miércoles, 23 de diciembre de 2020

Carta a mi amig@ secret@

Compra la nuestro


Querid@ amig@ indiscret@;

Sabemos que este año no fue fácil, es más, para algunos, fue mucho más complicado que para otros. Muchos han perdido sus trabajos, como me dijo un ambulante en Lima (que vendía caramelos en el transporte público), -yo antes trabajaba para KFC, pero, luego nos despidieron y aquí me tienen, vendiendo caramelos y cantándoles algo, pues quiero llevar algo de comer a mi familia-. Y, los que los mantuvimos, ya estamos cansados de trabajar desde casa, por lo estresante que es.

Hay quienes aún están en una cama de hospital, luchando por salir de cuadros clínicos con pronóstico reservado; hay quienes “vencieron” al bicho ese pero que se quedaron con secuelas que los acompañará por el resto de sus días. También están los que nos dejaron sin darnos la oportunidad de decirles adiós o de darles el último abrazo. ¡Maldita pandemia!

Con lágrimas en los ojos, hemos visto como es que se cerraron casi todos los negocios (excepto los permitidos durante la cuarentena); y de estos, algunos se reactivaron o están en camino a ello, otros se reinventaron, y otros, desgraciadamente, se fueron a la quiebra en medio de deudas impagables, que los bancos abusadores, las hicieron interminables.

Eso del “Reactiva Perú” no fue más que una ilusión adolescente, pues favoreció a los grandes, a esos explotadores que despidieron a sus trabajadores en cuanto esto inició, a esos que nunca dejaron de vender. Mientras que, a nosotros, a los pequeños y medianos, nos dejaron en el aire, obligándonos a ser informales y a vender a escondidas; todo con el fin de cumplir con nuestros colaboradores.

Amig@, sé que quizás no debí haberte mandado todo ese discurso, pues tú también lo has vivido en carne propia. Sé que tú, al igual que yo estás cansad@, hart@, estresad@. Que tienes esos deseos enormes por dejar a un lado las pantallas de la computadora o del celular; y que quieres cambiar el tedioso y odioso meet, zoom, jitsi, teams o cualquier otra plataforma de videoconferencia; por reuniones presenciales, que incluía refrigerio y la chacota de la semana.

Pero bueno, no podemos hacer más otra cosa que seguir aguantando, que seguir resistiendo, no sé si con el mismo ímpetu con el que empezamos en marzo, pero, es la norma; no solo debemos resistir y aguantar, sino que debemos redoblar las medidas de bioseguridad, en tanto algún día lleguen las vacunas. Así que: evitemos estar en lugares cerrados, usemos bien la mascarilla, mantengamos la distancia y carguemos siempre nuestro alcohol (el medicinal, no el etílico).

Ahora bien, la intención de esta misiva es también pasarte mi lista de regalos, y aquí va: la verdad es que no deseo grandes cosas, ni tampoco que te endeudes por mi culpa; mira, estamos en un proceso de reactivación y sinceramente, me haría muy feliz que contribuyamos, un poquito, con ello.

En ese sentido, bien puedes optar por darme un vale de consumo en cualquiera de los restaurantes locales; también pueden ser unas suculentas, hay mucha gente que ahora se ha dedicado a la venta de estas curiosas plantitas; tengo amigos y amigas que elaboran cajitas de detalles o que se dedican a hacer manualidades; también tengo contactos que venden postres, chocolates y café; por último, me puedes mandar un delivery con mis compras del mercado, y así, me evitas una salida.

En resumidas cuentas, mi amig@ indiscret@, la intención es que el dinero circule aquí, en el mercado local; que entre nosotros podamos darnos soporte, y así, juntos podamos salir de esta. Felices fiestas.

Simplemente KAJOVEPI

viernes, 11 de diciembre de 2020

A la Policía se le respeta

La acción debe de ser de ida y vuelta

<<…La Policía debe dar ejemplo de lo que debe ser un ciudadano o ciudadana de verdad, deber ser consciente de la obligación de mostrar a la ciudadanía un comportamiento sin tacha. En consecuencia, quienes deshonren a la institución policial, quienes traicionen los ideales de servicio a la ciudadanía cometiendo excesos innecesarios y quienes realicen actos indebidos, sobre todo, cuando estos perjudican a los policías que están directamente en contacto con la población, serán investigados a fondo, siguiendo el debido proceso, recibiendo todo el peso de la justicia y serán sancionados ejemplarmente…>> 

Ese fue, parte del discurso que el actual presidente de la República, Francisco Sagasti, diera en medio de la ceremonia por el 32° aniversario de esta institución. Discurso que tuvo varios componentes, como el hecho de: llamarles la atención y a la reflexión por sus actos; felicitar la labor que realizan; conmemorar a aquellos y aquellas que perdieron la vida por la COVID-19, así como aplaudir a quienes lo vencieron; y también, justificar e invitar a sus miembros(as), a ser partícipes de este proceso de reestructuración institucional. Fue algo así como, “a quien le cae el guante, que se lo chante”. 

El pasado 14 de noviembre (14N), en medio de las manifestaciones, producto de una crisis política que aún no acaba, se pudo apreciar, una vez más, a una institución que, frente a ese tipo de situaciones, no tiene mejor respuesta que reprimirlas y, esa represión, no es otra cosa más que una respuesta exagerada. No es posible responder con perdigones o bombas lacrimógenas a carteles y gritos de protesta.

