Luego
de dos semanas, quizás un poco más, de largas
discusiones sobre las declaraciones de Barata; la muerte de Alán García y
sus repercusiones sociales; las afirmaciones del hijo de Nava y del
expresidente de PetroPerú; el peligro de muerte súbita de PPK; y la nueva
enfermedad de la tía regia, Susana Villarán.
El
tema sobre la imposición de la supuesta “Ideología de Género”, así como la
promoción de orgías infantiles y los detalles para un buen sexo anal, han vuelto a nuestras mesas. De pronto,
en una de esas mañana, hemos visto a miembros del grupo “Con Mis Hijos No Te
Metas”, con carteles fuera de serie, en las principales arterias de Lima y
otras ciudades del Perú, incluso en Moyobamba. Por su parte, la bancada
fujimorista (sí, esa que nos da dolor de cabeza pasando un día), ha logrado la
moción de interpelación a la Ministra de Educación, Flor Pablo, para éste 09 de
mayo.
Ahora,
permítanme contarles tres experiencias, dos cercanas y una contada en una mesa
de trabajo; las cuales sospecho que pueden guardar relación con el tema
propuesto.
Recuerdo
que cuando estaba en sexto grado de primaria, reciencito no más; una de las
clases que recibimos estaba relacionada con informarnos sobre las Enfermedades
de Transmisión Sexual (en esa época se decía así), ahora se denominan
Infecciones de Transmisión Sexual. Nuestra clase, obviamente, había sonrojado a
más de uno; no contábamos con proyector, así que convenía usar láminas
educativas. La clase iba relativamente bien pues, de alguna u otra forma
aprendimos que cosa es la sífilis, la gonorrea y pues, nos detuvimos un buen
tiempo para hablar sobre el VIH y el SIDA (como su consecuencia), es curioso
pero no recuerdo haber ahondado en los métodos para prevenir ser contagiados
con ellos; pero, una cosa curiosa, y aquí va la anécdota, es que casi al final
de la clase, mientras las láminas iban pasando, se nos habló sobre las formas
de contagio, todo bien hasta que llegó una lámina, que la profesora decidió
saltearse, pues, según su criterio y dado que el colegio tenía cierta doctrina,
no estábamos ni en la edad ni en la condición (por temas religiosos) para ver
dicha lámina, así que se la salteó; el recreo vino y todos afuera. Lo gracioso
es que al momento en que salimos al recreo, la profesora (no sé si adrede),
olvidó llevarse el juego de láminas y, nosotros los curiosos, nos fuimos a ver
¿por qué se salteó esa lámina? ¿qué había allí? Y ¿qué creen?, en efecto, esa
lámina tenía dibujos de parejas (heterosexuales y homosexuales) teniendo
relaciones sexuales (obviamente tapaditos por una sábana), y de parejas
besándose; una de esas formas no era contagiosa y la otra, obviamente sí. Esa
lámina se salteó, justo esa lámina en donde uno podía ver (no tan explícito, ya
dije lo de la “sabanita”) qué significaba tener relaciones sexuales sin
protección y por qué ello era una forma de contagio; la curiosidad nos ganó y,
aunque ella se la salteó, igual nos enteremos sobre la lámina; lo ideal hubiese sido que no la saltee
y que nos hable al respecto, con toda la naturalidad y la normalidad que
corresponda.
La
segunda anécdota, guarda relación con las salidas de campo que realizo; como
bien saben, gracias a mi trabajo, tengo una amplia relación con diversos
colegios del departamento. Entonces, a inicios del presente año lectivo, hice
una visita de rutina, en un colegio que me corresponde monitorear; llegué y
encontré a un nuevo director, me presenté, le expliqué el trabajo que venimos
realizando en su colegio (trabajamos temas de prevención de Trata de Menores)
y, él me indicó que esto de la Trata de Menores, no es un tema urgente en su
institución educativa, es más, ni siquiera es un tema recurrente en San Martín,
como departamento, que lo que a él más le interesaba era trabajar el tema de embarazo adolescente, puesto que su
colegio tenía algunos casos. Salí de su oficina y me entrevisté con algunos
alumnos que, me confirmaron que en efecto, en dicho colegio habían por lo
menos, hasta 6 estudiantes (entre el sexto de primaria y tercero de secundaria)
embarazadas. Pasaron unas semana y volví a visitar el colegio, esta vez para
conversar con una docente, miembro del programa, y seguir rescatando las
propuestas de trabajo del presente año, dicha profesora me volvió a tocar el
tema del embarazo adolescente, me indicó que dichas alumnas, que están
gestando, habían sido expulsadas del
colegio; a decir del director, no son un ejemplo para los demás
estudiantes, por lo tanto, corresponde sacarlas de las aulas, pese a que
estemos violando su derecho fundamental de acceso a la educación. Después me
enteré, que otra de las razones para la
expulsión de un educando, es que si en una requisa escolar (es decir que te
revisan, que llevas y que no llevas en las mochilas) te encuentran que tienes preservativos. Entonces, un
colegio que tiene reportes de casos de embarazos adolescentes; lejos de educar
a sus alumnos y alumnas sobre educación
sexual integral, que implica, entre otras cosas, el vivir una sexualidad
responsable, es decir aprender a usar un preservativo, como método
anticonceptivo, porque, bien puedes tener un preservativo en el bolsillo y no
usarlo o no saber usarlo; decide dar la espalda a una realidad tan latente como
ésta.
La
tercera anécdota, que fue una historia compartida en una mesa de trabajo;
hablaba de otra institución educativa, cuyo director tiene la ironía de afirmar
que la violación sexual no existe;
sí, para dicho director, una violación sexual, está en función del tiempo que
duró el coito y, que como en algunos casos es corto o llega al tiempo promedio,
de quince minutos; entonces no se puede llamar violación sexual, sino
simplemente “relación sexual”. Luego de escuchar tal estupidez, me he
preguntado, en más de una ocasión, ¿qué pasará el día en que una alumna se
presente en su oficina, para denunciar que su compañero de clases o docente u
otro personal, la ha violado?, si es que no ha pasado ya.
Es
probable que el 09 de mayo, la Ministra de Educación, Flor Pablo, sea
interpelada; y no porque los textos escolares, en especial el de Desarrollo Personal Ciudadanía y Cívica,
del nivel secundario, estén mal escritos o mal diseñados; o contengan
información que promuevan orgias infantiles, sexo anal, sexo desfrenado,
homosexualización y cosas similares; sino porque, el Ministerio de Educación,
hasta ahora ha demostrado que no tiene la capacidad, y si la tiene no sabe
exponerla, para defender sus textos; no ha sabido demostrar, ni técnica ni
socialmente, las razones por las cuales tal o cual link se encuentran en estos
textos. Simplemente, ha cedido a la presión, que ha generado miedo,
desinformación e indignaciones innecesarias y, ha visto que es mejor ceder a
ciertas presiones, antes que defender aquello por lo que apuesta.
Cuando
la currícula educativa, habla de una educación con enfoque de género, busca también hablar sobre estos puntos;
busca romper los estereotipos que hay alrededor de las ITS; busca hablar de
manera clara, íntegra y precisa sobre una educación sexual saludable y, responsable;
busca romper con estereotipos relacionados a casos de violación sexual y acoso
sexual. ¿es acaso, eso malo?
Simplemente
KAJOVEPI
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