martes, 30 de octubre de 2018

Angelitos Platudos SAC


El pasado 10 de setiembre del 2018, es una fecha nada memorable para la hinchada aliancista; fecha en la que aproximadamente unos 1500 miembros de la “Iglesia Evangélica El Aposento Alto” tomaron por asalto (en horas de la madrugada) parte de las instalaciones del estadio del Club Deportivo Alianza Lima; cabe indicar que los invasores no fueron a la deriva ni desarmados, no, se fueron con todo, llevaron escaleras para subir los paredones e ingresar al local, llevaron pintura blanca para tapar los emblemas del club, llevaron láminas de aluminio y soldadura para tapar todas las entradas, encadenaron cada puerta y, como ésta labor era una labor ardua y cansada, al llegar la mañana les llevaron un rico desayuno para calentar y alentar el alma de los feligreses[i].

¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué de pronto los miembros de una iglesia en particular, pusieron sus ojos en un predio particular? Según versiones extraoficiales, afirman que el “pastor” Alberto Santana, dueño de la iglesia, tuvo un sueño en el que Dios le decía que el estadio de Alianza Lima sería de ellos y, nada ni nadie puede ir contra ese designio; éste mismo pastor ya había tenido otra visión en la que Dios le indicaba que para el 2021 él sería el próximo Presidente del Perú (Dios nos libre de todo mal). Sobre el particular, varias cosas llamaron la atención, como el hecho de tener a tanta gente tan bien organizada; tener toda la logística necesaria para cada paso (todo estaba planeado); afirmar, días después, de que si el club tiene deudas la iglesia la podía pagar en efectivo (45 millones de dólares al cash ¿Ladronde ya?) y, poner a Dios en medio de tanta cosa.

No es la primera vez que una “iglesia evangélica” saca a relucir todos los fondos con los que cuenta; no es la primera vez que, gracias a noticias como ésta, caemos en cuenta los miles de soles que se manejan dentro de ella, producto de las ofrendas y de los diezmos; así como que no es la primera vez en que las iglesias cuestionadas y, las que son del mismo grupo (en este caso evangélicas) no se pronuncian en relación a ello (los diezmos y ofrendas), no hablan sobre cómo se usa o cómo se obtiene o para qué es que se pide. El año pasado, nos enteramos que la iglesia Agua Viva, pagó 6 millones de dólares por el viejo coliseo Amauta; que el Pr. Rodolfo Gonzales recauda cerca de 7 millones de soles al año; que al pastor Vicente Díaz (vinculado a la red Orellana) se le incautaron 13 inmuebles valorizados por cerca de 42 millones de soles (casas llenas de lujo)[ii].

En los últimos meses, hemos visto un sinnúmero de casos de pastores, iglesias o grupo de hermanos que, utilizando nombres celestiales han hecho dinero a causa de los mismos; hemos visto casos de iglesias que, manejan una buena cantidad de fondos, y que son capaces de construir grandes edificios, pagar buenos sueldos a sus pastores, realizar grandiosos conciertos y cosas similares; tendríamos que preguntarnos, ¿Para eso son los diezmos y ofrendas? ¿Es obligatorio diezmar y ofrendar? ¿Qué implicancia tiene ello? pero, también es necesario que sin necesidad de ese tipo de preguntas la iglesia misma por cuenta propia diga algo al respecto. Hace un par de días, escuchaba en una radio cristiana local, una mensaje de John F. MacArthur, quien daba una explicación a los textos bíblicos: “el obrero es digno de su salario” o, el otro texto que dice que “quien predica el evangelio debe vivir del evangelio”; él afirmaba que, estos son mandatos divinos que no podemos negar, vale decir, que es cierto que nuestras remuneraciones tienen que estar en función de nuestro trabajo, vale decir, de las funciones que desempeñamos, de los cargos que ejercemos o las tareas que hacemos. Respecto de que quienes predican el evangelio, deben vivir de él; considero que, en efecto es un hecho que no puede dejarse aislado, porque, aunque no se crea, el trabajo del pastor es sumamente sacrificado, es dedicarse más de 8 horas diarias, a una labor que, muchas veces no es bien vista. Pero, ello no debe significar, que se debe abusar de ello, de hecho la biblia también nos enseña que debemos vivir cómodamente con lo que tenemos.

