miércoles, 27 de enero de 2021

Revocatoria ¡YA!

Porque es un derecho ciudadano.

En estos días se ha iniciado el proceso de recolección de firmas con las que se pretende revocar al alcalde provincial de Moyobamba, Sr. Gástelo Huamán Chinchay, junto a sus once regidores; son veinticinco mil firmas las que se requiere, como mínimo, para que el proceso prospere.

Según el portal web del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), la revocatoria consiste en un proceso de elecciones en el que el ciudadano participa directamente, con su voto, para separar de sus cargos a las autoridades regionales, municipales provinciales o distritales que eligió.

En el caso del actual proceso, y a decir de los promotores, las razones por las cuales se está promoviendo este proceso es porque básicamente, el alcalde no ha cumplido con sus ofrecimientos que el mismo hizo durante campaña; así mismo, ha demostrado que no está preparado para dirigir una provincia; no atiende los problemas de la población y sus distritos están desatendidos. Según los promotores, el retraso generado es tal que recuperar todo lo perdido, probablemente nos tome dos gestiones.

Este proceso ha generado posiciones a favor y en contra, de hecho, hay más posturas a favor que en contra de este; siento que la gente está cansada de una gestión que lo único que ha generado es desorden y, efectivamente, retraso para la ciudad de Moyobamba, así como para sus distritos.

Tenemos a un alcalde que ya nos ha demostrado, no tiene capacidad de gestión; pero que adicional a ello, tampoco se deja ayudar ni mucho menos asesorar; un alcalde que responde mal frente a los cuestionamientos de la prensa o de cualquier otro ciudadano, y a quienes incluso amenaza con cartas notariales. Por otro lado, contamos con un Consejo Municipal que no cumple con su labor fiscalizadora.

Los escándalos de sobrevaloración de gastos, así como del direccionamiento de las obras son, por demás, evidentes. Tenemos obras inconclusas, porque los expedientes técnicos están mal elaborados; o, por el contrario, tenemos obras que han sido terminadas, sí, pero que están mal hechas.

Personalmente, considero que el actual proceso de revocatoria no es un atraso, como algunos comunicadores sociales están indicando; al contrario, es un derecho que nos compete como ciudadanos, y que nos avala si consideramos necesario revocar a una o más autoridades. Tampoco es un capricho ni mucho menos un gasto innecesario, es un llamado de atención para aquellas autoridades que pretenden burlarse de la ciudadanía y que creen que son intocables.

Yo, ya firmé el planillón, y espero que ustedes, amigos y amigas, amantes de esta ciudad, también firmen. De Moyobamba y sus distritos, nadie se burla.

Simplemente KAJOVEPI

jueves, 21 de enero de 2021

Segunda ola

 Ya depende de ti...

Durante la semana pasada, el presidente Sagasti, a través de una, inentendible, conferencia de prensa; nos indicaba que la “segunda ola” ya había llegado (iniciado) en Perú y que se anunciarían una serie de medidas que se estarían tomando, a fin de contrarrestarla.

Me parece interesante el hecho de haber divido al país por niveles de contagio, por ende, de riesgo; sin embargo, las medidas que se vienen implementando para cada zona, sospecho, no tendrá los mejores resultados.

En el caso de San Martín, por ejemplo, en función de los informes previos que fueron portales de diarios y contenidos de entrevistas; se nos ha considerado como una región de riesgo moderado. Ello implica que las medidas sanitarias a aplicarse en esta región no serán tan “estrictas” como las que se están aplicando en Piura, por ejemplo.

Pero ¿de qué medidas estamos hablando?; pongamos como ejemplo los horarios de “toque de queda”; para San Martín, por ejemplo, se ha determinado que sea de once de la noche hasta las cuatro de la mañana del día siguiente. En el caso de Piura, este inicia a las siete de la noche, culminando a la misma hora ¿se cumple?, ustedes juzguen.

Otro ejemplo, el “aforo en los restaurantes”; para San Martín, se ha determinado, reducirlos del 70% al 60%; en el caso de Piura, este se redujo a un 40% de comensales, permitidos en cada establecimiento. Ahora bien ¿quién determina si tal o cual restaurante realmente bajó su aforo?, nuevamente, juzguen ustedes.    