Lamentablemente, el 14N nos dio como saldo, dos fallecidos, cerca de 40 desaparecidos y varios heridos. Semanas después, en medio de otra protesta ciudadana, pero, esta vez exigiendo la derogatoria de una ley explotadora, hubo un nuevo fallecido, como producto de la represión policial. 

Según la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, en el Perú hay 162 fallecidos en protestas sociales desde el 2013, todas estas muertes (hago eco de ello) continúan en la impunidad, vale decir, sin responsable alguno. No es posible, que las protestas, tengan como consecuencia a uno o varios fallecidos; es inadmisible que, frente al reclamo de derechos, la muerte sea la respuesta. 

Se ha hablado mucho sobre el accionar de la Policía y de la urgente necesidad por reestructurarla organizacionalmente; necesidad que ha encontrado posturas a favor y en contra, como es lógico, frente a cualquier propuesta de cambio; pero, que, de momento, no ha tenido mayores repercusiones, salvo el cuestionado cambio de los altos mandos. 

La Policía, nos ha exigido y exige respeto, y obvio, tenemos que respetarlos; pero, también debe ser consiente de que su actual estructura e imagen está, por demás, desprestigiada; de manera que, esa reestructuración, pese a la oposición, es necesaria. 

El respeto, no sólo se exige, también se gana. 

Simplemente KAJOVEPI

miércoles, 4 de noviembre de 2020

¿No seas cómplice?

 Vistas a un doble discurso del Gobierno.

“No seas cómplice”, es parte de la nueva (en realidad ya tiene un par de meses) estrategia comunicacional que el gobierno, en todos sus niveles, ha iniciado; esta campaña, si mal no recuerdo, inició al mismo tiempo en que las cuarentenas focalizadas culminaban.

Frente a esta situación, el gobierno consideró que era probable que algunas actividades tales como: reuniones sociales, visitas familiares, las pichangas en los barrios, entre otras en donde existe aglomeración, empezarían a desarrollarse (pese a estar prohibidas) y ellos traería consigo nuevas infecciones que podrían ir acrecentándose hasta llegar a una segunda ola, que es lo que está pasando en otros países, en especial en el continente europeo.

Parte de dicha estrategia es la difusión de videos publicitarios, en donde vemos a gente en esas circunstancias, vale decir o jugando su pichanga o visitando a sus familiares, siendo incrédulos de las consecuencias de esos actos y, cierra con sus familiares directos (mamá, abuelita, hermano) en camas UCI y colocándoles respiradores. Aterrador ¿verdad?

El gobierno pensó, y sigue pensando que, con la difusión de dichos videos o flyers con igual argumento, podía, en cierta medida, llamar a la reflexión a la ciudadanía, a fin de que nos mantengamos alertas y sigamos con las medidas de bioseguridad, más allá de la cuarentena, así como a evitar participar de este tipo de actividades; y, de arranque, nos chanta la culpa, en un hecho en el cual ellos (como gobierno) también tienen responsabilidad.

Disculpen, pero, hay situaciones que, en lo personal, no entiendo o que simplemente se contradicen con el mensaje inicial.

Por ejemplo, se habla de que las visitas familiares están prohibidas, pero, no se dijo nada cuando Entel, una operadora de telecomunicaciones, empezó a difundir un spot emotivo en donde los protagonistas eran una nieta con su abuelo, quienes luego de la cuarentena (al toque no más) ella decide visitar a su abuelo; y pues, en el spot se los ve muy felices, corriendo a abrazarse y todo lo demás; esto, cuando la cuarentena general había terminado y se iniciaba con las focalizadas. El mensaje estaba claro, “ahora que ya todo acabó, ya puedes ir a ver a tu familia”; y, aunque luego de tantas críticas, el protagonista mayor salió a indicar que no era un acto irresponsable, que ambos habían pasado por pruebas moleculares y todo, ya el mensaje estaba dado.

Otro ejemplo de cómo el gobierno se contradice. Los viajes interprovinciales (aéreos y terrestres) ya se reiniciaron; al principio se planteaba que, con el fin de evitar contagios, las unidades móviles deberían operar con el 50% de aforo, luego hubo una serie de protestas por parte del sector empresarial, diciendo que no era posible y toda la cosa, y optaron por aprobar aforo al 100% (claro, eso no aplica a combis y autos que hacen rutas cortas, paradójico ¿no?). Entonces ahora se viaja pegados el uno del otro; quienes viajan, llenan una declaración jurada indicando no tener COVID-19, pero, nadie garantiza que, quienes la firman, están diciendo la verdad. En esa misma línea, de qué te sirve mantener tu metro y medio de distancia en todo el proceso previo a abordar la unidad, si, durante todo el viaje vas a estar al lado de gente que ni conoces.

El gobierno nos dice que las reuniones sociales están prohibidas, para evitar aglomeraciones, pero, al mismo tiempo, el sistema de pago de sus bonos es ineficientes; y entonces, hay una situación que se repite; gente a la que se le programó sus pagos, haciendo largas colas en las afueras de los bancos, muchas veces incluso, como pasa en Moyobamba, la cola de un banco se cruza con la de la otra, los sistemas colapsan, hay poco personal atendiendo y todo se vuelve un caos.

