viernes, 10 de septiembre de 2010

TICHUN, TICHUN

A propósito del mes de la Biblia…

- tichun, tichun, tichun…. – te maté, te mate, te di justo en el pecho oe…

- niaaaaaaaaaaaaaa, dish pook….. - ¡oh! No el enemigo nos ataca!!!!, corran…

- tocotocotocotocotocoto… - no se preocupen amigos, que ahí viene el helicóptero a salvarnos…..

¿Recuerdas estas frases?, ¿Qué es lo primero que se te viene a la mente, cuando las lees? Roberto Carlos, músico brasilero, en una de sus canciones dice: <<…cuando era un chiquillo que alegría, jugando a la guerra noche y día…>>, que días aquellos en los que, sin importarnos las horas que pasaran o la ropa que llevábamos puesta, salíamos corriendo de casa, luego de regresar de la escuela, para encontrarnos con nuestros(as) amigos(as) de barrio, y ahí en medio de esa soleada, y a veces oscura, tarde nos poníamos a jugar sin parar y con nuestra creatividad por lar nubes; y ¿Quién no vivió esta etapa? Si aún los “kikos” de las vecindades se revolcaban en medio del aserrín, el charco y la arena para jugar a la pelota o las bolichas niopolitas.

Vivíamos felices de estar en medio de una ciudad tan pero tan tranquila y apacible, que no había preocupación alguna de parte de nuestros padres para dejarnos solos en casa al cuidado de la vecina, y cuando toda la familia tenía que salir y no se quedaba nadie en casa, podíamos dejarle las llaves, puesto que la confianza así lo ameritaba. Las fiestas sociales, esas a los que nuestros padres no nos dejaban ir, sino hasta después de los quince; eran tan divertidas, que no había problema regresar de las mismas a las 22:00 o las 03:00.

Las compras de madrugada en el mercado podíamos hacerlas sin miedo alguno, es más el mismo estaba abierto desde las 05:00. Los motocarristas, en su mayoría, eran conocidos por la ciudad; todo era lindo, atractivo, apacible, amigable, era una ambiente en el que todos conocíamos a todos, y, como dice este otro cantante Leonardo Favio, <<…mi pueblo era chiquito como el de Jesús de Nazareth, y se usa saludar “Buenos Días”, “Buenos Días”, saludarse y quererse como buenos vecinos…>>

Y que decir de nuestro clima, tropical como siempre, sorprendiéndonos con sus ataques de locura; cada vez que llovía, era tan pero tan emocionante ver como nuestros barquitos de papel se deslizaban por las corrientes de agua, con dirección al barranco; algunos tomábamos nuestro jabón y nos metíamos bajo la misma para bañarnos, y otros simplemente la disfrutábamos mojándonos. Era divertido, gracioso y a la vez curioso ver como el cielo relampagueaba antes de una torrencial lluvia nocturna, y nuestros padres, para calmar nuestro miedo nos decían: - sonrían que Diosito esta que nos toma fotos…-

En los meses de octubre a noviembre la lluvias eran con más fuerza, había truenos, relámpagos, rayos; al punto tal que los turistas se metían bajo la mesa de los comedores de tanto susto, pues pensaban que “el mundo se les iba a venir encima”. Pero, nosotros No, nosotros la disfrutábamos y hacíamos fiesta, y es que sabíamos muy bien que si al día siguiente de esa torrencial lluvia salía un sol radiante, era fijo que por la tarde íbamos a chapar a nuestro majar, las siquizapas (hormigas grandes, que se comen). Nuestro clima siempre ha sido loco: sol, lluvia, lluvia con sol; era divertido levantarnos temprano como a las 06:00 y ver la espesa neblina que cobijaba toda ésta ciudad.

¡Que días aquellos!, en las que ver los atardeceres desde la punta de Tahuishco, eran el escenario perfecto para las parejas de enamorados, novios o esposos. ¡Que días aquellos! en las que los carnavales se disfrutaban con algarabía majándonos entre chicos y grandes. ¡Que días aquellos! en las que las pandillas duraban horas, y las unshas quedaban cerca de la ciudad. ¡Que días aquellos! en las que los tercios de leña, el racimo de plátano, el café molido, la yuca, eran los ingredientes infaltables en nuestras tullpas. ¡Que días aquellos! en la que los muertos de los barrios eran por enfermedad o la edad, más no por asesinatos o asaltos. ¡Que días aquellos! en las que teníamos agua y luz todo el día, y sobre todo barato. ¡Qué días aquellos! en las que aún éramos selva…

Sin embargo, la historia cambio, y ha cambiado en nuestro tiempos; es increíble ver como en menos de 15 años, en mi caso, ésta hermosa ciudad que un día me vio nacer y me ofreció todo lo que escribí líneas atrás, hoy me amenaza de muerte y poco a poco va quitándome lo poco que me queda de selva y aire puro… si así es ahora en mis tiempos de joven, no me quiero ni imaginar la vida que llevaran mis hijos, y esto si es que me animo a tenerlos.

¿Cuándo Moyobamba, dejó de ser esa ciudad apacible y acogedora, para convertirse en una guarida de delincuentes, asesinos, depredadores…? ¿En qué momento, los asesinatos se han convertido en el pan de cada día? ¿Desde qué momento hemos empezado a echar siete llaves a nuestras puertas? ¿Desde cuando es que han empezado a dejarnos sin luz, sin agua, sin árboles, sin ríos, sin lluvias…? Estas y otras más, son ahora, preguntas sin “respuestas”, preguntas que todos queremos esquivar, sin embargo, son preguntas que nos encaran y nos exigen un pronto accionar. Todos queremos soluciones, pero nadie propone acciones convincentes o de reforma; y buscamos curar la herida, colocándole sólo una vendita.

