sábado, 28 de octubre de 2017

¿De quién es la Culpa?

El último CENSO 2017; sí, ese que nos tuvo casi casi encerrados en nuestras casas por más de 8 horas, ese que dejó desiertas las ciudades, ese que le devolvió la “tranquilidad” a las calles de Lima, ese que para pagar a sus “censadores” los ha paseado, ese que quizás aún lo sigues esperando en casa, ese del cuál muchas empresas se aprovecharon (UCV – NAOW) para publicitar sus marcas en los stiquers que se colocaron en nuestras casas, ese que le brindará la información detallada (nuestros datos) a esas empresas, ese que tras la crisis institucional por la que pasó hizo que su Director Nacional (E) renunciase, ese que antes de que salgan los “resultados” no nos convence de los mismos…

Ese último CENSO tuvo, entre tantas cosas, una seria denuncia por dos casos de “violencia” contra dos mujeres; uno de ellos hacía referencia a la denuncia por un acto de violencia física en Breña – Lima; y el segundo caso fue una denuncia por violencia sexual (violación) en Villa el Salvador – Lima; sabemos que sobre el primer caso el cuerpo de Bomberos, de la zona, fue a brindar atención médica para luego trasladar a la víctima a la comisaría del lugar y presentar la denuncia correspondiente.

Sobre el segundo caso sabemos, por boca de la misma víctima y su hermano, que los funcionarios del INEI estaban más preocupados por saber si ¿Logró o no llenar todas las fichas?, no fueron de inmediato al “rescate” de la víctima, sino que se demoraron más de 5 horas para la atención, y que al llegar, lejos de ser empáticos e indignarse con el hecho, ofrecieron S/. 1 000.00 a la víctima para que “calle”; y es que en efecto, una denuncia de tal magnitud no sólo ensuciaría la actividad en sí (que por cierto más sucia no podría estar), sino que también ensuciaría a la Institución; eso fue, por así decirlo, la cereza del pastel que provocó la renuncia, cobarde, del Jefe Nacional.

Hace algunas semanas, el portal web del diario Perú21, publicó una infonografía en la que se indica que durante el 2016, según datos de la Policía Nacional de Perú, hubo un total de 5638 denuncia por delitos de “Violencia Sexual”, de los cuales 3194 (56%) fueron menores de edad, así mismo se indica que 916 violaciones (16%) fueron cometidas por un familiar; resalta también que a diario 9 adolescentes son violadas en el país, y que San Martín es una de las regiones con más casos de violaciones sexuales. 

Luego de la denuncia de violación sexual, registrado durante el CENSO, el portal web de RPP Noticias publica una nueva infonografía, en la que da cuenta que, según el Centro de Emergencia Mujer (MIMP), entre enero y setiembre del presente año se han registrado 3125 casos de violación sexual, de los cuales 2160 (69%) son menores de edad.

Si bien es cierto que, estas cifras son más que alarmantes, no olvidemos que sólo estamos hablando de casos “denunciados”, si esa es la cifra de casos “públicos - denunciados” imagine Ud. ¿Cuántos casos hay sin denunciar? Pero, me atrevería a preguntar ¿Por qué no se denuncian? ¿Las víctimas, sólo son mujeres? Otro hecho resaltante, de estas #cifrasalarmantes, es que la mayoría de víctimas son “menores de edad”, una población vulnerable, y es que claro, los más débiles son los más propensos a sufrir cualquier tipo de atropello.
Algunas de las cosas que aún no hemos aprendido es: Saber respetar el testimonio de la víctima / Evitar la re-victimización de la misma / No culpabilizar a la víctima. ¿Qué significa? Pasa que luego de la denuncia que se hizo (caso del INEI) lejos de cuestionar al agresor y su actitud, se empezó a cuestionar a la víctima; el primer cuestionamiento que se hizo fue ¿Es verdad lo que está diciendo? (pese a existir un examen Médico Legal) ¿Por qué no quiere denunciar? (como si ello fuera fácil, luego del trauma – hecho de violencia) ¿Por qué no se publica su imagen de la denunciante? (como si ello fuera necesario). Luego de eso, se empezó a cuestionar “el accionar” de la víctima ¿Por qué recibió la bebida que su agresor le ofreció?

Generalmente, cuando hablamos de casos de violación sexual, siempre buscamos una razón para, de alguna u otra manera, “justificar” el hecho; ¿Qué hacía andando sola en un lugar peligroso? ¿Qué hacía vestida así? ¿Qué hacía hasta altas horas de la noche en la calle? ¿Qué le habrá dicho? Seguro se le ha estado insinuando, y otro tipo de preguntas y afirmaciones, como si la culpable del hecho fuese la víctima; cuando en realidad lo que debemos tener en cuenta es que frente a un hecho de violación sexual, la víctima jamás será la culpable.