En esa misma línea, de qué le sirve al gobierno prohibirnos las reuniones sociales si nuestras autoridades andan inaugurando obras, organizando reuniones de coordinación y otros; actos en donde hay mucha gente, en algunas ocasiones incluso sin respetar el distanciamiento social, ni mucho menos usando las mascarillas. Recientemente se ha aprobado que a partir del presente mes las iglesias abran sus puertas para el desarrollo de sus cultos, con aforo limitado, sí, pero, ya sabemos que lo del aforo es muy cuestionable. Y ojo, el premier Martos, ya ha indicado en reiteradas ocasiones que las actividades económicas ligadas al entretenimiento (cines, bares, night clubs, discotecas, teatros…) se estarían reactivando antes de fin de año. Esto sin considerar que hay pedidos porque el aforo de los centros comerciales pase del 50% (permitido actualmente) al 60%, con motivos de fin de año.

El gobierno nos dice que no debemos jugar pichangas con los patas del barrio, “no seas cómplice” nos sentencia; pero, es este mismo gobierno el que autorizó se reinicie los partidos de la Copa Perú (la profesional) en sus dos etapas; así como los partidos de la selección peruana, en este camino rumbo a QATAR 2022; y ojo, que Mónica Delta, ha revelado que hay un pedido por parte de la Federación Peruana de Fútbol, para que en el encuentro de noviembre se permita el ingreso de máximo 5 000 (cinco mil) hinchas, a la sede del estadio nacional.

Es cierto que, a nivel mundial, somos el cuarto país con alto número de contagios, pese a todas las medidas que el gobierno ha implementado; pero, también es cierto que la responsabilidad no es sólo y únicamente de la ciudadanía, sino que es colectiva (ello incluye a las autoridades).  

No bajemos la guardia, sigamos cuidándonos.

Simplemente KAJOVEPI

sábado, 24 de octubre de 2020

Árbitro comprado

 Sí, volvimos a las canchas...

Apreciados(as) lectores, luego de casi un mes de silencio y no por cuarentenas pues ya no hay, sino por un desánimo total; no sé si a ustedes les pasó, pero, llega un momento en el que uno simplemente no tiene ganas de nada, de absolutamente nada, las ideas y los equipos están allí pero simplemente tu no quieres mover ni un solo dedo. Ahora, vuelvo a mi teclado con la intención de entregar a ustedes, lo mejor de mis críticas personales.

Pero, antes, debo reconocer que esta labor de escribir de manera continua; de expresar y desnudar lo que piensas y sientes, no es tan fácil como se piensa o se lee. Quiero reconocer a aquellos y aquellas que, a diario toman sus equipos y van detrás de esa noticia; la foto adecuada, la entrevista precisa, la redacción que enamore y enganche; son habilidades que pocos poseen y que muchos critican.

Durante este tiempo, como lo dije al principio, he tenido el material necesario y suficiente como para escribir más de una columna (o calumnia, como dicen algunos de mis agrios seguidores). De pronto se me ocurrió escribir cuestionado el proceso de vacancia a Vizcarra pero, no era posible dedicar un espacio a algo tan manoseado; quise también saludar el 98 aniversario de mi iglesia evangélica (quizás así logre congraciarme con mis líderes) pero, ya eso lo haré luego; tenía intenciones de escribir sobre el mal manejo del comercio ambulatorio en nuestra ciudad pero, es probable que por ello me llegue una carta notarial (igual lo voy hacer); en fin, varios temas pero, ninguno me llamaba la atención.

Sin embargo, llegó a mi escritorio la imperiosa necesidad, de fijar mis ojos, pensamientos y dedos (para teclear) sobre un tema que, pese a todo lo que pasa, no deja de ser candente; sí, aunque no me agrade la idea, escribiré algo de fútbol.

Bueno, Perú, mejor dicho, la selección peruana de fútbol “profesional”, inició su campaña rumbo a QATAR 2022. Con un equipo casi nuevo en su totalidad, salvo algunos jugadores “experimentados” en torneos mundiales (a las justas participaron en uno, ¡Jah!), pretenden, ganarse un cupo en tan famoso torneo.

Como bien sabemos, estos dos primeros encuentros no le fueron favorables a la selección; pero, hay un detalle y es que “en teoría”, en el encuentro ante Brasil, el árbitro principal del mismo, fue tan arbitrario e imparcial, que, a decir de la hinchada ardida, parecía ser un jugador más de Brasil. Las decisiones que tomó, la forma en que dirigió el encuentro, un VAR que no funciona (de hecho, deslegitimiza los partidos), un jugador que más parece actor de la “Rosa de Guadalupe”; ponen sobre la mesa y justifican aquellas observaciones y mentadas de madre de la hinchada peruana.

Este encuentro, como todos, sí que ha levantado pasiones; de pronto, hemos leído a un buen grupo de la población que ha expresado toda su indignación en redes; que le ha exigido a la “delincuencia peruana” hacerse cargo del árbitro comprado ese; que ha hecho cadenas de recolección de firmas (que tuvo una respuesta inmediata) para exigir a la misma FIFA suspendan a tan mal elemento (como si la FIFA no estaría lleno de corruptos); que ha usado tiktoks y otras redes para decirle de todo a dicho sujeto, a su madre y hasta a su abuelita; que ha obligado a la PNP brindar resguardo especial a dicho sujeto, a fin de que no vulneren su integridad física; y que hasta ahora, pese a que el partido se jugó hace más de una semana, seguimos molestos y tocando el tema (al tan punto que me obligaron a escribir sobre ello).

