lunes, 31 de diciembre de 2018

Hoy tienes recuerdos con…


Querida audiencia…

¿Cómo les va? ¿Cómo les ha tratado el 2018? ¿Qué cosas están quedando pendientes? ¿Qué planes no resultaron como se esperaba? ¿Qué planes tienen para éste 2019? ¿Qué nuevos retos los esperan? ¿Cuáles son las nuevas promesas que se están haciendo? ¿Cuáles son las cábalas para la medianoche del 31 de diciembre? ¿Comerás tus 12 uvas? ¿Te vestirás todo de amarillo? ¿Darás la vuelta a la manzana jalando tu maleta?... en fin, creo que hay un sinnúmero de preguntas, muchas de ellas sin ningún tipo de respuesta, a raíz de una fecha tan trascendental; no es para menos, este es nuestro último día del año y, pues hay que vivirlo al máximo; cerramos una etapa, para poder abrir otra.

En mi caso, muy al margen de mis altos y bajos, y con algunos kilos de más (por culpa de los recalentados de noche buena) éste es, para mí, el último artículo del año. Mi anhelo para el 2019, respecto de ésta columna, es que las intenciones de seguir brindándome el espacio correspondiente, se mantengan; mi compromiso, en la misma línea, es que sea cual sea la circunstancia mis ganas por escribir sigan intactas, al tiempo en que me esfuerce por profesionalizar mi estilo día a día, y que ya no existan excusas para no escribir.

La popular red social Facebook, sí esa de la cual dependemos casi a diario, entre muchas de sus habituales “servicios” tiene uno que es bastante curioso, se trata de una notificación que inicia con la rutinaria frase “Hoy tienes recuerdos con…”, cuando el usuario da clic a ésta notificación, curiosamente es dirigido a una pantalla, en la cual se despliega todos los movimientos que hiciste ese día en diferentes años(algo así como una “efemérides personal”); y claro, te enseña de todo: si ese día te hiciste amigo de alguien, los pensamientos que has posteado, las fotos o videos que has publicado, los links que has posteado…(por poco y no te recuerda si ese día le echaste o no “sal” al guiso), pero así de literal es este servicio, obviamente lo que te muestra, son las publicaciones que hiciste ese día, en diferentes años, desde el momento en que te suscribiste a la red, en otras palabras puedes ver, en una sola pantalla que, en el 2013 te hiciste amigo de “Juanito Alimaña” y, en el 2015 ya le estabas dedicando la canción de Héctor Lavoe (quienes usan Facebook, pueden dar fe de ello)

Este servicio puede ser bastante simpático, ya que te refresca la memoria; entonces puedes ver, la evolución de tus publicaciones, pensamientos, material audiovisual…, puede que te recuerde lo mal que te sentías ese día, porque acabaste de matar a un zancudo; quizás te recuerde un chiste o un momento embarazoso; puedes incluso ver la foto de tu “ex”, sí del que decías que nunca lo dejarías; o las fotos con tus “pinkys”, aunque ahora están distanciados…

Ahora bien, estando ad portas de un nuevo año, pero también de una nueva gestión con nuevas autoridades, se me ocurre preguntarme, si en las instituciones de gobierno (municipio, gobierno regional) existiría una especie de “hoy tienes recuerdos con…” ¿Qué tendría que recordarse nuestras autoridades salientes? Podría pensar en que hubo un alcalde, que nos ofreció una “Planta Asfaltadora” y, a cambio nos trajo una mini asfaltadora, que más era un juguete usado y viejo; no contento con ello, nos ofreció que ésta máquina, trabajaría todos los días y, que al fin de su gestión tendríamos todas las calles de Moyobamba, totalmente asfaltadas ¿Se cumplió? A nivel regional, podría pensar en ese gobernador que nos dijo que si lo dejábamos ser gobierno, nos construiría las tribunas del estadio moyobambino pero, ya ustedes saben la historia y la realidad.

