lunes, 30 de abril de 2018

Todo está normalizado


En diciembre del 2016, mientras realizaba el pago de unos servicios que había tomado en un local frente a la Unidad de Gestión Educativa Local de San Martín – Tarapoto, aparecieron un grupo de señores y señoras, de una denominación en particular, con unas pancartas e hicieron su plantón ante la UGEL, ¿El motivo del reclamo? Resulta que, se habían enterado que la nueva currícula educativa 2017, traía consigo la “implementación” del enfoque de género; los/las protestantes, aducían que si dicho enfoque se implementaba, simplemente se satanizaba la educación, se malograba la mente de los/las educandos y Perú iría en picada a la destrucción como nación.

Luego, como bien sabemos ese tipo de protestas se hicieron más y más fuertes y, a inicios de éste año, un juzgado dictaminó “retirar” ese enfoque del currículo. Obviamente la celebración fue a todo dar, después de todo “los padres y las madres” que sí estaban interesados/as por la educación de sus hijos e hijas, habían ganado esta guerra que, tenía en contra de ellos a toda una entidad estatal. Entre varios de los reclamos, se argumentaba también que sólo ellos y ellas (padres y madres) son los únicos responsables de velar por la educación de sus hijos e hijas. Hasta aquí la cosa va bien, y en efecto, los/las padres y madres tienen no sólo el privilegio sino también el derecho y la responsabilidad de velar y educar a sus hijos e hijas.

A inicios de ésta semana, una noticia llamó severamente mi atención, “una alumna de una institución educativa de Moyobamba (San Juan de Maynas) había sido denunciada, por otra de sus compañeras, por extorsión”. ¿Será posible? ¿Acaso he escuchado bien? ¿Acaso ha leído bien?, sí, aunque parezca un tanto jalado de los pelos, se estaba reportando casos de extorsión dentro de una institución educativa. Pero, no es el único caso que se han reportado en aulas, están también los casos de drogas, acoso sexual, violaciones, agresiones, bullying… Y entonces me pregunto ¿Dónde están aquellos y aquellas que exigían a gritos, que el Ministerio de Educación, los deje educar a sus hijos e hijas? ¿Cómo los/las estamos educando?

Muchas veces nos fijamos en ¿Qué se está enseñando dentro de las aulas? Pero, pocas veces nos fijamos en ¿Qué estamos aprendiendo en la casa? Y sobre todo ¿Qué estamos aprendiendo en las calles? No sé si ustedes, pero al menos en mi caso, cada que salgo a las calles siempre me he de “chocar” con situaciones que, son expresiones explícitas de violencia pero, como se están haciendo dentro de espacios burlescos, simplemente optamos por reír a carcajadas; un claro ejemplo de ello, son los famosos “cómicos ambulantes” quienes, con tal de tener más gente en sus circos callejeros y luego poder hacer su sencillo, buscan hacer cualquier acto con tal de llamar la atención y, aunque nos parezca un tanto estúpido, uno de esos actos son las escenificaciones de los actos de violencia de género.

Vemos a hombres que se visten de mujeres, que luego hacen una “coreografía” y, en medio de ella viene otro tipo y saz le da su “golpe”; y el resto risa a montones. Vemos a tipos, que llaman a “parejas voluntarias” para bailar delante de la gente (lo cual no está mal) pero, les soltamos músicas sensuales y “exigimos” en cierta medida que se “metan mano” porque de lo contrario no es baile. Vemos a tipos, que valiéndose de lo macho que son y de los micrófonos que manejan, empiezan a insultar a diestra y siniestra a los demás, mientras que el sencillo cae en sus sombreros pues, nos hicieron pasar una “noche alegre”.

