lunes, 27 de octubre de 2014

Quiero mi Café



Debo admitir que me he pasado horas, por no decir días, pensando en el “título” adecuado o perfecto para este escrito, algo que refleje aquello que siento, pienso y vivo; algo que encierre en una sola palabra o frase todo el concepto de las siguiente líneas,  y pues en medio de tanto pensar nació esta frase “quiero mi café”; y aunque es muy probable que no me guste del todo, pero me quedaré con ésta.

Corría el año 2005 cuando, por obra y gracia de Dios, inicié mi vida de viajero, de aventurero, con miedos al principio de cada travesía pero que al final siempre disfruto de cada paso o viajecito que realizo, sea corto o largo; hasta ese entonces lo único que conocía del café, en cuanto a su preparación, eran dos estilos; uno al estilo Moyocho, es decir café molido, finito pero bien finito, hervido en su tetera con su trozo de chancaca, a veces con sabor a velorio, otras veces con sabor a tarde fría, visita especial o el de todos los días, créanme que aunque la forma de preparación es la misma, la ocasión hace que tenga un sabor distinto el uno del otro. El segundo, era al estilo Santarosino (o de la costa), café molido con anís, granulado, lo suficiente como y para colocarlo en una cafetera tradicional, primero un poco, aplastarlo bien, luego una pequeña cantidad de agua caliente, que remoje esa capa y después un poco más de café, aplastarlo bien nuevamente y finalmente echar agua caliente hasta el ras de la cafetera y después dejar que éste pase gota a gota, con mucha paciencia, para así lograr la mejor esencia de café.

Sin embargo ese año, conocí la ciudad sede de los Starbucks, visité una de sus cafeterías y salí fascinado, era todo un sueño, conocer al café en otras dimensiones, otros sabores, otras mezclas y estilos de preparación, era todo un mundo cafetalero, del cual estaba recién aprendiendo y empezando a querer. A mi regreso a Moyobamba, tenía siempre esa sensación de encontrar, en mi ciudad natal, un lugar igual o similar, que me permita gozar del café puro, concentrado, con leche, con azúcar, con crema o moka; un lugar en donde de gusto de tomarlo, ya sea que uno esté acompañado, solo, alegre, enamorado o decepcionado. Por mucho tiempo busqué un espacio así pero no lo encontraba; sin embargo en el año 2011 (si mal no recuerdo), la, hoy famosa, “Cafetería Betel” decide abrir sus puertas, fue desde entonces que encontré lo que tanto andaba buscando.

Ésta cafetería se inició, como cualquier otro negocio; en un espacio pequeño, con poco mobiliario y menaje, en un horario fijo, con poco o nada de personal, sólo familiares, pero eso sí; con una gran y deliciosa carta de más de 35 variedades de café, los tienes concentrados, con licor, calientes o helados, los tienes en tazas grandes, pequeñas, gordas, flacas y con cada gustito con el que lo puedes acompañar. Tal vez ello ha logrado el éxito de ésta cafetería; sin quitarle crédito alguno al trato personalizado de Daniel Flores, su fundador y del resto del personal que son todos muy nobles.

Desde mi punto de vista, podría afirmar que ésta es una de esas pocas cafeterías, en las cuales tú puedes conversar con su cocinero y así, cara a cara, decirle que piensas de lo que te preparo o sugerirle algún nuevo producto; éste es uno de esos pocos lugares en donde te conviertes en catador de sus nuevas presentaciones, éste en uno de esos pocos espacios en los que te haces amigo del fundador y a veces te bromea y le bromeas; ésta es una de esas pocas cafeterías en donde el personal ya sabe tus gustos, ésta es una de esas pocas cafeterías en donde tú, con todo el respeto del mundo, puedes tomar confianza con la azafata quien ante un “gracias linda”, muy sonriente te responde “de nada ñaño”… sí, el trato es horizontal y te dicen “ñaño” que es lo mismo que decir: hermano, te dicen “masha” que es lo mismo que decir: amigo, te dicen vuelve pronto, porque saben que lo harás.

Tomar un café en Betel, cualquiera que sea, es agradable pero sobre todo disfrutable; y aunque a veces, debido a la gran cantidad de público que tienen, ya no encontrarás sus “bocatas”; sin embargo, siempre encontrarás sus ricas “galletitas”, sobre todo las “choco chips” que son únicas.

