jueves, 28 de mayo de 2020

Nueva convivencia

En eso estamos...

Hacia la República de Nueva Convivencia | EL MONTONERO

La semana pasada, cuando la mayoría de nosotros creía que la cuarentena estaba llegando a su fin, fuimos “sorprendidos” por un mensaje presidencial que indicaba lo contrario. Al principio, se nos decía que lo que se extendía era el Estado de Emergencia, pero luego, y supongo porque en la sala había las mismas dudas, Vizcarra sacó sus manzanitas y nos indicó que, con ello también, se extendía la cuarentena, aunque, con un mayor grado de flexibilización que las anteriores extensiones.   

A partir del pasado lunes 25 de mayo, se autorizó la reactivación de determinados rubros como los servicios de gasfitería, electricidad, cosmetología, odontología, veterinaria, delivery por terceros, venta de ropa y zapatos, entre otros; así como la autorización para la puesta en funcionamiento de determinados servicios públicos municipales.

Lamentablemente, y por lo que leo de sus últimos discursos, siento que el Presidente ha perdido su sentido de lógica o de forma para decir las cosas; por ejemplo, mencionó que todos los rubros ya indicados, están autorizados para reiniciar sus actividades, pero, no quedó en claro, o al menos no se quiso entender, que estos sólo serán brindados en línea (para el caso de la venta de determinado productos) o que se brindarán en las casas (delivery), cumpliendo siempre con todos los protocolos de bioseguridad.

Entonces, como ello no se aclaró o se aclaró a medias o se entendió como se quiso, lo que hemos tenido el lunes, ha sido un alto número de ciudadanos y ciudadanas fuera de sus casas, en la mayoría de casos, sin ninguna justificación razonable; y esto se ha evidenciado no sólo en Gamarra, que ha sido titular de los noticieros nacionales, sino también en las otras ciudades de nuestro Perú y Moyobamba no fue ajena a dicha situación.


Inicia etapa de 'nueva convivencia' en Perú – Noticieros Televisa

Ahora, es cierto que antes de esta normalización, por así decirlo, esos negocios y otros han seguido funcionando como si nada pasara; es cierto que la mayoría de restaurantes o de personas que se dedican al rubro gastronómico, siguieron con la comercialización de sus productos, al igual que las tiendas comerciales de ropa, servicios técnicos de celulares, ferreterías y demás; todo bajo la justificación de que vivimos el día a día, de que si no trabajamos no comemos, o de que es necesario juntar dinero para las cuotas en los bancos o el pago de los alquileres de los locales. Incluso, algunas instituciones del Estado, han estado (y siguen) pidiendo a sus trabajadores, la mayoría CAS, que se reporten en sus centros de labores para avanzar la chamba.

Todos esos hechos han agravado la situación, respecto del número de infectados y de muertes y de las condiciones en las que se deja el medio para el resto de la ciudadanía. Todos y todas ya estamos cansados, agotados, estresados, agobiados de seguir en casa; queremos salir, ir a nuestros negocios o trabajos, abrir nuestras tiendas, ir al gimnasio o a un café con los amigos o al cine con la pareja; es decir, queremos nuestra vida normal de cómo era antes del inicio de esta cuarentena. Sin embargo, esa vida normal, no va a volver, sino que, por el contrario, debemos aprender (aunque a estas alturas ya debimos haber aprendido) que nos estamos remitiendo a un nuevo estilo de vida.

Y en este nuevo estilo de vida, debemos saber que existen prioridades y prioridades, y es ahí a donde el Gobierno está apuntando mal. Sí, al principio de la cuarentena, todo quien aplaudía las decisiones de Vizcarra (incluso la prensa internacional), sin embargo, conforme los días han ido pasando y sus políticas se han ido aplicando, nos hemos dado cuenta que éstas no responden a las necesidades reales de la colectividad en general; el ejemplo más claro de ellos, son los famosos bonos. Aún así, creo que en el marco de esta nueva convivencia (como se ha denominado esta sexta etapa de cuarentena) hay cosas que podemos mejorar.

Este nuevo estilo de vida, nos invita a pensar en colectivo, es cierto, este es un discurso ya muy trillado, pero es necesario seguir recordándolo. Nos dice que la sociedad es una sola y, que todos y todas debemos apuntar porque el crecimiento sea equitativo e igualitario; y en el marco de esa construcción tenemos que también aprender a priorizar determinados hechos, a reinventarnos, a rediseñarnos, a reiniciar.

Simplemente KAJOVEPI

sábado, 9 de mayo de 2020

No mamá, no iré a verte…

Es por el bien de ambos.