Menciono sólo estos dos ejemplos, porque creo que son más que suficientes con la lógica de lo escrito; cuando uno ve “sus recuerdos” en Facebook, podríamos muy bien hacer una especie a autoanálisis sobre la publicación, en algún momento nos podemos preguntar ¿Cómo es posible que haya publicado eso? Éste autoanálisis nos puede ayudar a mejorar (si lo estábamos haciendo bien) o a cambiar (si lo estábamos haciendo mal). Ahora ¿qué pasa con esas autoridades que ahora se van y nos cumplieron con su plan de gobierno ofrecido? ¿Qué pasa con esos proyectos, por los cuales apostamos y les dimos el sillón?

Si hay algo en lo que voy a insistir es que nuestra labor como ciudadanos, no sólo es respirar; que el ejercicio de nuestra ciudadanía, no sólo se refleja en las ánforas; que somos igual de responsables, en menor grado por supuesto, pero igual somos responsables en el desarrollo de nuestra localidad; de manera que, cada vez que “recordemos” esas promesas, obras o proyectos no cumplidos por nuestras autoridades, recordemos también ¿Qué hicimos, desde nuestros lugares, para exigir que ello se cumpla? Se nos avecina un nuevo año, una nueva gestión, nuevas autoridades y creo, que junto con todo ello, se nos avecina la renovación de nuestro compromiso para con nuestra localidad ¿Qué tan comprometidos estamos?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 25 de diciembre de 2018

Feliz Navidad


<<…vamos pastores vamos, vamos a Belén, a ver en ese niño, la gloria del Edén…>>

Es parte de la letra de uno de esos tan famosos y trillados villancicos, que año a año cantamos justo en estas fechas. Fechas en las que supuestamente todo es dicha y felicidad, todo es armonía, la gente se anda “perdonando” sus ofensas, se hacen “buenas acciones”, se entrega “regalos” por doquier; en fin se hacen un sinnúmero de actos, para así poder estar probos y darse el “abrazo protocolar” de la medianoche del 24 de diciembre.

Haremos pues, un intento de itinerario de lo que suele pasar en estos días; iniciamos con nuestras tardes de cine, ¿Quién de ustedes, no se ha cansado de ver las famosas pelis navideñas? Es probable que las más recordadas y vistas, en estos días, sean los clásicos: “Mi pobre Angelito 1 y 2” (la 3 y 4 ya no son tan interesantes); carambas, cómo poder imaginarnos que Kevin no sólo tenía la capacidad de armar todo un “plan de ataque” sino que adicional a ello, contaba con todas las herramientas necesarias para ejecutarlo; y es más, las pelis contaban con dos ladrones sopencos, que siempre caían en las trampas; y, aunque al final de las tramas pareciera que iban a ganar, pero, de no ser por el vecino misterioso o de la indigente amante de las palomas, probablemente “Kevin” no hubiese tenido un final feliz. Un dato, si deja su casa sola y al retorno la encuentra inundada o con rastros pegajosos, es más que seguro que “Marv y Harry” estuvieron por allí.

Otra de las actividades bastantes comunes para estas fechas, son las famosas “chocolatadas”, ¿Quién nunca se ha ido a una chocolatada?; es más, hay quienes iban armando su agenda con horarios, rutas y todo, para poder estar presentes en todas. Valgan verdades, esta actividad en particular, es parte fundamental de nuestra infancia; vas, disfrutas del show, haces tu colita para recibir tu pedazo de panetón y tu taza de chocolate caliente (en tremendo sol), reclamas tu regalo, lloras porque el regalo que te dieron no te gusta, intentas hacer cola nuevamente para que repitas plato (chocolate, panetón y juguete); tanto es así, que cuando llega el 24 de diciembre, ya no quieres saber nada de chocolate, ni de panetón. Aquí obviamente, lo más beneficiados son los niños y las niñas y, los figuretis son aquellos que disque se “desprenden” de lo suyo para darles esa alegría; lo curioso de este año, es que ningún candidato político, sobre todo los que perdieron, se han animado a realizar una “chocolatada” en favor de aquellos por quienes juraban que estaban candidateando.

