viernes, 21 de octubre de 2022

¿Cómo estás?



En estos últimos días (11 y 12 de octubre, para ser exactos), estuve con un grupo de docentes en un evento que pretendía darles soporte/contención emocional y que buscaba, de alguna u otra forma, no sólo enseñarles a cómo hacerlo con sus estudiantes, sino que, por sobre ello, hacer hincapié en que este tipo de actividades contribuye en gran manera a tener una buena salud mental.

Sí, una buena salud mental, algo de lo cual se ha hablado mucho desde que inició esto de la COVID y sus restricciones; y del cual, por mucho tiempo, hemos tenido abandonado. Pero ¿qué implica ello?, ¿salud mental?, ¿de qué hablas?, podrán preguntar varios de ustedes y créanme, yo también me he preguntado lo mismo en más de una ocasión. Y sí, reconozco que hasta ahora mantengo ciertas resistencias al tema, pero, aun así, asumo en mi conciencia de que, gozar de una buena salud mental es, tal vez, lo más importante para el desarrollo integral del ser humano.

Según algunas definiciones, Salud Mental, implica un estado de equilibrio que debe existir en la persona y su entorno sociocultural. Lo que en otras palabras podemos decir que se refiere a el bienestar emocional, psicológico y social de la persona, lo que obviamente va a determinar cómo es que maneja situaciones de estrés, su interrelación con otros y la toma de decisiones.

Aparentemente esto es como que muy fácil ¿no?, es decir, si estás bien, todo a tu alrededor estará bien y, si estás mal, todo a tu alrededor estará mal; pero, no es tan sencillo como parece ¿qué tanto nos cuesta “estar bien” ?, ¿qué implicancias tiene ello?, ¿cómo puedo saber cuándo estoy bien y cuando no?, ¿qué situaciones hacen que yo esté bien, y, qué situaciones me ponen a tope?; y claro, mientras las preguntas se van profundizando, seguiremos dándonos cuenta de que no, que no están fácil.

En estos talleres que les mencioné, la expositora principal nos decía algo interesante, “a ver, decía ella, les pregunto: ¿cómo están?” y claro, todo el auditorio (60 voces al unisonó) respondían “bien”; y luego decía “¿de verdad están bien?”; y desde allí empezaba la reflexión.

Su postura era clara, nosotros (en especial los peruanos) solemos responder así, “estoy bien”, todo, con el fin de evitar se nos haga más cuestionamientos; todo, con el fin de no dejar ahonden más en nuestros interiores, tal vez, porque el expresar lo que sentimos, no siempre será bueno (al menos eso nos enseñaron).

A diario, tenemos un número de situaciones/hechos, que nos pueden poner a tope; la rutina en el trabajo, los problemas en casa, las discusiones con la novia, la prepotencia de mi profesor de curso, el acoso de mi compañero de clases, la cuota vencida en el banco, insultos, gritos, golpes o la simple indiferencia… por mencionar algunas. El abandono emocional, es un hecho recurrente que hace que nuestra salud mental, no ande bien y, enfrentarse a ello, es decir, equilibrar nuestras emociones, cuesta.

No siempre debemos tener la cara sonriente de oreja a oreja. No siempre debemos andar riendo sin freno frente a cualquier situación. No siempre podemos andar escapando de nuestros miedos, de nuestras penas, de nuestras frustraciones. No siempre podemos estar “bien”.

Tenemos la opción y el derecho de estar mal, de renegar, de llorar, de gritar, de enojarnos, de frustrarnos, de caer… pues, toda esta negatividad, debe ser visto como una oportunidad, que nos va a ayudar a salir. A cambiar el rumbo, el foco. A tomar decisiones, las mejores tal vez. Eso es lo que algunos llaman resiliencia, que es la capacidad de respuesta frente a situaciones adversas.

En este espacio del que les hablaba, la expositora nos compartía las 4A del autocuidado, y ahora las quiero compartir contigo; por que sí, debemos aprender a cuidarnos, si no somos nosotros mismos, entonces ¿quién?

Frente a situaciones adversas primero hay que Autocalmarnos, medir nuestras emociones, ¿qué hago para poder calmarme cuando estoy enojado? Luego, debemos buscar Actividades que puedo hacer para relajarme. Posterior a ello, debo Autoobservarme, es decir, evaluarme, reflexionar sobre mis emociones, tomar conciencia del porqué de mi comportamiento. Finalmente, hay que buscar Ayuda, ya sea de un profesional o de un amigo, pero, no dejes de hacerlo.

