Moyobamba, 21 de julio de 2014
Mi nombre, para quienes aún no me
conocen, es Karol Josep Vela Pizarro, 25 años, casado, con una hija; nacido,
criado y educado en la hermosa “Ciudad de las Orquídeas”, Moyobamba; tierra que
me ha dado mucho y me ha quitado “poco”, ¿me ha quitado? ¿Poco?
Sí, ésta tierra que me dio alegrías
en mi infancia y adolescencia; hoy a través de sus gobernantes, me ha quitado
ese barranco de al frente de mi casa, lugar en donde solía jugar a las
escondidas o las guerritas, lugar a donde bajaba con mí, siempre recordada,
abuelita Juana a sembrar las mallicas (creo que así se escribe) de plátano, los
puspo poroto, la yuca; para luego de un tiempo prudencial volver a bajar para
cosecharlos, lugar en donde a más de una ocasión he bajado a enterrar a una que
otra mascota, lugar en donde también hice travesuras (nadie es “santo” en esta
vida); barranco que ahora ha sido rellenado, sin consideración técnica alguna,
y sólo para disque construir sobre ese relleno mal hecho un “parque infantil”,
y ¿Cómo explicarle a la mía MaE (mi hija) las emociones que deja el entrar un
poquito a la selva? ¿Cómo explicarle ese romance entre la semilla de puspo
poroto y la paciente espera de su fruto? ¿Cómo enseñarle a sembrar los
plátanos, usando su mismo tallo y a cosecharlos sin necesidad de tumbar el
tronco? ¿Cómo señor ex alcalde, Mardonio del Castillo (hoy candidato a su
tercera reelección), si la práctica es mejor que la teoría?
Ésta tierra, que durante mi
adolescencia, cuando iba a los quinceañeros, o cuando iba a ver un partido de básquet
o vóley en el coliseo o cuando iba a cualquier reunión nocturna; podía darme el
lujo de regresar de madrugada a casa (entre las 2 y 3 de la mañana) caminando o
transportado por un motocarrista “conocido”; sin embargo ahora ello se me hace
imposible, pues ese es un lujo que también me quitaron hace mucho, por el nivel
de inseguridad ciudadana que nos alberga.
Recuerdo, que por aquellos años,
los certámenes de belleza durante las fiestas de “San Juan”, vale decir elección
de Srta. Turismo, Moyobamba y Simpatía; eran verdaderos certámenes, en donde
las elegidas eran dignas de ser reconocidas; es cierto que quizás esos eventos
no tenían mucha pompa como los de ahora y que los premios no eran tan “jugosos”;
pero también es cierto que esos eventos eran limpios, las candidatas elegidas
previamente en sus barrios, y los comentarios posteriores al evento eran
relacionados a la belleza tanto física como personal de cada elegida, sin
embargo ahora todo se ha distorsionado, y hemos comercializado los certámenes,
cediendo la buena pro al mejor postor o mejor dicho al postor más escandaloso, y
se califica sólo “la carne”, porque finalmente, como dijera el regidor Norberto
Ramírez, las mujeres son consideradas “productos del contrato”; y los
comentarios tras la elección hacen alusión a que si tal o cual “reina” ya fue
elegida en otro certamen, o que no es moyobambina neta, o que acaba de
protagonizar un video porno.
Como olvidar un sábado por la
noche, en donde en punto de encuentro era la Plaza de Armas, punto de jóvenes,
señores, viejos (de ambos sexos claro está) y dispuestos a hacer una sólo cosa,
“moler caña” (dar vueltas a la plaza) por un par de horas y luego regresar a
casa, existían discotecas sí, pero importaba más el pasear, hablar y reír
juntos que el tomar y el bailar, a veces sin son ni ton, como se hace hoy en
día, y se nos ha quitado esa tranquilidad nocturna de los fines de semana, en
dónde mínimo una bronca y herido de por medio.
Hace un par de años se nos ha
regalado una obra arquitectónica muy preciosa en la “Punta de Tahuishco”, que
tenía un hueco de reuniones, perdón anfiteatro, espacio propicio para el
desarrollo de una que otra reunión de amigos, de iglesia, de expresiones
culturales, de ensayos y de encuentros amorosos, entre otros, espacio que al
sentirse abandonado por sus cuidadores, se dejó invadir por pandilleros y
delincuentes dispuesto a diseñar su próxima fechoría; y sus cuidadores lejos de
tomar cartas en el asunto, tuvieron “la idea” de terminar de catapultarlo rellenándolo
y tapándolo con cemento, claro se esperó la finalización de la semana turística para cometer dicho
atropello, quitándonos así una pieza de la obra arquitectónica construida hace
algunos años, con justificaciones vanas y poco coherente, ¿no bastaba acaso
colocar unas barandas y un par de serenos?
