<<…le
dije yo al pintor, píntame la carita de la niña más bonita dentro de mi
corazón. Pinta, pinta, pinta su carita; sin esa carita hoy me muero yo…>>
Es tal vez
una de las letras más comunes o simples de recordar de don Elvis Crespo. La
verdad es que no tengo idea de ¿A quién dedicó esta canción? Y tampoco es que
la vaya a buscar. Pero, imagínese usted; la persona a quien va dedicada esa
canción, sería tan especial, a tal punto de que se ordene a un pintor x, que el
rostro de esa “niña” sea pintada en su corazón, una declaratoria de amor como
esas, ya no se escuchan en estos días.
Mi amor por
el arte, me ha convertido en un observador del mismo; no puedo decir que lo
práctico, porque en definitiva, no lo hago. De hecho, en mis clases de arte,
sólo cumplía con mi labor colegial y, aunque tengo un ligero daltonismo, hacía
mis cuadros abstractos (uno aún mantengo en el comedor de mi casa) y en otra
ocasión logré memorizar las partituras de “Historia de Amor”, que fue la única
canción que entoné en piano, en aquella época cuando en mi colegio se daban
recitales de gala de música clásica. Pasada mi época colegial, “el arte” y yo
nos divorciamos, y como lo dije líneas arriba, ahora sólo me he dedicado a ser
un observador del mismo; aunque dicen que el baile, también es arte, a mí me
encanta bailar pero soy consciente de que no lo hago tan profesionalmente como
y para atreverme a decir que soy un experto en la materia.
Considero que
“el arte” (pintura, danza, escultura, música…) no es otra cosa más que una
expresión de una “cultura” en particular. Durante mucho tiempo, he escuchado
decir a propios y extraños, que Moyobamba es “cuna de la cultura del oriente
peruano” y la verdad es que por muchos años, Moyobamba ha sido un referente, en
varios temas, para las demás poblaciones de la amazonia peruana. Pero ¿qué de
toda es “cultura” nos queda vigente aún? ¿Por qué éramos referentes? ¿Qué
significaba ser “cuna de cultura del oriente peruano”?
En estos
últimos años, la lucha por preservar “el arte”, en todas sus expresiones, ha
sido una lucha que se ha mantenido activa y que se despierta frente a cualquier
tipo de atentado contra el mismo. Recuerdo cuando, el en ese entonces Alcalde
de Moyobamba y hoy candidato a Gobernador Regional, Sr. Mardonio del Castillo;
bajo el pseudo pretexto de que quería prevenir “robos”, “violaciones” o
“accidentes” (porque “ya se habían reportado casos”) mandó a tapar el pequeño anfiteatro de la punta de
Tahuishco; anfiteatro que acababa de ser pintado por unos artistas
nacionales, que en medio de una iniciativa de muralización de las calles,
vinieron a Moyobamba y pintaron una hermosa orquídea dentro; orquídea que luego
fue cubierta por tierra, hormigón y cemento. Total, quitarle un espacio
cultural a un pueblo (ojo no contamos con algo similar en todo Moyobamba), era
una decisión meramente municipal y nadie podía objetarla pues “se estaba
haciendo un bien”.
En los
últimos años, hemos visto como nuestra hermosa ciudad se ha llenado de hermosos
murales, muchos de ellos pintados por artistas locales; algunos de esos murales
han sido financiados por el Municipio, la Dirección Desconcertada de Cultura,
Instituciones Privadas y empresarios; nuestra ciudad, poco a poco fue cobrando
vida y siendo más atractiva. Sin embargo, no todo quien aprecia “el arte” y, en
medio de decisiones incoherentes o incomprensibles, decide ir contra ellos y
atenta contra estos murales. Recordaran que hace algunos meses, una grupo de
activista pegó uno de sus afiches promocionales sobre parte de un mural; nos
levantamos, nos fastidiamos, reclamamos, ellos accedieron, quitaron su afiche y
repararon. Pero luego un centro de estudios y, un tercero fue quien quitó ese
afiche.
Ahora, en
pleno proceso electoral, en esta etapa en la que todos los candidatos están al
“gana – gana” y quieren ver la “mejor estrategia” para conseguir más votos han
optado por pegar sus horrorosas y pobres diseñadas gigantografías, sobre
algunos murales; la justificación más vaga que nos han podido dar, frente a
este atentado, es que lo están haciendo con el pleno permiso de los “dueños de
la casa”, o que “son las paredes de sus locales de campaña” o que “sólo será
por ésta época electoral”; no se dan cuenta que sus ansias por llegar al poder,
les hacen cometer hechos que lo único que demuestran es: su falta de interés
por una Moyobamba embellecida, su falta de amor por “el arte”, su falta de
consideración por el trabajo y esfuerzo de estos artistas.
¿Para qué
quieren llegar al poder? ¿Por qué tanto afán de que sus rostros se vea en cada
esquina? ¿Acaso no están convencidos de sus planes de gobierno? ¿Acaso dudan de
su capacidad comunicacional en sus mítines? y ¿qué nos dirán en sus cierres de
campaña? ¿Qué promocionaran el deporte, la cultura y el arte? ¿Qué
promocionaran espacios, en que los jóvenes se sentirán libres de expresar sus
ideas? ¿Qué estarán comprometidos con el desarrollo de nuestra ciudad?
Si dicen que
aman la tierra por la cual están postulando, demuéstrenlo y dejen de
destruirla, dejen de ensuciarla, dejen de pegar afiches horrorosos y opten por
embellecerla; quizás una nueva estrategia de campaña, puede ser promocionar
nuevos murales, en los que se refleje sus planes de gobierno.
Simplemente
KAJOVEPI