“vamos jugando al amigo secreto”, es un famoso juego, ideal para esta fecha; la cosa no es tan complicada, básicamente, se trata de que un grupo de personas (compañeros de clase, colegas de trabajo, miembros de una iglesia, familiares…) deciden jugar y, pues se escribe sus nombres en pequeñas balotas que son colocadas en una caja y allí cada uno va retirando una balota al azar (la única regla es que si te toca tu mismo nombre, devuelvas la balota y saques una nueva); en teoría, el juego debe durar un par de semanas, tiempo suficiente para que tu “amigo(a) secreto(a)” te envíe una notita, te deje un presente o una sorpresita, te de algunas pistas como y para que vayas adivinando quién puede ser. Ahora, si sacaste la balota con el nombre de tu “crush” bien puedes aprovechar la situación y mandarte de una vez por todas, total no pierdes nada, se entenderá que era parte del juego; pero, si quien te toco como “amigo(a) secreto(a)” está en modo Chihuan, lo siento mucho pero, a veces no siempre tenemos buena suerte.

Recuerdo que hace unos 13 años, por estos días, estaba trabajando en una panadería local, el negocio era nuevo y pues tanto al dueño como al maestro panadero, no se les ocurrió mejor idea que poner al servicio de la comunidad, el servicio de “horneado” de carnes; ambos habían visto que, en definitiva, ese sería el negocio redondo del mes. Mi persona se encargó de hacer el anuncio a través de una emisora local y, pues en lo que acababa mi turno, vi llegar una larga fila de fuentes, había pollos, pavos, piernas de chancho e incluso cuyes; yo dejé mi turno y me fui a casa pero, luego me contaron que hubo un momento en que se tuvo que decir “alto” a la recepción de fuentes pues la capacidad del horno no daba para más. Yo no sé a quién se le ocurrió la famosa idea de establecer como “tradición” el tener que esperar las 12 de la noche (tanto del 24 como del 31 de diciembre) para recién poder cenar, vaya necesidad de hambrear hasta esa hora; y, por muy humilde que sea la mesa, siempre vas a tener algo que comer; a eso se le pega otra tradición instantánea, los famosos recalentados que, pueden durar hasta un mes.

Bueno, he intentado armar un pequeño resumen de lo que se hace en estas fechas, creo que me estoy olvidando (adrede) de los fuegos artificiales (cuetones, cuetecillos, bombardas y otros) sinceramente, “el olvido” ha sido intencional pues, considero que no es necesario que nuestra calles se llenen con restos de pólvora y un humo asfixiante para decir que estamos celebrando.

Finalmente, en teoría, lo que se celebra es (para los creyentes) el nacimiento del niño Dios; aunque en la práctica, nuestros modos de celebración no lo demuestren; espero y deseo, que este año podamos meditar no sólo en su nacimiento, sino en el nivel de importancia del mismo ¿Por qué es que quiso venir a la tierra? ¿Para qué vino?; recordemos que su nacimiento se dio en medio de una migración obligatoria, entonces ¿Cómo estamos tratando a los migrante hoy en día? ¿Seremos capaces de decirles “feliz navidad”, al tiempo en que exigimos al Estado los expulse del país? Creo que nuestras celebraciones, deben dejar de ser banales y, ser más humanas.

Simplemente KAJOVEPI



jueves, 20 de diciembre de 2018

¡Que siga la fiesta!


