Compra la nuestro
Querid@ amig@ indiscret@;
Sabemos que este año no fue fácil, es más, para
algunos, fue mucho más complicado que para otros. Muchos han perdido sus trabajos,
como me dijo un ambulante en Lima (que vendía caramelos en el transporte
público), -yo antes trabajaba para KFC, pero, luego nos despidieron y aquí
me tienen, vendiendo caramelos y cantándoles algo, pues quiero llevar algo de
comer a mi familia-. Y, los que los mantuvimos, ya estamos cansados de
trabajar desde casa, por lo estresante que es.
Hay quienes aún están en una cama de hospital,
luchando por salir de cuadros clínicos con pronóstico reservado; hay quienes
“vencieron” al bicho ese pero que se quedaron con secuelas que los acompañará
por el resto de sus días. También están los que nos dejaron sin darnos la
oportunidad de decirles adiós o de darles el último abrazo. ¡Maldita pandemia!
Con lágrimas en los ojos, hemos visto como es que se
cerraron casi todos los negocios (excepto los permitidos durante la
cuarentena); y de estos, algunos se reactivaron o están en camino a ello, otros
se reinventaron, y otros, desgraciadamente, se fueron a la quiebra en medio de
deudas impagables, que los bancos abusadores, las hicieron interminables.
Eso del “Reactiva Perú” no fue más que una ilusión
adolescente, pues favoreció a los grandes, a esos explotadores que despidieron
a sus trabajadores en cuanto esto inició, a esos que nunca dejaron de vender.
Mientras que, a nosotros, a los pequeños y medianos, nos dejaron en el aire,
obligándonos a ser informales y a vender a escondidas; todo con el fin de
cumplir con nuestros colaboradores.
Amig@, sé que quizás no debí haberte mandado todo
ese discurso, pues tú también lo has vivido en carne propia. Sé que tú, al
igual que yo estás cansad@, hart@, estresad@. Que tienes esos deseos enormes
por dejar a un lado las pantallas de la computadora o del celular; y que
quieres cambiar el tedioso y odioso meet, zoom, jitsi, teams o cualquier otra
plataforma de videoconferencia; por reuniones presenciales, que incluía refrigerio
y la chacota de la semana.
Pero bueno, no podemos hacer más otra cosa que
seguir aguantando, que seguir resistiendo, no sé si con el mismo ímpetu con el
que empezamos en marzo, pero, es la norma; no solo debemos resistir y aguantar,
sino que debemos redoblar las medidas de bioseguridad, en tanto algún día
lleguen las vacunas. Así que: evitemos estar en lugares cerrados, usemos bien
la mascarilla, mantengamos la distancia y carguemos siempre nuestro alcohol (el
medicinal, no el etílico).
Ahora bien, la intención de esta misiva es también
pasarte mi lista de regalos, y aquí va: la verdad es que no deseo grandes
cosas, ni tampoco que te endeudes por mi culpa; mira, estamos en un proceso de
reactivación y sinceramente, me haría muy feliz que contribuyamos, un poquito,
con ello.
En ese sentido, bien puedes optar por darme un vale
de consumo en cualquiera de los restaurantes locales; también pueden ser unas
suculentas, hay mucha gente que ahora se ha dedicado a la venta de estas
curiosas plantitas; tengo amigos y amigas que elaboran cajitas de detalles o
que se dedican a hacer manualidades; también tengo contactos que venden
postres, chocolates y café; por último, me puedes mandar un delivery con mis
compras del mercado, y así, me evitas una salida.
En resumidas cuentas, mi amig@ indiscret@, la
intención es que el dinero circule aquí, en el mercado local; que entre
nosotros podamos darnos soporte, y así, juntos podamos salir de esta. Felices
fiestas.
Simplemente KAJOVEPI