Es muy probable que hace un año, cuando compartías el almuerzo con tu madre, jamás pensaste que, para esta ocasión, estarías encerrado en casa, si estás es casa, claro. Es muy probable que, cuando este, necesario, encierro inició, no pensaste que duraría tanto. Es muy probable que la cuarentena “te agarró” lejos de ella; aunque también es probable que, durante todo este tiempo, mamá te dejó, para ir hacia la eternidad. Muchas cosas pasaron, en todo este tiempo, y, hoy más que nunca, el día de la madre, se torna tan difícil, complejo y quizás, hasta sin sentido.

A inicios de esta semana, mi esposa, me decía: -en estos días, ya hubiéramos estado con toda la afanadera por el día de la madre- era cierto, quizás para estos días, la profesora del aula de mi hija, ya hubiese llamado a reunión a sólo papás para ver ¿qué podíamos hacer por las madres en su día?, y, aunque en sus clases virtuales de Aprendo en Casa, nos enviaron una tarjeta para rellenar, definitivamente no es lo mismo.

A estas alturas del mes, ya estaríamos inscritos en más de un concurso de cualquier televisora o emisora radial que, gracias al aporte de sus auspiciadores, consiguió “generosas canastas” llenas de víveres para ellas (sí, la cocina es su lugar); o quién sabe, a lo mejor estaríamos haciendo uso de nuestras tarjetas, ahorros o firmando hasta en 36 cuotas, esa súper cocina, lavadora, refrigeradora o cualquier otro electrodoméstico que creemos le hace falta a mamá (otra vez la cocina; aunque, si sabes aprovechar la coyuntura, puedes saber aprovechar las ofertas); me imagino a chocolaterías y florerías, ofreciendo paquetes especiales para, ese ser tan especial.

Creo que, al menos si lo vemos desde ese punto, algunas de ellas han estado tranquilas, pues no se han visto obligadas a ingeniárselas cómo es que se partían, para estar presentes en las actuaciones de todas sus bendiciones (si los tienen en diferentes coles o niveles). Y, a otras, la conciencia no les ha pesado, cuando tenían que idear justificaciones absurdas, para que el jefe les dé permiso o para faltar a sus labores y así puedan ir a sus agasajos.

No suelo ver la programación de los canales nacionales, no hay nada bueno en ellos (ni siquiera a la hora de los noticieros). Pero, una de las cosas que sí me ha llamado la atención, es que, hay muy poca publicidad relacionada a la fecha; esto, en comparación con la que hay en internet (por cierto, vi la de telefónica y, casi lloro). Pero, cuando veo otros canales (los internacionales), como que la creatividad ha dado sus frutos.


Un mensaje publicitario, para público de Chile (según las letras chiquitas), que ha marcado mi cabeza en estos días, dice “esperamos 9 meses para poder abrazarnos (por primera vez), podemos esperar un poquito más (…) conectémonos, pero desde casa”. Sé que es bastante difícil, al menos para quienes siempre lo hacían, hacernos la idea de que este domingo no podamos pasar tiempo junto a nuestras madres; se nos estruja el corazón al saber que, aun viviendo en la misma ciudad, no podemos ir a visitarlas, no sólo por la restricción de tránsito, sino también porque el hacerlo, es bastante riesgoso, y qué decir de aquellos que están en otras ciudades; puede parecer contradictorio, pero, en estos días, lo mejor y saludable es mantenernos alejados. Talvez, para quienes ya no la tienen, es mucho más doloroso el hecho de no poder ir a sus sepulcros y dejarles unas cuantas rosas o unas cartas llenas de lágrimas.

Este día de la madre, será distinto y, marcará un hito en nuestras historias personales, más que en la universal. Considero, que es necesario pensemos, no como hijos o hijas, sino como ellas; si nos pusiéramos en sus zapatos, preguntaríamos ¿qué es lo que ellas quieren en estos días?; estoy convencido que la respuesta inmediata es: “que TOD@S mis hij@s estén viv@s y san@s”. Sí, nuestras madres nos han demostrado, una vez más, que los electrodomésticos, las canastas de víveres, las salidas a los restaurantes o cualquier otra cosa material, es importante y necesario a veces, pero, no es indispensable.

Para quienes estamos en la misma ciudad o en ciudades cercanas, nos va a ser difícil decirles: No mamá, no iré a verte, aunque pueda (esquivar al policía o al ejército, a veces es fácil); y créeme, que ellas lo entenderán. Para quienes están lejos, bastará con que la llames y, le asegures que estás bien, que estás segur@ y que estás san@; y créeme, su corazón estará tranquilo. Para quienes ya la perdieron, porque emprendió ese viaje sin retorno, solo debes recordarla; y, te aseguro, escucharás su risa y sentirás su abrazo. Y, para quienes están en la primera línea de esta batalla, arriesgando su vida por nosotr@s, extendiendo su amor maternal para atender a cuanto desconocid@ hay por allí, perdónennos por ser tan insensat@s a veces, pero, sólo queremos decirles: gracias por todo, mamá.   

Simplemente KAJOVEPI