Por otro lado, no podemos dejar pasar que, así como existen iglesias y pastores que, como dijera el “teólogo” Arjona “se hacen ricos con la fe”; también existen negocios, cuyos dueños (evangélicos o no) piensan que colocándole nombre “divinos” a sus negocios, las bendiciones les caerán del cielo al punto tal que, empezaran a colocar sucursales en cada cuadra, incluso en el cielo. Me he paseado por varias ciudades y siempre he visto, al menos un letrero, con títulos como “Veterinaria Jesús mi Amigo Fiel” o “Urbanización Cristo Redentor SAC” o “Transportes el Evangelio EIRL” y otros más. La verdad es que no estoy muy seguro si, cuando en Éxodo 20:7 (No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.) la Biblia se refiere a éste tipo de acciones; es decir, al de tomar su nombre o un nombre relacionado a la divinidad para promocionar un determinado producto (bien o servicio).

Estamos a cierre de octubre, mes considerado como mes de la reforma, mes que nos recuerda a Lutero, un tipo que (para mí) fue un “rayado” en su época, mira que levantarse en medio de tanta gente para ir contra el clero y denunciar los abusos que algunos de ellos cometían contra sus feligreses y, de esa manera ir cambiando la perspectiva de la salvación. 501 años después de ese hecho trascendental, me pregunto si hoy por hoy, los cristianos de nuestra época estamos dispuestos a denunciar las injusticias de nuestras iglesias (pese a las amenazas), me pregunto ¿Qué pensamos de la salvación? ¿Qué pensamos de la fe? ¿Negociamos con ella? Pero sobre todo me pregunto ¿En dónde está nuestra riqueza?  

Simplemente KAJOVEPI

martes, 23 de octubre de 2018

Pasa el pack pe


Según el Código del Niño y Adolescente, promulgada con Decreto Ley N° 26102[i] y, según el Nuevo Código del Niño y Adolescente, promulgada con Decreto Ley N° 27337[ii]; en su Artículo I manifiestan que: “se considera niño a todo ser humano desde su concepción hasta cumplir los 12 años de edad y adolescente hasta cumplir los 18 años de edad”. Así mismo, ambos códigos manifiestan en su Artículo II que: “el niño y el adolescente son sujetos de derechos, libertades y protección específica. Deben cumplir las obligaciones consagradas en esta norma.”

Inicio este pequeño escrito, haciendo hincapié en ello dado que, hasta el momento, veo que los/las adultos/as no hemos comprendido, en su totalidad, ¿Qué significa ser niño o niña? más aún ¿Qué significa ser sujeto de derecho? En el artículo de la semana pasada, hacía mención a la celebración del Día de la Niña y, a mi postura del por qué creía que ese día no se celebraba en Perú; y, en otros artículos también me he tomado la molestia de escribir sobre el “papel, roll o imagen” que tienen las mujeres dentro de una sociedad machista, como la nuestra, y, de cómo podríamos romper esos estereotipos, una de las propuestas para ello, claro está, es promover una educación con enfoque de género, enfoque que ha sido satanizado por diversos grupos y en especial por grupos religiosos que, aprovechando el poder que tienen, han sembrado dudas sobre la legitimidad del enfoque.

Durante la semana pasada, el video de un acto privado, que debió quedar allí, en privado; ha trascendido las redes sociales, los titulares de varios medios de comunicación, las diversas terminales web, se ha almacenado en cientos de memorias de celulares y otros; ha despertado también, el morbo y los deseos pornográficos de más de uno; ha traído consigo el pronunciamiento del cuerpo policial, del colegio, de las familias “afectadas”, los anuncios de un posible juicio y, ha vuelto a traer sobre la mesa, las discusiones ligadas a temas de género, sexualidad, privacidad y moralidad; todos ellos ligados a la adolescencia, libertades y libertinajes.

Pack, termino coloquial que se utiliza para referirnos a un video íntimo – casero, que ha sido grabado, ya sea con pleno consentimiento de las partes participantes o, de manera “discreta”. La principal “justificación” para grabar un video de éste tipo refiere a que: “hay que tenerlo como un recuerdo de nuestras muestras de amor” o “es una fantasía sexual” o “no te preocupes, nadie más lo verá” y cosas similares; supongo que hasta allí no hay porqué verse afectado, más aún si es que ambas partes han estado de acuerdo con ello. El problema viene, cuando ese “pack” es visualizado por terceros y estos a su vez lo transmiten a otros y éstos a otros y así sucesivamente; entonces el término “pasa el pack” se hace común y, el video en cuestión, se hace viral en menos de lo que canta el gallo.