¿Estará bien reaccionar así? ¿Estará bien expresar nuestra indignación, al punto tal de exigir dañen a otro sujeto? Podemos afirmar que no lo debo tomar tan literal, que es sólo un decir, pero, entre broma y broma la verdad se asoma. Por otro lado, vuelvo a preguntarme lo mismo ¿por qué no tenemos el mismo grado de indignación cuando suceden cosas que de verdad nos afecta?

Miren, acaban de mandar al archivo la ratificación de una Acuerdo que protegía nuestras tierras, nuestra Amazonía y los defensores de la misma ¿alguien dijo algo?; a diario se reportan desapariciones de mujeres adolescentes, muchas de esas adolescentes terminan siendo víctimas de trata ¿alguien hizo una recolección de firmas?; hay toda una discusión sobre la legalidad del aborto ¿discutimos al respecto?; una mujer acaba de denunciar que fue violada por 5 sujetos (de hecho que hay más casos) pero ¿alguien expreso su solidaridad con la víctima?.

La selección peruana de futbol tiene dos opciones; o bien este bochornoso encuentro los minimiza a tal punto que ya no tengan ganas de jugar ni de llegar al mundial, o bien les da la motivación necesaria para salir a las canchas y demostrar, que, pese a las circunstancias adversas, ellos pueden ser mejores y se merecen un cupo en el mundial.

Por otro lado, la ciudadanía peruana también tiene dos opciones; o bien seguimos desgastando energías en cosas superfluas, o bien reaccionamos y vigilamos porque nuestra sociedad, sea cada día más llevadera, digna, solidaria e inclusiva.  

Simplemente KAJOVEPI


martes, 8 de septiembre de 2020

Abran las iglesias

Cuando el término "sujeción" no aparece en nuestro diccionario

Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así proceden recibirán castigo. (Romanos 13:1-2; NVI)

Hace ya un poco más de un mes, el hermano (por ahora llamémosle así) Christian Rosas (sí, el mismo que se opone a la implementación de políticas de género en nuestro país, sobre todo en el sector educación), cuestionó una intervención policial que se realizara en un centro campestre en Chosica.

Según la nota periodística, los más de 300 intervenidos, miembros todos de una comunidad evangélica, venían celebrando un acto litúrgico; durante la reunión se pudo observar que los/las asistentes no usaban mascarillas, ni protectores faciales y mucho menos respetaban el distanciamiento social (protocolos para evitar el contagio y propagación de la COVID-19); a esto se suma que, dentro del grupo, no sólo estaban adultos sino también niños (que son considerado población de alto riesgo)[i].

Una de las cosas que debemos tener en claro es que, de momento, este tipo de reuniones en donde existe un alto número de asistentes están prohibidas, porque, efectivamente, se convierte en un foco de infección de la COVID-19; y lo que menos se quiere en este momento, es que dicho virus se siga propagando.

Pero, lo que no está prohibido es ejercicio de tu fe; es decir, se nos ha prohibido congregar en un espacio físico (porque el contexto lo amerita); pero, seguimos libres de poder seguir predicando el evangelio (transmisiones virtuales), de tener reuniones (los de casa) para tener un momento de culto, de seguir profesando y defendiendo tu fe.

Sin embargo, para el criterio de Christian Rosas, esta intervención ha vulnerado y atropellado el derecho a culto. En función de ello, ha salido a algunos medios a exigir que se autorice la reapertura de los templos evangélicos, textualmente ha afirmado lo siguiente: Si ya se permite la aglomeración social con medidas de bioseguridad en las farmacias, bancos o supermercados, por qué no se permiten en las iglesias. La prerrogativa de elegir qué es o no esencial, no es del Estado, es del ciudadano[ii]

A raíz de esas declaraciones, otras personalidades también han salido a exigir lo mismo, la reapertura de las iglesias, hasta hace poco lo hizo Cecilia Chacón a través de su cuenta en Twitter le ha pedido al Arzobispo de Lima, Carlos Castillo, exigir al gobierno se autorice la apertura de los templos católicos. Podría incluso afirmar, sin pecar de exagerado, que existen comunidades evangélicas que, pese a todo, se siguen reuniendo pues, en sus comunidades “el virus aún no ha llegado”. 

A nivel internacional, para ser específicos, en Estados Unidos; Jhon MacArthur (principal líder evangélico, reconocido a nivel mundial) ha abierto las puertas de su templo y no existen restricciones para su ingreso (no hay mascarillas, no hay límite de edad, ni distancia, ni se toma la temperatura); una decisión que va en contra de lo que las autoridades de su condado han indicado y por la cual estaría afrontando millonarios juicios. “Obedeceremos a Dios antes que a los hombres”[iii] es lo que ha indicado, al ser consultado por su decisión tan irresponsable.