Querida audiencia, ya casi se nos acaba el año y, pues se viene un shuntal de fiestas; hoy en día, cualquier “culminación” se debe festejar; que sus tres meses en la cuna, que su inicial, que su primaria, que su secundaria, que el instituto, que la universidad, que el fin de curso de cocina, de chocolatería, de corte y confección, de estética unisex, que el final con su pareja…, cualquier motivo es bueno para festejar. Este post, hablará de ello, de fiestas y, quiero advertirles que, si por a o b motivos, usted considera que el seguir leyendo la presente columna, puede significar que va a recibir una invitación a un tono o algo así; quizás, el hablar de fiestas, que son actos “culturales”, puede ofender su doctrina; entonces lo invito a dejar la lectura y, seguir con las noticias. Le advierto, que si sigue con su lectura, es bajo su responsabilidad, ojo, no lo estoy influenciando ni manipulando.

Hace algunos años estábamos en todos los preparativos para celebrar los dos años de mi hija, ya contábamos con el local, los bocaditos, el vestido, ya se habían repartido las invitaciones; es decir, ya casi todo estaba listo pero, nos faltaba alguien que “anime” la fiesta y, encontrarla era súper urgente pues de lo contrario, era mi persona quien amenazaba hacerlo, en definitiva, ello no podía ser la mejor de las decisiones, ni para los/las invitados/as ni para mí. Para la felicidad de todas las partes, la encontramos, como caída del cielo; coincidimos en que para la fecha pactada, no tenía otro contrato y pues sí, nos podía atender.

Las condiciones nuestras no eran “tan exigentes”, de hecho, lo único que buscábamos era que, por un espacio de hora y media pueda divertir a los/las invitados/as de mi hija, la cosa era simple, unas cuantas coreografías, un par de juegos, música para baile y, listo; todo estaba bien hasta que pusimos como condición que “las canciones a escuchar durante el show, incluida las coreografías, deberían ser netamente infantiles”. Hubiesen querido ver la cara de la animadora, no podía salir de su asombro; pero, inmediatamente reaccionó y nos dijo:

-no se preocupe señores, sé entender y respeto la “religión” de algunos que no quieren otro tipo de músicas en sus fiestas…
La mire y le dije: -no se trata de religión, de hecho, de ser así ni siquiera le haríamos fiesta a mi hija; se trata del contenido de las canciones, son niños de apenas 3 años y pues, no voy a permitir que estén bailando el “Candy, Candy” en la fiesta-

Luego de poner esa “condición”, se nos vino una gran tarea: ayudar a buscar esas canciones de corte infantil que tanto exigíamos; fue una larga y complicada semana, por un lado tenía a mi hija ensayando una de las canciones de “Frozzen” para su presentación y, por el otro lado estábamos nosotros, recurriendo al YouTube y tratando de encontrar la mayor cantidad posible de canciones infantiles. Al final de la historia, todo nos salió bien; la animadora y sus dalinas hicieron un excelente trabajo, mi hija hizo su presentación especial, los/las invitados/as disfrutaron de toda la fiesta, no se escuchó ni media pieza de un “perreo chacalonero” y yo, me salvé de animar el show.

En las últimas semanas he visto con un “buen ojo” una pequeña campaña que algunos de mis amigos, amigas, animadores de fiestas infantiles y otros han estado haciendo viral; se trata de la foto en donde un payaso o animador infantil tiene un cartel que dice algo como “que en las fiestas infantiles, no se escuche reggaetón”; el anuncio, tal cual se presenta, busca sensibilizar a los padres, madres, payasos, animadores infantiles y demás a que, entendamos de una vez por todas, de que las fiestas infantiles son eso, INFANTILES; que no es posible que en la celebración del primer año de tu wawa, sus invitados/as, de edades similares, estén bailando canciones cuyas letras no dicen nada, salvo <<…dale más duro mami, dale más duro…>> o <<…te espero en la cama y sin pijama, sin pijama…>> o <<…si no me acuerdo, no pasó, eso no pasó…>> (vaya nivel de creatividad)

No se trata de decir “lo que importa es el ritmo y no la letra” o “no te enojes, total son niños y no entienden la letra” (créeme que si maneja el celular mejor que tú, de hecho que al escuchar la letra de esas canciones, las va a captar más rápido que tú), tampoco se trata de decir “esto es una fiesta”.

