El pasado
martes 31 de octubre hubieron un sin número de celebraciones; hay quienes a
ritmo de guitarra y cajón celebraron “El Día de la Canción Criolla”; hay
quienes disfrazados salieron a las calles a pedir golosinas y celebrar así
“Halloween”; hay quienes decidieron ir a la iglesia y conmemorar los “500 Años
de la Reforma”; y hay quienes, colgándose de la celebración del “Día de la
Reforma”, celebraron (por primera vez y desde éste año) el “Día de las Iglesias
Evangélicas en el Perú” y finalmente hay quienes no celebraron nada y se fueron
a dormir temprano como cualquier otro día.
Como mencioné
en líneas arriba, una de esas celebraciones fue “El Día de la Reforma” y
curiosamente, éste año se celebran 500 años desde que Martín Lutero (El
Reformador) decidió clavar sus 95 tesis en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg el 31 de octubre de 1517. Es muy probable que muchos piensen lo
contrario pero para mí Lutero fue un atrevido en su época, en base a todo el
contexto mismo, ese atrevimiento trajo consigo la “división” de la Iglesia, y
entonces nos convertimos en “Católicos” o “Protestantes”.
Es muy
probable que la anécdota que pienso contarles a continuación, no llame mucho la
atención o quizás levante suspicacias, pero de lo que sí estoy seguro, es que
es muy probable que mi amigo, pastor y asesor (para mis escritos en éste medio),
Pr. Samuel del Valle Rodriguez, o me jale las orejas o simplemente me comente
sus percepciones.
Pasa que el
martes 31, por la noche, una iglesia de Moyobamba (me reservo el nombre por
obvias razones) organizó una especie de “Conversatorio” en relación a los 500
años de la Reforma; la estructura de la reunión era simple: una oración de
inicio, un par de himnos, (como y para amenizar la noche) y luego vendría lo
“esencial” de la noche (es decir la razón de la convocatoria) “El
conversatorio” que no era otra cosa más que un foro de los 4 pastores al frente
respondiendo a las preguntas que la congregación les hacía; claro todas las
preguntas debían guardar relación con el tema de Lutero, sus 95 tesis, el
contexto de la época y cosas por el estilo. La verdad es que me estaba
aburriendo todo ello, porque si nos reunirían para hablarnos del pasado, sin
contextualizar la acción desafiante de Lutero y cómo podemos ser desafiantes
hoy, entonces mejor me daban el folleto en el culto del domingo y asunto
arreglado. Sin embargo, en tanto se iban dando las respuestas una de las cosas que
llamó mi atención fue cuando uno de los pastores indicó que -Lutero
denunció públicamente la venta de indulgencias, ventas con las cuales algunos
líderes religiosos, entre ellos el Papa, se estaban haciendo “ricos” a causa de
la fe de los feligreses-, y de pronto se me ocurrió lanzar la siguiente
pregunta (que hoy se las lanzo a ustedes):
-Creo
que la Reforma se dio hace 500 años pero ¿de qué Reforma hablamos hoy?; uno de
ustedes ha hecho énfasis en que Lutero denunció la venta de indulgencia en su
época, ahora bien, hace algunos días se ha capturado al pastor Vicente Díaz por
estar vinculado a una red de lavado de activos y se le ha incautado 13
propiedades basadas en más de 40 millones de dólares; el diario La República y
el portal web Wayka han hecho una investigación en la que se ha determinado que
el Pastor Rodolfo Gonzales, también denunciado por lavado de activos, recauda
más de 7 millones de soles al año; hace algunos meses se ha revelado que la
Comunidad Cristiana Ríos de Agua Viva ha comprado el Coliseo Amauta por 6
millones de dólares; la abogada Beatriz Mejía, vocera oficial del movimiento
#ConMisHijosNoTeMetas ha declarado que no tiene nada de malo el diezmar, que
las ofrendas y diezmos son como una especie de gratitud por lo que el “pastor”
hizo en beneficio de un persona, que es como un agradecimiento a un milagro y
depende de la magnitud del milagro para ver la magnitud del diezmo y que nadie
podía cuestionar esa acción; frente a estos hechos se dice que la iglesia
evangélica viene haciendo #negociosdelafe, ¿cómo responde la iglesia hoy? Se
cuestiona el diezmo ¿estamos negociando con la fe?-
La verdad es
que yo esperaba mucho, como respuesta, pero las dos respuestas que me dieron
fueron totalmente VAGAS; es como si me hubiesen dicho: “hermanito hemos venido
hablar de historia y no de la actualidad”; las respuestas se resumieron en que
dichos personajes, hoy cuestionados, no son otra cosa más que falsos profetas y
que la Biblia habla de que en “los postreros tiempos habrá muchos de ellos”; y
por otro lado, sobre las ofrendas, se buscó (mediante una anécdota) justificar
ello, aclarando que ello es el sentir que Dios pone en el corazón de cada uno
de los feligreses.
Lo curioso de
la respuesta es que, ahora que los vemos cuestionados y relacionados con actos
corruptos y nada divinos, ahora decimos que son “falsos profetas”, ahora
decimos que se tratan de “sectas”, ahora actuamos como “Pilatos y nos lavamos
las manos”, es más hasta cuestionamos su fe y su salvación.
Estamos
hablando de tres iglesias cuestionadas, de hecho que hay más, y aunque el Pr.
Rodolfo Gonzales ya ha hecho su descargo pero; de éstas tres, dos fueron las
que impulsaron, y lo siguen haciendo, la famosa campaña #ConMisHijosNoTeMetas,
sí esa campaña que busca “preservar la moralidad y las buenas costumbres en las
familias peruanas, en especial en las evangélicas”; y entonces, cuando lanzaron
su campaña, nadie dijo nada, nadie cuestionó que quienes estaban al mando eran
“falsos profetas”, nadie mencionó que las iglesias que lideraban la campaña
eran “sectas religiosas”, nadie, al contrario, calladitos hemos suscrito sus
pronunciamientos y nos hemos plegado a sus marchas y reclamos.
Éste
incidente por ahora demuestra dos cosas:
- Nos falta aplicar criterios básicos para no dejarnos manipular por nadie, para que sea cual sea la razón, antes de acoplarnos a una campaña o pronunciamiento o lo que sea, debemos meditar en ello y en las consecuencias de tales y no dejarnos llevar por la pasión y el fanatismo.
- Una vez más la Iglesia se ha dejado manipular por quienes, lejos de buscar la predicación real del evangelio, sólo buscan beneficios personales.
Frente a ésta
situación, relanzo mi pregunta ¿Qué se denuncia dentro de la Iglesia hoy? ¿Qué
implica “la reforma” en nuestros tiempos? ¿Qué protestamos?
Simplemente
KAJOVEPI
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