El viajar te
trae consigo una serie de experiencias,
alegres, tristes, riesgosas, para aprender, en fin; y, siento que cada una de
ellas (las experiencias) es particular. Mi tío siempre dice –podrás ir mil veces al mismo lugar pero
ningún viaje es igual, cada vez es distinto, siempre cambia algo-; bueno en
mi último viaje (por cierto, era la primera vez que visitaba ese lugar), unos
“amigos” amablemente me pidieron unas cosas que necesitaban, como quiera que el
poner resistencia, no era una opción viable, decidí darles esas cosas (que son recuperables) y mantener mi
vida e integridad física (que no es
recuperable); entre las diversas cosas que se llevaron, se llevaron mi
celular (ahora ya saben por qué no respondo ni las llamadas, ni el whatsapp, ni
los correos electrónicos; y tampoco hago publicaciones “chambonas” de dónde es que estoy).
Sí, se
llevaron esta herramienta de trabajo
con una infinidad de fotos, algunas interesantes y envidiables, y otras nada
profesionales; se llevaron mi correo y otro tipo de información; lo curioso es
que éste era un celular ya viejo, que fue el boom tecnológico, allá por el año
2016 pero, ahora ya estaba pidiendo
reposición, la pantalla ya se me recalentaba y a veces se quedaba con un
fade negro completo, la batería no duraba lo suficiente (sólo horas), la
memoria interna no soportaba las actualizaciones; lo que se rescataba era su
cámara que era muy buena pero, que la frontal también ya estaba de capa caída;
y ahora que ya está bloqueado, no sé si podrán rescatar algo de ese equipo.
Ese celular,
al cual inicialmente no le daba mucha
importancia, en los últimos meses me estaba esclavizando; sí, no podía “hacer
nada” sin ese equipo, se había convertido en mi agenda, mi alarma, mi cámara
fotográfica, en mi acompañante de viajes y de comidas, en mi confidente, en
pocas palabras, había ocupado un lugar
que no le merece; es curioso que yo acepte esta realidad, pese a que en más
de una ocasión, me he declarado en un enemigo de la tecnología móvil; es
curioso que afirme que últimamente era mi acompañante en las comidas (más aún
si comía solo), cuando yo era el primero en protestar cuando uno de mis
invitados(as) sacaba su celular en plena conversa o cuando estábamos tomando un
café (si una de mis amigas logra leer esta columna, o se debe estar riendo o
debe estar enojada al recordar los “escándalos” que le hacía, cuando comíamos
juntos y se le ocurría sacar su celular para darle una ojeada; aunque también
es probable que sutilmente se recuerde una frase “el karma existe”); no puedo creer que ese celular haya ocupado
tanto espacio en mi vida, al punto tal que si antes de ir a dormir me sonaba un
“mensaje del whatsapp”, de inmediato iba a chequearlo y me entretenía en él,
retrasando así mi sueño por una media hora y a veces hasta dos horas o algo así
(y pensar que antes me burlaba de mi hermano por contestar su celular en su
dormido)…
Este
incidente me trajo a la memoria un relato testimonial de mi gran amigo y
cantautor colombiano, Santiago Benavides, quien al momento de hacer el lanzamiento
del videoclip oficial de su tema “modo
vida” indicaba que la letra de esa canción salió luego de una discusión que
tuvo con su esposa por culpa del celular; resulta que su esposa le estaba
comentando algo y Santiago andaba muy perdido en su celular, la esposa se
molestó y pues Santiago aprendió que el celular no lo es todo.
Definitivamente
el celular nos ha convertido en personajes frívolos en la vida real pero súper sociales en la vida digital; y somos perfectos poetas al publicar los versos robados
de Mario Benedetti; o somos unos excelentes chefs al compartir los tips y
secretos de Gastón Acurio; quien mejor que nosotros, para saber del clima, si
le ponemos nuestra confianza a las predicciones del Facebook; las noticias son
mejor en memes antes que serias; y ahora en mucho más fácil y rápido viralizar
un video “chistoso” antes que una simple gripa estacional.
Es necesario
repensar ¿qué lugar ocupa el celular en
tu vida? yo lo estoy haciendo y de momento la reflexión va bien, es cierto
que necesito un nuevo equipo y de hecho que lo voy a comprar, quizás mi reto
momentáneo será ¿cuándo es que lo compro?; por ahora, les dejo parte de la
letra de esa canción de la que les hablé:
<<…pon
tu celular en modo amigo, en modo amor, en modo hermano, en modo hijo; si no
quieres quedar sin batería, pon tu celular en modo VIDA…>>
Simplemente
KAJOVEPI
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