Es cierto que ya no aguantamos más encierro; es cierto que ya estamos desesperados por volver a vernos; pero, también es cierto, e insistiré en ello, las condiciones no nos dan la garantía para ello.

Lo que me preocupa de todos estos “actos de rebeldía a las autoridades” y de “obediencia a Dios”; no sólo es la repercusión en el mundo cristiano y en otros grupos; me preocupa que luego, por ejemplo, cuando ya se de la orden de vacunarnos, dichos personajes salgan a decir (ya lo están haciendo) que eso es el sello de la bestia y que no debemos vacunarnos. Entonces, una vez más no sólo iremos contra las autoridades, sino que además se pondrá en riesgo a un grupo de ciudadanos y ciudadanas; y todo eso, en aprovechamiento de su fe.   

Probablemente de ellos han utilizado el púlpito para llamar la atención a algún miembro o grupo de miembros desobedientes a sus órdenes, y los han exhortado con el pasaje que inicia esta nota; lo curioso es que cuando a ellos les toca, se olvidan que nuestras autoridades, han sido puestas por Dios.  

Simplemente KAJOVEPI


miércoles, 19 de agosto de 2020

Gobierno incapaz

 La responsabilidad es compartida. 

Tendencias en el gobierno corporativo" | Antonio Núñez Martín

No es la primera vez que escuché esta frase y tampoco será la última; siempre la oiré, siempre escucharé a alguien o a un grupo en particular, tildar al Gobierno de incapaz y calificar al gobernante de turno como un inepto, traidor y corrupto.

Es cierto que, en más de una ocasión, esos calificativos a nuestras autoridades les calzan perfectamente; pero, también es cierto que en otras ocasiones les queda chico; y, creo que, en pocas ocasiones, no se ajusta a la realidad, pues es todo lo contrario.

En estos tiempos, en donde las malas noticias son seguidas; en donde la información sobre esas malas decisiones, de parte de nuestras autoridades, se hacen más notorias; y en donde esas riñas políticas entre las autoridades y los diversos niveles y sectores del estado son, por demás, innecesarias; tildar de incapaz a nuestras autoridades, sinceramente, es poco.

Nuestra actual situación, que cada día empeora; no sólo nos llena de incertidumbre y desesperación, sino que también trae consigo una gran impotencia por no saber ¿qué más podemos hacer?, y no sólo en el sector salud, sino en todos los aspectos de nuestro andar diario: trabajo, bienestar familiar, alimentación, poder salir de casa (sin restricciones), bienestar social (poder visitar a los amigos y familia), entre otros; dejándonos con ello, las dos preguntas del millón ¿cuándo acabará todo esto? Y ¿seguirá la cuarentena?

Sin embargo, y sin ánimos de ser “abogado del diablo” o de querer contradecirme, es necesario reconocer (si somos conscientes, claro) que esta tormentosa e inestable situación, no sólo es responsabilidad de los gobernantes de turno; sino que también es responsabilidad nuestra, y, mientras no asumamos esa responsabilidad, con conciencia, salir de todo esto será lento y complicado.

El Estado, ¿tiene responsabilidad de nuestra situación?; claro que la tiene, y en gran medida. Basta con ver el desabastecimiento de medicinas en los hospitales, para darnos cuenta de ello; inoperancia en la respuesta rápida y oportuna a los/las pacientes COVID; existencia de trámites burocráticos para brindar o acceder a un determinado servicio; falta de dotación de elementos de protección al personal de primera línea; personal mal remunerado; hospitales mal construidos, con equipos inoperativos, defectuosos o desfasados; productos de años y años de abandono total al sector, así como de tremendos actos de corrupción, archivados en el marco de la impunidad.

Todo nuestro sistema de salud ha colapsado, y sigue colapsando, en tanto las cifras de contagio van en aumento. Ello, sumado a las malas decisiones gubernamentales que, bajo el so pretexto de reactivar la economía, y la flexibilización de las medidas de protección; no sólo han expuesto a la ciudadanía en general, al peligro latente; sino que, todo parece indicar que volveremos a la cuarentena.

Ahora, como ya lo indiqué anteriormente, y si hacemos un análisis consciente de nuestro actual estado, nos daremos cuenta que nosotros también tenemos responsabilidad en el mismo. Nuestros actos los demuestran; como el hecho de negarnos a usar correctamente las mascarillas; salir de casa a cada rato y sin motivo alguno; no respetar el distanciamiento social; realizar tardes de cumpleaños en casa; jugarnos una pichanguita o un partidito de vóley en la cancha del sector; visitarnos constantemente y así, más y más actos irresponsables que, no hacen otra cosa más que seguir agrietando más, nuestro colapso.

Quizás esta recomendación esté por demás y sea trillada, pero, cuídate y cuida a los tuyos, que, queremos volverlos a ver.

Simplemente KAJOVEPI

viernes, 7 de agosto de 2020

Webinars

Webinar: ¿Qué es y qué puede aportar a mi estrategia de ...

Hace un par de semanas, como parte de un proceso formativo que estoy llevando, nos encomendaron realizar un webinar de temática libre; la tarea parecía no ser tan compleja, básicamente teníamos que diseñar un banner, identificar el tema, a los expositores o expositoras, un público objetivo, la plataforma y ya, con eso era más que suficiente. Sin embargo, la organización del mismo, nos ha tomado, sin mayores exageraciones, un poco más de un mes ¿tan difícil ya pues es? parece que no, pero sí.     