Simplemente KAJOVEPI

miércoles, 12 de octubre de 2022

Bodas de hueso


La Iglesia Evangélica Presbiteriana de Moyobamba acaba de cumplir 100 años de vida congregacional, 100 años “predicando” el evangelio de múltiples formas, sembrando la semilla de la fe, esa que cuando fecunda en tu ser, te hace entender que necesitas ser transformado y que mereces una vida nueva.

Como ya lo han recordado propios y extraños, la historia de la iglesia se remonta a 1922 cuando dos misioneras, Annie Soper y Roda Gould, enfermeras ambas, aceptaron la invitación de venir a servir al Señor por estos lares. Más de una publicación nos indica que su viaje no fue el todo agradable, sus vidas ha corrido peligro en más de una ocasión; aún así, y con toda la estigmatización que existía de por medio, ellas siguieron adelante.

Ya instaladas en Moyobamba, empezaron a predicar el evangelio, pero, de una forma distinta a la que tradicionalmente conocemos; su predicación se basaba en hechos más que en discursos, identificaron la necesidad de la comunidad y, sobre esa necesidad y en función de sus dotes, empezaron a trabajar.

Sanaron enfermos, construyeron un hospital, tenían una escuela, establecieron un orfelinato; sus acciones te decían que un nuevo estilo de vida era posible, y que el amor de Dios no debe encerrarse en cuatro paredes, sino que debe transcender de ella. Que la preocupación no solo debe ser por las almas, sino que somos seres íntegros, en el sentido de que tenemos cuerpo, y por lo tanto la preocupación debe enfocarse en lo social, salud, educación… en pocas palabras, en el completo desarrollo del ser humano.

Hace como un mes, estuve participando de un conversatorio con diversos pastores, líderes y lideresas de algunas iglesias evangélicas de aquí de Moyobamba; frente a la pregunta de ¿qué pensamos sobre tener un estado laico? Escuché una reflexión que me pareció súper interesante, el pastor decía (parafraseando) <<…para ganarnos a las personas, tenemos que hacer labor social y eso hemos perdido de vista (…) la iglesia debe servir a los demás y de paso predicamos el evangelio…>>

¿Saben? Lo que decía este pastor es totalmente cierto; durante mucho tiempo he visto a predicadores, pastores, misioneros, iglesias enteras que, creen que evangelizar implica tomar un micrófono, subir lo más que se pueda el volumen y gritar tontería y media; o creen que porque “hablan en lenguas” (a veces no son más que inventos) ya están sembrando la semilla; o creen que el salir casa por casa, repartiendo biblias, folletos reflexivos y recitando de memorias convenidas citas bíblicas, ya es acercar el reino de Dios. Y no, la predicación del evangelio es más que eso.

La Iglesia Evangélica Presbiteriana de Moyobamba, acaba de cumplir sus “Bodas de hueso”, que significa que es duradero, que es fuerte, que se mantiene vigente pese a todo, que tiene historia. Y esa historia ha tenido sus épocas de primavera y de invierno, sus altibajos, como decimos, y así como hemos tenido administraciones rescatables y respetables, también hemos tenido administraciones desastrosas que espero, no se repitan.

Sobre mi paso por la iglesia, le diré, y no lo voy a negar, que en varias ocasiones, he sentido, como lo decía este pastor, que hemos perdido la mirada social; en otras ocasiones he sentido que el interés era sólo y únicamente monetario pues primaba ver estrategias para aumentar las arcas; o que de pronto, sólo interesaba el número de “convertidos” y bautizados por año; y en los peores casos, he visto un máximo interés por querer tener poder, al punto tal que planificaban estrategias para aferrarse a ello. Pero, también he visto pequeñas luces de esperanza en medio de tanto caos, también he visto acción social, desprendimiento, atención al necesitado, humildad.

Hoy por hoy, una nueva administración ha tomado posesión de la iglesia, esto a raíz de una crisis gubernamental, llena de una serie de cuestionamientos que, esperamos puedan absolverse en el más breve plazo, por el bien no sólo de la iglesia, sino de la comunidad en general. Que sea Dios, el Dios en quien confiamos y quien no ha abandonado a su iglesia en todo este tiempo, la principal guía, en su diario caminar.

Simplemente KAJOVEPI