Cuando uno va a Betel, no sólo va a tomar un café, vas y te sientas a conversar con gente que tal vez no veías desde hace mucho, vas y celebras un cumpleaños, titulación, aniversario, contrato…, vas y hablas de política, de economía, de la realidad nacional o local, vas y te sientas para que te aconsejen o para que aconsejes, vas y enamoras o te enamoran; y aunque hasta la fecha no he visto ni he sabido de que se haya realizado una “pedida de mano” (propuesta de matrimonio), creo que hacerlo no sería mala idea, ya que el ambiente se presta para el romanticismo y el detalle de ese memorable momento y Moyolandia podría ser tu complice.

Es de caballeros reconocer que, en este corto tiempo y pese a las adversidades, Betel se ha convertido en la marca del café en Moyobamba; Betel, se ha convertido para muchos, en un punto de encuentro para cualquier tipo de reunión, sea de amigos, familia, negocios, conquista o desahogo; se ha convertido en el punto obligatorio por el cual todo turista debe pasar; se ha convertido en ese espacio en el cual uno se puede chocar con algún artista nacional o local, congresista, autoridad nacional, regional, municipal o con grandes pintores como “Machuca”, quien de vez en vez anda ambientándolo con nuevos cuadros, cuadros que muchas veces ya han sido vendidos y-o se venden esa misma noche de apertura de la muestra pictórica, y entonces tienes los cuadros sólo para exhibición; señoras y señores Betel es eso y mucho más; y se espera que siga así, mejorando en sus productos cada día.

Puede que la canción clave y favorita de nuestro amigo Daniel Flores, sea “Ojala que Llueva Café” de Juan Luis Guerra, pero estoy seguro que más de uno/una que entre café y café ha encontrado el amor, estará dispuesto/dispuesta a repetir la frase […juro por Dios que sólo fui por un café, pero te vi…] de la canción “Sólo Quería un Café” de Ricardo Arjona.

Yo, lo único que sé, es que al llegar a Betel, pediré voz en cuello “Quiero mi café”

KAJOVEPI 

 














miércoles, 1 de octubre de 2014

Con las Horas Contadas



El fin de semana pasado inicia contándonos, que dos sicarios decidieron dar fin a la vida de un funcionario del Gobierno Regional en la puerta de su propia casa, noticia que nos ponen en alarma y nos demuestra que el crecimiento de la ciudad, crecimiento del que tanto hablamos y nos alegramos por las inversiones que trae consigo, también nos trae un crecimiento delincuencial. A las 24 horas del lamentable suceso, nos enteramos de que en un bar cercano a la plaza de armas, comisaría, catedral, un hombre acababa de fallecer, según dicen producto de un paro cardiaco; luego esa misma noche, en horas de la madrugada, asaltan el Grifo Dávila del barrio de Zaragoza.

Con todas estas noticias los/las moyobambinos empiezan a preguntarse ¿Qué está pasando? ¿Dónde están las autoridades? ¿Qué rol cumple la policía, acaso sólo el de hacer batidas “por casco”? ahora bien, es cierto que de pronto escuchar este tipo de noticias genera indignación y una gran preocupación, pero también es preciso indicar y recordar que éstos mismos titulares se escuchaban en el año 2010 u 2011 aproximadamente.

La población se refugia tras sus teclados, de la misma forma en la que hoy lo hago, pero habla, reclama, protesta, se indigna, grita, critica y jode; y empezamos a criticar las acciones que ciertos funcionarios realizan; al día siguiente de los sucesos, vi varios memes de una fotografía protagonizada por un policía y un conductor en plena batida; todos estos menes se resumían en que la policía “sólo” se dedica a hacer operativos(batidas) por infracciones a las reglas de tránsito y pues que por el tema de seguridad no se preocupan, no les interesa, no le es rentable, incluso un falso caricaturista, elefonte, ha caricaturizado la misma foto, con diferentes contexto claro está.