Frente a una situación tan dura y dramática como ésta ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos actuar? ¿Cómo podemos responder?; creo que ello parte de casa, creo que la educación, pero no esa que te enseña para aprobar un curso; sino la educación, esa que te enseña a ser un ciudadano(a) de bien, es la llave para evitar este tipo de actos; ello está ligado con hablar de “genero” (término que últimamente ha sido satanizado en las escuelas); ello está ligado con aprender que un NO es NO; ello está ligado con aprender a comprender que una mujer se viste como se viste porque se siente cómoda y no porque te esté invitando a la cama; ello está ligado con aprender que tanto hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y por ende las mismas responsabilidades; que estamos llamados a construir una nueva sociedad, una sociedad inclusiva, respetuosa y valorativa; que la construcción de esa nueva sociedad, parte por romper un sinnúmero de prejuicios sobre el roll que cumple un hombre y una mujer en la sociedad, por el sólo hecho de ser hombre o mujer; que la construcción de esa nueva sociedad parte porque nosotros(as) estemos dispuestos(as) a cambiar ¿Estás dispuesto(a)?

Simplemente KAJOVEPI

viernes, 20 de octubre de 2017

¿Censo Pro Gay?

Como bien tod@s saben, o en todo caso se están enterando, cada 10 años el Estado Peruano realiza el famoso Censo de Población, con la finalidad de tener un número “exacto” de peruanos(as) residentes en Perú y el extranjero; a éstos censos globales se les suma otros que son de importancia; en esta ocasión es la versión XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas.

Si bien es cierto que, cada vez que se realiza este tipo de CENSOS, siempre hay una que otra cosa que se observa; en esta ocasión la pregunta, que de momento, viene generando controversia es aquella ligada a tu “auto identificación étnica”; la pregunta 25 de la página 5, nos dice: <> y bueno, no tenemos muchas opciones por elegir, pero se espera que seamos lo más sinceros posibles.

He iniciado éste post hablando sobre la pregunta de “auto identificación”, y de hecho una cosa no tiene que ver con la otra (pese a que existan similitudes); pero, otro de los temas que viene generando controversia, o en todo caso, anda rondando en mi cabeza, es lo ligado a tu identificación religiosa; la pregunta 26 de la misma página 5, dice: <<¿Cuál es su religión?>>; al igual que la anterior, no tenemos muchas opciones como respuesta; porque en mi caso por ejemplo, yo quisiera decir que soy Presbiteriano (si quiero saber con exactitud ¿cuánto presbiterianos somos?), pero me colocaran en el rubro de “evangélico”, lo cual no está mal pero, no reflejaría una información precisa.

Ahora bien, hasta aquí ¿qué relación guarda todo lo descrito con el título del presente artículo? Y es que, de la misma forma en que se ha ido circulando información o comentarios sobre los de deberíamos responder a la pregunta 25; también ha ido circulando información de lo que deberíamos responder en la pregunta 26. En ambos casos la intención es saber: ¿Cuántos evangélicos, católicos, no confesionarios o de otras “religiones tenemos? (pregunta 26) y ¿Cuántos mestizos, quechuas, aimaras, afrodecendientes, awajún… tenemos? (pregunta 25); la información estadística servirá (no sólo al Estado, sino a cuánta institución dependa de ella) para: el planteamiento de sus propuestas de trabajo, estrategias de desarrollo, objetivos a alcanzar y otros…

Hasta allí todo bien ¿verdad? Pero ¿sigues sin encontrar la concordancia? Te explico, en estos días (como lo dije en el párrafo anterior) ha ido circulando un post sobre la importancia (al menos para el pueblo “evangélico”) de reflejar en el CENSO dicha información, es decir sobre la importancia que tiene el que respondamos si somos o no evangélicos (hasta allí, todo bien), a fin de poder reflejar, en números, que ya no somos una población pequeña y que por lo tanto, nuestras “agendas” también deberían ser escuchadas y tratadas (hasta allí, todo bien) pero, lo que no me parece es que intentemos, o en todo caso, demostremos que, lejos de ser “evangélicos que pregonan el amor” (como debe de ser) lo único que se pregona es el odio, y el odio hacia una población en particular; los LGTBI. Parte de ese post, y seguramente muchos de ustedes lo pudieron haber leído, dice:

