jueves, 5 de junio de 2014

¡SÍ! A LA UNIÓN CIVIL



El nuevo Proyecto de Ley sobre la “Unión Civil” entre personas del mismo sexo, sí que ha levantado polémica en nuestra sociedad; generando opiniones a favor y en contra, y algunas (paradójicamente hablando) aún no definidas; de pronto este nuevo proyecto, también genera cierta curiosidad, ya que a los, que antes ni bola le daban al Congreso y sus funcionarios, ahora están al detalle de cada paso que éstos/éstas puedan dar. Pero, ¿En qué consiste el tal mentado Proyecto de Ley? ¿Realmente afecta a las familias? ¿Estamos convirtiéndonos en Sodoma y-o Gomorra?

Parto por la premisa, de que mientras sigamos con prejuicios sobre la homosexualidad en la cabeza, es preferible que NO continúe con la lectura, prejuicios como por ejemplo:

-Los hombres homosexuales, son así porque tienen el pene chiquito-
-Sí un hombre, en un momento determinado de su vida es violado, entonces puede pasar dos cosas: o bien supera el trauma y sigue adelante, o bien descubre que le gusta y se vuelve gay-
-Sí un niño, nace en un hogar en donde hay muchas mujeres, el padre lo abandonó, su entorno está lleno de mujeres, entonces a la larga se convertirá en un homosexual-
-Sí en una fiesta ves a dos mujeres bailando juntas, no hay problema, pero, si ves que son dos hombres, los que bailan juntos, entonces son maricas-
-Mujer que se apasione y desviva por el futbol, marimacha-
-Hombre que no se pierda ni un solo capítulo de una novela en particular, chivo-

Estas, son algunas frases cotidianas, que se suele escuchar cuando se pretende encontrar las razones por las cuales una persona, hombre o mujer, DECIDIÓ ser homosexual; de hecho es probable, que en más de una ocasión también hayamos pensado de esa manera, pero ¿Qué de cierto hay en todas esas hipótesis? ¿Son esas las causales de la homosexualidad? Desde mi punto de vista, creo que no, creo que por el contrario son estereotipos que la sociedad ha ido asumiendo poco a poco, generando así actitudes discriminadoras entre nosotros/as mismos/as.

Sobre la propuesta de Ley de la “Unión Civil” entre personas del mismo sexo; menciona que entre otras cosas busca, formalizar, aquello que ya se viene dando en términos de convivencia; aunque en realidad los beneficios y responsabilidades a los que se someterían serían de mayor compromiso que un simple “vivamos juntos por siempre”; no veo por ningún lado, ni directa ni maquillada, una propuesta, de “matrimonio civil” entre personas del mismo sexo, y que por ende atente contra la moral, la familia y la sociedad, lo que si veo es una respuesta a una necesidad palpable de muchas personas, 3 millones de peruanos/as aproximadamente. Obviamente los/las que están en contra de la propuesta, dirán: pero si formaliza la convivencia, entonces ya es matrimonio. No necesariamente, porque en el caso de las parejas heterosexuales que tienen años conviviendo, no son considerados “esposos”, ya que no existe en ellos la figura del matrimonio, sino que existe la figura de la “unión de hecho”, que dice que pasado los dos años de convivencia, las parejas adquieren los beneficios y responsabilidades que una pareja civilmente casada. Para este caso el término a utilizar no sería el de esposos, sino el de “compañero civiles” y los beneficios y responsabilidades serian la mayoría de los que se adquiere en un matrimonio civil.

Ahora, ¿Por qué es importante la aprobación de la norma? Desde mi punto de vista, puedo decir que por una cuestión de derechos; estamos hablando que de aprobarse esta norma se beneficiará a, repito la cifra, cerca de 3 millones de peruanos/as, personas que por hacer pública su opción sexual, vienen siendo discriminadas vez tras vez, entonces si esta norma los va a beneficiar, en alguna manera, ¿Por qué no? Ellos y ellas, al igual que nosotros son “sujetos de derecho”; también es bueno decir que los derechos de uno acaban donde comienzan los del otros, o sea que el hecho de que se respete su opción sexual y la norma se apruebe, no quiere decir que se motive a generar desordenes legales que sólo los/las beneficie, sino que estipularan bases para que todos/as (heterosexuales y homosexuales) tengan los mismo derechos, beneficios y responsabilidades.

