Según algunos entendidos, estos
días deben ser de reflexión pues, el “descubrimiento” y la posterior “fundación
española” de Moyobamba, por don Juan Pérez de Guevara, allá por el año de 1540,
lejos de significar un hecho sin precedentes e históricos que nos deba llenar
de orgullo, significaba, para los residentes de ese entonces, años llenos de
dolor, persecuciones, invasiones y violaciones de cuantos derechos existían, en
tal sentido, el 25 de julio de cada año, no debe ser un día de celebración sino
de memoria.
Sin embargo, existe en el
pensamiento popular esta manía, tradición, costumbre (o la etiqueta que quieras
darle), de que el 25 de julio debe ser una fecha jubilar, fecha en la que
debemos “tirar” la casa por la ventana, gastar todo el presupuesto posible y
celebrar a lo grande pues, el hecho de haber sido “fundados” por los españoles
hace 482 años, no sólo exalta nuestro estatus quo, sino que, además, es algo
por el cual debemos sentirnos orgullosos.
Durante estos últimos días, en
el marco de la “celebración” de estos 482 años de fundación, la Municipalidad
Provincial de Moyobamba ha promovido una serie de actividades, algunas un tanto
comunes y otras un poco fuera de serie, nunca antes vista, quizás, con el fin
de “reactivar la economía”, quizás con el fin de “ejecutar presupuestos
retrasados de los años 2020 y 2021, en donde no era posible desarrollar
actividades similares”, tal vez con la intención, al menos de parte del alcalde,
Gastelo Huamán Chinchay, de poder darse un “baño de popularidad” para así poder
despedirse de su triste gobierno, pero, de que han levantado polémica y hasta
manifestaciones burdas, las ha levantado.
Por ejemplo, se ha criticado
hasta el cansancio la intención de querer desarrollar un campeonato de fútbol
de eliminación simple, “Mundialito Moyocho 2022”; primero, se observó el monto
destinado para premiar al primer puesto, ocho mil soles, monto superior a los
destinado a los ganadores de los concursos de pandilla; y claro el reclamo iba
en ese lado “esto es una cachetada a nuestra pandilla, nuestro patrimonio
cultural, eso es no respetar nuestras tradiciones” decían ciertas voces.
Luego, la crítica ha ido por la
sede del evento, pues inicialmente se pensaba desarrollarlo en la Plaza de
Armas, “están profanando nuestra plaza, nuestro centro histórico, un lugar
cargado de cultura, de historia, centro de ejecuciones memorables, como el de
don Pedro Pascasio Noriega”, decían otros cuantos, en tanto convocaban a un
plantón en las afueras del municipio para, de esa forma, evitar tal atropello.
Obvio, el municipio “sintió” la presión y optó por cambiar, a última hora, la
sede e ir al estadio del IPD.
“¿Dónde están los castillos?”, preguntaba la gente cuando el
24 de julio, asistió a la plaza y no encontró los famosos y “tradicionales”
juegos artificiales; esa fue, una serenata con son, pero sin ton. “¿Cómo es
posible que no se haya contratado baños portátiles, sino que se hayan hecho
letrinas acordonadas con mantas negras y de puerta un trozo de plástico, en la
principal fiesta popular de Moyobamba?”, eran las críticas de quienes
vieron las fotos de los horrorosos baños, si acaso se le puede llamar así, y
cómo es que estos quedaron, luego de la fiesta de Armonía 10.
Y una de las cosas que yo
siempre he dicho es ¿qué de todas las cosas o actividades que ha organizado
esta gestión, ha salido bien?, pues nada, absolutamente nada; Gastelo nos ha
demostrado, por enésima vez, que no sólo no sabe administrar una provincia, sino
que, además, no tiene el más mínimo respeto por ella y menos por sus electores;
se ha burlado descaradamente en nuestras caras y ha ostentando enormes gastos
que, nada provechoso nos ha traído pero, no lo hizo solo, sus regidores, que
ahora ya quieren lavarse las manos haciéndose los inocentes, fueron parte de
todo esta catástrofe al no hacer una buena labor fiscalizadora, esto sin contar
a los gerente que lo han acompañado.
Sin embargo es también necesario
hacer un mea culpa como ciudadanía, nosotros mismos, muchas veces, hemos
defraudado a nuestra ciudad; hemos criticado el mundialito, al mismo tiempo en
que hemos registrado a nuestro equipo; hemos defendido la plaza, para que no
sea profanada por un balón pero, la hemos llenado de gente en las dos noches de
serenata, dejándola más que sucia; nos hemos asqueado con las fotos de los
baños pero, eso no fue impedimento para ir a la fiesta y menos para dejar todo
hecho un chiquero.
De nada nos va a servir seguir
celebrando, con orgullo, nuestro aniversario de fundación, si no logramos
entender, por todos los medios que el cumplir años significa madurar; que el
hacernos viejos es sinónimo de crecimiento, de cambio, de progreso, y eso,
lamentablemente, no lo vemos; no solo es culpa de la autoridad, es también
culpa nuestra.
Mientras nuestro interés por
aportar al desarrollo de Moyobamba, no se vea reflejado en nuestros actos;
seguiremos siendo esos huachafos que se escandalizan de hechos burdos pero que,
frente a necesidades reales y más urgentes, nos hacemos los sordos, los ciegos
y los mudos.
Simplemente KAJOVEPI
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