<<…es de sumo valor que los Gobernantes, reconozcan que somos millones “los ciudadanos que aman y creen en los Evangelios del Señor JESUCRISTO”, recuerda tu respuesta equivocada NO mostrará CUANTOS SOMOS. Se consciente que la información del Censo a través del INEI, será usada por los enemigos del evangelio y promotores de la AGENDA GAY para sus fines ya conocidos…>>

Y entonces yo me pregunto ¿Es en serio?, o sea ¿estamos afirmando que el Censo sólo servirá para promover “una agenda Gay”? De ser así ¿Cuál de todas las preguntas de la ficha censal compite con la pregunta 26 de la página 5? Dicho de otra forma ¿cuál de todas las preguntas (y si no lo interpreto bien, avísenme) nos dirá: cuánto homosexuales, bisexuales, lesbianas, transexuales, intersexos hay en el Perú? ¿Cuál? Desgraciadamente, en esta ocasión esa pregunta NO HAY, y digo desgraciadamente porque, si lo innovador del actual CENSO es preguntarnos por ¿Cómo nos auto identificamos? ¿Por qué no se incluyó una pregunta ligada a nuestra identidad sexual?

Si la intención de los CENSOS es saber los números de las poblaciones para, en base a ello, ver si determinada estrategia u objetivo puede seguir o no implementándose; y estando el tema en agenda ¿Por qué no lo pusieron? ¿No hubiese sido interesante saber a ciencia cierta ese dato? Hablamos de auto identificación, pero ¿no estamos obviando algo? Y ¿qué pasará cuando el censador llegue a casa de una pareja de homosexuales y éstos no quieran decir que si son hombre o mujer? ¿Qué pondrá en su ficha? O ¿Qué pasará con aquél Transexual, que siendo hombre quiere identificarse como mujer? Y entonces una población, que de momento está siendo lapidada, lo seguirá siendo; una población que está luchando por el reconocimiento de sus derechos, seguirá en el olvido y la vulneración; y probablemente me dirán: -En ese caso que se hable de todas las poblaciones vulnerables- Y yo les diré: -Sí, que se hable de todas las vulnerables pero, siendo que es un tema de actual controversia, y existiendo posturas que indican que son minoría y que por ende no podemos implementar políticas públicas en base a minorías ¿Por qué no contabilizarlos?

Creo que tanto los LGTBI, como los evangélicos tienen el mismo derecho de ser visualizados, escuchados, respetados y contados; aunque en esta ocasión, es una pena que uno de ellos no tenga este privilegio.


Simplemente KAJOVEPI

sábado, 14 de octubre de 2017

Experiencia Granja Porcon

Durante la semana pasada; unos amigos, mi familia y yo, nos dimos unas cortas vacaciones y decidimos visitar Cajamarca, cuyo eslogan representativo es: “Cajamarca... dónde todo empezó”, y es que está gran ciudad, con un sinnúmero de altos y bajos (como cualquier otra) tiene tanto por mostrar pero, al mismo tiempo, tantas cosas por aprender.

Desde mi punto de vista Cajamarca es una región que es bastante comentada por sus líderes sociales como: Gregorio (Goyo) Santos, Pedro Castillo y la mujer luchadora Máxima Acuña; región que tiene, entre sus territorios, a la minera Yanacocha (la segunda minería más grande del mundo y la más grande del Perú); región con una linda y atractiva historia del legado de los “Caxamarcas”; y una ciudad (Cajamarca) en dónde se dió el arresto, juicio, sentencia y ejecución a Atahualpa, el último Inca.

Uno de los tantos lugares que visitamos, y que de hecho siempre me ha gustado fue: “La Granja Porcon”, una comunidad de un promedio de 200 familias, y que desde hace 45 años aproximadamente, tiene como principal fuente de ingreso la industria del turismo.

Se dice que Porcon, cuando inició sus operaciones decidieron trabajar en el marco de la unidad y el cooperativismo; y es que claro, no les quedaba de otra tampoco; y lo que al principio parecía un sueño difícil, prácticamente una “perdida de tiempo"; hoy por hoy es una rica experiencia de trabajo en equipo, del buscar objetivos comunes y el de mantener la unidad, ideales y principios pese a los años.

El principal sustento de Porcon en todo lo relacionado al tema de turismo (restaurantes, hotelería, ganadería, dulcería y otros. Han pasado 45 años y han entendido que, si no se unen no progresan; todos sus trabajadores son residentes de la zona, sus profesionales son chicos y chicas, que nacieron allí, crecieron allí, salieron a formarse y volvieron a su tierra a generar progreso.