Los webinars, que no son otra cosa más que una serie de exposiciones virtuales (tipo foro), se han convertido, para algunos, en el nuevo pasatiempo que ayuda a hacer frente al confinamiento. Y es que claro, si antes, para asistir a una exposición o curso en particular, tenías que pensar en fechas, pagos de inscripción, movilidad, hospedaje, alimentación (si era en otra ciudad, claro) y demás cosas; ahora, basta con que tengas una computadora de escritorio, laptop, tablet, celular, auriculares y una buena señal para que, con un solo clic, puedas acceder a esa charla de conocimientos y experiencias.

La tecnología nos permite contactarnos con gente de otro lado, sin la necesidad de realizar horas y horas de viaje (y todo lo que ello significa); pareciera que, en cierta medida la pandemia y su confinamiento, nos ha simplificado la vida, pues, ahora sólo es cuestión de homologar horarios con quienes expondrán y listo, lanzamos la publicación y a esperar el mayor número de conectados, para así, reflejar el éxito e impacto del mismo.

Ahora, si bien es cierto, participar en uno de los tantos webinars a disposición es fácil; debemos tener en consideración todo el tiempo y demás cosas que les tomó a quienes lo organizaron. En nuestro caso, por ejemplo, nos tomó un mes; primero, para poder conocer al grupo de trabajo (es decir, a quienes acompañarían en la organización del evento); luego, para identificar el tema (uno que sea del dominio de todo el grupo); después no tomó tiempo el identificar las herramientas tecnológicas a usar (formularios de inscripción, plataformas de difusión, salas de chats, diseños de banners y documentos en línea, entre otros); debíamos también, identificar el grupo objetivo, a quienes teníamos que enviar la invitación, asegurar su registro en los formularios de inscripción y, lo más importante, asegurar que se conecten, participen y se mantengan en línea (de manera activa) de principio a fin; y el mismo día del evento, teníamos que asegurarnos que todo está ok, la conexión, las presentaciones, los expositores, protegernos de hackers y boicoteadores, y todos esos detalles que, hacen posible, brindarte un buen servicio; sí que es agotador.   

Alguien por ahí me dijo, “se dice que webinar viene de hueveo, es decir, no haces nada y te dan tu certificado y ya eso te sirve para el cv o para lo que quieras”; después de todo lo descrito, creo que ese concepto debería ser desterrado y deberíamos optar no sólo por asistir al mayor número de eventos, sino por aprender de ellos, valorar el tiempo que estoy invirtiendo (como asistente), así como el tiempo que tomó organizarlo.

La tecnología nos está simplificando la vida, no la hagamos difícil y, tampoco la desperdiciemos. 

Simplemente KAJOVEPI


martes, 7 de julio de 2020

Chévere profe

Seguimos celebrando y reflexionando

Día del Maestro: frases con imágenes para dedicar a los profesores y  compartir en redes sociales | dibujos | poesía dibujos | Sticker | FOTOS |  Redes Sociales - La República

Esta pandemia, entre otras cosas, ha trasladado la escuela a nuestras casas; y, sin querer queriendo, ha hecho que los padres y las madres se conviertan en los auxiliares personalizados de cada hijo e hija. Sí, al principio hemos (porque lo hice) renegado sobre el sistema, la forma y la propuesta denominada Aprendo en Casa.

Aprendo en Casa es la estrategia del Ministerio de Educación que busca garantizar el derecho a la educación de más de 6 millones de estudiantes de las escuelas públicas. Propone la educación a distancia en el contexto del estado de aislamiento social decretado por el Gobierno para evitar la propagación del coronavirus (COVID-19), que impide las clases presenciales.[i]

La estrategia es buena e interesante, y se ha implementado a nivel mundial; sin embargo, hubo quienes se atrevieron a cuestionar la estrategia, se hizo carga montón contra los actores (y especial contra una actriz, Stephanie Orue), y, se revelaron (no sé que tan cierto es ello) astronómicas cifras que el Estado ha desembolsado a privados (televisoras, radios, actores, actrices y más) para que las clases sigan su rumbo.

Es cierto que la educación no puede ni debe parar; es cierto que sólo con la educación (de calidad) podemos llegar a cambiar nuestros sistemas, sociedad y vida; pero, ¿qué pasa cuándo el acceso a la misma no está garantizada? ¿qué pasa cuando quienes tienen la obligación de estudiar, no pueden hacerlo porque no tienen ni los medios, ni los recursos para ello?

Según el Decano del Colegio de Profesores, Helí Ocaña, “Solo el 28% de los hogares tienen internet, y no será posible una buena educación sin conectividad. La radio y televisión, siendo unidireccionales, no ayudan al desarrollo educativo sincrónico. Solo el 37.9% de alumnos de primaria y 71% de secundaria acceden al internet. Un 82% de la población de escuelas bilingües solo acceden a las clases por radio”.[ii]

Esa realidad nacional, se vuelve mucho más dura e indignante, conforme la vamos desagregando a nivel de regiones, provincias y distritos. Es, a su vez, una realidad común en los otros países de América Latina.

