Apreciada audiencia, disculpen ustedes mi repentina
salida de los medios; pasa que, al igual que ustedes y el resto del mundo, mis
dedos también entraron en una especie de cuarentena voluntaria y hoy, con esa misma voluntad con la que entraron,
decidieron levantarla y, volver al ruedo de la libre opinión.
En estas últimas semanas, una vieja canción, de la década
de los 80, Resistiré, escrita por el Dúo Dinámico; ha vuelto a
tomar fuerza y se ha convertido, en una especie de himno musical que denota fuerza,
optimismo y ánimo para todo el mundo; los y las artistas de diversas nacionalidades,
se han juntado (virtualmente) para armar una especie de cover sobre el mismo,
muy a su estilo; y entonces, tenemos la versión argentina, española, chilena,
mexicana, peruana…
<<…resistiré, erguido frente a todo (…)
resistiré, para seguir viviendo…>> son algunas líneas de, tan mentada
canción; el poder automotivarnos o hacerlo de manera grupal, con canciones como
ésta, es, una de las cosas más interesantes que podemos hacer en estos tiempos.
Pero, así como hay una forma de resistir para poder
vivir ese mundo nuevo, para volver a ver a gente de quienes no pudiste despedirte
antes del encierro, para volver a visitarnos, abrazarnos, besarnos, bailar y
reír juntos; existe también otras formas de resistencia.
No es para menos, Nuestro mundo ha cambiado, sin darnos tiempo para meditar en los
procesos de adecuación; ha cambiado de una forma tan radical, que nos hemos
visto obligados a adaptarnos a espacios, entornos y contextos que, quizás veíamos
lejano; una de las tantas preguntas que, surgen en este proceso de cambio es ¿estamos
dispuestos a acoplarnos
a esos cambios?
Lo bueno es que, para los de la vieja escuela, estos
cambios ya se nos venían advirtiendo, a través de la serie animada Los Supersónicos; teletrabajo, teleconsulta, videollamada,
tele gimnasio… actividades que, creíamos lejanas o fantasiosas y que ahora son
reales, cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta a tiempo, para estar
preparados.
Uno de esos cambios radicales es, por ejemplo, las
famosas video conferencias; ahora, las clases de la escuela o universidad, los
cursos de especialización, el trabajo, las reuniones de amigas y hasta del
café, son mediante plataformas virtuales como: Zoom, Facebook, WhatsApp, Teams
y similares; es probable que otros países ya tengan una costumbre y hasta
cultura sobre el mismo, pero, ¿qué de nosotros? Si la mayoría no tiene internet
fijo en casa, si nuestros paquetes de megas se acaban rápido, si nuestras conexiones
son, por demás, extremadamente lentas y, sobre todo, si ni siquiera sabemos
cómo activar el audio del conferencista.
Ya estamos advertidos que, en lo que resta del año, aquellas
actividades que convocaban a una gran cantidad de público, han sido canceladas;
entonces, nos hemos quedado sin: conciertos, cines, teatros, discotecas… y, lo
ideal, para estos rubros, es que se reinventen, que vean una
nueva salida, un nuevo nicho de mercado. Desde el inicio de la cuarentena,
varios músicos y cantantes han transmitido sus conciertos, algunas en vivo y
otras editadas; pero, hace poco, por ejemplo, estuve en una transmisión en vivo
de Tito
Silva Music con su “Cuarentecno en
la combi”, fue una hora divertidísima (para quienes estuvimos allí) pero,
lo que más resalta de ello, es que el anfitrión había colocado, su cuenta de yape/lukita
(dos aplicaciones de dinero móvil) para que el público “pague su pasaje”; quienes
disfrutaban de la música le hacían depósitos de 3, 5, 10… soles, ello, por
ejemplo, es una forma de reinventarse y hacer dinero, sin necesidad de salir de
casa.
Los negocios dedicados a la gastronomía, también
debemos reinventarnos; de momento, sólo se nos permitirá el expendio vía delivery (aunque hay quienes ya lo estuvieron
haciendo, en plena cuarentena y, eso no sólo está mal, sino que es desleal, en
fin); pero, la cosa no sólo es agarrar, colocar los contenedores en la bolsa y llevárselos
al cliente; es ver ¿cómo se los llevas? ¿cómo se lo entregas? ¿cómo es que
cobras? y ¿cómo evitas vivezas, de ambas partes?; definitivamente, todos van a
tener que ofrecer ese tipo de servicio; ahora bien, ¿qué plus deberían tener
estos, para que determinado restaurante sea el que más acogida tenga?
Entre otros cambios; se avizora: lavarnos las manos
más seguido; desinfectar la casa cada cierto tiempo; hacer las compras en el
mercado, para periodos largos; evitar usar dinero en físico, y empezar a
confiar en el dinero móvil y las transferencias interbancarias; exigir mayor
limpieza y mejores medidas de higiene y salubridad en los medios de transporte
interprovincial (para cuando los viajes se reanuden); retornar a las bicicletas
o a las caminatas; hacer un uso responsable de los medios de comunicación, en
especial del internet; y así, la lista sigue, convirtiéndose en interminable,
pues nos estamos reinventando; talvez, en medio de todo ese proceso, podamos
darnos cuenta que, es una oportunidad para volvernos más humanos, ¿te resistirás a ello?
Simplemente
KAJOVEPI