Pero no sólo es la calle, también es la televisión, y de pronto vemos a esos famosos programas de espectáculos, llenos de morbo en dónde se averiguan de todo, absolutamente todo sobre esos personajes faranduleros. Vemos programas noticiosos, que presentan la misma historia, “que si julano salió con sutano”, “que si le beso”, “que si le dio pico”, “que si se tomaron de la mano”… y cosas por el estilo. Y lo vemos en las revistas, y los vemos en los periódicos, en las novelas, en las series y, en el resto de la sociedad y entonces todo, todo nos parece normal.

Y cuando salimos a la calle; y entonces un tipejo se toma el atrevimiento de insultar/acosar a una chica, por el hecho de que va vestida con una falda pequeña, nadie dice nada, sino que por el contrario aplauden y, como si no pasó nada. Y de pronto, cuando un sujeto va y le prende fuego a una mujer, porque no quiere nada con él (como pasó en estos días), la gente sólo se preocupa en preguntarse ¿Qué le habrá hecho? ¿Eran pareja? ¿Por qué pelearon? Y cosas por estilo. Y cuando vamos por las calles y nos enteramos que un sujeto, violó a una chica; sólo nos atrevemos a preguntar ¿Cómo ha ido vestida?

Y en fin, todas esas cosas que pasan, son vistas, comentadas y hechas delante de nuestros hijos e hijas; cosas que van aprendiendo y, que se le va metiendo en la cabeza y conforme van creciendo van copiando esos “modelos” que de pronto traen en decadencia a la sociedad. Esos reclamos que se hacían, con voz en cuello por suprimir el enfoque de género de la currícula educativa, no hacen otra cosa más que afianzar esa decadencia de la sociedad.

El enfoque de género, busca lograr una igualdad de derechos entre hombres y mujeres, busca tener una sociedad más justa, una sociedad más respetable y amigable; pero, con tanta normalización de la violencia, ¿Cómo alcanzar esa igualdad?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 24 de abril de 2018

Calentando Motores

Entra, sale, vuelve a entrar, ahora se va por voto popular, no lo eligen; entonces mejor busca el respaldo del dueño (fundador) del partido, pero medio que no lo quiere respaldar. Invierte (perdón, hace “campaña”), regala su plata (luego la cobra con creces); hace una promesa aquí, otra promesa allá aunque no cumple con ninguna. Está con un partido, primero de izquierda, luego de derecha, termina en el centro, aunque al final mejor se crea uno propio. Va con los morados, luego con los naranjas, termina con los rojos (no los “rojetes”). Su símbolo es una palana, aunque mejor le queda una bandera flameando, luego piensa y se dispone a tener las iniciales de su nombre; eso no le da réditos y, entonces elige un motocar, o un mapa, o lo que sea atractivo. Firma acuerdos de gobernabilidad con cada sector, come con ellos, baila con ellos, habla con ellos y hasta fotografías se toma… en fin, hay un sinnúmero de cosas que se hace, todo con la única y sencilla razón de: LLEGAR AL PODER.

Seguramente, a estas alturas del partido (coincidencia adrede); es probable que algunos de ustedes ya tengan una ligera idea sobre lo que les quiero hablar. En efecto, hoy intentaré escribir sobre todo ese proceso electoral que se nos avecina. Como bien sabemos, este año son las elecciones regionales y municipales; se ha previsto que el 07 de octubre, volvamos a las urnas y, elijamos (espero que ésta vez lo hagamos bien) a nuestras autoridades locales y regionales.

Las fechas para determinar a los candidatos “reales” de cada partido aún no han cerrado, sin embargo ya vemos a un shunto de ellos/as caminando por las calles, con sus politos promocionales, sus pancartas, sus carritos, repartiendo volantes, dando entrevistas y todo lo demás. Como siempre, van por lo más fácil, tratar de armar campañas “asistencialistas” (les entregamos unos cuantos pescados, esperando que luego ellos nos den sus votos).

