Bueno, ésta
semana tenía en mente poder escribir sobre un hecho lamentable que me ocurrió
el sábado pasado, no se preocupen que lo haré el sábado siguiente pero, dadas
las circunstancias, y en vista de que todo quién (incluido los ateos del
fútbol, como en mi caso) está hablando de la NO participación de Paolo Guerrero en el mundial de fútbol de Rusia
2018; pues me subiré a ese bus, pero no para ir a Rusia sino para dar mi
opinión sobre el hecho.
Resulta que
el lunes 14 de mayo, estaba en una reunión de la oficina donde laboro y de
pronto se me ocurrió “chequear” las últimas noticias del Facebook, entonces lo
vi, era un dato casi casi curioso e increíble: “Paolo se pierde el mundial” decía el titular de la nota; un click
rápido al link y, en efecto, la nota informativa aseguraba que el famoso TAS
había solicitado la ampliación de su pena a 14 meses, de los 09 ya cumplidos,
quedando así fuera del mundial. En un pequeño receso de dos minutos, que nos
concedieron, se me ocurrió darles la “mala y lamentable noticia”; uno de mis
compañeros, periodista él, dijo que era una noticia falsa, que sólo era una
especulación porque en la página de la FIFA había un titular de “14 meses” pero
no había referencia de ¿por qué el titular?, por mi parte le insistía en que
ello ya era un hecho y él insistía en que era una simple “especulación” y que
estaban tergiversando la noticia y de que “eso no se hace en periodismo”,
sentenció.
Entonces
regresé a casa, un tanto aliviado porque pensé que ese día no se hablaría de
fútbol; sin embargo, muchas veces nuestros malos pensamientos nos hacen malas
jugadas… y pues, aquella supuesta especulación terminó siendo un dato
confirmadísimo por todos los involucrados en el mundo futbolístico, incluido
por el mismo “Guerrero” que un par de horas después publicó un video con sus
apreciaciones sobre el fallo de la TAS y echándole la culpa a la Federación
Peruana de Fútbol, a la FIFA, al Swissotel, al mozo que le sirvió el té, a
Maradona, a Putín (presidente de Rusia), al portero de la Videna, al asistente
de Gareca e incluso al camarógrafo que lo estaba filmando en ese momento,
Guerrero le echó la culpa a todos, pero no se hizo un mea culpa. La noticia no
fue tan grave que digamos, al menos para mí, total que un jugador vaya o no
vaya a un mundial de fútbol, ni le suma ni le resta, igual se va a desarrollar.
Lo grave vino
después; se generó una serie de debates en todos los niveles y espacios sobre
si la decisión de la TAS fue o no la más justa, sobre si Paolo debería o no ir
al mundial, sobre ahora quién lo va a reemplazar, si Pizarro debe o no
prepararse para ir al mundial, sobre si el mozo era o no un “traidor a la
patria”, sobre si se debe o no saquear al Swissotel (sí señores, unos cuantos
ineptos lo pedían), sobre si aún existen posibilidades de que Paolo vaya a
Rusia (claro, si quiere ir de paseo puede ir cuando él quiera), sobre que hay
que “juntar firmas” para pedir una amnistía, sobre lo que dijo la madre de
Paolo tras conocer el fallo, sobre el acto sarcástico de Magaly Medina, y luego
sobre su despido de Frecuencia Latina por no darle “el interés que la noticia
merece” y cosas por el estilo.
Me atrevo a
preguntarme, y a preguntarles a ustedes (que a estas alturas ya no deben tener
hígado) ¿Es posible que nuestro Perú, que sus problemas, que sus porvenires,
dependan de un jugador? Al día siguiente, martes 15 de mayo, la cosa fue más
grave; Paolo Guerrero llegaba a Perú y entonces toda una cobertura especial,
con comentaristas especializados, desde el aeropuerto internacional Jorge
Chávez; medidas de seguridad para su recepción, policías al resguardo, hinchas
en cantidad alentando su arribo, resguardo policial al bendito Swissotel (por
la amenaza de saqueo) en fin toda una disparata por un simple jugador. Mientras
miraba todo este espectáculo me preguntaba ¿Y la gente que se quejaba por
gastos innecesarios? Ojo, aquí se estaba destinando policías, camarógrafos,
seguridad y otros que, traducidos a horas hombre, hay fondos de por medio, y
muchos de esos fondos, en el caso del pago a los policías, salen de nuestros
impuestos (impuestos que por cierto, aprovechando esta cortina de humo, los
quieren subir) ¿Para qué? Para un gasto innecesario y nadie se quejó.
Probablemente,
Paolo Guerrero sí debe ir al mundial, probablemente se lo merezca, probablemente
la luchó y, pues el destino o en todo caso el mozo, pero más que el mozo el té
que se tomó, no le ayudaron en el asunto; y entonces ahora, lejos de andar
quejándose y lamentándose o victimizándose o pidiendo al Perú entero que se
“levanten” por su caso, debería más bien alentar a su selección, tanto él como
la hinchada debería entender que la selección no depende de él, que no fue
gracias a él que llegaron a Rusia 2018; que existe un equipo de por medio y que
este equipo tiene 11 jugadores, liderados por un capitán que,
independientemente de quién sea, debe asegurarse de tener la mejor jugada
estratégica para lograr buenos resultados.
Simplemente
KAJOVEPI
Teneis Razón.
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