¿Qué tal
queridos amigos y amigas? ¿Cómo están? ¿Me extrañaron?, no, no crean que les
escribiré esa frasecita famosa de Thalía; pero, sí me volveré a excusar por no
haber hecho una entrega la semana pasada. La verdad es que esperaba con ansias
poder escribir algo relacionado a los resultados electorales, pero los días
pasaron y ya no lo pude hacer. Por otro lado, y en honor a mi promesa no
escribir sobre política, al menos por las dos próximas entregas, hoy traigo
para ustedes, un tema que quizás no sea muy conocido pero, veremos ¿Qué pasa?
No sé, si
están enterados/as pero, el pasado 11 de octubre se conmemoró el Día Internacional de la Niña; en
realidad y, según la enciclopedia virtual de Wikipedia, afirma que: El día
internacional de la niña se designó el 19 de diciembre de 2011, por
la Asamblea General de las Naciones
Unidas en la Resolución
66/170 para que a partir de 2012, el 11 de octubre se conmemore para fomentar
el reconocimiento de los derechos de las niñas y se dé a conocer los problemas
que enfrentan en todo el mundo, principalmente en países no desarrollados[i].
La intención
de la ONU, ha sido desde ese entonces que, los países miembros puedan no sólo
conmemorar esa fecha, sino que por sobre ello, exista el compromiso real de
implementar normas, programas, planes y otros que, de alguna u otra forma: 1.- promuevan
el empoderamiento de las niñas; 2.- se ponga un alto a actos discriminatorios y
violentos; 3.- promocionen, defiendan y garanticen sus derechos (educación,
salud y seguridad, principalmente).
Este tipo de
“celebración”, no es muy conocida en Perú; quiero suponer que no lo es, debido
a que recién son 6 años de conmemoración; pero, también es cierto que puede no
ser muy conocida debido a estas dos preguntas: ¿Por qué tendríamos que celebrarlo? O ¿Qué tendríamos que celebrar?
Y es que, ¿Cómo
podríamos celebrar el día de la niña,
si nuestro Estado, lejos de protegerlas las ha abandonado? ¿Cómo podríamos
celebrarlo, si nuestro Congreso, acaba de “blindar” a un magistrado que, según
audios, negociaba penas de violadores de niñas? ¿Cómo podríamos celebrarlo, si
desde el 2017 (según reportes del MINSA), a diario 5 niñas de entre 9 y 13 años
se convierten en madres? ¿Cómo podríamos celebrarlo, si existen colectivos que,
bajo pretextos baratos, pretenden traerse abajo una currícula educativa con
enfoque de género? ¿Cómo podemos celebrarlo, si tenemos a un Cardenal, que
justifica las violaciones sexuales, aduciendo que muchas de estas se dan porque
las mujeres lo provocan? ¿Cómo podemos celebrarlo, si las mujeres sólo son
vistas como un objeto sexual o, de adorno para los actos protocolares? ¿Cómo
podemos celebrarlo si, desde su infancia les decimos que deben usar rosado, que
sólo deben jugar con muñecas y, que ciertas cosas no lo pueden hacer, por el
sólo hecho de ser niñas? ¿Cómo podemos celebrarlo, si no estamos dispuestos(as)
a romper con los estereotipos de género?...
El pasado 07
de octubre, el Perú entero ha elegido a sus nuevas autoridades locales,
provinciales y regionales; y, el próximo año tendremos la tarea de elegir a un
nuevo(a) mandatario(a) nacional. Nuestra coyuntura, es propicia para
desarrollar conversatorios, foros, debates y cosas por el estilo que, se
enfoquen en responder a ¿cómo, en el marco de ésta nueva sociedad que a diario
venimos formando, logramos el empoderamiento de las niñas?; pero, al mismo
tiempo, esta coyuntura debe servirnos para buscar compromisos reales y viables,
de parte de las nuevas autoridades, que respondan a la misma pregunta; y el
compromiso mayor, es aquella que debe asumir la ciudadanía, la de hacer
seguimiento al fiel cumplimiento de esos compromisos asumidos; que nuestro reto
sea, que un próximo 11 de octubre (más cercano que lejano) nos paremos al
frente y digamos “feliz día mi niña; y
feliz, porque hasta ahora esto hemos logrado”.
Simplemente
KAJOVEPI
👆 muy cierto!
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