De momento, no se nos ha ordenado ningún tipo de “cuarentena”; que era una situación que todos imaginaban, pasaría, pero, sí se nos advirtió que es un hecho que podría o no suceder, que dependería de cómo se iban implementando las medidas adoptadas por el Gobierno, en el periodo del 15 al 31 de enero; así como de los resultados que cada región podía ir mostrando. Lo que también se advirtió, es que, de darse el caso, es decir la cuarentena, esta sería focalizadas, lo cual, me parece bien.

Somos una región de índice moderado, sin embargo, al día siguiente de la conferencia, el Hospital MINSA de Moyobamba, reportaba que de las 7 camas UCI con las que cuenta, 6 ya fueron ocupadas por pacientes COVID.

Ello sólo demuestra que, pese a todo el contexto en el que nos encontramos, siento que, como ciudadanía, aún no hemos aprendido, seguimos siendo confiados, incrédulos e irresponsables. No hay respeto por las medidas de bioseguridad; se organizan fiestas privadas; algunos restaurantes se han convertido en pequeñas pistas de baile, y como la venta de licor no está prohibido, se vende a diestra y siniestra. Con decirles que ayer, un compañero me invitaba a la inauguración del “bar” de otra compañera; un bar, rubro que, se supone, aún no ha entrado al proceso de reactivación económica.

Ahora, si lo que menos queremos son medidas más drásticas, o lo que es peor, una nueva cuarentena, porque ello significaría un nuevo estancamiento en nuestra economía; entonces, seamos más responsables con nuestras actitudes; evitemos salir de casa; respetamos las medidas de bioseguridad; y no olvidemos lavarnos las manos siempre.

Simplemente KAJOVEPI


miércoles, 13 de enero de 2021

Una nueva temporada


Pese a estar en medio de una crisis sanitaria, producto de una pandemia que no tiene fecha de caducidad y que, por el contrario, cada día se agrava más; pese a que las medidas sanitarias para contrarrestar la propagación del virus, durante las fiestas de fin de año, se han endurecido; sin embargo, no sirvieron de mucho, pues, desde mi punto de vista, han sido mal diseñadas.

Pese a todo ello, la celebración de Año Nuevo, al menos la del cierre del 2020, fue una de las más escandalosas que he podido apreciar. Ensordecedoras bombardas cada dos casas, cuetecillos y cohetones por doquier, música a todo volumen por uno y otro lado, gente por las calles (pese al toque de queda), grandes cenas de apertura del 2021.

No solo se celebró el cierre de un año tan jodido, sino que también celebramos el inicio de una nueva era. Un año con la esperanza de tener las vacunas a la mano, de las cuales se espera sean las adecuadas y efectivas; cuyas compras no estén plagadas de actos corruptivos, en donde el dinero termine en bolsillos de terceros; y que su distribución y aplicación, sea, pensando en la ciudadanía y no en el empresariado.

Año en que esperamos, no volvamos a ser encerrados, pero, ello depende de nosotros y de lo estricto que seamos con el cumplimiento de las normas establecidas; una nueva variante ya ha llegado a nuestro país, y entonces, tenemos que ser conscientes de ello.

El Estado, ha decidido llamar este año, como “Año del Bicentenario: 200 Años de Independencia”, pero ¿Qué tan independiente somos?; no podemos olvidar que el cierre del 2020 trajo víctimas mortales en el norte del país, en medio de un Paro Agrario, organizado por trabajadores agrícolas como respuesta de hastía e indignación por los años y años de explotación a los cuales, ellos, ellas, sus padres y madres y, probablemente sus abuelos y abuelas, han sido sometidos (con el respaldo de leyes hechas para la empresa). Muertes que se suman a las del 14N, y a las otras tantas que se han producido en medio de tanto conflicto social.

Pero este también es un año electoral, y entonces, como suele pasar, tendremos a varios lobos vestidos de ovejas visitando nuestras casas o espacios, de hecho, ya lo están haciendo; se van a cambiar de camiseta cuantas veces sean necesarias; y nos van a prometer mejoras en nuestra sociedad, diciéndonos que ellos sí nos van a escuchar y van a velar por nuestros intereses.

Dicen que más vale tarde que nunca, por ello, desde aquí, desde esta pequeña columna; auguro que sea un buen año; y que cada paso que demos, sea para lograr nuestros objetivos; que cada lágrima que podamos derramar, sea para renovar nuestras fuerzas; que el desarrollo sea individual, pero también colectivo.

Simplemente KAJOVEPI