lunes, 27 de agosto de 2018

Le dije yo al pintor


<<…le dije yo al pintor, píntame la carita de la niña más bonita dentro de mi corazón. Pinta, pinta, pinta su carita; sin esa carita hoy me muero yo…>>

Es tal vez una de las letras más comunes o simples de recordar de don Elvis Crespo. La verdad es que no tengo idea de ¿A quién dedicó esta canción? Y tampoco es que la vaya a buscar. Pero, imagínese usted; la persona a quien va dedicada esa canción, sería tan especial, a tal punto de que se ordene a un pintor x, que el rostro de esa “niña” sea pintada en su corazón, una declaratoria de amor como esas, ya no se escuchan en estos días.

Mi amor por el arte, me ha convertido en un observador del mismo; no puedo decir que lo práctico, porque en definitiva, no lo hago. De hecho, en mis clases de arte, sólo cumplía con mi labor colegial y, aunque tengo un ligero daltonismo, hacía mis cuadros abstractos (uno aún mantengo en el comedor de mi casa) y en otra ocasión logré memorizar las partituras de “Historia de Amor”, que fue la única canción que entoné en piano, en aquella época cuando en mi colegio se daban recitales de gala de música clásica. Pasada mi época colegial, “el arte” y yo nos divorciamos, y como lo dije líneas arriba, ahora sólo me he dedicado a ser un observador del mismo; aunque dicen que el baile, también es arte, a mí me encanta bailar pero soy consciente de que no lo hago tan profesionalmente como y para atreverme a decir que soy un experto en la materia.

Considero que “el arte” (pintura, danza, escultura, música…) no es otra cosa más que una expresión de una “cultura” en particular. Durante mucho tiempo, he escuchado decir a propios y extraños, que Moyobamba es “cuna de la cultura del oriente peruano” y la verdad es que por muchos años, Moyobamba ha sido un referente, en varios temas, para las demás poblaciones de la amazonia peruana. Pero ¿qué de toda es “cultura” nos queda vigente aún? ¿Por qué éramos referentes? ¿Qué significaba ser “cuna de cultura del oriente peruano”?

En estos últimos años, la lucha por preservar “el arte”, en todas sus expresiones, ha sido una lucha que se ha mantenido activa y que se despierta frente a cualquier tipo de atentado contra el mismo. Recuerdo cuando, el en ese entonces Alcalde de Moyobamba y hoy candidato a Gobernador Regional, Sr. Mardonio del Castillo; bajo el pseudo pretexto de que quería prevenir “robos”, “violaciones” o “accidentes” (porque “ya se habían reportado casos”) mandó a tapar el pequeño anfiteatro de la punta de Tahuishco; anfiteatro que acababa de ser pintado por unos artistas nacionales, que en medio de una iniciativa de muralización de las calles, vinieron a Moyobamba y pintaron una hermosa orquídea dentro; orquídea que luego fue cubierta por tierra, hormigón y cemento. Total, quitarle un espacio cultural a un pueblo (ojo no contamos con algo similar en todo Moyobamba), era una decisión meramente municipal y nadie podía objetarla pues “se estaba haciendo un bien”.

En los últimos años, hemos visto como nuestra hermosa ciudad se ha llenado de hermosos murales, muchos de ellos pintados por artistas locales; algunos de esos murales han sido financiados por el Municipio, la Dirección Desconcertada de Cultura, Instituciones Privadas y empresarios; nuestra ciudad, poco a poco fue cobrando vida y siendo más atractiva. Sin embargo, no todo quien aprecia “el arte” y, en medio de decisiones incoherentes o incomprensibles, decide ir contra ellos y atenta contra estos murales. Recordaran que hace algunos meses, una grupo de activista pegó uno de sus afiches promocionales sobre parte de un mural; nos levantamos, nos fastidiamos, reclamamos, ellos accedieron, quitaron su afiche y repararon. Pero luego un centro de estudios y, un tercero fue quien quitó ese afiche.

