miércoles, 27 de febrero de 2019

Con la bendición de la Pachamama


Valentín, un líder ronderil cuzqueño, se me acercó para decirme:

-Hno., hoy quiero abrazar a todos, y quiero abrazarte, gracias por esta nueva experiencia, espero que tu retorno sea bueno; y te deseo la bendición de la Pachamama y de la Naturaleza-

Esa fue la bendición más linda que he recibido en estos mis 30 años de vida, no fue un simple “bendiciones” como te lo dice alguien por ahí en el apuro; fue una BENDICIÓN sentida y con el corazón, fue una bendición profunda y sincera, una de esas bendiciones especiales, que vienen cargadas de toda una mística por detrás. Ahora sé que la “Pachamama”, la Madre Tierra y la naturaleza, me acompañaran en mi andar diario.

Creo, que esa es la mejor forma en la que puedo resumir mi reciente experiencia formativa, que por segundo año consecutivo estoy llevando, en la Escuela de Líderes Hugo Echegaray del Instituto Bartolomé de las Casas. Éste es un proceso que inicié en el 2018 y del cual les había contado, en uno de mis artículos del mes de febrero de ese mismo año. Volver, fue más que interesante y desafiante, el reencuentro con tus “compañeros(as) de clase”, que más que compañeros(as) se vuelven en tus hermanos(as), que no sólo vienen con la intención de formarse, sino que adicional a ello, traen consigo una mochila llena de experiencias a compartir, en el campo del liderazgo comunal, así como una serie de “dificultades” que ese liderazgo trae consigo.

Por segundo año consecutivo, he podido ver y palpar de cerca toda esa rica pluriculturalidad de la cual nuestro país es dueño, he disfrutado las diferentes cosmovisiones sobre la vida y la naturaleza. He conocido de cerca sus luchas, su indignación por la minería irresponsable, sus tristezas por la pobreza, su enojo por contar con autoridades corruptas y más; pero, al mismo tiempo he sido testigo de esas ganas por derrocar el patriarcado, esos deseos por la reivindicación de los pueblos originarios, ese respeto y compromiso por el cuidado y la preservación de la casa común, y su alerta activa para levantar su voz, frente a las injusticias y actos opresivos contra nuestros pueblos.

Facundo Cabral nos decía, “…caminante no hay camino, se hace camino al andar…”; vea usted el gran desafío que se nos ha dejado, un desafío que nos llama a ser coherentes entre lo que decimos y hacemos, un desafío que busca promover una educación liberadora; y para quienes promovemos el amor de Dios, un desafío que nos compromete a promover y predicar un evangelio, que más que evangelio, se convierta en una práctica constante de Jesús, ahora pues, ¿qué camino estamos haciendo?

Simplemente KAJOVEPI


miércoles, 20 de febrero de 2019

Te quiero como al café


Dado que hace poco se celebró el día de San Valentín, una fecha que en teoría busca celebrar el amor y la amistad, quiero, a través de estas líneas, compartir mi amor por el café a través de uno de mis escritos en forma de poema, espero que sea de vuestro agrado y, si en algún momento se lo quieres dedicar a alguien, no olvides darme el crédito.


Te Quiero como al Café

No recuerdo, cómo es que te conocí
tampoco recuerdo, quién nos presentó
ni mucho menos, el por qué nuestros caminos se cruzaron.

No recuerdo, quién lanzó la primera mirada
tampoco recuerdo, cuál fue mi primera palabra
ni mucho menos el día y la hora en que te vi.

Sí, soy un olvidadizo y debo reconocerlo
sí, soy un despistado que no cree en los detalles
sí, a veces creo que soy romántico
sí, a veces creo haberlo dicho todo...

Pero, si hay algo que debo recordar,
son esos tus labios color canela,
que si no tienen ese color,
descuida, que soy daltónico
y te lo he dicho sólo para impresionar...

Sí, soy un daltónico pero,
creo que también sé mucho del café
¿café? preguntarás si tiene algo que ver;
pues sí,  el café, es esa bebida negra
que me acompaña en mis desvelos,
es esa bebida negra, de la cual me he vuelto adicto
es esa bebida negra, que me enseñó a amar...

Era esa bebida negra la que estaba conmigo,
el día en que te vi por primera vez,
lo recuerdo como si fuera ayer,
y lo recuerdo, porque ese día probé tus labios canela...

Desde ese día, me he vuelto adicto,
al café y a la canela,
me he vuelto adicto de tus besos;
sí, me he vuelto adicto de ellos,
me enseñaron a amar de manera distinta
me enseñaron a amar sin medias tintas.

Ahora, envuelto en mi adicción
sólo espero tu visita,
para, con mi taza de café en mano,
robarte el beso más sagrado...
robarte, porque te amo
robarte, porque te quiero...

Te quiero como al café...

Simplemente KAJOVEPI


miércoles, 13 de febrero de 2019

Nuevas Sociedades


Bienvenidas y bienvenidos a una nueva columna, la verdad es que no encuentro las palabras adecuadas para poder iniciar este espacio puesto que el tema que pretendo tratar es sumamente complicado; sí, es tan complicado que el poder plasmarlo en el computador o en el papel se me hace difícil.

Durante esta semana, nos hemos dado con la ingrata noticia de que dos menores de edad: secuestraron, torturaron, asesinaron y desaparecieron a otro menor de edad, el móvil del crimen, robar su motocar. Luego de haber encontrado el cuerpo del fallecido, a orillas del puerto Metoyacu, nos enteramos que la noche anterior, otro menor de edad había acuchillado a otro, por el sólo hecho de querer quitarle su celular.