Visitar Porcon es, una cachetada a nuestras mentes; en el sentido de que no estamos acostumbrados a ver o creer que el trabajo en equipo es posible. Porcon nos demuestra lo contrario, nos demuestra que ello no sólo es posible sino que trae consigo beneficios comunes y un desarrollo comunitario efectivo.

El replicar una actividad de éstas, para nuestra ciudad, creo que es posible ¿Quien no quisiera tener o lograr un beneficio común? ¿Quien no busca el desarrollo para su ciudad? ¿Qué tan dispuestos estamos a replicarlo en nuestra ciudad?

Simplemente KAJOVEPI.

martes, 10 de octubre de 2017

¡Vamos PERÚ!

Como dijera un compañero de trabajo, "soy un Ateo del Fútbol", y de eso mis amigos(as) están más que seguros; no es que dicha disciplina no me guste, de hecho mi padre, don Pedro Antonio Vela Sanchez fue dirigente futbolístico por años y hubo una ocasión en que tuve que trabajar como su secretario, tiempo en el cual me tuve que aprender de memoria el Reglamento de la FIFA, FPF y de la Liga Distrital de Fútbol de Moyobamba.

Moyobamba, tuvo una época "dorada" (según mi percepción) del fútbol, aún recuerdo como es que los encuentros deportivos entre el Club Deportivo Hospital vs el Emilio San Martín o el Club Deportivo Pesquero vs el Atlético Belén, despertaban una gran euforia en la ciudad, al punto tal que el estadio se llenaba de gente; recuerdo a los comentaristas deportivos de "Tribuna Caliente" o "Televida Deportes", sus transmisiones radiales eran todo un espectáculo.

Mi chamba consistía en: Registrar a los Jugadores, atender las solicitudes de "Cartas Pase" o "Pases Libre", actualizar la Tabla de Posiciones, actualizar la lista de jugadores con Tarjetas Amarillas o Rojas, Armar el horarios de los próximos encuentros deportivos (tu sabes, los rivales con mayor puntaje para el final del día y los de menor puntaje abrían la tarde deportiva).

En fin, mi relación con el fútbol ha sido bastante buena, aunque muchos(as) pienses lo contrario, y no los culpo, son mis opiniones las que levantan esas sospechas. Ahora me atrevo a preguntar ¿Quién de nosotros(as) jamás ha pateado una pelota de fútbol, cuando era pequeño(a)? ¿Quién jamás ha jugado una pichanga en la calle de su casa, teniendo como arco dos piedras medianas? ¿Quién no se reventado la uña dándole un puntapie al balón? ¿Quién no conoce las reglas del fútbol callejero? Aunque no lo crean, yo también jugué mis pichangas, yo también viví la emoción del "gol de oro gana", yo también fui portero y movía las piedras a mi antojo, yo también jugaba al fútbol y me emocionaba (y me -ligeramente- emociona) ver a mi selección jugar.

Uno de los partidos que más recuerdo, es cuando un grupo de muchachos decidimos jugar penales (uno frente a uno) y cada uno de nosotros habíamos asumido el papel de un equipo en particular (ese año se jugaba el Francia 98), de manera que el trofeo era un poster, hecho a mano por el dueño de la huerta, con la mascota oficial de ese mundial; para mi suerte yo ya había ganado a varios y estaba a dos "encuentros" de ganar ese trofeo, todo iba bien hasta que mi mamá, doña Blanca Pizarro Martines, llamó a comer y entonces quedé fuera de la competencia.

Hoy, Perú se juega su último partido de eliminatorias rumbo a Rusia 2018; las malas lenguas aseguran que hoy le ganamos a Colombia; yo, como buen ateo, lo dudo. Pero, de ganar el encuentro NOS VAMOS AL MUNDIAL, ya me imagino las calles de la ciudad, alborotadas de gente, el tráfico paralizado, las lágrimas corriendo como olas de mar y una algarabía que, a más de uno NO dejará dormir.

Sólo espero que esa victoria, no traiga consigo desbarajustes en el campo político; sólo espero que no se aproveche la emoción de la hinchada para: indultar a Fujimori, o seguir flexibilizando las normas ambientales, o seguir blindando a Keiko y a Alán, o que el congreso siga con sus payasadas, o que nos olvidemos de la educación y la salud (a nivel nacional); en el ámbito local, sólo espero que esa emoción no nos haga olvidar de las obras paralizadas, de los hechos de corrupción dentro del Municipio y Gobierno Regional, de la Seguridad Ciudadana (que ya no existe).

Alentemos a la selección SÍ, pero con conciencia de que hay mucho por hacer.


KAJOVEPI