sábado, 9 de diciembre de 2017

Es Hombre Pues

En el transcurso de ésta semana se difundió una nota sobre un presunto “intento de violación” contra una señorita por parte de su profesor de la universidad; luego de la difusión de la nota periodística hubieron muchos comentarios sobre lo acontecido,  lo cual no debe ser extraño, sin embargo, la mayoría de dichos comentarios, lejos de “defender” o en todo caso respaldar la denuncia de la posible víctima, fueron para cuestionar algunas de las acciones y/o decisiones que ella tomó, previo a encontrarse con ésta situación.

Un poco para hacer memoria del caso, resulta que la señorita, a quien llamaremos Lupita, es estudiante de la Universidad César Vallejo – sede Moyobamba, pues bien, por diversas razones, Lupita desaprobó uno de sus cursos, entonces creyó que conversando con su profesor podía solucionar el problema, de manera que fue con él y le dijo que quería salvar el curso, el profesor, lejos de recordarle los procedimientos administrativos para éste tipo de casos, invitó a Lupita a comer en un restaurante cerca, ya estando en el restaurante el profesor pidió unas cuantas cervezas (para “amenizar la conversa”), y luego de comer y estando los dos bebidos, Lupita seguía insistiendo en querer recuperar el curso; el profesor propone a Lupita ir a su habitación; Lupita, lejos de rechazar la invitación (quizás por miedo, por ingenua, por maliciosa, por desesperada, por la razón que fuese) decidió ir con él; ya estando en la habitación, el profesor intenta abusar sexualmente de ella (eso dice la nota periodística, la misma que se rescata de una denuncia policial); cuando el profesor reacciona sobre su accionar, decide cambiar la situación y propone a Lupita ser enamorados, ella sale de la habitación, va y cuenta lo sucedido a sus padres y estos la acompañan a hacer la denuncia correspondiente. 

Como dije al inicio de éste artículo, cuando la nota salió en los medios, muchos de los cibernautas (por no decir el 90%) cuestionó el accionar de Lupita, pues en resumidas cuentas decían: “Ella tiene la culpa / si aceptó ir al cuarto del profe, ya sabía a lo que iba / Por qué pues no estudia / Eso queriendo ha ido / Nadie la obligó a ir a su habitación / Aquí hay chantaje / ¿Cómo puede ser violación si ella primero lo permitió y luego se desanimó? / Está mintiendo / Tiene 18 años, ya es mayor de edad, no es una niña como y para que la engañen...”

Para ser sinceros, no es novedad que éste tipo de comentarios salgan a flote, cuando de casos de violación se trata, ya que por lo general siempre se va a cuestionar a la víctima (Lupita) y a solapar la actitud del victimario (el profesor); es más, el victimario hasta podría afirmar que todo fue consentido, todo con el fin de seguir humillando a la víctima; porque, por muy mayor de edad que sea o por muy niña, ella es una víctima y él su victimario; ella es la que merece protección y él merece sanción.

Sin embargo, lo que llamó mi atención fue el comentario de una amiga y promoción del instituto, ella inició sus comentarios preguntándome ¿cuáles eran los pasos a seguir para recuperar un curso desaprobado?, luego de mi respuesta, ella, en cierta medida justificó la actitud del profesor, en pocas palabras decía que: si éste hizo lo que hizo, fue porque ella se lo permitió; que si éste llegó a ese nivel, fue porque ella se fue a buscarlo; y que finalmente lo entendamos, total “es hombre”, cuando hizo esa conclusión, no lo podía creer ¿será posible que nosotros los hombres, por el sólo hecho de ser “hombres”, tenemos carta blanca para dar rienda suelta a nuestros deseos más carnales? ¿Será posible que nosotros los hombres, por el sólo hecho de ser “hombres”, podemos andar por las calles libremente acosando a cuanta mujer pase por nuestro lado? ¿Será posible que nosotros los hombres, por el sólo hecho de ser “hombres”, podemos tomar a cuanta mujer creamos conveniente y hacer con ellas lo que queramos? ¿Será posible que nosotros los hombres, por el sólo hecho de ser “hombres” podemos hacer todas esas cosas? ¿Quién nos ha dado el poder, para tomar decisiones sobre el cuerpo de otra persona (sea hombre o mujer)? ¿Es posible que, en algún momento determinado de nuestras vidas, aprendamos a entender que un NO es un NO? Este caso, como los otros que existen, no pueden solucionarse con ésta frase “es hombre” ¿y eso qué?; por sobre ésta premisa (es hombre), está la premisa de que somos SUJETOS DE DERECHOS (seas hombre o mujer).  

En éste caso en particular, es cierto que existe una responsabilidad compartida ¿en qué sentido? En Lupita por no esforzarse en sus estudios (aunque ciertas circunstancias nos llevan a éstas otras –desaprobar un curso-), su responsabilidad también recae por querer “arreglar” el curso con una conversación con su profesor, ya que para ello existen medios que la misma universidad, o cualquier otro centro de estudios, te ofrece; es cierto que ella no debió haber aceptado esa invitación, menos la cerveza y menos ir a su habitación, porque éstas actitudes sólo rompen los niveles de relación “docente-alumno”; sin embargo, y aún ella haya querido inicialmente (lea bien esto), aún ella haya querido “solucionar de esa manera su nota” (es decir acostándose con su profesor); aún en esa circunstancia, si a último momento desiste y ya no quiere, pero es forzada a hacerlo o se intenta hacerlo; aún en esa circunstancia, ella seguirá siendo la víctima, puesto que se abolió su decisión.

En el caso de “el profesor” su responsabilidad es aún mayor ¿Acaso no sabe que por muy amigos que pueda ser con sus alumnos(as) siempre debe existir una relación de respeto? ¿Acaso no le hubiese sido más fácil, recordarle (a Lupita, frente a su propuesta de conversar), que existen los medios que la universidad ofrece? ¿Acaso era necesario invitarle a comer, beber y a su habitación para “ver una posibilidad de solucionar la nota”? ¿Qué nivel de ética y profesionalismo se demuestra con éste accionar? ¿Qué estamos enseñando a nuestros alumnos? ¿Qué todo es “sobornable”? ¿Por qué le fue, bastante simple, invitarla a comer, beber y a su habitación? Es más, yo me atrevería a preguntar ¿Será la primera vez que se encontró con éste tipo de situaciones? Y si no fue la primera vez ¿Cómo las solucionó las veces anteriores?

Si bien es cierto que: toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario y por lo tanto no podemos adelantar juicios; sin embargo, esta ocasión se está haciendo la valuación sobre, una denuncia policial y un testimonio real (desde el punto de vista de la víctima); es una valuación sobre un caso en particular; pero, que muestra reacciones muy comunes frente a situaciones similares. Entiéndase que la valuación que se está haciendo es sobre “el reaccionar de la población”.

Éste artículo lo único que ha buscado hacer, es cuestionar la actitud de quienes nos prestemos a opinar sobre la situación; no está en nuestras manos dar un veredicto final (de hecho aquí no se hizo ello) ya que de ello es responsable la justicia, luego de todo un proceso de investigación; pero, si está en nuestra en nuestras manos el ¿Cómo reaccionamos frente a situaciones similares? ¿De qué lado estás?


Simplemente KAJOVEPI

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