciones del Gobierno Central de Brasil, en temas
de preservación del medio ambiente; al tiempo en que Brasil, o mejor dicho su
presidente, se ha tomado la molestia de culpar a las ONG’s de lo que está
ocurriendo y, ha minimizado los hechos.
¿Quién de nosotros no se ha
visto afectado con todo ello? ¿A quién de nosotros no le duele ver tanta
maldad, al tiempo en que nos llenamos de impotencia? ¿Cuántos de nosotros
estaríamos dispuestos a ir hasta el mismo lugar de los hechos para, tirar “una
gotita de agua”?; todo se ve interesante, es decir las reacciones y los posteos
y reposteos de esas fotos y videos, pero ¿Qué estamos haciendo para mejorar la
situación? ¿Somos conscientes que así como ello nos afecta, las cosas que desde
aquí se hacen, también afecta a los de allá?
La mayoría de la población está
dolida, sin embargo, seguimos tirando basura en las calles que, posteriormente
terminan en las cunetas y esto en los ríos o barrancos. Estamos dolidos con el
incendio en el Amazonas, pero, seguimos talando árboles de manera
indiscriminada; seguimos cambiando de celulares por cada quiñada, o porque han
sido programados para no durar más de dos años, o porque salió un nuevo modelo.
Aquello que pasa en el Amazonas nos afecta, sí, pero no dejamos de desperdiciar
el agua (aunque en Moyobamba, casi ya no tenemos); así como tampoco dejamos de
comprarnos más motos y autos, porque el hecho de que se ve más chic. Nos afecta,
sí, pero no dejamos de oponernos a las reformas ambientales e incluso nos
burlamos cuando ahora nos cobran por las bolsas plásticas en los supermercados,
bajo el pseudo pretexto de que “sólo los que tienen dinero van a poder
contaminar”, cuando la lógica nunca ha sido esa.
No basta con que nos quejemos y
lamentemos por ello, por el incendio en el Amazonas; es necesario que asumamos
nuevas responsabilidades, es necesario que veamos al mundo como una casa común,
es necesario que empecemos a tomar conciencia de ello, de que las cosas que
hacemos aquí afectan allá y viceversa; y, vivamos de una forma más armoniosa.
Simplemente
KAJOVEPI