Una de las razones para justificar la NO aprobación del proyecto, es el tema de que de aprobarse se da carta abierta al tema de la adopción de niños/as, y de darse la adopción estamos poniendo en riesgo la vida del infante porque durante su crianza, va a crecer confundido por querer identificar quién es quién, no va a ver que se cumplan roles familiares (impuestos por la sociedad y estigmas culturales) y es más que probable que opte por ser gay, de ser hombre, o lesbiana, de ser mujer, y en el mejor de los casos bisexual; se defendemos esta postura, estamos defendiendo una sin razón, primero porque la norma no establece por ningún lado el tema de adopciones; segundo porque el que el niño o la niña crezca en medio de una familia heterosexual no garantiza que luego decida ser o no homosexual, además investigaciones científicas afirman que cada persona define su orientación sexual entre los 3 y 5 años de edad; tercero decir que un niño/a criado por una pareja homosexual también va a serlo, es como decir que los que nacen y crecen en familias heterosexuales no tendrían por qué ser gay; cuarto el decir no va a saber quién es quién (papá o mamá) estaría afirmando que necesariamente deben existir familias heterosexuales constituidas, y está por demás decir que actualmente las familias “completas” son pocas, ya que en la mayoría de casos vamos a ver padres/madres solteros/as.

Otra de las razones por las que creo que la norma debe ser aprobada, es por los siguientes ejemplos:

Juanito declara ser gay, la familia lo rechaza, lo discrimina, lo bota de la casa y el padre se avergüenza de él, al punto tal que lo niega como su hijo; pasan los años y Juanito consigue su pareja, viven juntos, trabajan juntos, compran bienes juntos pero un día lamentablemente Juanito muere; lo lógico sería que la herencia, es decir todo aquello que logró, junto a esa pareja que le fue fiel y lo supo escuchar y acoger y brindar amor, que lo valoró como persona, lo herede su pareja, sin embargo no es así; sino que todo lo que esta persona deja, incluido deudas, y según nuestra actual norma, pasa a ser parte del patrimonio del padre, de aquel padre que cuando dijo ser gay lo boto de la casa, pasa a ser parte del patrimonio de aquella familia que decidió darle la espalda antes que respaldarlo, comprenderlo y aceptarlo; bajo esa premisa ¿Una persona homosexual va a querer construir un patrimonio con su pareja, sabiendo que al morir no lo va a heredar?

Maritza declara ser lesbiana, y la misma historia, todos/as la rechazan, al igual que Juanito, Maritza consigue a su pareja; ambas abandonadas por su familia, pero se tienen la una a la otra; Maritza consigue un trabajo, bajo la modalidad de “locación de servicios” mientras que su pareja está en planilla; un día Maritza va al doctor y le detectan una enfermedad grave, que necesita llevar un tratamiento y que es caro, pero, se entera que el seguro social cubre ese tratamiento; la actual norma no permite que este tipo de parejas puedan ser derechohabientes para el sistema de salud; de manera que pese a ser pareja, Maritza no podría beneficiarse del seguro de su pareja, y ¿Entonces qué?, en fin Maritza no puede pagar el tratamiento y deja que los efecto de esa enfermedad siguen avanzando, un día cae en un shock, la llevan de emergencia al hospital, está inconciente, los médicos luego de revisarla dicen que la tienen que operar de emergencia, pero se necesita de una autorización, autorización que lógicamente ella no puede firmar, y que su pareja tampoco, porque para la norma pese a ser pareja no puede tomar decisiones con ella, salvo su familia; pero, recuerden la familia ya se olvidó de ella por el hecho de ser lesbiana.