No podemos, bajo la premisa de “es una fiesta” seguir permitiendo que nuestros/as hijos/as sigan escuchando cada porquería. Toda esta ola reggatonera de los últimos tiempos, ha traído consigo canciones ridículas y sin sentido que, curiosamente son pegajosas; canciones que lejos de enamorarnos incitan más a actos contra el pudor, violaciones, reacciones machistas y cosas por el estilo; alguien me puede explicar ¿en qué estaba pensando la autora del <<…mi cama suena y suena pan, pan…>> cuando escribió ello? o, alguien le puede decir al tal Ozuna que no nos importa nada si es “feliz con cuatro” o con cinco o con dos, total, esa es su vida; y ¿Quién le dijo a Maluma, que sus “4 babys”, puede llamarse canción?

Creo que es tiempo de darnos cuenta que en definitiva, la música de nuestros tiempos, no es la misma a la que ahora se escucha; como que tampoco será lo mismo en comparación con lo que escucharemos en unos 20 años más adelante; sin embargo, considero que cada tipo o ritmo tiene su propio espacio. De manera que, la próxima vez que vaya a una fiesta infantil, antes de pedir “mueve el toto”, mejor disfrute bailando <<…la vaca lola, tienen cabeza y no tiene cola…>> eso sí que es un gran tema.

Simplemente KAJOVEPI

lunes, 10 de diciembre de 2018

#nomásplástico


El pasado miércoles 05 de diciembre, el Congreso de la República aprobó la “Ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables en el Perú”; cuyas principales reformas o puntos son:
  • En un plazo máximo de 36 meses de entrada en vigencia de la Ley, los supermercados, autoservicios, almacenes y comercios en general, deben reemplazar de forma progresiva la entrega de bolsas de plástico no reutilizables por bolsas reutilizables y/o biodegradables. (en pocas palabras cho, debes cargar con tu talega cada vez que salgas al mercado, a la ferretería, al súper, a la bodega de la esquina, a la tía veneno o a cualquier otro lado; lleva siempre tu bolsa a la mano).
  • A partir del 01 de agosto de 2019, se cobrará un pequeño impuesto por cada bolsa de plástico que el consumidor final requiera para el traslado de sus bienes; éste impuesto será de 0.10 céntimos por bolsa, durante el 2019; y seguirá en aumento hasta el 2023, en adelante, en que costará 0.50 céntimos por bolsa (vale decir masha, que cada vez que te vas al súper y, que por chambón, no lleves bolsa para tus compras, ya no va a ser gratis cho)
  • A los 120 días de entrada en vigencia de la ley, estará totalmente prohibido el uso, ingreso o comercialización de bolsas de un solo uso, sorbetes de plásticos y envases de tecnopor en áreas naturales protegidas, áreas declaradas patrimonio natural de la humanidad, museos, así como entidades estatales (en pocas palabras, ahora lo “chick” es que tu café lo cargues en tu tomatodo preferido; ya no necesitas “cañita” porque no sirve pero hace mucho daño; la norma aplica para áreas que están bajo la administración del Estado pero, ello no exime a los establecimientos privados).
  • Dentro de un año, luego de que la norma entre en vigencia, queda prohibido la fabricación para el consumo interno, importación, distribución, entrega, comercialización y uso de envases de bolsas mayores a 900 cm2, sorbetes (salvo para uso médico) y bolsas que generan contaminación por microplásticos, no biodegradables. (oe huambra, eso significa que ya no te darán bolsitas cada vez que te vas a comprar una grajea de paracetamol; al parecer vamos a volver a como era antes, es decir a que cuando ibas a la botica las medicinas te las daban en sobre artesanales, hechos con hojas de los catálogos de cosméticos).
Ahora bien, es cierto que la norma aprobada, tal como está, es una norma atractiva y, que de alguna u otra forma, va a poner un ligero “alto” a la comercialización y uso excesivo de bolsas plásticas y sorbetes. Faltaría ver la reglamentación de la misma, ojalá pues no se demoren un shunto en ello.