Frente a situaciones tan complicadas como estas, en la que los y las estudiantes no tienen internet o saldo en sus teléfonos o televisores o radios; hubo, esos héroes sin capa que pese a las prohibiciones de salir de casa y aun siendo conscientes de los riesgos a los que se exponían (y se exponen), decidieron salir de sus casas para, buscando la mejor estrategia alternativa, compartan las clases con sus pequeños y pequeñas.

Y entonces tenemos a un entusiasta Efraín Raymondi, profesor de quinto grado de primaria, que su iniciativa de convertir su sala en un salón de clases, ha logrado que el empresariado privado done una laptop a cada uno de sus alumnos y alumnas.

Tenemos a Gerson Ames, profesor huancavelicano, quien ha implentado su “educación a delivery”, a diario toma su pizarra acrílica, unos plumones, un parante y un parlante para hacer un recorrido diario de 4 horas, tiempo durante el cual, va a cada una de las casas de sus alumnos y alumnas y les dicta sus clases. Oscar Dávila, profesor de la región Cajamarca, hace lo mismo en la localidad de Chugur; a diario monta su caballo y va por sus alumnos y alumnas.

Pero, así como tenemos a buenos guerreros y guerreras; también tenemos a quienes hoy se han convertido en estrellas de luz, allá, en los cielos. A la fecha, según el Decano del Colegio de Profesores del Perú, hay cerca de 240 docentes fallecidos (y la cifra sigue creciendo).

Perder a los y las docentes, nos dolió, nos duele y nos seguirá doliendo; nos genera impotencia y otro tipo de sentimientos encontrados. Esa sensación de saber que un día estuvieron alegres en nuestras aulas, y, de pronto, se van sin darnos la oportunidad de decirles adiós; y sin poder ofrecerles ningún tipo de reconocimiento póstumo (porque el virus no nos permite, siquiera, darle un entierro digno).

Son momentos difíciles, sí, pero sabemos y estamos confiados, que el bullicio de las aulas, pronto volverán a retumbar en nuestros oídos. Feliz día.   

Simplemente KAJOVEPI


martes, 30 de junio de 2020

Aires de San Juan

Así se vive y celebra la Fiesta de San Juan en Moyobamba | Noticias |  Agencia Peruana de Noticias Andina

Uno de los temas un tanto controversiales durante la semana pasada, y que seguirá en estos días (al menos hasta el 30/06), está en relación con la interrogante de que si debíamos o no celebrar nuestra semana turística, y en especial San Juan.

Quizás, la mayor justificación para no celebrar hacía un llamado a: nuestras conciencias, nuestra sensibilidad, nuestro sentir y empatía para quienes están sufriendo, los improperios de esta enfermedad. No podemos, se decía, estar bailando la pandilla y comiendo nuestros juanes, mientras otros están llorando.

Se saluda y aplaude la preocupación, al tiempo en que aceptamos ese llamado de atención. Es cierto que todo está cambiando, y eso abarca también, a nuestra cultura, pues ella también está cambiando, ella también debe adaptarse a los nuevos estilos de vida; y, en ese caminar, hay ciertas costumbres que no podemos perderlas, que debemos seguir practicando, como símbolo de celebración y revaloración de lo nuestro, por muy contradictorio que ello parezca.

Este año, y a iniciativa de algunos colectivos privados quienes, en coordinación con la Municipalidad Provincial de Moyobamba, decidieron, en hora buena, celebrar nuestra 46 semana turística; celebración que, personalmente aplaudí, aunque fue un tanto rara.

Como era de esperarse, esta fue ciento por ciento virtual; las televisoras difundieron, en el horario habitual de la pandilla motivacional, grabaciones de los recorridos de los años anteriores, así como del baño bendito y de las famosas estampas, también es probable que la tarde del 30/06 lo que se transmita sea videos de los corsos pasados; los carros recolectores de basura, aprovecharon sus rutinarios recorridos, para alegrarnos con algo de música típica que salía de sus bocinas; las redes sociales se vieron invadidas con posteo de la pandilla challenge; la tarde del 23 de junio, toda la ciudad olía a juane (obviamente envuelto en hoja de bijao, contradiciendo así, a las indicaciones del MINEDU).

Lo celebramos, y lo seguimos celebrando (termina el 30/06) de una manera distinta; refugiados en nuestras casas, haciendo espacios en nuestras salas o huertas para pandillear un ratito; comiendo nuestros juanes y wawas (sea que nosotros mismos lo hayamos preparado o sea que lo hayamos pedido como delivery).

Aunque la celebración fue distinta, no faltó gente que puso sobre la mesa, esa vieja y absurda discusión por querer saber ¿en dónde es que se prepara el mejor y original juane?; aquí, meteré mi cuchara, porque quiero dar fin a esa discusión; sepa usted que el verdadero juane, el original, el moyobambino, también lleva huevo en su preparación (fin).

Como lo dije en su momento, celebrar, por muy contradictorio que parezca, no tiene nada de malo; y, ello no significa que seamos insensibles, insensatos y ajenos al dolor de otros; por el contrario, cuando pandilleamos, gritamos y nos alegramos junto a aquellos y aquellas que siguen luchando y que están venciendo; y, cuando nuestros pañuelos se levantan hacia el cielo, es para saludar a aquellos y aquellas que ya partieron.