Por todas estas razones, y si de mí dependiera, YO SI APRUEBO LA NORMA PRESENTADA POR EL SR. BRUCE, porque estamos hablando de personas, que al igual que nosotros, son sujetos de derechos, personas que al igual que nosotros, se merecen todo el respeto y la aceptación; este no es un tema eclesial para el Estado, es un tema de democracia, el Estado no es una “teocracia”, entendamos que esta norma no es una norma caprichosa, es por el contrario una norma a favor de un sector vulnerable que necesita ser incluido; y que la inclusión va a generar, según como se vea claro está, una cultura de paz, de respeto y aceptación entre todos/as, una sociedad libre de discriminación; que creo es el sueño de todos/as.

Aclaro, que no me he olvidado de mis raíces cristianas, pero eso no significa que me retracte de lo que acabo de decir, el que esté a favor de la norma no significa en nada que me estoy alejando de la iglesia o de los caminos del Señor, sino que por el contrario sé y estoy convencido de que Dios también ama a los homosexuales, de la misma manera en que nos ama a cada uno/a de nosotros/as, y se demuestra en su hijo Jesucristo, que dio su vida por todos/as; es más creo que si Jesús vendría al mundo en estos tiempos, no tendría temor y ni el más mínimo reparo de sentarse a comer con ellos/as, como lo hizo con los sectores más vulnerables de su tiempo; porque repito NOS AMA, lo que sí repudia es el pecado, más no al pecador.

También sé que la iglesia, católica o evangélica, iglesia que por cierto antes no se compraba pleito alguno, se ha opuesto a la norma (y de hecho lo va a seguir haciendo), siendo su justificación mayor el tema de que estamos yendo contra la moral, la cristiandad y los buenos principios y de que estamos dando carta abierta al pecado, y nuevamente hablamos de moral y santidad; pero me pregunto ¿Qué significa santidad? ¿Qué es moral o inmoral?, me hablan de ser ejemplo, pero:

·      No decimos NADA cuando uno de nuestros miembros, justificándose en pasajes bíblicos errados, ejerce violencia sobre su mujer e hijos/as.
·      No hay inmoralidad, cuando el hermanito/a maneja una moto sin brevete y se pasa los rojos del semáforo ¿o será que esta apurado por ir a “predicar el evangelio”?
·      No hay pecado, cuando un estudiante “cristiano” hace trampa en sus exámenes copiándose o pasándose las respuestas.
·      No hay pecado, cuando antes de comprar los CD’s originales optamos por adquirir los piratas.
·      No hay pecado, cuando en el trabajo, por no perder ante el jefe, inflo boletas; total yo sólo acato órdenes.
·      No le es pecado, aquel ministro de alabanza, que se la pasa todo el tiempo descargando músicas, conciertos y otros materiales del internet, pese a ver los lugares de compra.
·      No hay pecado, cuando dejamos de pagar los impuestos, deudas y otros; o puede que ese dinero a lo mejor “fue destinado a las ofrendas”.
·      No hay pecado, cuando el “diezmo” proviene de fuentes oscuras.
·      No hay pecado, cuando hacemos “mentiras” piadosas.
·      No hay pecado, cuando se llega tarde al trabajo, total la noche anterior la pase en vigilia.
·      No hay pecado, cuando al momento de cobrar me dieron vuelto de más, pues lo veo como una bendición de Dios a mi necesidad económica.
·      No hay pecado cuando pasamos el rato, viendo programas basura en la tele, total son momentos de “relax”.
·      No hay pecado cuando comemos algo en la calle, o en el auto y tiramos la basura en cualquier lado, total el basurero está muy lejos y me puede distraer de la misión.

En fin, hay un sin número de cosas, que pueden parecer simples, pero que también son importantes, para Dios no hay pecado grande ni chico, todos son pecado. Creo que antes de generar divisiones en la sociedad, como iglesia debemos buscar el trabajar a favor de estas personas, debemos buscar formas de predicarles el evangelio, de hacerles partícipes del Reino de Dios; no nos detengamos en ver quien será o no salvo, pues esa no es nuestra labor, es la de Dios; pues, aunque parezca blasfemia, también fueron creados a imagen de Dios;

Que Dios nos dé sabiduría, comprensión, amor y tolerancia. Bendiciones.


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