miércoles, 31 de julio de 2019

Perú, ¿te amo?

Foto: Joel Vela

Se dice que dentro de los valses criollo que tenemos en nuestro repertorio, hay uno en particular que, al cantarlo, toca hasta lo más profundo de nuestro ser; esa es una de esas canciones famosísimas que, por lo general, es cantada en peñas, en los partidos de la selección peruana de fútbol; que incluso se ha usado para diversos comerciales, que varios cantantes lo interpretaron a su modo y que incluso, el ya fallecido, Alán García, lo usó como parte de su campaña presidencial. Sí, ese es el clásico “Contigo Perú”; canción que fue compuesta por Augusto Polo Campos, justo cuando Perú iría al mundial de fútbol Argentina 1978; Augusto, ha narrado en más de una ocasión, que fue el mismo Morales Bermúdez quien le pidió componga algo para la ocasión y que él (Augusto) al salir de palacio, se dirigió a un café frente al mismo, y fue allí en donde le vino la inspiración; luego de 15 minutos de tantas reflexiones, tomó una factura y, en la parte trasera, empezó a escribir las letras de tan significativa y emotiva canción.

¿Quién de nosotros no ha cantado o tarareado esa canción? ¿Quién de nosotros no lo ha disfrutado como es debido? ¿Quién de nosotros no ha tomado un par de traguitos con ella (ojo, de la canción estamos hablando)? Es más, ha sido el segundo himno que la hinchada entonó, en los partidos que la selección disputó en este último mundial de fútbol masculino. Estoy seguro que, todo nuestro patriotismo sale a flote cada vez que la entonamos, estoy seguro que más de uno de nosotros afirma que esta canción revive ese amor que siente por nuestra nación, incluso puedo afirmar que, por lo general, al terminar, siempre hemos cerrado con un ¡Te amo Perú, carajo! Pero ¿qué tanto amamos a nuestro país? ¿Cómo es que le demostramos el amor que le tenemos?

Quizás puedo yo decir, te amo Perú, en tanto que tiro mi basura a los ríos, total, como el agua corre y corre, la basura también va con él. Puede que otra forma de demostrar mi amor por el país, es talando la amazonia a diestra y siniestra, quizás porque pensamos que su verdor será eterno y porque los árboles crecen así porque sí, sin ningún tipo de cuidado o de control. Sí, te amo Perú, y te amo tanto, que no me atrevería a cambiar el tubo de escape de mi moto o de mi carro, porque aunque el humo que emite es más negro que la conciencia de algunos congresistas, lo importante es que tenga en qué movilizarme. Perú, te amo demasiado al punto tal que, cada vez que voy de compras al mercado, olvido llevar mi bolsa; pero como somos tan generosos, yo sé que mis caseros me darán una, sin ningún cobro adicional.

Foto: Hernán Oblitas
Perú, eres el país de mis amores, eres ese país por el cual yo daría mi vida, aunque elija a cualquier mamarracho como autoridad. Sí, yo te amo Perú, te amo de tal forma que estoy dispuesto a bajarle veinte solcitos al funcionario municipal para que me agilice un trámite; o al policía de tránsito para que no me ponga la multa por no llevar casco; o a mi amigo, el doctorcito, para que me firme un certificado médico. Perú, tu sabes que te amo ¿cierto? Tanto es así que crearé una empresa constructora para ganar las licitaciones municipales y luego darles su tajada a la autoridad (ganan muy poco para el cargo que tienen, y te daré una manito); aunque podría también crearme una empresa temporal, esas de las que aparecen sólo por un par de meses para una cuestión en particular; o podría también crearme una empresa fantasma, sí, fantasma como los compañeros de Yesenia Ponce.

Estoy convencido del amor que te tengo, y por eso evito pagarte impuestos, no porque no quiera, sino porque he visto que, como se destinan a la corrupción, el no pagarlos es una forma de no contribuir con ella; y es por esa misma razón en que no exijo comprobantes de pago frente a cualquier producto (bien o servicio) que adquiero, y cuando los pido, con tal de que el emisor pague más, las adultero. Sí mi Perú, sí te amo, y te amo tanto, que con tal de servirte en alguna institución estoy dispuesto a adulterar mis notas en mi certificado de estudios o, a mandarme a tipear otros certificados, para ello; y si eso no me resulta, bien puedo recurrir a la vara, tu sabes, pedirle a mi pata o a mi familiar, que me dé “una manita” en la convocatoria o que me pase las respuestas de los exámenes.

Estoy enamorado de mi país, que me gusta recorrer sus calles y carreteras; no importa si voy a más de 100 km/h, no importa si me adelanto en curva, no importa si no pago los peajes o me estaciono mal, no importa si no tengo la licencia respectiva o si mi vehículo no está autorizado o no cuenta con SOAT; ¿eso? Esas cosas son unas tonterías y no es necesario darle tanta importancia, lo que importa es que conozca mi Perú. Y si acaso visito algunos lugares turísticos y, por “olvido” dejo ahí mis desperdicios (basura) créeme que no lo hago por ser un irrespetuoso, no, lo hago porque hay que dar trabajo a la gente que limpia; y si se me ocurre alterar la infraestructura, créeme que lo hago por demostrar mis sentimientos, quien sabe y a lo mejor en una de esas pintas coloque TE AMO PERÚ.

Te amo Perú, al punto tal que estoy dispuesto a robarme la propiedad intelectual (escritos, poemas, fotos y otros) de mis compatriotas, no porque quiera evitar pagar alguna regalía, sino porque lo que importa es promocionar lo que ellxs hacen; a fin de que no se me acuse de ello, en esta ocasión y antes de cerrar ésta columna, quiero agradecer a Joel Vela y a Hernán Oblitas, por compartir estas fotos que hoy, acompañan la nota.

Es muy probable que todo este panorama, sea una pequeña parte de todo lo que realmente hay; pero también estoy convencido de que, de la misma forma en que existen falsos amantes, hay también quienes SÍ aman a su país y están dispuestos a hacer las cosas bien; y tú ¿Amas al Perú?.   

Simplemente KAJOVEPI

No hay comentarios:

Publicar un comentario