Lamentablemente, una de las cosas que como población aún no hemos aprendido es que, antes de recibir ese “pescado” veamos primero ¿cuáles son sus propuestas de gobierno? Pero, no hablo de esas propuestas que suenan muy bonito al oído de todos/as; esas que dicen: “¿quieren calles nuevas?, pues les daremos sus calles; ¿quieren un nuevo mercado?, pues les daremos su mercado; ¿quieren circular por la plaza (los motocarristas)?, pues lo van a hacer…”; sino que, hablo de esas propuestas que están planteadas en sus planes de gobierno, esas propuestas que han sido previamente estudiadas, que tienen nociones de factibilidad, que son realizables. Porque, luego elegimos a quien le ofreció el “oro y el moro” y al final nos andamos lamentando; basta con ver la actual y desastrosa gestión municipal de Moyobamba, como y para darnos cuenta de ello.

Elegir a una autoridad, no sólo se reduce en ir a las urnas cada 4 o 5 años (según el tipo de elección), es algo que va más allá de ello; es saber hacer ejercicio de nuestra ciudadanía. Algunos piensan que, bueno voy “voto” y ya después que hagan lo que quieran; y en realidad no se trata de eso, se trata de ir, votar, vigilar, exigir, controlar; ser más ciudadano, asumir el compromiso de que con mis acciones, voy a contribuir al desarrollo de mi comunidad.

Actualmente los candidatos y las candidatas, están jugándosela el todo por el todo; algunos incluso están empezando a jugar sucio y, se están haciendo grandes inversiones en publicidad. Todo con el fin de juntar, uno a uno, los votos necesarios para llegar al poder. En esta carrera de gobernabilidad, los motores (por parte de los candidatos) ya se han calentado desde hace rato, ¿Cuándo se calentaran los de la ciudadanía? ¿Qué esperamos de la próxima autoridad? ¿Cómo haremos para elegir al indicado o la indicada? ¿Qué haremos por nuestra ciudad? ¿Cómo queremos gobernar? ¿Cómo queremos ser gobernados? ¿Cómo ejerceremos nuestra ciudadanía?

Simplemente KAJOVEPI

martes, 17 de abril de 2018

Día del Niñ@ Peruan@

Hace algunas semanas, cuando estaba participando de un proceso de formación, una de las actividades que se desarrolló fue un encuentro de agentes pastorales católicos; este encuentro buscaba hacer pequeños análisis sobre varios de los discursos que el Papa Francisco dio, durante su visita a Perú. En el marco de este encuentro, los organizadores, conocedores de mi trabajo, decidieron hacerme una pequeña entrevista sobre lo que el Papa dijo acerca de los niños y niñas.

No voy a negar que estaba bastante nervioso con esta pregunta pero, mientras respondía, vino a mi memoria el pasaje bíblico de Marcos 10:13-16, ese pasaje en que se habla del encuentro de Jesús con los niños; y que literalmente dice lo siguiente:

<< 13 Empezaron a llevarle niños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. 14 Cuando Jesús se dio cuenta, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. 15 Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él». 16 Y después de abrazarlos, los bendecía poniendo las manos sobre ellos. >>    

Imagínense ustedes; tenemos a un Jesús, quien era considerado una persona importante en su época (por lo tanto no cualquiera se le podía “acercar”), entonces Jesús está caminando por las calles de la ciudad, enseñando, sanando, haciendo milagros, en fin está cumpliendo su ministerio. De pronto unos “don nadie”, en esa época los niños no eran considerados dentro de la sociedad, sino hasta cuando sean adultos; tienen el descaro de acercarse al maestro y, entre otras cosas buscaban que Jesús, ese mismo Jesús que compartía con los adultos se dé un tiempito y decida compartir sus enseñanzas con ellos; pero, tenían un gran obstáculo, los adultos (en especial sus discípulos), quienes no querían que se acerquen a Jesús. Sin embargo, Jesús, fiel a su estilo de ir “contra corriente” y de devolver la dignidad a las poblaciones vulnerables de su época; hace un alto en su camino y exige que estos niños se acerquen a él, y no contento con ello lanza una reflexión y pide que “recibamos el Reino de Dios como niños”.