Sin embargo, creo que no es necesario esperar a tener una “norma” para recién darnos cuenta del alto daño que el plástico nos ha generado. Espero que ésta no sea una de esas leyes en que los grandes dicen “hecha la ley, hecha la trampa”.

No sé ustedes, pero al menos yo, recuerdo mucho cuando compraba mi pollo a la brasa para llevar (lo que ahora llaman “delivery”) nos lo entregaban envuelto en papel de cocina y ¿sabes qué? el pollo llegaba calientito y era mucho más delicioso que el que ahora comes; ¿recuerdas cuando comprabas tus gaseosas? Te las daban en envases de vidrio y, si por a o b motivos no tenías botellas retornables, entonces ibas con tu jarra a la bodega, para que la doña te eche allí hasta la última gota; y cuando ibas a comprar menú o a recoger una parrillada ¿acaso no llevabas tus propios envases?; ¿te has olvidado, acaso, de que para ir al mercado llevabas tu bolsa de tela o tu canasto?; ¿qué necesidad hay de pedir “cañita” para tomar tu agua de coco, si crecimos tomando agua directo de la manguera?

La norma ya se ha promulgado, ya hay plazos establecidos para ver los “cambios” respecto del uso del plástico, el menor tiempo es de 12 meses; sin embargo, considero que no es necesario esperar ese tiempo para que, por nuestra propia cuenta, empecemos a tomar conciencia y, hagamos cosas que poco a poco aporten a preservar y conservar el poco “medio ambiente” que nos queda.

Simplemente KAJOVEPI

lunes, 3 de diciembre de 2018

Disculpe, ¿Hay vacante?

Hola querida audiencia, disculpen las molestias de no escribir muy seguido, es cierto que a veces me salto la semana y, es cierto que cada vez que lo hago siempre encuentro la excusa “perfecta” para poder justificar mi falta; ahora, mi “excusa”, es que mi encierro en un encuentro de líderes estudiantiles, no me ha permitido hacerles mi entrega en la última semana de noviembre.

Durante la semana pasada, recibí la visita de la monitora externa, del proyecto que tengo a cargo; su itinerario consistía en poder visitar algunas instituciones educativas en las que intervenimos y una UGEL, desde mi punto de vista puedo estar confiado en que la visita en si, no sólo fue agradable sino que, al mismo tiempo, fue satisfactoria. Una de esas noches, mientras nos dirigíamos a un paraíso culinario en Tarapoto, pasábamos por los exteriores de una institución educativa pública inicial; había un sinnúmero de chiquitines dando rienda sueltas a su imaginación, correteando por todo lado, en un principio pensé que había una reunión de AMAPAFA (Asociación de Madres y Padres de Familia) o algo por el estilo, pero, luego vi a sus padres y madres sentados/as en “fila india”, escoltando la puerta principal; entonces comprendí que esa fila, era la “tradicional” cola de espera por una vacante en esa institución.

Recordé que hace tres años, mi esposa y yo nos encontrábamos en una situación similar; una de las docentes (madre de un viejo y estimado amigo), nos pasó el dato que en la institución educativa inicial, en donde ahora mi hija está ad portas de cumplir con su primera etapa de estudios, estaban a punto de publicar la lista de vacantes disponibles para dicha institución educativa y, que si queríamos postular a una, debíamos ir con suma urgencia pues la gente ya estaba haciendo cola y las vacantes eran limitadas; y así fue, mi esposa salió cual rayo de la casa y llegó justo a tiempo para alcanzar una vacante, éramos casi los últimos de la fila pero, ya estábamos dentro.