Ahora, en pleno proceso electoral, en esta etapa en la que todos los candidatos están al “gana – gana” y quieren ver la “mejor estrategia” para conseguir más votos han optado por pegar sus horrorosas y pobres diseñadas gigantografías, sobre algunos murales; la justificación más vaga que nos han podido dar, frente a este atentado, es que lo están haciendo con el pleno permiso de los “dueños de la casa”, o que “son las paredes de sus locales de campaña” o que “sólo será por ésta época electoral”; no se dan cuenta que sus ansias por llegar al poder, les hacen cometer hechos que lo único que demuestran es: su falta de interés por una Moyobamba embellecida, su falta de amor por “el arte”, su falta de consideración por el trabajo y esfuerzo de estos artistas.

¿Para qué quieren llegar al poder? ¿Por qué tanto afán de que sus rostros se vea en cada esquina? ¿Acaso no están convencidos de sus planes de gobierno? ¿Acaso dudan de su capacidad comunicacional en sus mítines? y ¿qué nos dirán en sus cierres de campaña? ¿Qué promocionaran el deporte, la cultura y el arte? ¿Qué promocionaran espacios, en que los jóvenes se sentirán libres de expresar sus ideas? ¿Qué estarán comprometidos con el desarrollo de nuestra ciudad?

Si dicen que aman la tierra por la cual están postulando, demuéstrenlo y dejen de destruirla, dejen de ensuciarla, dejen de pegar afiches horrorosos y opten por embellecerla; quizás una nueva estrategia de campaña, puede ser promocionar nuevos murales, en los que se refleje sus planes de gobierno.

Simplemente KAJOVEPI

lunes, 13 de agosto de 2018

Sean siempre bienvenidos


<<…Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor y Dios de Israel (Levítico 19:33-34)…>>

Como bien sabemos, día a día, cientos de venezolanos y venezolanas cruzan nuestras fronteras con la intención de buscar un mejor futuro. La verdad es que, si analizamos bien nuestra situación económica, política, social y otros no podría afirmar que aquí tendrían un “mejor futuro” que estando allá; sin embargo, creo que si nos comparamos con la dura crisis existencial (política, económica, social y otros) por la que Venezuela está atravesando, entonces sí podríamos ser una buena alternativa.

No es que ellos lo pidieron, tampoco puedo afirmar que se lo merecen; pero lo que sí puedo decir es que muchas veces, cuando le damos demasiado poder a “una persona” o “grupo de personas” en particular, muchas veces ese poder se enquista en egos irracionales, al punto tal que luego de ello, cuando los queremos “retirar” de ese poder, entonces hacen o cometen barbarie y media. Entre otros puntos, lo que debemos aprender de esta crisis, de hecho que hay varios aprendizajes, pero lo primero que debemos aprender es que debemos ser conscientes de que el ejercicio de nuestra ciudadanía no sólo se ve reflejada en las urnas, sino que también en el “monitoreo” constante; es decir, en ser vigilantes de cada acción que nuestras autoridades realicen, en ser vigilantes del cumplimiento de sus funciones, de sus promesas y de sus demás movimientos; después de todo, una autoridad es un servidor público, y no alguien que busque servirse del tesoro público.

En los últimos meses, más aún en los últimos días, el rechazo hacia la población migrante venezolana ha crecido abismalmente; la razón principal de ese rechazo es que algunos de ellos han participado en actos delictivos en Lima, y se ha demostrado que son miembros de bandas delictivas internacionales. Frente a estos hechos, una de las acciones que han tomado nuestras autoridades peruanas, y como corresponde, es que se ha ordenado la inmediata expulsión del país, no sólo a quienes cometieron estos actos, sino a todos aquellos que los cometan.

Otra de las razones, esta última no justificada ni mucho menos real, es que se ha sacado una pseudo información, vaya a saber de dónde fue, indicando que dicha población tiene más beneficios que nosotros (SIS gratuito, sueldo mínimo garantizado, posibilidad de elegir y ser elegidos en los próximos comicios electorales y cosas por el estilo) lo peor de este tipo de publicaciones es que mucha gente, sin ni siquiera leer ni mucho menos cerciorarse si ello es cierto o no, lo difunden y alimentan sus odios innecesarios contra quienes vienen a pedirnos algo de ayuda.