¡Qué tal mandato!, tenemos que ser “niños” o “niñas” para poder ver el reino de los cielos; obviamente no seremos como Nicodemo y diremos ¿acaso tengo que volver al vientre de mi madre y volver a nacer?, pues es más que seguro que Jesús no hace alusión a ese procedimiento. ¿Qué implica “ser como niños y niñas”? ¿Cómo son los niños y niñas de ahora? ¿Cuáles son sus preocupaciones, temores, alegrías, derrotas, tristezas, logros…?

Creo que cuando Jesús decidió hacer un alto en su caminar, para pedir que estos niños se acercaran a él; no sólo buscaba reivindicar la dignidad de los mismos, sino que al mismo tiempo estaba retando a los adultos; la pregunta para ellos era bastante clara y directa ¿Qué lugar ocupan los niños y niñas en la sociedad? ¿Qué tan importante eran? ¿Qué tan comprometidos estaban esos adultos con la integridad física, emocional, sexual, psicológica… de esos niños?, si actualizáramos esas preguntas ¿Qué responderíamos? A diario, vemos con gran dolor, como miles de niños y niñas son ninguneados, son unos “don nadie” que no tienen quién los proteja; y entonces escuchamos noticias de violaciones sexuales, de maltratos humillantes, de trabajos forzados, de casos de explotación sexual, de abandonos de recién nacidos, de asesinatos y otro sin número de hechos repudiables.

En estos días, el segundo domingo de abril para ser exactos, se celebra el “Día del Niño Peruano”, según precisa la Ley 27666, promulgada en el 2002. Esta norma, también señala que la  Presidencia del Consejo de Ministros debe presentar un informe anual  ante el Congreso de la República, sobre los lineamientos y metas del Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia (PNAIA), garantizando la aplicación de la Convención de los Derechos del Niño en nuestro país. Harían lo propio, los presidentes regionales ante el Consejo Regional y los Alcaldes, ante el Consejo Municipal.*

Es más que probable que, en el marco de la celebración, se desarrollen varias actividades; obviamente todas ellas van a “colocar” como protagonistas a los/las niños/as, quienes participaran de actividades diseñas por adultos, actividades que además no les han sido consultadas. Es probable, que se “creen” o convoquen a “encuentros o asambleas” de niños y niñas para “debatir y proponer acciones”, las cuales dudo den un paso más, no porque no tengan la capacidad de generar cambios sino porque estos espacios no buscan el protagonismo de los infantes, sino más bien el figuretísmo de los adultos; y así, los adultos demostraran que “sí los consideran” cuando en realidad, en la mayoría de casos los toman de relleno.

Me vuelvo a preguntar entonces ¿Qué tan importante son, en nuestra sociedad, los niños y las niñas?

lunes, 16 de abril de 2018

Vamos a Ordenarnos

Desde hace algunos meses, en realidad desde hace algunos años; las diversas gestiones de la Municipalidad Provincial de Moyobamba, ha tenido el firme propósito de reubicar a los paraderos de combis y autos, que brindan el servicio de transporte interurbano y provincial, en la ciudad de Moyobamba. Esto como parte de sus intentos de querer implementar sus propuestas de desarrollo territorial; sin embargo, dichos intentos se han visto frustrados, o mejor dicho reprogramados, sin tener buenos resultados.

El último intento de reubicación, se inició en el mes de noviembre y, se extendió con prorrogas hasta el pasado 31 de marzo; hoy, 06 de abril, en horas de la mañana y, en vista de que las notificaciones de reubicación fueron, simplemente “omitidas” se ha intentado cerrar, de manera definitiva, estos establecimientos; pero, algunas de estas agencias, en especial Turismo SELVA, le ha buscado “la quinta pata al gato”, a fin de que no se logre el cierre de su local.

