- ¿nada menos? -
Es una de las frases que usamos
con mayor frecuencia, al momento de concretar la mayoría de nuestras
transacciones monetarias, y, se busca con ella, que quien nos ofrece el
producto nos haga una “pequeña rebaja” al precio establecido; y la usamos en
todo momento, ya sea cuando vamos de compras al mercado, cuando contratamos un
servicio, cuando andamos buscando un mueble para la casa o un terreno en dónde
construiremos una; es una frase que está tan presente en nuestro vocabulario
cotidiano que, no nos es pesado pronunciarlo. Pero, lo curioso de la frase, es
que la solemos usar cuando vemos que sí existe esa posibilidad de rebaja y, nos
olvidamos de ella, cuando vemos que, o no existe la posibilidad, o solicitarla
no está dentro de las opciones.
Por ejemplo, vas al mercado y decides
comprar yuca y, el vendedor te la ofrece a dos soles el kilo, ves el producto,
compruebas que es fresco, lo manoseas y todo y, decides comprar unos 3 kilos, pero,
antes de pedir, siempre preguntas por el ¿nada menos?; el vendedor, que
no quiere perder al cliente y que probablemente seas el único que se acerque,
en todo ese día, a hacerle consumo, accede a darte una rebaja y listo, al
parecer, todos salen ganando; claro, eso es lo que tú crees pero, en realidad,
el vendedor perdió 0.50 centavos por kilo que te vendió.
Sin embargo, cuando vas al súper y, decides hacer la misma compra, vas y buscas tu yuca por todo lado, la encuentras, sabes que no es fresca, sabes que no puedes manosearla (porque quizás hasta esté empaquetada) y, oh sorpresa, el costo de la misma es de tres soles el kilo; ¿qué pasa?, no dices nada, no reclamas, no pides esa rebaja, no mencionas la famosa frase y, accedes a pagar, así callado y sin chitar, el precio establecido.
De pronto, se me ocurre
preguntarme ¿cómo es posible que a algunos sí podemos pagarle el precio que
pide y a otros les exigimos rebajas? ¿cómo podemos ser justos con algunos y con
otros no? ¿qué diferencia hay entre ambos si es el mismo producto? Como lo dije
al inicio, lo usamos en la mayoría de transacciones monetarias, pero no en
todas; somos conscientes de que, si vamos a la boutique de una amiga, sí
podemos pedirle nos haga un descuento por la prenda que estamos comprando, y si
la pedimos, es porque sabemos que no nos lo negaran, pero, si vamos a una
boutique de una marca prestigiosa no lo hacemos y, si queremos un
producto más barato, entonces vamos a la sección ofertas.
Otro de los temas curiosos,
sobre la frase en cuestión, es que estamos acostumbrados a ejecutarla, es
decir, a hacer esa pregunta; pero, no nos agrada la idea cuando nos lo
preguntan; cuando ofrezco un producto (sea un bien o un servicio) y el
consumidor viene por el mismo y nos dice ¿nada menos?, entonces de
inmediato respondemos, -no, no es posible, ese es su precio-. Y claro,
cada uno es consciente del esfuerzo que le ha puesto a ello (al producto), cada
uno es consciente de los costos de producción del mismo y, por lo tanto,
ofrecer rebajas, es hasta imposible.
Ya que, en el post anterior,
hablé sobre los propósitos para el 2020, considero que uno de esos
propósitos, bien podría ser el ser justos al momento de efectuar una compra;
evita pedir descuentos, y, valora el trabajo de los demás.
interesante, pero también está el otro lado de la moneda, quien quiere aprovecharse del cliente y lamentablemente pone un precio excesivamente caro (sin ser un "centro comercial")
ResponderEliminar