…baila la pandilla, bailo yo también…

Simplemente KAJOVEPI


domingo, 21 de junio de 2020

Papi, tú eres fuerte, yo lo sé

En honor a aquellos que están batallando...


Feliz Día del Padre 2020!: Frases originales para felicitar a tu padre

Acabo de revisar el muro de las cuentas de Facebook de algunos de mis amigos(as) y demás contactos; en la mayoría de ellos, me he encontrado con emotivos saludos para sus padres, hijos, esposos o yernos; he navegado entre frases propias y simpáticas, y una que otra copia barata extraída del Google, acompañadas de las fotos más íntimas de los homenajeados. Pasa lo mismo cuando se revisa los estados de WhatsApp. Mensajes de ida y vuelta, todos con un solo objetivo, decir: Feliz Día Papá.

Estamos celebrando nuestro día, sí, pero, al igual que el día de la madre, lo volvemos a pasar en casa, aislados, sin la posibilidad de poder visitarnos y de poder abrazarnos; sin la posibilidad de poder compartir esa parrilla, ese café o esa chelita en tanto bailamos un cumbión.

Y tenemos como satisfacción, según nosotros, de que no tenemos ese maldito virus inserto en nuestro sistema inmunológico; meditando, creo yo, en lo que nos está sucediendo; renovando, al menos eso espero, nuestros compromisos porque esta nueva normalidad sea mejor a la que estamos dejando o de la que debimos emigrar hace mucho tiempo.

Lamentablemente, las realidades en algunas otras casas o familias son distintas; papá ya no está, papá se ha ido; y no, no se ha ido con otra familia, tampoco se ha ido de juerga, mi mucho menos de viaje sin nosotros.

Se ha ido porque se ha visto obligado a hacerlo, se fue en contra de su voluntad, el virus se lo llevó a una fría cama de un hospital, si acaso encontró una, y no lo podemos visitar. La situación no es nada fácil, todo es incierto, incluso los diagnósticos. 

Los médicos no nos dicen nada, se reservan su derecho al silencio, un silencio que es incomprensible pero que debe ser entendible. Hay quienes se apuestan en las afueras del hospital, porque quieren ver a papi salir triunfante de esa batalla; mientras tanto, hay otros que se recorren las calles de la ciudad para conseguir una cuantas medicinas y ese bendito(maldito) oxígeno medicinal, la desesperación es tal que incluso colocan sus anuncios en sus redes sociales y están dispuestos a pagar los caprichosos costos que los(as) nuevos(as) emprendedores les ponen a esos elementos.

Las puertas del hospital de abren, hay un nuevo soldado que ha vencido (aparentemente) esa batalla, sabemos que la batalla fue dura, pues lo vemos totalmente atrofiado; por un momento la emoción embarga a quienes están en la calle de espera y los obliga a aplaudir, creen que es papá, pero ese, ese no es papá.

Papá sigue adentro, batallando, aferrándose a la vida, no la quiere dejar, tiene muchos planes por delante, siente que la familia los necesita, y sí, lo necesitan, necesitan sus consejos, ocurrencias, su seriedad, su calor y color.

Esas puertas se volvieron a abrir, las noticias ahora no son buenas, un soldado ha caído, lo sabemos porque es la carroza funeraria la que se abre paso. Lloramos, el corazón se destroza; no sólo nos duele la muerte, duele también el hecho de que no podemos despedirlo como se merece; allá se va, sin la posibilidad de poder abrazar ese féretro.

Al inicio de esta pandemia, es probable que más de uno haya pensado que esa realidad que se describe en los párrafos anteriores, era una realidad bastante lejana, tan lejana que no merecía atención y mucho menos cuidado.

En estos últimos días, el departamento de San Martín ha tenido un repunte en casos COVID y en muertes por lo mismo; el alcalde de la provincia de San Martín ya indicó que su cementerio ha colapsado y no soporta más entierros.

Los médicos del Hospital de Moyobamba, nos han indicado que nuestra capacidad ha rebosado; y, los médicos del Hospital de Tarapoto han decidido que su hospital se convierta hospital de referencia COVID, ya no quieren esperar al de la Banda de Shilcayo, que, de momento, ya ha tenido tres fechas de entrega. En cada una de las provincias o zonas, la población, se ha organizado para exigir una planta de oxígeno en la ciudad.

La gente sigue reaccionando, en tanto nuestras autoridades, pese a tener (según ellos) familiares y amigos con la misma enfermedad, no hacen absolutamente NADA por mejorar las condiciones del sector salud y velar porque los servicios seas de calidad.

Han decidido abandonar a la ciudadanía a su suerte, nos llaman troles, inflan costos, direccionan compras, despilfarran el dinero; nunca estuvieron a la altura del cargo, y nunca lo estarán. ¡Incapaces!, eso es lo que son; insensibles, descarados, sinvergüenzas… (y la lista sigue). 

Hoy, día de fiesta, hay muchas familias que lloran la partida de ese ser; hay otras que a diario ruegan que no se vayan. Si ese no es tu caso, cuídate que es el mayor anhelo de tu padre.

Este café, se une al deseo de quienes todavía tienen viva la esperanza, y desde nuestro escritorio queremos decir a esos padres: -sabemos que son fuertes, los esperamos-

Simplemente KAJOVEPI