lunes, 12 de marzo de 2018

De Vuelta a Clases


Estando próximos al inicio del año escolar 2018, me imagino que más de uno ya se ha preparado para el 12 de marzo, fecha en la que oficialmente inician las clases en las instituciones educativas públicas a nivel nacional; estoy seguro que a estas alturas del partido, los/las docentes ya tienen preparado al menos su primera unidad didáctica; supongo yo, que incluso ya tienen bien pintaditas sus aulas y que los mobiliarios ni les faltan ni les sobran; quiero suponer también, que los directores ya tienen el personal docente completo y que ya no es necesario ir a cada rato a la UGEL para estar pidiendo un nuevo docente; imagino que aquellas instituciones educativas, cuya infraestructura no da para más y se han declarado inhabitables ya se encuentran en optimas ocasiones; estando en época de lluvia, imagino también que ya se han tomado las previsiones del caso para evitar inundaciones; quiero suponer que las discusiones de estos días, dentro las instituciones educativas, no están relacionadas con el color de uniforme que usaran los/las docentes durante el año lectivo, sino que más bien están enfocadas a ¿Cómo le daremos la bienvenida a nuestros/as alumnos/as? ¿Todos los/las estudiantes han rectificado su matrícula a tiempo? ¿Nuestra institución educativa, está operativa para el presente año escolar? ¿Ya hemos recibido todos los materiales educativos por parte del MINEDU?

Otra de las cosas que quiero suponer, en cuanto a padres/madres o tutores se refiere es que: imagino yo, que a estas alturas del partido ya tenemos el uniforme de nuestros hijos(as), es cierto que hay quienes compraran nuevos uniformes (ya sea porque el anterior está viejo, descosturado o porque se cambió de color de uniforme); creo que para estos días, ya contamos con los zapatos, zapatillas, sandalias y chancletas para la escuela; imagino que para estos días, nuestros hijos e hijas ya tienen siquiera un cuadernito cuadriculado de cincuenta hojas (ese de los más baratitos), junto a su lápiz amarillo, su borrador de dos colores y su tajador “chanca puntas”; es más que probable que el domingo 11 de marzo y los días siguientes, tanto el modernísimo mercado central de Moyobamba, así como las librerías, zapaterías, sastrerías, renovadoras de calzados y peluquerías estarán alborotadas de gente que, no sólo quiere que les atiendan rápido, sino que adicional a ello son un tanto “espesos” con las condiciones específicas de: el tipo de cuaderno, la marca de los lapiceros o folders, el tipo de corte de cabello y otras cosas más. Nuestro parque automotor, a partir del lunes experimentará un cambio radical (como todos los años) y vivirá en carne propia todo ese estrés que genera el primer día de clases.

Llegar a esta fecha y a estas condiciones, no es nada fácil; imagínese Usted que todo esto se viene planificando (en parte) desde diciembre el año pasado y (los retoques finales) desde el 02 de marzo del presente año. Y se planifica en todos los niveles, la dirección de cada Institución Educativa con sus docentes; los especialistas de educación con sus UGEL’s o DRE; y los padres/madres o tutores de familia con su, no tan amada pero necesaria, APAFA.

Sobre las APAFAS’s, como todos los años, se ha dicho mucho y se ha hecho poco; el problema con las mismas, radica al momento en que la persona responsable de matricular al estudiante se dirige a la Institución Educativa y, entonces confunde el “pago por derecho de socio”, que corresponde a la APAFA, como un requisito para “matricular” a su hijo, y entonces salen las denuncias de que “se está condicionando la matrícula de el/la menor” “que cómo es posible que se cobre APAFA si la matrícula es gratuita” “que ¿Qué harán las APAFAS con ese dinero?” “que todos los años, las juntas directivas “se chifán” el dinero”…

Es muy probable que más de uno de ustedes, haya escuchado un comentario como este; incluso es probable que hasta lo hayan comentado al borde de un café; es cierto que hubo APAFAS e incluso ahora las hay que, en efecto, se “chifán” los aportes de sus asociados, sobrevalorando gastos ejecutados; es cierto que varios tesoreros o presidentes de éstas APAFAS se han “desaparecido” con el dinero sin dar explicación alguna; entonces este tipo de antecedentes no hacen otra cosa más que dejarnos mal, a aquellas APAFAS que trabajan con total transparencia.

Una cosa que debemos aclarar es que, la educación es GRATUITA y SIN CONDICIONES, vale decir que no existe vinculación alguna entre el pago por derecho de asociado y el proceso de matrícula del estudiante. En pocas palabras, si Usted va a una Institución Educativa a matricular a su hijo/a y le dicen, le exigen, que primero debe pagar una determinada cuota; Usted tiene todo el derecho de negarse y hacer la denuncia correspondiente. Ahora bien, si bien es cierto que para hacer efectiva la matrícula del estudiante no es necesario hacer un “pago previo”, sin embargo no debemos olvidar que tenemos ciertos compromisos que cumplir; el pago por “derecho de asociado” es el principal, este pago es, según la APAFA correspondiente, un pago único durante el año y, la cuota establecida es la que se debatió en la última asamblea general del año anterior; sí, en esa asamblea a la que no fuiste porque tuviste pereza o la que fuiste pero que no prestaste atención y aprobaste cualquier cosa.

Durante estos meses, se ha destapado toda una discusión sobre si se debe o no aportar a la APAFA y, obviamente han salido justificaciones de ambas partes; la justificación “más resaltante” (por así decirlo) es que, cuando con la Constitución Política y las Leyes Peruanas dicen que la Educación es Gratuita, entonces el ESTADO está en la obligación de garantizar esa gratuidad; más allá de lo que las normas establecen, valdría la pena preguntarnos ¿Garantiza la Gratuidad?; sólo para mencionar unos ejemplos:
  • El Estado exige que toda la información de los estudiantes, debe ser ingresada al SIGAE; así como otro tipo de información que deben ser subidas rutinariamente a sistemas online, sistemas que requieren de acceso a internet pero, no les da internet.
  • El Estado exige que las instituciones educativas estén en óptimas condiciones para recibir a sus alumnos/as (pintado, limpio, ordenado, decorado, con las instalaciones eléctricas y sanitarias bien instaladas…) pero, no les da la pintura, no pagan las refracciones de esas instalaciones, no paga los gastos que se hacen para “decorar” los ambientes.
  • El Estado exige que cada institución educativa debe contar con sus extintores, zonas seguras señalizadas pero, no les da ni los extintores y en caso los tenga no los recarga y tampoco les da las señalizaciones.

Es cierto que existe un fondo para gastos de “mantenimiento” que año a año se destina a cada Institución Educativa sin embargo; debemos saber que dicho monto no cubre todos los gastos y que además vienen con partidas específicas (destinar tan sólo un sol, para algo que no está especificado en la partida, ya es sinónimo de malversación de fondos).

Lejos de querer defender o hundir a las APAFAS, mi intención en esta ocasión es que pensemos un poco en dos puntos importantes, Primero: la educación ¿Es un tema de agenda pública para el Estado? Segundo ¿Qué tan comprometidos estamos con la educación de nuestros hijos e hijas?

Simplemente KAJOVEPI

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