Esta empresa utiliza varios argumentos, como por ejemplo: cuentan con licencias de funcionamiento indefinidas, no cuentan con los fondos adecuados para reubicarse, el local en el que se encuentran es propio o que el municipio no ha cumplido con parte de los compromisos asumidos en la última reunión y, que quedó en acta pero, que ellos no firmaron.

Es más que probable que esos argumentos sean totalmente válidos pero, estos no pueden ir a contracorriente con los planes de desarrollo local; entonces, si nuestro municipio tiene la buena fe de poder reubicar a estos paraderos, como parte de su propuesta de desarrollo local ¿Por qué oponernos? ¿Acaso nos gusta el desorden? ¿Acaso no se entiende que, estas acciones de ordenamiento favorecen, de alguna u otra forma a nuestro desarrollo local (económico, social, turístico…)?

Creo yo, que lejos de oponernos a este tipo de actos, debemos contribuir a los planes de desarrollo local; debemos estar prestos a colaborar antes que a restar; debemos estar abiertos al diálogo y a llegar a buenos consensos. Tener una ciudad ordenada, con espacios destinados para cada giro de negocio; contribuyen de alguna u otro forma, y lo repito, a nuestro desarrollo local ¿Serías capaz de seguir oponiéndote a ello?

lunes, 2 de abril de 2018

¿Cómo es la mirada de Jesús?


Durante esta semana, el miércoles para ser exactos, conversaba con una amiga y compañera de oficina sobre “música cristiana”; sí, puede parecer un poco extraño que yo hable o en todo caso tenga la capacidad de sostener una conversación de este tipo, sobre todo para los que piensan que mi vida como cristiano ya se terminó hace mucho, pero lo hicimos. El punto de conversación era responder a una pregunta en particular ¿Qué canción podría cantar en el culto del domingo? Entonces yo, fiel a mi estilo “contra doctrinal” le sugerí unas cuantas canciones de Jesús Adrián Romero, esas que habla sobre misión y el accionar del cristiano; había una en particular que, de momento no recordaba el nombre pero si recordaba el sentido de la letra, buscamos en Google y lo encontramos, se llama “Ayer te vi”; les animo a escucharla y les aseguro que, de alguna u otra forma, despertará en ustedes ese sentido de misión y de preocupación por el prójimo.

Una de las cosas que le decía, mientras compartíamos el almuerzo es que, por lo general << la iglesia (en general) siempre busca canciones “demasiado espiritualistas, como que muy ideales de un porvenir, muy pegadas a la Biblia” y, deja a un lado aquellas canciones, que también son cristianas, pero que hablan de temas sociales, como esa de Jesús Adrián Romero >> 

En estos días de “meditación” por Semana Santa, me pregunto ¿Qué hará la iglesia para conmemorar la fecha? ¿A quiénes irá la esencia de sus predicaciones?; está por demás decir que todas las predicaciones de estos días, estarán relacionadas a las meditaciones de los pasajes bíblicos que hablan sobre la pasión y muerte de Jesús, sobre sus innumerables milagros, sobre la vez en que fue bautizado o cuando se desapareció en su adolescencia; meditarán quizás sobre la alimentación de los cinco mil y de los cuatro mil, sobre los 10 leprosos sanados, sobre sus parábolas, sobre cómo llamó a sus discípulos; es probable que hagan un alto en aquel pasaje que hable sobre la importancia de la infancia en el reino de los cielos, o cuando convirtió el agua en vino, sobre su exquisita manera de romper reglas fariseas para ofrecer una vida plena; es fijo que se hablará sobre sus 40 días de ayuno, sobre las veces en que fue tentado y las formas en como “venció” a la tentación, sobre la negación de Pedro y la traición de Judas, sobre sus “siete” palabras dichas en la cruz antes de expirar; y claro, el domingo hablaran sobre su magnífica resurrección y cómo este acto sobrenatural nos asegura, que nuestra fe no es una fe banal y que por el contrario, tenemos esperanza de que volverá de la misma forma en que ascendió, nos juzgará y, quienes hemos creído en él seremos llevados a ese Reino de calles de oro y mar de cristal; y quienes no, serán condenados al fuego eterno.    

