martes, 21 de mayo de 2019

Cita perfecta


Dicen que las promesas se hicieron para ser cumplidas; que si no tienes intenciones de honrar tu palabra, es mejor que no la empeñes; francamente estas primeras líneas, no sólo es un llamado de atención para quien las lee, sino que además es una autocrítica necesaria, para quien escribe. Bueno, como ya se los había anticipado la semana pasada, en esta ocasión voy a cumplir con una promesa; no sé si lo recuerden pero, la semana pasada les comenté que hace como dos semana ya, prometí que usaría esta columna para dar respuesta a una interesante pregunta, esto luego de que pidiera algunas sugerencias de temas para ésta columna.

La pregunta en cuestión es ¿cómo sería una cita perfecta para ti?, de inmediato respondí (parafraseando) que esa era una pregunta que requería de mucha reflexión, que no era oportuno dar una respuesta tan aligerada; y es así como nació esta promesa. Debo reconocer que nunca antes me hicieron una pregunta de ese tipo; ahora, lo curioso de la pregunta es que quien la hizo no especificó a ¿qué tipo de cita se refiere? Y, aunque lo sospecho (de hecho ustedes también), me atreveré a describir, en tono personal, cuatro citas “perfectas”.

Cita de trabajo
¿Quién de nosotros nunca antes se ha presentado para un cita de trabajo? Y es que claro, cuando uno anda buscando un nuevo trabajo, es más que seguro que vamos a pasar por una entrevista laboral previa, con la única finalidad de quien te va a contratar esté seguro de que va a contratar a alguien que es ideal para el puesto que tiene disponible. No importa si la entrevista es formal o informal; no importa si el puesto al que postulas es para un trabajo de campo o de ciudad, si es de oficina o en otro espacio pero, siempre vamos a pasar por esa entrevista, término que últimamente ha ido tomando un nivel mayor de seriedad y ahora pues decimos que es una “cita de trabajo”. ¿Cómo sería mi cita perfecta en este caso? Para mí es simple, los contratistas siempre te piden que sean sincero con la respuesta que vas a dar a su interrogatorio; en ese sentido, la cosa debe ser recíproca, es decir, ellos también deberían ser sinceros conmigo y, si no soy la persona ideal para el puesto, entonces antes de decirme -no te preocupes, nosotros te vamos a llamar-, deberían decirme algo como; -sabe joven, en esta ocasión Ud. no logra nuestras expectativas y, si hay una nueva convocatoria Ud. puede volver a presentarse-. No saben la cantidad de desvelos que se ahorrarían con esta respuesta, pues ya no hay falsas esperanzas de por medio. Otro de los puntos, ideales para mí, es que mi cita de trabajo no me obligue a pasar por un psicológico; yo sé que son expertos y profesionales en lo que hacen pero, en lo personal, esa situación no me agrada y me incomoda. 

Cita con el odontólogo
Intento visitar a mi odontólogo, al menos dos veces por año, que es lo recomendable; sin embargo, a veces esas visitas son un tanto complicadas, de pronto y me encuentran un poco de caries en zonas inaccesibles para el cepillo y el odontólogo me dice –no se cepilla Ud. bien-; o a veces me dice algo como –tiene los dientes chuecos, es necesario esa ortodoncia pero, aquí no brindamos ese servicio- y francamente a mí, en lo particular, no me agrada la idea de tener que andar con fierros en los dientes. Ha sucedido que en más de una ocasión me ha dicho algo como –la verdad es que sus dientes están buenos, lo único que necesita es un poco de limpieza-, y entonces dijo la palabra limpieza y es ahí en dónde empiezo a arrepentirme de haber ido a esa cita, porque me mete unas cosas que me empieza a raspar, me inca, mi incomoda, me duele… y siempre termino pensando lo mismo –no volveré a verlo más-; el dolor pasa y a los pocos meses, como que mi misma boca lo anda llamando y, en el momento menos esperado, ya estoy en la sala de espera para mi turno en consultorio.

Cita con amigxs
¿Qué si he tenido citas perfectas con amigos(as)? De hecho que sí; es más, es allí en dónde descubrí a quienes en su momento, llamé mis mejores amigos; claro, luego los años pasan y así como algunos vinieron y se fueron rápidamente (por diversas razones), otros vinieron para quedarse, no hablo en términos físicos, sino que hablo del corazón, sí, para quedarse en tu corazón, en esa sección de “amigos con los que siempre puedes contar, estés donde estés”. Definitivamente mi cita perfecta tiene que incluir una bicicleta o un café o un vino o una caminata o todo junto. Cómo olvidar las veces en las que iba a casa de un viejo amigo, y tomábamos nuestras bicicletas para salir a rondar por la ciudad, manejar de extremo a extremo, algunas veces acompañados por el sol y otros veces por una ciudad friolenta, recuerdo que incluso algunas veces, en carnaval, salíamos a rondar la ciudad con la única intensión de que nos mojen, nos divertíamos haciendo eso; ahora, nos seguimos divirtiendo, no tan seguido pues vivimos en ciudades lejanas, pero cada vez que nos vemos, nos tomamos un vino o un café o simplemente salimos a caminar por la ciudad.

Cita con ella
Vamos a describir pues, la cereza del pastel, que me imagino es la razón por la cual me hicieron la pregunta. ¿cómo sería una cita perfecta para ti? como ya lo anticipé en otras líneas, nunca antes me hicieron una pregunta de ese tipo, de manera que responderla inmediatamente no era posible. Para mí, la cita perfecta, que tomaría un día entero, iniciaría con una pequeña flor (rosa, girasol o lo que sea), sí, en más de una ocasión he dicho que uno de los regalos que espero, es un ramos de flores (pero si no puede ser un ramo, entonces sólo una), no quiero algo caro, no quiero rosas importadas ni cosas semejante, puedes traerme flores de tu jardín y yo feliz con ello; luego de recibir ese regalo, me encantaría que podamos salir a pasear en bicicleta, o a caminar por el campo, y en medio de ello poder tener tiempo para conversar un poco de todo; luego del almuerzo, no hay nada mejor que ir de pesca, no importa si es al río o a una laguna o a una piscigranja, no importa si pescamos un montón o no logramos nada en toda la tarde, importa disfrutar del silencio que obliga la pesca; una vez llegada la noche, y antes de acabar con la cita, aceptaría un café al lado de la tullpa, un café de antaño, hervido y con chancaca; mi cita perfecta debe culminar con una sesión de baile, sí, me encantaría, si no es mucho pedir, que me lleves a bailar una buena salsa o una cumbia o un tecno o lo que sea, pero que bailemos sin parar hasta que nos duelan los pies.

Y para ti ¿cómo sería tu cita perfecta?   

Simplemente KAJOVEPI



4 comentarios:

  1. Una cita con uno mismo, también haría falta!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. esas las debemos tener a diario, sin importar el horario y, que sea la más perfecta de todas

      Eliminar
  2. Una cita con uno mismo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. acompañado de un buen café, un libro y un poco de música de fondo

      Eliminar