Ahora iniciaba otra “batalla”, la de “resistencia”, pues las inscripciones no estarían dispuestas sino hasta el siguiente día; entonces, quienes habíamos llegado a tiempo y estábamos “dentro” podíamos quedar fuera, si es que en algún momento determinado descuidábamos la cola o si simplemente decidíamos dejarla. Se hizo una “lista oficial” de quienes estaban desde un principio, a fin de evitar vivezas y, se nos tomaba lista cada cierto tiempo; en tanto que mi esposa hacía la cola durante el día, mi hermano y yo veíamos el tema de papeles y otros documentos necesarios a presentar al momento de la inscripción; la noche llegó y, con ella la renovación de guardia, iba a madrugar fuera de casa y, no era ni en un velorio ni en una fiesta y tampoco había café de media noche o caldito de gallina o un traguito calentador, no. Paso de todo durante la noche, anécdotas que quedarán en la memoria de quienes nos acompañamos esa noche; al día siguiente, se hizo el último check de la “lista oficial” a eso las 6.30 de la mañana y, a las 7.30 ya teníamos los tickets en mano para ingresar y hacer las inscripciones correspondientes.

A nosotros sólo nos tomó una noche la espera; sin embargo, en otras instituciones educativas la espera puede tomar dos, tres, cuatro días e incluso una semana entera; durante ese tiempo, quienes están “fuera” del número de vacantes disponibles, pueden tener la oportunidad de subir un nivel, siempre y cuando otro de los postulantes, desista y salga de la cola.

El objetivo es uno sólo, lograr una vacante de estudios, dentro del sistema público de educación; mientras la gente hace cola, tenemos a los directores suplicando a los padres que no lo hagan porque no es lo correcto; por otro lado, tenemos a la prensa que hace cobertura de las molestias y reclamos de los padres postulantes, pues sienten que es un “abuso” hacerles esperar tanto; así mismo, tenemos a las autoridades educativas (UGEL | DRE) haciendo las visitas correspondientes para responder a la pregunta ¿Qué está pasando?; y a la Defensoría del Pueblo que no deja de llamar la atención a los directores por no “acelerar” el proceso.

Todos(as) sin lugar a duda han identificado el principal problema, tenemos pocos espacios (vacantes) para ofrecer dentro del sistema educativo público; puede que en algunas zonas falte la infraestructura (más y mejores aulas) y en otras sobre ello (sólo funcionan en un solo turno); nos falta docentes, nos falta material educativo, nos falta escuelas, nos falta mejorar la calidad educativa que se brinda a la población. Para quienes no lograron una vacante, pueden intentar ir a otra institución educativa pública, y, hacer el mismo proceso; o pueden “solucionarse” la vida y no mandar a su hijo(a) al jardín, total el primer año (3 años) no es “tan importante”, ya cuando esté en 4 puede entrar pero, ¿Qué de los que van a entrar a grados superiores?; o pueden optar por ir, en contra de la voluntad de sus bolsillos, a una privada, en este caso, la solución, no es decirle al padre o madre: “ya no tenemos vacante pero, puede matricularlo en un privado y ya el próximo año regresa, es sólo un añito” NO, esa no es la solución, y ojo, aclaro que no tengo nada en contra del sistema privado, es sólo que no todos(as) tienen la posibilidad de acceder a ello; después de todo, según nuestra constitución (Art. 13 y 17), tenemos derecho a una educación gratuita y de calidad.

Es necesario que el Estado invierta más de lo que ya invierte, en educación; que no se vea como un gasto innecesario o torpe, tengamos en cuenta que, gracias a la educación, vamos formando nuevas sociedades, vamos cambiando el mundo en el que vivimos, entonces ¿Cómo hacerlo si no tenemos recursos? ¿Cómo hacerlo si ya no tenemos “vacantes”?

Simplemente KAJOVEPI