En esta ocasión, y en el marco
de la celebración de una fecha tan especial, como es el Día del Padre, quiero atreverme a hacer una especie de análisis de
algunas películas que, según mi criterio, son ideales para la fecha; puesto que
son películas que nos narran historias de padres que, sin ser héroes de comics
y sin tener poderes mágicos, se han
convertido en héroes para esos hijos e hijas, que los acompañan y por
quienes estuvieron dispuestos a todo.
Imagino pues que más de uno de
ustedes logró ver esa película en dónde Eugenio Derbes es protagonista, sí, esa
que se llama No se Aceptan Devoluciones;
una película con una tremenda carga emocional. La película inicia con un tipo
(Valentín) que era un sujeto que vivía la vida loca, quien supuestamente no
trabajaba pero que tenía los fondos suficientes para vivir de juerga en juerga;
un tipo que se acostaba con cuanta mujer sea posible y, que lograba hacer todo
ello, debido a “sus encantos”. Sin embargo, un día, una mujer llega a su
apartamento, cargando una bebé en brazos, luego de un intercambio de palabras,
Valentín se entera que dicha bebe es “su hija”, obviamente él no lo cree;
pretende devolverla, esquivar esa responsabilidad, visualiza los cambios que se
generaran en su estilo de vida y decide que lo mejor es que no puede quedarse
con la niña, así que enrumba a los Estados Unidos, país de origen de la madre,
para devolvérsela pero, luego de varias anécdotas, se la queda; el resto de la
historia es bastante linda y tierna; Valentín tiene que enfrentarse a
diferentes situaciones, algunas cotidianas y otras emocionales.
Esta película nos puede recordar
a esos sujetos que, cuando se enteran
que serán padres ven la forma de negarlo, ven la forma de correr de esa
responsabilidad, ven la forma de escapar de algo que no lo esperaron y ni
siquiera lo planificaron; pero que luego, cuando empieza ese contacto con ese
nuevo ser, todas esas ideas se desvanecen y, nacen aquellas que te motivan a
hacer hasta lo imposible por ver a tus hijos(as) felices. En la película,
Maggie, hija de Valentín, lamentablemente muere debido a un mal congénito;
Valentín era consciente de ello y buscaba que Maggie tenga una calidad de vida,
más allá de lo económico (que es superficial) Valentín buscaba que Maggie nunca
deje de sonreír, que crea siempre en los sueños y que la imaginación no tenga
límites.
¿Qué pasaría si de pronto
secuestran a tu hija? ¿Qué pasaría si te la arrancan de ti, para destinarla al comercio sexual? ¿Te
quedarías con los brazos cruzados?, sospecho que no ¿verdad? En la película Búsqueda Implacable podemos ver ese
caso. Kim, la protagonista, es captada por una red de Trata de Personas; Bryan,
su padre, al enterarse de la situación, inicia todo un proceso de investigación
sobre el particular. En estos últimos meses he visto un sinnúmero de anuncios
de niñas y adolescentes desaparecidas; mujeres que por lo general han sido
captadas por alguna red de Trata de Personas y que al final terminan siendo
comercializadas en cualquier bar de alguna remota ciudad o pueblo; niñas a
quien captaron, en su mayoría de veces, a través de las redes sociales, en
donde les ofrecieron el oro y el moro, pero que lo único que buscan es un
beneficio personal y económico, a costa de ellas. Bryan logra identificar a los
miembros de la red, logra salvar a algunas otras víctimas, identifica que en la
red está metidos toda clase de delincuentes, algunos de ellos incluso son
funcionarios del estado, y él (Bryan) está dispuesto a enfrentarse a todos
ellos con la intención de salvar a su hija; y tú ¿a qué te enfrentarías por tu
hijo(a)?
En definitiva, nuestros hijos e
hijas, siempre serán el motor y motivo
de nuestras vidas; siempre serán esa razón por la cual nos despertamos a diario
para salir y buscar la forma de darles lo que se merecen; aunque, valgan
verdades, así como hay hijxs desagradecidxs también hay padres que, es
preferible no llamarles así pues, no se
lo merecen.
Ser padre,
no sólo es estar allí como figura o pasarle la pensión (en caso de separación),
ser padre es algo más que ello; es darlo todo por el todo; es asumir, con
responsabilidad, una nueva y bella aventura, en donde caeremos, quizás, pues no
somos perfectos; ser padre, es darles un
hogar.
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