De manera tal, que tenemos a un Municipio, que en sus intentos de solución no tuvo mejor idea que conformar un escuadrón de SERENAZGO, pero, ¿Quiénes son? Jóvenes, hombres, mujeres; la mayoría de ellos, sin una preparación adecuada en cuestiones de ¿Cómo actuar frente a un acto violentista? O ¿Cómo defender a una victima? O ¿Cómo mantener una escena del crimen?, la gente los mira y pregunta ¿A qué se dedican? ¿Cómo es que rondan la ciudad? ¿Qué es lo que hacen? He visto a muchos de ellos, parado en una de las esquinas de mi casa, bajo la sombra de los arbolitos de la misma, viendo como van pasado las motos y motocares, a otros los he visto pasear por toda la ciudad con las motos que les han regalado la población, hay quienes se pasan todo el día en el celular, y hay quienes están sentado en la oficina esperando las denuncias, pero, también hay quienes cumplen con su labor, aunque pocos, pero hay.

A ellos se les une la Policía, que sólo se ha dado el lujo de habilitar la línea 105 para emergencias, es cierto que en este caso somos nosotros los que tenemos la culpa para que esta línea no funcione como tal, en tanto que muchos hacíamos llamadas fantasmas y los engañábamos sobre un acto de violencia, robo, violación y cosas por el estilo. Pero, no sólo hicieron eso, sino que dispusieron de más “patrulleros de emergencia” para que también ronden la ciudad. No sé en qué momento lo harán, porque ya estoy cansado de ver a la misma patrulla todos los días llegar, en distintas horas, a la casa de mi vecina, solo para que el copiloto, que por cierto es un Policía recién egresado de la Escuela, no deje de afanar a su hija de apenas dieciséis años; así como que estoy cansado de ver a los otros dos patrulleros estacionados en cualquier esquina con los policías durmiendo en su interior.

¿Y el Gobierno Regional? Ellos, también a hecho su parte, últimamente han adquirido cualquier cantidad de motos, motocargas y patrulleros, para repartirlos en todas las provincias de la región. Pero, y sin faltar el respeto, pregunto ¿Cómo piensan utilizar la motocargas? ¿Qué garantías ofrecen estas para el traslado de los sospechosos? ¿Acaso no están expuestos a represalias desde el chofer hasta los ocupantes?, solo espero que al final, estas unidades no se conviertan en unidades para el “servicio de mudanzas”.

Ese es, hasta el momento, el accionar de parte de nuestras autoridades, pero, aún falta mucho por hacer; lo que si quiero recalcar es que ésta debe ser una labor de TODOS(AS), debemos organizarnos en juntas barriales, como lo hacíamos antes, y salir a rondar en nuestras cuadras, apoyar a la Policía y al grupo de Serenazgo con esta lucha contra la delincuencia, denunciar sin temor a los responsables de estos hechos, no podemos seguir callando tanta injusticia, no podemos seguir ocultando nuestro dolor, debemos buscar por todos los medio posibles que se recupere esa “PAZ” que se nos fue arrebatada de la noche a la mañana. Eso no significa que vamos a darles de su misma medicina, así no solucionamos nada, al contrario generamos más violencia.

Es éste el momento en que las iglesias deben pronunciarse, las cruzadas de oración, los ayunos, las noches evangelísticas, las vigilias, están bien; pero, eso no lo es todo, recuerden no están en medio de una burbuja, TODOS(AS) estamos expuesto a ser victimas; es aquí en donde deben demostrar que son sal y luz, denunciando actos de violencia y corrupción, clamando justicia, uniéndose a las marchas pacificas, vigilando la labor de las autoridades; generando espacios de autoayuda y rehabilitación social para los delincuentes, generando espacios de recreación o capacitación para los(as) jóvenes. Es tiempo en que salgan de sus cuatro paredes. La Biblia no solo nos llama a leerla, también nos llama a ponerla en practica; ella, de la misma forma en la que nos enseña a adorar a Dios, nos enseña a denunciar y buscar justica (Isaías 58: 1-12, Miqueas 6:8, Santiago 1:27, Santiago 2: 14-25) los cambios se logran cuando empiezan desde adentro hacia afuera y no al revés, pero, ¿será fácil? Ernesto Cardenal, poeta nicaragüense, no ha encontrado mejor manera de parafrasear el Salmo 5, que de esta forma.

Salmo 5


Escucha mis plegarias, ¡Oh! Señor,
Oye mis gemidos, escucha mi protesta
Porque no eres tú un Dios
Amigo de los dictadores, ni partidario
De su política, ni tú influencia
La propaganda.
Ni estás en sociedad con el gángster.
No existe sinceridad en sus discursos,
Mientras aumentan su producción de guerra.
Hablan de paz en las conferencias de paz
Y en secreto se preparan para la guerra.
Sus radios mentirosos rugen todas las noches.
Sus escritores están llenos de planes criminales
Y expedientes siniestros.
Pero tú me salvaras de sus planes ¡Oh! Señor.
Hablan con las bocas de los ametralladores.
Sus lenguas relucientes son las bayonetas.
¡Castígalos, oh Dios! Malogra su política
Confunde sus memorándums, impide sus programas
A la hora de la sirena de alarma.
Tú estarás conmigo,
Tú serás mi refugio el día de la bomba.
Al que no cree en la mentira de sus anuncios
Comerciales, ni en sus campañas publicitarias.
Tú los bendices, los rodeas con tu amor
Como con tanques blindados.

Un doctor, amigo de la familia, en un año comenzó a pintar algunas de las paredes de la ciudad con frases interesantes, una de ellas decía: “Pídele a Dios que bendiga tu trabajo, pero no esperes que Él te lo haga”


KAJOVEPI