Desde que nací y hasta ahora, se
me ha enseñado que ésta es la “Ciudad de las Orquídeas”, aunque no está demás
decir que Jumbilla, también tiene ese apelativo; “orquídeas” que nos las están quitando,
sin que nos demos cuenta, y las están cambiando por estrellas, no tengo nada en
contra del APRA, actual gobierno municipal, pero señores vayan a colocar
estrellas en las puertas de sus casas y negocios y no en obras públicas.
De niño, siempre me ha gustado ir
a la feria, esperar San Juan era
esperar la feria e ir y ver esos toros con sus lomos grandes atrás (conocidos
formalmente como “cebu”), era ir a ver los avestruces, los juegos, el show
infantil, los conejitos y otras cosas propias de feria; claro luego se les ocurrió
cambiarlo de junio a julio, que para traer más turistas dice; se ofrecía que el
cambio de mes daba la oportunidad de traer más ofertas y atractivos, pero JAMÁS
pensé que ello implicaba construir un ruedo, traer a un par de desconocidos y
hacerlos matar a unos indefensos toros, y hacer de esta estupidez un espectáculo
cultural, de más está decir que los toros a los que se meten al ruedo no son
los de “lomo grande”, porque tengo la impresión de que si fuesen esos, los,
disque valientes toreros, se chivearían; y es así como de ésta manera poco a
poco se nos está quitando nuestra feria, nuestra fiesta y están cambiando
nuestra cultura por otra, y eso que también somos la ciudad “cuna de la cultura
del oriente peruano”.
Ahora bien, es cierto que la “corrida
de toros” es un evento cultural (sigo sin entender ¿por qué le llaman “cultural”?)
de otras ciudades, pero NO ES NUESTRA CULTURA, vale decir que no está como un
hecho enraizado en nuestros orígenes, salvo que algún historiador con
justificada razón y pruebas en mano diga lo contrario, pero ¡¡¡NO LA ES!!!
Me pregunto ¿Quién o quienes
fueron lo de la idea de replicar este evento en la feria de Moyobamba? ¿Cuántas
corridas ya se han dado a la fecha? ¿Cómo se permitió semejante evento? ¿Por qué
no se reaccionó antes de la forma en la que ahora se está reaccionando? ¿Acaso
no debemos hacernos un mea culpa? Pero bueno, como dijera Jose´José, <<…ya lo pasado, pasado no me
interesa…>> y no interesa, no porque el tema no sea importante, sino
porque no se puede retroceder el tiempo; antes bien se deben unir fuerzas para
no solo detener la edición de este año, sino que para que en el futuro no se de
eventos como éste, y al mismo tiempo proponer otros espacios que sean
atractivos para los turistas y residentes, y que al mismo tiempo le ofrezcan a
los organizadores de la feria, los mismo réditos o quizás más, que esto les
ofrece.
Veo que del año pasado a la fecha
se ha avanzado significativamente; de pronto tenemos a varios negocios,
particularmente hoteles y restaurantes, en contra de un evento así; pero también
veo como se están pronunciando las diversas autoridades locales y regionales, e
incluso candidatos (campaña es campaña, pero igual vale el aporte), de manera
que siento que este año hay un mayor respaldo que el año pasado, sería bueno,
como dije líneas arriba, escuchar a los historiadores moyochos pronunciarse al
respecto, siento que la explicación histórica de que esto no es parte de
nuestra cultura le dará más peso al asunto, y aunque el abogado de la feria
diga que NO PODEMOS IMPONER NUESTRA VOZ, (no le crean es abogado de la parte
agraviada y siempre va a estar a favor aunque no esté convencido de ello),
debemos seguir en pie de lucha, de manera pacífica claro esta y no detenernos
hasta lograr el objetivo, por ello YO TAMBIEN ME SUMO A LA MARCHA DE MAÑANA.
¡¡¡Que mi lucha, sea también la
tuya, y que esa corrida huya!!!
Te espero en la plaza, a las 16:00
horas.
KAJOVEPI