En esta ocasión, la violación de la privacidad y sobretodo de la intimidad de dos personas, uno de ellos menor de edad; ha dejado al descubierto, una vez más, lo vulnerable que son este tipo de vídeos, el morbo de muchos, la pseudo moralidad y santidad de otros, la vulnerabilidad de los/las adolescentes, respecto de la protección y respeto de sus derechos, imagen, privacidad e intimidad; y al mismo tiempo, ha revelado la baja calidad educativa en: valores, sexualidad y género, por parte de nuestra sociedad.

Que si se cometió o no delito alguno, ello lo debe determinar la justicia; que si fue o no consentido por ambas partes, eso queda en la conciencia de cada quien; que si publicación fue o no un error o se dio por venganza, o por chacota, o por chantaje, eso también queda en la conciencia de quien inició la cadena; que si los protagonistas tienen o no una relación sentimental, o si fue un acto contra-natura; ello debe ser determinado por quienes corresponda.

Está demás repetir las famosas frases de: “imagina que fuese tu hija”, “tú también naciste de una mujer”, “no escupas al cielo”, “no tenían derecho de hacerlo”… porque, si bien es cierto que son frases de denotan indignación, sin embargo, sospecho que la indignación es sólo vía Facebook y, probablemente dure una semana más. Por el contrario, apostaría porque lejos de repetir ese tipo de frases, nos pongamos a pensar un poco en ¿Qué significa ser “sujeto de derecho”? ¿Qué derechos tenemos? Y finalmente ¿Qué derechos son los que respeto?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 16 de octubre de 2018

¿Feliz Día de la Niña?


¿Qué tal queridos amigos y amigas? ¿Cómo están? ¿Me extrañaron?, no, no crean que les escribiré esa frasecita famosa de Thalía; pero, sí me volveré a excusar por no haber hecho una entrega la semana pasada. La verdad es que esperaba con ansias poder escribir algo relacionado a los resultados electorales, pero los días pasaron y ya no lo pude hacer. Por otro lado, y en honor a mi promesa no escribir sobre política, al menos por las dos próximas entregas, hoy traigo para ustedes, un tema que quizás no sea muy conocido pero, veremos ¿Qué pasa?

No sé, si están enterados/as pero, el pasado 11 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Niña; en realidad y, según la enciclopedia virtual de Wikipedia, afirma que: El día internacional de la niña se designó el 19 de diciembre de 2011, por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 66/170 para que a partir de 2012, el 11 de octubre se conmemore para fomentar el reconocimiento de los derechos de las niñas y se dé a conocer los problemas que enfrentan en todo el mundo, principalmente en países no desarrollados[i].

La intención de la ONU, ha sido desde ese entonces que, los países miembros puedan no sólo conmemorar esa fecha, sino que por sobre ello, exista el compromiso real de implementar normas, programas, planes y otros que, de alguna u otra forma: 1.- promuevan el empoderamiento de las niñas; 2.- se ponga un alto a actos discriminatorios y violentos; 3.- promocionen, defiendan y garanticen sus derechos (educación, salud y seguridad, principalmente).

Este tipo de “celebración”, no es muy conocida en Perú; quiero suponer que no lo es, debido a que recién son 6 años de conmemoración; pero, también es cierto que puede no ser muy conocida debido a estas dos preguntas: ¿Por qué tendríamos que celebrarlo? O ¿Qué tendríamos que celebrar?

Y es que, ¿Cómo podríamos celebrar el día de la niña, si nuestro Estado, lejos de protegerlas las ha abandonado? ¿Cómo podríamos celebrarlo, si nuestro Congreso, acaba de “blindar” a un magistrado que, según audios, negociaba penas de violadores de niñas? ¿Cómo podríamos celebrarlo, si desde el 2017 (según reportes del MINSA), a diario 5 niñas de entre 9 y 13 años se convierten en madres? ¿Cómo podríamos celebrarlo, si existen colectivos que, bajo pretextos baratos, pretenden traerse abajo una currícula educativa con enfoque de género? ¿Cómo podemos celebrarlo, si tenemos a un Cardenal, que justifica las violaciones sexuales, aduciendo que muchas de estas se dan porque las mujeres lo provocan? ¿Cómo podemos celebrarlo, si las mujeres sólo son vistas como un objeto sexual o, de adorno para los actos protocolares? ¿Cómo podemos celebrarlo si, desde su infancia les decimos que deben usar rosado, que sólo deben jugar con muñecas y, que ciertas cosas no lo pueden hacer, por el sólo hecho de ser niñas? ¿Cómo podemos celebrarlo, si no estamos dispuestos(as) a romper con los estereotipos de género?...

