-¡Soy inocente!-
Gritaba Alberto Fujimori, como
alegato a su defensa, en medio de un mega-juicio que duró un poco más de dos
años. Y, que luego de las evaluaciones del caso, se resolvió sentenciarlo a 25
años de cárcel por delitos de lesa humanidad; el Poder Judicial lo sentenció
como autor mediato de homicidio calificado de la matanzas de la Cantuta y Barrios
Altos, y de los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y el empresario
Samuel Dyer Ampudia.
Es increíble pero, hoy por hoy,
luego de más de diez años de esa histórica sentencia tanto Alberto Fujimori,
como sus familiares y seguidores, siguen defendiendo su inocencia; al tiempo en
que rescatan todas las buenas acciones que realizó en favor de Perú.
Cambiando un poquito de
protagonistas, pero no de contexto, me atrevo a pronunciarme sobre ese
“terremotito” que sacudió nuestra política local hace más de una semana. Por un
lado, resulta pues, que los temibles Barata y Marcelo Odebrecht, dieron sus
nuevas declaraciones y, entre otras cosas, dijeron que habían “sobornado” con
sesenta mil dólares (en dos armadas) a César
Villanueva, actual Congresista de la República y ex Premier, cuando éste se
desempeñaba como Gobernador Regional de San Martín; ello con la finalidad de
que se les conceda (a Odebrecht) la buena pro para la construcción de la
carretera Cuñumbuque – San José de Sisa. Por otro lado, en el ámbito más local,
la Corte Superior de Justicia de San Martín, decidió sentenciar con 5 años y 2
meses de prisión efectiva, al ex
alcalde de Moyobamba, Mardonio del Castillo, por el caso “Volquetes”.
Está demás decirlo pero, ambas
noticias, que coincidieron en el mismo día, han sorprendido a más de uno. Hay
quienes efectivamente, sí, esperaban y deseaban que las cosas se den como se
están dando; y, han quienes hasta hoy, siguen sin poder creerlo. Así también,
como era de esperarse, ambos personajes, en todo caso sus representantes (para
el caso de Mardonio), han salido a dar la cara, a fin de “asegurar” que son inocentes
de aquello de lo que se les acusa; exigiendo, incluso, que se les demuestren con pruebas (esto nos
recuerda a, el ya fallecido, Alán García) dichas afirmaciones.
Si bien es cierto que nuestras
leyes dicen que todo quien es inocente hasta que se demuestre lo contrario.
Pero, en estos casos, como en el de Fujimori (al inicio de su juicio), ese que se demuestre lo contrario está en
camino, y al parecer sí se va a demostrar. Para Villanueva, por ejemplo, es
necesario que Odebrechet demuestre, con documentación fidedigna, que aquello
que ha declarado hace unos días, es totalmente cierto. Ahora, hay que ser
bastante cautelosos en el caso de Odebrecht, ya que en anteriores ocasiones,
los otros acusados (Keiko Fujimori, Alán García, Luis Castañeda, Susana
Villarán y otros) también han jurado ser inocentes y que nunca recibieron
dinero alguno (como soborno) sin embargo, llegado el momento indicado, las
documentaciones refutaron las acusaciones.
Sospecho que en el caso de
Mardonio, la situación es un poquito más complicada, ya que ésta es (si no me
equivoco) la segunda etapa del juicio y, si bien es cierto que en la primera
salió absuelto; sin embargo para ésta etapa, hubo un “colaborador eficaz” (de
los que se sentenciaron antes) que estuvo dispuesto a demostrar que él,
Mardonio, también es culpable. Sus representantes han dicho que apelaran y, pues
luego de ello, el Poder Judicial tendrá la última palabra de ratificar su
culpabilidad o rectificarla.
Hay un dicho popular que dice la cárcel y el hospital, ni al peor enemigo
se le desea; es cierto, ambas situaciones no sólo son dolorosas para quienes
la viven en carne propia, sino que también es tormentosa para los familiares
más cercanos. Sin embargo, estos casos guardan relación con temas políticos, de
administración pública, de gobierno y corrupción; valdría entonces pensar, en
aquella famosa frase que, en cierta ocasión Nadine Heredia tuiteó:
¿Tan difícil es caminar derecho?
Simplemente KAJOVEPI
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