Como población nos indignamos, criticamos y jodemos, y de pronto de un momento a otro nos preguntamos por la labor de nuestras autoridades, empezamos a desempolvar planes de gobiernos y nos damos cuenta de propuestas en el tema de seguridad ciudadana, y nos acordamos de las cámaras de seguridad ofrecidas, de proyecto de fortalecimiento del servicio de serenazgo y otros similares, todo ello bien, pero ¿Por qué no nos hemos acordado de eso antes? ¿Por qué esperar que nos pase algo malo para recién actuar? ¿Dónde estaba esta población criticona y jodelona, para vigilar? ¿Acaso discutiendo si la tal Figueroa es o no una “santa”?

Hemos criticado el accionar de la prensa, diciendo que no informa, que sólo se dedica a pasarle facturas al municipio para su sostén diario, facturas de las cuales, el ahora candidato a la reelección, dice estar cansado, que son facturas extorsionadoras; y sí lo son ¿Por qué no denuncio desde la primera factura que tuvo en sus manos? ¿Por qué las pago silenciosamente durante cerca de cuatro años sin pero alguno? ¿Por qué hacerse la victima a estas alturas del partido? ¿Acaso ya se dio cuenta que su prepotencia y malcriadez le ha hecho perder un shunto de votos? Regresemos a la prensa, la criticamos y la jodemos, tal vez con la misma intensidad con la que jodemos a la policía y autoridades, pero sin embargo nos gusta alimentar el morbo; nos gusta comprar aquellos periódico en donde se vea muerte, sangre, heridas abiertas, choques; nos gusta prendernos de aquel canal, cuya señal ofrezca lo mismo; un periodiquero, amigo de mi madre, le dice siempre que para él sus mejores días es cuando hay muertos en la portada, porque el periódico le sale como “pan caliente”; y la prensa lo sabe muy bien, por eso busca la primicia, la calientita, aunque la nota se trate de un “frio”; si no fuera así, entonces de nada le hubiese servido al dueño de “Antena TV” tener las primeras notas exclusivas de atentado contra este ex trabajador del GORESAM, de nada le hubiese servido transmitirlas en vivo en su canal, de nada le hubiese servido repartir luego esas imágenes a cuanto medio le pedía, de nada le hubiese servido la suerte que tuvo de que la muerte se haya dado justo a dos puertas de su casa; estoy seguro de que si hubiese un medidor de rating en Moyobamba, ese hubiese sido su mejor día de la semana, tal vez del mes y quien sabe hasta del año.

Todos estos hechos se dan en pleno proceso electoral, y a tan solo una semana previa para el desarrollo de las elecciones regionales y municipales, lamentables sucesos enlutan la Ciudad de las Orquídeas, Moyobamba. Sin embargo, y estando a puertas del cierre de campaña, ningún candidato provincial o regional se ha pronunciado sobre ello, ningún candidato se ha puesto de pie para dar a conocer sus propuestas en los temas de seguridad ciudadana, ningún candidato se ha unido a esas voces de protesta de las redes sociales, ninguno de ellos lo ha hecho ¿Por qué será? Por algo simple, porque lo social no genera votos, porque en temas de marketing político importa más una calle, vereda o plaza antes que la seguridad del ciudadano/a, ciudadano/a, a quien ahora le está pidiendo el voto de confianza.

En algunas horas el FEDEIMAM encabezará una movilización a favor de la seguridad ciudadana, exigiendo una mayor atención en el tema, nuevamente el pueblo se levanta como lo hizo para exigir y crear serenazgo; bueno la movilización es en un par de horas y creo necesaria la participación de TODOS los candidatos a la alcaldía provincial, ésta es la última vez en la que pueden demostrar que lo que les interesa en verdad es el desarrollo de la ciudad y no llenar sus bolsillo; vayan, al menos aquí preséntense todos, ya que en los foros no lo hicieron; vayan y asuman la responsabilidad desde ya, éste es un tema latente, una problemática que requiere de una respuesta urgente; es muy probable que como respuesta se reciba sólo una antalgina; pero, sepan ustedes futuras autoridades que lo que se necesita es el tratamiento completo; vayan sin resentimiento alguno, ni con ganas de buscar bronca; vayan, no por los votos finales que puedan conquistar; vayan porque lo único que importa es el compromiso que puedan asumir en algunas horas, que sea quien sea el ganador, deberá junto a su consejo, iniciar un trabajo arduo y duro en la lucha contra la delincuencia y devolverle a ésta ciudad esa tranquilidad que por años nos ha caracterizado.

KAJOVEPI