Frente a situaciones como estás salieron un sinnúmero de cuestionamientos, la principal interrogante fue preguntarnos ¿dónde estaban los padres de estos asesinos? ¿qué clase de educación le dieron? ¿cómo es posible que hayan cometido semejante barbaridad?... y cosas similares; es cierto que nos fastidia, nos indigna y nos molesta en sobremanera tener un panorama tan atroz como éste, personalmente no recuerdo haber escuchado un caso similar antes.

Es cierto que una gran responsabilidad recae sobre los padres de estos dos sujetos, quienes quizás no tuvieron las “herramientas necesarias” para poder educarlos por el “camino del bien”; o quizás sí lo hicieron pero, ellos no supieron recoger esas recomendaciones y decidieron “desviarse” en el camino. Pero, también es cierto que, en gran o menor medida, nuestra sociedad también es responsable de las nuevas generaciones que vamos formando, somos responsables de los mensajes que les damos a través de la televisión, las revistas y el diario vivir.

Preguntarnos ¿qué clase de educación le dieron sus padres? Está bien, pero, también debemos de preguntarnos ¿cuáles son nuestros aportes, para la formación de nuevas sociedades?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 5 de febrero de 2019

En Modo Out


El viajar te trae consigo una serie de experiencias, alegres, tristes, riesgosas, para aprender, en fin; y, siento que cada una de ellas (las experiencias) es particular. Mi tío siempre dice –podrás ir mil veces al mismo lugar pero ningún viaje es igual, cada vez es distinto, siempre cambia algo-; bueno en mi último viaje (por cierto, era la primera vez que visitaba ese lugar), unos “amigos” amablemente me pidieron unas cosas que necesitaban, como quiera que el poner resistencia, no era una opción viable, decidí darles esas cosas (que son recuperables) y mantener mi vida e integridad física (que no es recuperable); entre las diversas cosas que se llevaron, se llevaron mi celular (ahora ya saben por qué no respondo ni las llamadas, ni el whatsapp, ni los correos electrónicos; y tampoco hago publicaciones “chambonas” de dónde es que estoy).

Sí, se llevaron esta herramienta de trabajo con una infinidad de fotos, algunas interesantes y envidiables, y otras nada profesionales; se llevaron mi correo y otro tipo de información; lo curioso es que éste era un celular ya viejo, que fue el boom tecnológico, allá por el año 2016 pero, ahora ya estaba pidiendo reposición, la pantalla ya se me recalentaba y a veces se quedaba con un fade negro completo, la batería no duraba lo suficiente (sólo horas), la memoria interna no soportaba las actualizaciones; lo que se rescataba era su cámara que era muy buena pero, que la frontal también ya estaba de capa caída; y ahora que ya está bloqueado, no sé si podrán rescatar algo de ese equipo.

Ese celular, al cual inicialmente no le daba mucha importancia, en los últimos meses me estaba esclavizando; sí, no podía “hacer nada” sin ese equipo, se había convertido en mi agenda, mi alarma, mi cámara fotográfica, en mi acompañante de viajes y de comidas, en mi confidente, en pocas palabras, había ocupado un lugar que no le merece; es curioso que yo acepte esta realidad, pese a que en más de una ocasión, me he declarado en un enemigo de la tecnología móvil; es curioso que afirme que últimamente era mi acompañante en las comidas (más aún si comía solo), cuando yo era el primero en protestar cuando uno de mis invitados(as) sacaba su celular en plena conversa o cuando estábamos tomando un café (si una de mis amigas logra leer esta columna, o se debe estar riendo o debe estar enojada al recordar los “escándalos” que le hacía, cuando comíamos juntos y se le ocurría sacar su celular para darle una ojeada; aunque también es probable que sutilmente se recuerde una frase “el karma existe”); no puedo creer que ese celular haya ocupado tanto espacio en mi vida, al punto tal que si antes de ir a dormir me sonaba un “mensaje del whatsapp”, de inmediato iba a chequearlo y me entretenía en él, retrasando así mi sueño por una media hora y a veces hasta dos horas o algo así (y pensar que antes me burlaba de mi hermano por contestar su celular en su dormido)…

Este incidente me trajo a la memoria un relato testimonial de mi gran amigo y cantautor colombiano, Santiago Benavides, quien al momento de hacer el lanzamiento del videoclip oficial de su tema “modo vida” indicaba que la letra de esa canción salió luego de una discusión que tuvo con su esposa por culpa del celular; resulta que su esposa le estaba comentando algo y Santiago andaba muy perdido en su celular, la esposa se molestó y pues Santiago aprendió que el celular no lo es todo.

Definitivamente el celular nos ha convertido en personajes frívolos en la vida real pero súper sociales en la vida digital; y somos perfectos poetas al publicar los versos robados de Mario Benedetti; o somos unos excelentes chefs al compartir los tips y secretos de Gastón Acurio; quien mejor que nosotros, para saber del clima, si le ponemos nuestra confianza a las predicciones del Facebook; las noticias son mejor en memes antes que serias; y ahora en mucho más fácil y rápido viralizar un video “chistoso” antes que una simple gripa estacional.

Es necesario repensar ¿qué lugar ocupa el celular en tu vida? yo lo estoy haciendo y de momento la reflexión va bien, es cierto que necesito un nuevo equipo y de hecho que lo voy a comprar, quizás mi reto momentáneo será ¿cuándo es que lo compro?; por ahora, les dejo parte de la letra de esa canción de la que les hablé:

<<…pon tu celular en modo amigo, en modo amor, en modo hermano, en modo hijo; si no quieres quedar sin batería, pon tu celular en modo VIDA…>>

Simplemente KAJOVEPI