El pasado 07 de octubre, el Perú entero ha elegido a sus nuevas autoridades locales, provinciales y regionales; y, el próximo año tendremos la tarea de elegir a un nuevo(a) mandatario(a) nacional. Nuestra coyuntura, es propicia para desarrollar conversatorios, foros, debates y cosas por el estilo que, se enfoquen en responder a ¿cómo, en el marco de ésta nueva sociedad que a diario venimos formando, logramos el empoderamiento de las niñas?; pero, al mismo tiempo, esta coyuntura debe servirnos para buscar compromisos reales y viables, de parte de las nuevas autoridades, que respondan a la misma pregunta; y el compromiso mayor, es aquella que debe asumir la ciudadanía, la de hacer seguimiento al fiel cumplimiento de esos compromisos asumidos; que nuestro reto sea, que un próximo 11 de octubre (más cercano que lejano) nos paremos al frente y digamos “feliz día mi niña; y feliz, porque hasta ahora esto hemos logrado”.

Simplemente KAJOVEPI


[i] https://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_Internacional_de_la_Ni%C3%B1a

lunes, 1 de octubre de 2018

Gran cierre de campaña


Como se los había anticipado la semana pasada, seguiremos escribiendo en el marco de línea electoral, no puedo prometerles que éste pueda ser el último artículo sobre el tema, dado que es probable que tengamos una segunda vuelta para elegir al próximo Gobernador Regional; pero sí les aseguro que dejaré de hacerlo, al menos para las dos próximas semanas.

Estamos a escasos días del 07 de octubre, fecha en que una gran porcentaje de nosotros(as) irá a las urnas y emitirá su voto; hay quienes lo harán de manera responsable, hay quienes irán solo para evitar una multa, hay quienes irán porque les ofrecieron un puesto de trabajo; hay quienes irán a hacer una dibujos simpáticos en las cédulas de sufragio; hay quienes irán a hacer acto de presencia; hay quienes irán demasiado temprano; hay quienes llegarán tarde y hay quienes no irán.

Hemos tenido cerca de 2 meses para poder evaluar cada una de las propuestas planteadas por los candidatos y las candidatas; muchas de esas propuestas no sólo son atractivas, sino que ponen a Moyobamba, o la ciudad en la que se encuentra, en un sitial agradable, en un sitial digno de una ciudad histórica, en un sitial respetable y deseable; sin embargo, la idea no sólo es leer o conocer las propuestas, la idea es que analicemos ¿cuál de todas son realmente viables?

Nuestros candidatos y candidatas, han usado todas las estrategias posibles para acercarse a la población; han hecho un puerta por puerta, han bombardeado con spots radiales y televisivos, han usado las redes sociales, han contratados a comunity manangers y a trolls para, han pegado afiches y colgado sus gigantografías, han recorrido todo el distrito, provincia o región a fin de conseguir la mayor cantidad de voto; ¿Quién financia todo ello? ¿Es necesario invertir tanto dinero? ¿Por qué se invierta tanto? ¿Qué compromisos hay con cada inversión?

Como es de costumbre, siempre hay una actividad final en este tipo de procesos, siempre hay ese toque que puede ser para bien o para mal; y son los famosos “cierres de campaña”, actividades en donde se puede medir (aunque no siempre es real) ¿qué candidato podría ser el posible ganador? Y entonces, como se sabe que de alguna u forma, en estos espacios vamos a tener a todo tipo de espectador, se opta por dar “lo mejor” del partido, al electorado, lo cual está bien; lo malo es que en la mayoría de veces se entiende que el “cierre de campaña” debe tener como número final un tono de rompe y raja cajón, en donde todo quien disfrute de la fiesta y entonces, dar lo mejor, significa contratar el mejor grupo musical, o al que esté de moda (ojalá y no traigan a reguetoneros perreros) y entonces, la última oportunidad que se tiene para, expresar de manera pública sus mejores propuestas y reafirmar los compromisos asumidos, sólo se resumen en baile, cerveza por doquier, basural (luego del baile) y probablemente en violentas grescas; y me pregunto ¿queremos una autoridad que promueva ese tipo de desórdenes?

Considero que tanto mi Moyobamba, como su ciudad, merece una autoridad que busque el progreso de su pueblo, merece una autoridad que tienen propuestas viables, merece un autoridad que, como cualquier otro ser humano, baila hasta el cansancio pero también no se cansa por dar lo mejor por su tierra ¿Quién cree que puede ser esa persona?

Simplemente KAJOVEPI