En estos últimos días (11 y 12 de octubre, para ser exactos), estuve con un grupo de docentes en un evento que pretendía darles soporte/contención emocional y que buscaba, de alguna u otra forma, no sólo enseñarles a cómo hacerlo con sus estudiantes, sino que, por sobre ello, hacer hincapié en que este tipo de actividades contribuye en gran manera a tener una buena salud mental.
Sí, una buena salud mental, algo
de lo cual se ha hablado mucho desde que inició esto de la COVID y sus
restricciones; y del cual, por mucho tiempo, hemos tenido abandonado. Pero ¿qué
implica ello?, ¿salud mental?, ¿de qué hablas?, podrán preguntar varios de
ustedes y créanme, yo también me he preguntado lo mismo en más de una ocasión.
Y sí, reconozco que hasta ahora mantengo ciertas resistencias al tema, pero,
aun así, asumo en mi conciencia de que, gozar de una buena salud mental es, tal
vez, lo más importante para el desarrollo integral del ser humano.
Según algunas definiciones,
Salud Mental, implica un estado de equilibrio que debe existir en la persona y
su entorno sociocultural. Lo que en otras palabras podemos decir que se refiere
a el bienestar emocional, psicológico y social de la persona, lo que obviamente
va a determinar cómo es que maneja situaciones de estrés, su interrelación con
otros y la toma de decisiones.
Aparentemente esto es como que
muy fácil ¿no?, es decir, si estás bien, todo a tu alrededor estará bien y, si
estás mal, todo a tu alrededor estará mal; pero, no es tan sencillo como parece
¿qué tanto nos cuesta “estar bien” ?, ¿qué implicancias tiene ello?, ¿cómo
puedo saber cuándo estoy bien y cuando no?, ¿qué situaciones hacen que yo esté
bien, y, qué situaciones me ponen a tope?; y claro, mientras las preguntas se
van profundizando, seguiremos dándonos cuenta de que no, que no están fácil.
En estos talleres que les
mencioné, la expositora principal nos decía algo interesante, “a ver, decía
ella, les pregunto: ¿cómo están?” y claro, todo el auditorio (60 voces al
unisonó) respondían “bien”; y luego decía “¿de verdad están bien?”; y desde
allí empezaba la reflexión.
Su postura era clara, nosotros
(en especial los peruanos) solemos responder así, “estoy bien”, todo, con el
fin de evitar se nos haga más cuestionamientos; todo, con el fin de no dejar
ahonden más en nuestros interiores, tal vez, porque el expresar lo que
sentimos, no siempre será bueno (al menos eso nos enseñaron).
A diario, tenemos un número de
situaciones/hechos, que nos pueden poner a tope; la rutina en el trabajo, los
problemas en casa, las discusiones con la novia, la prepotencia de mi profesor
de curso, el acoso de mi compañero de clases, la cuota vencida en el banco,
insultos, gritos, golpes o la simple indiferencia… por mencionar algunas. El
abandono emocional, es un hecho recurrente que hace que nuestra salud mental,
no ande bien y, enfrentarse a ello, es decir, equilibrar nuestras emociones,
cuesta.
No siempre debemos tener la cara
sonriente de oreja a oreja. No siempre debemos andar riendo sin freno frente a
cualquier situación. No siempre podemos andar escapando de nuestros miedos, de
nuestras penas, de nuestras frustraciones. No siempre podemos estar “bien”.
Tenemos la opción y el derecho
de estar mal, de renegar, de llorar, de gritar, de enojarnos, de frustrarnos,
de caer… pues, toda esta negatividad, debe ser visto como una oportunidad, que
nos va a ayudar a salir. A cambiar el rumbo, el foco. A tomar decisiones, las
mejores tal vez. Eso es lo que algunos llaman resiliencia, que es la capacidad
de respuesta frente a situaciones adversas.
En este espacio del que les
hablaba, la expositora nos compartía las 4A del autocuidado, y ahora las
quiero compartir contigo; por que sí, debemos aprender a cuidarnos, si no somos
nosotros mismos, entonces ¿quién?
Frente a situaciones adversas
primero hay que Autocalmarnos, medir nuestras emociones, ¿qué hago para
poder calmarme cuando estoy enojado? Luego, debemos buscar Actividades
que puedo hacer para relajarme. Posterior a ello, debo Autoobservarme,
es decir, evaluarme, reflexionar sobre mis emociones, tomar conciencia del
porqué de mi comportamiento. Finalmente, hay que buscar Ayuda, ya sea de
un profesional o de un amigo, pero, no dejes de hacerlo.
Simplemente KAJOVEPI
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