Es cierto que la presencia de venezolanos y venezolanas en nuestro territorio trae consigo una alta competencia laboral, ojo, no digo que la competencia sea desleal o algo similar, digo que es alta; pero, aquí un detalle, pasa que por lo general se afirma que “los venezolanos nos están quitando chamba”, yo me preguntaría ¿quién está quitando chamba a quién? No es que los venezolanos se tiren abajo el trabajo y cobren “miserias” por ello, sino que son los mismos empleadores peruanos, quienes aprovechándose de la situación por la que ellos pasan, les ofrecen míseros salarios, a sabiendas que sólo ellos van a aceptar y entonces claro, empezamos a jugarle chueco al país, porque adicional a esos bajos salarios los volvemos informales y por ende suprimimos sus beneficios laborales; obviamente esa es una historia que bien se podría hablar en otra ocasión. Ahora, que si un peruano quiere competir contra ello, la única opción que le queda, es aceptar las mismas condiciones en las que un venezolano está trabajando, y entonces, el único beneficiado de todo este nivel de aprovechamiento, es el “empleador vivazo”.

Finalmente, no podemos negar que así como existe gente buena, también existe gente mala, no podemos negar que así como vino gente con ganas de mejorar su condición de vida y se esfuerza a diario por hacerlo, hay quienes vinieron y “optaron por lo fácil”. Sin embargo, ello no debe ser razón por la cual debamos “meter a todos en un solo saco”. Les echamos la culpa de todo a ellos pero, ¿Qué tanta culpa tenemos nosotros?

Simplemente KAJOVEPI



lunes, 6 de agosto de 2018

Hasta luego, Hno. José


<<…no es más que un hasta luego
No es más que un breve adiós
Adiós, adiós hermano, que muy pronto
Nos volveremos a ver…>>

Soy enemigo acérrimo de las memorias póstumas, de los locuaces escritos en los periódicos o las redes sociales, de los emotivos discursos en los funerales y cosas por el estilo; y sí, soy un enemigo acérrimo de ello, pese a que en varias ocasiones lo he hecho y de hecho que lo haré en los próximos funerales; y soy enemigo de ello porque creo que ese tipo de mensajes halagadores o destructores debemos decírselo (al destinatario final) cuando está vivo, que es cuando puede reaccionar, y no cuando ya partió a la eternidad, en donde qué también que le digas, del cajón no se va a levantar.

Y aunque soy muy enemigo de este tipo de actos, hoy quiero jugar en mi contra y hacer una pequeña memoria póstuma del “Hno. José Tejada Perea”; no diré que fue mi pata del alma, ni mucho menos mi confidente; tampoco aprovecharé el momento para decir que fuimos inseparables amigos o que de pronto lo conozco de toda la vida; ni siquiera hablaré sobre su niñez, adolescencia o juventud, ni de su profesión ni de nada parecido.

Hablaré, sí, del humilde Hno. José, de ese hermano que nos recibía en su casa, allá en el Hogar Santa Isabel, con los brazos abiertos; hablaré de ese hombre que siempre tenía frutas frescas en su corredor, que tenía una cocina bastante generosa; hablaré de ese personaje sencillo, de gran corazón, con una sonrisa única y con un innegable vicio por 01 tacita de café expreso después del almuerzo. La foto que vemos aquí, foto que me atreví a tomar de Freddy Guillén, demuestra esa alegría y sencillez con la que siempre nos recibía en su casa o cuando nos encontraba en la calle.

El Hno. José, era pues un personaje único en Moyobamba, como los pocos que hay por esta zona; su sueño, contar con un albergue infantil en esta ciudad; ese sólo sueño demuestra el gran amor y desprendimiento que tenía, muestra ese amor desbordante que ofrecía a quienes lo necesitaban, sin pedir nada a favor; demuestra la practica viva del evangelio, de ese evangelio que Jesús nos predicó y enseñó, pero que a veces, debido a nuestro egoísmo, nos es difícil de replicar.

En definitiva, estoy convencido de que el Hno. José, nos ha dejo una serie de enseñanzas y, que su muerte, como en mi caso, nos ha caído como una balde de agua fría. Dejas un gran vacío para quienes te conocimos, pero sabemos que en dónde estés seguirás siendo esa gran persona que conocimos, gracias por tanto amor, gracias por todo, siempre en nuestra memoria.

Simplemente KAJOVEPI