Recuerdo que cuando estaba en quinto de
secundaria, en el curso de comunicaciones, no habían dado como tarea armar una
serie de exposiciones sobre temas diversos, todos estos relacionados a medios
de comunicación. A uno de los grupos se le asignó que su exposición sea sobre
“la noticia”, como tema.
El grupo hizo una exposición prolija, no me voy
a quejar, hablaron sobre el concepto, qué significa, cómo es que esta se
difunde y cosas por el estilo; hasta ahí, todo bien. Sin embargo, en la rueda
de preguntas, posterior a la exposición, plantee una pregunta que hoy, 16 años
más tarde, me la vuelvo a plantear “¿quién determina o cómo es que se
determina que un determinado hecho, suceso, situación, etc., sea considerado
relevante para que adquiera la categorización de noticia? ¿de quién depende?”
El grupo solo me decía que “la noticia se da” y
que se “comunica cualquier situación relevante”, y en parte esta respuesta es
cierto, pero, mi interrogante no iba por ese lado; entonces insistí y puse el
siguiente ejemplo: “imaginemos que hoy, el dueño de un medio de comunicación
“x” (radio, televisión, prensa), al momento de despertarse se cayó de la cama y
ese incidente le provocó moretones en el cuerpo, ese, les decía, es un hecho o
suceso del día; si tomamos el concepto ligero de que cualquier suceso del día
puede convertirse en noticia, entonces el dueño de este medio podría exigir a
sus relatores o periodistas armen toda una nota informativa sobre ¿cómo es que
se cayó de la cama? y ¿cómo va su proceso de recuperación?; y ustedes me podrán
decir: -pero este no es un hecho relevante-, y yo les respondería: -quizás para
nosotros no, pero, bajo sus criterios puede que sí y como adicional a ello, es
dueño de un medio de comunicación, puede informar lo que a él le venga en gana-…”.
Cerrado el ejemplo mi pregunta seguía vigente y
se mantiene vigente hasta ahora, no porque no me hayan dado una respuesta en
ese momento, sino porque es necesario que tengamos bien claro, al menos esa es
mi definición, que: “es la coyuntura, es decir el contexto sobre el cual se
están desarrollando los hechos los que determinan el nivel de relevancia del
mismo [el hecho]; a esto, claramente, se puede sumar: el criterio de cada
periodista, la postura del medio de comunicación, la neutralidad, el tipo de
información (política, deportiva, social, farándula, policial, cotidiano…), la
fuente sobre la cual proviene dicha información y otros factores”.
Durante los últimos días, se ha hablado mucho
sobre la postura que los medios de comunicación han tomado en este proceso
electoral y en particular en la segunda vuelta; se ha criticado hasta el
cansancio como es que algunos medios, lejos de ser imparciales, como
corresponde, se han inclinado hacia un partido en particular; y, aparentemente,
han vendido su credibilidad a intereses económicos; tirando a la borda el
prestigio de sus medios, sus programas y sobre todo su equipo humano.
Lo curioso es que este hecho no sólo se ha
evidenciado en los medios nacionales, sino que también se ha evidenciado a
nivel local, haciendo la salvedad que, en lo local, no tanto han sido los
medios los que se han hipotecado, sino algunos periodistas y comunicadores
sociales; puede que la hipoteca de ellos, en comparación con los medios
nacionales, no esté ligado a beneficios monetarios, sino que responde más a
criterios personales y a su conciencia.
¿Cómo es posible, por ejemplo, que, durante la
semana pasada, luego de que el señor Fernando Olivera haga público unos audios
en las que se escucha al señor Vladimiro Montesinos coordinar posibles sobornos
para voltear los resultados electorales, a favor de la candidata Keiko Fujimori,
y luego de que los hechos ocurridos a nivel del Jurando Nacional de Elecciones
coincidan con lo que allí se dice; ningún medio de comunicación nacional, salvo
algunos programas así como programas independientes, haya hecho eco al
respecto, sino que por el contrario se insista en la idea del fraude?.
¿Qué tanta libertad están teniendo los y las
periodistas para hacer bien su trabajo de informar con la verdad de manera
clara y oportuna? Creo que quién ha sido el mejor ejemplo del nivel de
incomodidad sobre el actual contexto informativo ha sido la periodista Mávila
Huertas y sus diversos rostros de desconcierto y descontento; y no es para
menos, ninguno de nosotros podría sentirse tranquilo, sabiendo que lo que se
está diciendo en televisión es falso y sólo se hace por un interés en
particular.
Se está manipulando la información de una
manera tan descarada que, ese séquito de noticias falsas nos está generando inestabilidad
social y, como lo dije en otra columna, ello trae consigo inestabilidad
política y económica, afectando así a la sociedad, pero, en particular, a las
poblaciones más vulnerables.
Hace poco, en un conversatorio “privado”, se
nos decía que los dueños de los medios, al saber del nivel de influencia que
los mismos tienen sobre la población, lejos de optar por brindan información
certera han optado por mercantilizar (negociar) sus líneas editoriales (la
información) a favor del mejor postor, por eso que de pronto, noticias que
deberían ser relevantes no lo son.
Es muy probable que este circo informativo
continúe, pero, dependerá de ustedes si logran que la función acabe ya y para
ello, es necesario recurrir a fuentes informativas alternas, que existen
muchas, pero, también es necesario que nosotros mismos tengamos criterio al
momento de elegir y difundir determinada información.
Simplemente KAJOVEPI
No hay comentarios:
Publicar un comentario