Sin duda alguna, que dichas meditaciones, al menos para nosotros los “cristianos”, buscan que quienes no lo son puedan, no sólo escuchar, sino también vivir las buenas nuevas; vale decir, buscan ofrecer una “renovación” de sus vidas y que, no sólo escuchen de Jesús, sino que crean en él, en el propósito de su muerte y, vivan conforme él vivió. Sin embargo, una de las cosas que he visto, con mucha pena, es que a veces estos mensajes son que “muy selectivos”; es curioso que en estos días se pretenda hablar del “evangelio de Cristo”, se pretenda hablar de “su incomparable amor”, se pretenda hablar de “sus planes con nuestra vidas” pero, que al mismo tiempo, seamos mezquinos con ese evangelio restaurador.  

Me pregunto si ese evangelio restaurador también está destinado para: los homosexuales que exigen se apruebe la “Unión Civil”; esas mujeres que exigen se “legalice el aborto”; esos chiquillos que andan apretando el gatillo de sus armas a cambio de unas cuantas monedas; aquellos violadores de niñas y niños; aquellos que se enriquecen a causa de otros; aquellos que se dedican a la trata de personas; aquellos que se dedican al narcotráfico; aquellos pedófilos que comercializan videos pornográficos de menores de edad; aquellos que sólo se dedican a robar o a las drogas; aquellos políticos que viven del pueblo; en fin, hay un sin número de gente “mal vista” a quienes, muchas veces siento que el evangelio se les mezquina.

Uno de los pasajes bíblicos que me he animado a leer en estos días, ese que se encuentra en Juan del 7:53 a 8:11, éste pasaje hace mención al momento en que Jesús se encontraba en el monto de Los Olivos y, de pronto la gente le trajo a una mujer que había sido sorprendida en pleno acto del adulterio, se la presentaron a Jesús y le preguntaron ¿qué es lo que él sugería hacer con ella? (¿qué castigo debería recibir?) la pregunta era por demás, puesto que según “la Ley” si una mujer era encontrada en esas circunstancias, entonces sólo le quedaba morir apedreada públicamente; sin embargo la traen a Jesús, y éste les dice: el que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra; creo que ninguno de los presentes, pensó que Jesús les daría una respuesta tan desafiante y analítica como esa; entonces, sin pensarlo dos veces, tiraron sus piedras al suelo y, uno a uno se fueron retirando. Luego, Jesús voltea a ver a la mujer, quien probablemente estaba hecha un mar de lágrimas y se sentía totalmente avergonzada, una mujer que probablemente no tuvo las fuerzas y el valor necesario para mirar a la cara de Jesús cuando él le preguntó “¿dónde están los que te acusan? ¿No te condenaron?”, quizás al momento de responder “ninguno Señor”, lo hizo entre dientes y con el rostro cubierto; pero, Jesús, en un acto de ternura y de justicia (no porque el fuese pecador, sino porque vio que la mujer realmente estaba arrepentida) le dice “ni yo te condeno; vete, y no peques más”

Entonces, haciendo un análisis sobre estos dos últimos párrafos, me pregunto lo mismo que mi amigo músico, Santiago Benavides, pregunta en su canción La Mirada de Jesús; canción en dónde narra situaciones de gente, que no andan “muy bien” que digamos y, pregunta “¿Cómo es la mirada de Jesús? Frente a esas situaciones”; su respuesta inmediata es:

<<…Si Él mira con el amor con que un padre mira a un hijo | y mira viendo la historia que hay detrás, | si Él mira con el perdón que costó su sacrificio | imagínate... imagínate, imagínate como mira Jesús…>> 

¿Cómo los miras tú?

Simplemente KAJOVEPI