lunes, 11 de junio de 2018

Volveremos al mundial


<<… al mundial, al mundial, volveremos al mundial…>>

Es la letra de una de las canciones que se ha estado escuchando regularmente en los últimos días; y es que claro, cómo no colocar esa canción en todas las radios y cantarla a voz en cuello, si Perú por fin vuelve a un mundial, después de 36 largos años de espera.  

Está por demás decir que, en lo personal, la idea de que Perú esté o no en un mundial no me atrae; es más, soy de aquellas personas que, durante las últimas eliminatorias (Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018) ha creído ciegamente que Perú no clasificaba; en las tres primeras ediciones, mis predicciones han sido acertadas pero, en ésta última fallé; sin embargo, sigo estando convencido que, el ingreso de Perú a Rusia 2018, fue gracias a terceros y no a esfuerzos propios (me refiero a las tablas de posiciones).

Esta fiebre ha despertado un sinnúmero de sentimientos en la población; el mayor de ellos, creo que fue el de “la esperanza”, esa que dicen que es lo último que se pierde y, que cuando ya la estábamos por perder, de pronto la noche de un 15 de noviembre de 2017, sin la necesidad de contar con la presencia de Paolo Guerrero, ganaron su pase a Rusia 2018.

Pero así como ha despertado sentimientos, casi perdidos; ha despertado también un sinnúmero de mañoserías, que, pese a ser evidentes, nos hacemos los ciegos pues, importa más hacer una cobertura especial por el reintegro de Paolo Guerrero a la selección, que cubrir la marcha de cientos de manifestantes que exigen, con justa razón, el cierre del Congreso de la República.

Tenemos serios problemas de corrupción, una corrupción que está tan pero tan institucionalizada que, identificarla es difícil; recientemente han condenado al alcalde de Soritor (Josué Jara) y a un regidor de la comuna Moyobambina (Eliseo Rojas) por el delito de colusión en agravio del Estado, pese a tener las pruebas existentes, hay quienes todavía creen que son inocentes. Tenemos, un hospital que inicialmente nos iba a costar algo de 90 millones de soles y sería entregado en 2 años (como máximo), sin embargo tras varias ampliaciones y luego de 6 años (en que todavía no lo culminan) ese hospital ya está costando casi el doble de su presupuesto inicial. Tenemos un mercado central de Moyobamba, cuya construcción es para llorar; otra obra con ampliaciones y retrasos en su entrega, dejando mal parada a Moyobamba, ad portas de su 44 Semana Turística; los reclamos que se hace por ello, no reciben la misma acogida y tampoco tienen el mismo eco que un simple gol de Guerrero ante Arabia Saudita.

Hace poco murió Eyvi Ágreda, mujer que un mes atrás fue quemada por un tipejo que, no soportaba el hecho de que ella no lo quiera; Ágreda no soportó las operaciones ni el dolor y se fue, quizás fue lo mejor (en el sentido de que no sufra más) pero ¿qué de éste agresor?. Otro tipejo decidió acabar con la vida de sus dos hijos y con la de él mismo, todo porque su expareja ya no quería estar con él. Una fiscal, acaba de liberar a dos sujetos confesos de la violación a una compañera de trabajo, bajo el pretexto de que, pese a ser confesos el delito no se dio en su jurisdicción. Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, cerca de 14 000 mujeres, menores de edad, fueron violadas en los últimos 6 años. Tenemos a un Gallese, a quien han tenido que denunciar para que asuma su responsabilidad paternal; y pues, como era de esperarse, aparecieron un sinnúmero de hinchas ardidos y molestos contra la denunciante, insultándola y diciéndole desde la “A hasta la Z”, que ¿cómo es posible que le quieran joder el mundial?, que ¿por qué no se espera hasta que vuelva?, que ¿por qué la denuncia sale recién?; en cambio yo, me atrevería a preguntar a Gallese, ¿por qué espero la denuncia?, total “quien no la debe, no la teme”, dice el conocido refrán. A diario, muchas madres viven angustiadas por ¿qué les podrá a sus hijas, cuando están fuera de casa?; muchas mujeres viven atemorizadas porque sienten que en cualquier momento sus pareja les podría propinar una golpiza que las deje muertas; muchas mujeres andan correteando por las calles, escapando los silbidos y piropos acosadores, de quienes dicen resaltar sus belleza; así viven muchas mujeres. Sus llantos y reclamos no nos sensibiliza pero, sí somos capaces de unirnos llanto, dolor y sufrimiento de doña Peta, porque su hijo fue suspendido por la FIFA.

Tenemos regiones enteras que merecen ser atendidas, los índices de pobreza han incrementado; los de anemia en menores de 5 años, ni que hablar; tenemos la reconstrucción del norte, que no hay cuando avance. Frente a ello, tenemos a un Congreso que se gasta nuestro dinero en comprar máquinas de cómputo sobrevaloradas (que nos les va a servir, porque no son para sus necesidades); que gastan miles de soles en televisores y frigobares; que gasta miles de soles en rosas importadas, como si fueran a participar “Festival de las Rosas” (evento que se realiza todos los 01 de enero en Estados Unidos) y que pretende gastar otros miles de soles en la adquisición de tablets para cada congresista, bajo el pseudo pretexto de que quieren ahorrar papel. Muchos se indignaron por ello, quizás por la presión de la ciudadanía; presión que siento que a veces se apaga, sobre todo cuando de despedir a la selección se trata.

No es que esté en contra del mundial, mucho menos de la selección; aunque si me preguntan sobre el score de la primera ronda, fiel a mi estilo anti futbolístico diré, que Perú sólo hará un debut y despedida; puede que me equivoque, total ya me equivoqué con la predicción de que a Rusia no irían. Sin embargo, insisto que hay cosas muchos más importantes, que estar pendientes de un balón de fútbol.

Simplemente KAJOVEPI

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